domingo, 31 de mayo de 2009

Caracas: detrás del escenario

El conversatorio de intelectuales de derecha realizado en Caracas, en el que ha brillado Mario Vargas Llosa y ha asomado su silueta de polemista hirsuto y huidizo el señor Hugo Chávez, ha sido auspiciado por el Cato Institute. Eso lo explica todo.
El Cato Institute es una organización privada de la que emana una de las corrientes más reaccionarias de la derecha “académica” estadounidense.
Cuando digo derecha “académica” hablo de ese espejismo que pretende mostrar como científico lo que es ideológico y como próximo a la filosofía lo que es vulgar propaganda ultraconservadora.
En la construcción de esas fortalezas de cartón ha estado, desde el año 2000 por lo menos, el novelista Mario Vargas Llosa, considerado uno de los más aguerridos voceros del Cato Institute.
Como una escisión universitaria del abortado Partido Libertario, el Cato se fundó en 1977 en San Francisco. Su creador fue Edward Crane, quien contó con el apoyo financiero del conglomerado petroquímico Koch Industries.
Al principio fue una de esas tantas oenegés dedicadas a predicar la libertad sexual, los derechos de los homosexuales o la legalización de la marihuana.
Poco a poco, sin embargo, el Cato Institute fue perfilándose como un abastecedor disciplinado y constante de ideas para montar aquello que, en la época de Ronald Reagan, se llamaría “la revolución conservadora”.
De lo que se trataba, en el fondo, era de barrer con el New Deal de los años de Roosevelt. Y si para ello había que convertir el egoísmo en credo, la avaricia en motor social y la falta de compasión en una espantosa pero imprescindible necesidad, Cato Institute se puso manos a la obra.
Esta entidad fue clave en darle coartadas “liberales” al reaganismo más duro pregonando la privatización del sistema pensionario, la asistencia social y médica y la enseñanza. Logró bastante con Reagan y muchísimo con George W. Bush.
La “desregulación” fue la palabra clave que el Cato Institute soltó a los cuatro vientos. Dado que su casi anarquismo de derechas no era aceptable, la “desregulación” era bastante mejor que el Estado arbitral de Roosevelt.
Por eso es que hoy muchísimos estadounidenses enterados culpan al Cato Institute de haber colaborado decisivamente en la creación de esa economía plagada por el hampa bancaria y corporativa.
José Piñera, el fascista ex ministro de Trabajo de Pinochet, es una de las luminarias del Cato Institute. Autor de la privatización del régimen de pensiones en el Chile acuartelado de los 80, Piñera publicó recientemente, gracias a la imprenta del Cato, un libro delirantemente inmundo: “Una casa dividida: Cómo la violencia política destruyó la democracia en Chile”.
En el portal electrónico del Cato, entre los libros recomendados por la institución, se puede leer lo siguiente: “José Piñera, por fin, demuestra convincentemente que la remoción de Allende fue el resultado del rechazo de las instituciones chilenas a sus reiteradas violaciones a los procedimientos legales y a sus esfuerzos por instalar en Chile un sistema totalitario”.
Cato Institute llama “remoción de Allende” al bombardeo de La Moneda, la masacre de la democracia, la desaparición de más de tres mil chilenos y la instauración de ese fascismo que impuso, por el terror, el “régimen liberal” que Cato Institute dice defender.
En efecto, Milton Friedman, visitador y asesor de Pinochet, fue parte estelar del Cato Institute. Tan estelar, que el premio bianual del Cato Institute “a quien haya defendido la libertad” se llama, precisamente, “Premio Milton Friedman”.
Ese premio lo obtuvo en el año 2008 un venezolano de 24 años, autor de ningún libro, llamado Yon Goicochea. Su mérito fue llamar a la insurrección popular en contra del gobierno de Hugo Chávez y fundar la organización “Resistencia Estudiantil Venezolana”. El “programa” político de Yon Goicochea tiene dos vistosos pronunciamientos: el derrocamiento de Chávez y la legalización de la marihuana.
No es difícil deducir, entonces, que Cato Institute está decidido a librar una batalla abierta en contra del chavismo. Y es fácil suponer cuánto habrán disfrutado sus mentores con la torpe retención de hora y media de los Vargas Llosa en Maiquetía y la más torpe desconvocatoria de la polémica que ya había sido tácitamente aceptada. Y es que a Chávez lo aconsejan su propia estupidez y algunos estúpidos adjuntos.
Chávez, sin quererlo, ha trabajado para el Cato Institute, al que sirven tan amablemente los Vargas Llosa.
Ahora el Cato Institute, que estaba acribillado por las críticas dado su papel en los desmanes republicanos del periodo Bush junior, podrá inflar el pecho y obtener quizá bastante más de los veinte millones de dólares anuales que recibe de personas y corporaciones en los Estados Unidos.
Entre esos donantes están Philip Morris y Exxon-Mobil. Por pura coincidencia, Cato Institute está en contra de las leyes antitabaco y niega que el calentamiento global se haya producido por causa del hombre. Gale Norton, próxima al Cato, fue directora del Medio Ambiente de Bush hijo e ideóloga de la resistencia al Protocolo de Kyoto.
Desde 1998 está en el Consejo de Administración del Cato Institute el señor Rupert Murdoch, zar de la Fox y de una vasta cadena periodística dedicada a enaltecer a Cheney, defender a Rumsfeld y predicar el liberalismo salvaje como solución.
Entre los libros que Cato recomienda para llevarse a la cama a leer están, aparte del de Piñera, uno titulado “El poder y el delirio”, escrito por Enrique Krauze, presente en el foro de Caracas. El libro intenta ser una lapidación “liberal” de Hugo Chávez.
Otro libro que Cato encomia es “La transformación económica de Chile”, del ex ministro de Economía de Pinochet, Hernán Buchi. Y no podemos dejar de mencionar en este libro de lecturas inexorables (según Cato) uno que don Mario Vargas Llosa, de puro modesto, no ha publicitado.
Su título es “Elogio a un liberal: Homenaje a Revel”. Sus autores son José María Aznar y Mario Vargas Llosa. Sí, así: Aznar primero y Vargas Llosa después. Me dispongo a comprarlo de inmediato.

sábado, 30 de mayo de 2009

Amenaza es la palabra clave

Corea del Norte es el mal –dicen.
Y es probable que tengan razón.
A condición, claro, de que no nos digan que ellos son el bien.
Porque si Corea del Norte es el mal porque quiere tener una bomba atómica, ¿qué son ellos, que ya lanzaron dos sobre ciudades pobladas?
Estados Unidos tiene 6,000 cabezas nucleares montadas en dispositivos de largo alcance. Esos son los límites del tratado Start, vigente hasta diciembre del 2009.
Seamos específicos: Estados Unidos cuenta con 534 cohetes balísticos intercontinentales que saldrían, en caso de guerra, de silos terrestres y 432 que podrían ser expulsados por submarinos nucleares colocados en todos los mares del mundo.
Cada uno de esos cohetes posee ojivas múltiples, de allí la ganancia exponencial de su poderío (capaz de alcanzar, con un solo disparo, varios blancos a la vez).
Aparte de su fuerza balística, Estados Unidos posee bombas atómicas tradicionales, 20 veces más poderosas que las estalladas sobre Hiroshima y Nagasaki, puestas en unos doscientos aviones bombarderos de alcance también intercontinental. Veinte de esos aviones corresponden al modelo B-2, invisible, por ejemplo, para el sistema de radar que actualmente asiste a las fuerzas de la Federación Rusa.
En resumen, Estados Unidos podría borrar a la humanidad de la faz de la tierra si un George Bush o un Dick Cheney lo consideraran “imprescindible para garantizar la seguridad de los Estados Unidos”.
Para la derecha mundial que apresa y mata clandestinamente, que justifica la tortura y que codicia las fuentes de energía en nombre de su predominio mundial, un planeta posnuclear donde quedara la mitad de los Estados Unidos y ningún enemigo a la vista no sería el peor de los mundos.
Para la lógica de esa gente está muy mal que Corea del Norte quiera tener una docena de bombas atómicas.
No está mal, sin embargo, que Pakistán tenga cien bombas atómicas y que su archirrival, la India, se haya hecho con un arsenal de 200 artefactos nucleares.
No está mal que Israel posea entre 150 y 200 bombas capaces de desaparecer varias veces el Medio Oriente. Ni está mal que el actual canciller israelí, Avigdor Lieberman, haya dicho en plena campaña electoral que Israel debería de emplear el arma nuclear en contra de Hamas en la Franja de Gaza.
Lo que está mal es que Corea del Norte quiera armarse o que Irán, remotamente, aspire a hacerse con lo que se considera, en un mundo corrompido por el uso de la fuerza, la única arma capaz de disuadir.
-Corea del Norte es una amenaza para el mundo –se atreven a decir.
¿Un país más pequeño que Carolina del Sur o el estado de Maine es una amenaza mundial?
Bueno, también los Reagan dijeron que Granada, una isla de 378 kilómetros cuadrados, era un peligro para América. Y por eso instigaron el asesinato de Maurice Bishop, su primer ministro, e invadieron el diminuto territorio dos días después de cometido el crimen (octubre de 1983).
También Chile fue, en su momento, una amenaza mundial. Y lo fue Cuba, por supuesto.
Y lo será todo país que no se someta a la dictadura mediática de los Estados Unidos.
La palabra clave es “amenaza”.
Lo que no se explica es sobre qué se yergue esa supuesta amenaza.
Esa omisión es explicable.
Aunque los políticos estadounidenses suelen amar la vulgaridad todavía no les es posible un sinceramiento absoluto respecto de su agenda y sus propósitos. No pueden decir, por ejemplo, que Corea del Norte tiene que ser castigada, militarmente inclusive, porque no acepta el orden mundial imperial.
Sí, ya sé: el régimen de Corea del Norte es impresentable, su dinastía parece feudal y la miseria en la que vive su pueblo surge del capricho autárquico de sus dirigentes.
Siendo todo eso cierto, una pregunta se resiste a callar: ¿Qué autoridad moral tienen los Estados Unidos y sus aliados europeos para hablar de un orden mundial amenazado? ¿De qué orden mundial pueden hablar los cínicos?
Nadie ha destruido con más eficacia lo que quedaba de orden mundial que la política exterior de los Estados Unidos (incluyendo la del débil Obama). Nada ha contribuido con más entusiasmo a la separación definitiva de la ética y la política que la Europa de los Berlusconi, los Aznar y los Chirac.
De modo que, sí, en efecto, Corea es un país en tinieblas, pero ¿qué son los Estados Unidos negándose a firmar el Protocolo de Kyoto, huyendo de la jurisdicción del Tribunal Penal Internacional, adoptando las políticas carcelarias de cualquier satrapía asiática, acarreando las municiones que se usaron para la masacre de Gaza?
¿Serán, acaso, el país de la luz?
Lo más divertido de todo esto es el baile de los pobres diablos latinoamericanos repitiendo en la ONU, como si de un salmo se tratara, las paporretas estadounidenses sobre las “nuevas amenazas”.
Lo que sí es cierto es que Estados Unidos no es una amenaza. Es una realidad vigente y aplastante.

viernes, 29 de mayo de 2009

Vargas Llosa en Caracas

Escuchar a Mario Vargas Llosa decir simplezas solemnes como las que acaba de decir en Caracas es como volver a los tiempos de la guerra fría.
Según Vargas Llosa el mundo se divide, pobremente, entre los que piensan como él (o sea los buenos) y los que piensan distinto (o sea los peligrosos).
Ahora bien, hay varios tipos de peligrosos. Están los peligrosos arqueológicos, que son los comunistas, y los peligrosos inofensivos, que son los socialdemócratas.
Sin embargo, para el pensamiento catatónico de don Mario hay un tercer tipo de peligrosos y estos son los peligrosos-peligrosos.
Los peligrosos-peligrosos son los que no han pasado por el comunismo ni han militado en la socialdemocracia y ni siquiera han querido participar de la política (candidateando a una presidencia, por ejemplo).
Pero esos peligrosos-peligrosos son los que piensan por su cuenta, los que el sistema no engríe sino hostiliza, los que las corporaciones no financian sino tratan de enlodar. Son, en suma, los intelectuales, esa categoría a la que perteneció, brillantemente, Mario Vargas Llosa.
Porque Mario fue el entusiasta castrista de los años 60, el autor de aquel discurso inolvidable leído al recibir el premio Rómulo Gallegos, el gran novelista que nos restregó la imagen del joven Javier Heraud muriendo en la selva.
Y no fue intelectual porque fuera de izquierda. Lo fue porque pensaba libremente y era soberano de su percepción.
Y como era un intelectual comprometido con la verdad y no con los dogmas, Vargas Llosa se fue distanciando de la revolución cubana a medida que la revolución cubana se fue haciendo hangar soviético y sucursal estalinista.
Fue más intelectual que nunca cuando, en 1968, se apartó para siempre de cualquier incondicionalidad censurando la salvaje invasión del llamado Pacto de Varsovia a tierras checoslovacas. Como se sabe, la URSS ejecutó ese zarpazo para impedir que Alexander Dubcek “suavizara” la dictadura checa y diera con ello el mal ejemplo que podía prender.
Quien escribe tenía 20 años cuando los tanques rusos entraron a Checoslovaquia. Todavía recuerdo la furia de los muchachos y muchachas que se enfrentaron, en las imágenes en blanco y negro de la época, a los blindados que tenían como misión aplastar “la primavera de Praga”. Recuerdo esa furia checa y eslovaca y recuerdo la mía, limpia como un relámpago: ¿Para esto se hacían las revoluciones? ¿Para aplastarlas con la soldadesca?
Mario siguió dando ejemplo de autonomía cuando, en 1971, rompió abiertamente con lo que quedaba de aquella original revolución barbuda liderada por Fidel.
Yo trabajaba en “Caretas” y recuerdo haberlo entrevistado por teléfono (de Lima a París) sobre el caso del poeta Heberto Padilla, obligado por Castro y sus secuaces a demolerse en público y a vomitar una confesión que parecía salida de los juicios de Moscú de los años 30.
Pero pasaron los años y Mario dejó de ser el hombre libre que vagaba por el mundo a su entender, el escritor que decía verdades de a puño, el intelectual distanciado del dinero y de los proveedores del poder.
Romper con el comunismo había sido una exigencia de la libertad. Transar con el establecimiento fue una interpretación de estirpe mexicana de la tarea del intelectual (aunque Octavio Paz, por ejemplo, se contaminó bastante menos con la telaraña del PRI).
Curiosamente, cuando Mario se amistó con el orden establecido por las corporaciones y perdió ese malestar que lo hacía escribir deicidamente para sustituir el mundo, fue, al mismo tiempo, cuando de su inmenso talento empezaron a salir los divertimentos editoriales y las performances que tanto alegraron a su nuevo y creciente público. Las risas producidas por “Pantaleón y las visitadoras” empezaron a cundir entre los que cortaban el jamón.
Su último gran libro genial (y brotado del desasosiego) fue “Conversación en la catedral”. A partir de allí, un Mario integrado al sistema global del poder decidió que pelear en contra de esa energía oscura no era sólo inútil sino también agotador y hasta suicida. Entre Chomsky y Camus, Vargas Llosa eligió a Gore Vidal y sus objeciones secundarias.
Escucharlo ahora, en plena crisis mundial, decir que el liberalismo sólo trae abundancia y justicia y que los países que han seguido esa receta son y serán los más prósperos (¿verdad Irlanda, no es cierto España, te acuerdas Islandia?) es como escuchar a un señor que tiene el físico de Vargas Llosa, el pasaporte de Vargas Llosa, el habla cantarina de Vargas Llosa pero que, de algún modo, usurpa al escritor, difama al combatiente libertario y anima y reconforta a sus enemigos.
Ir a Venezuela en estos días y redundar en las críticas que el caudillo procaz de esas tierras merece está muy bien, siempre y cuando no se vaya como plenipotenciario de aquellos valores que permitieron la criminal hegemonía invasiva de los Estados Unidos en América Latina. Censurar a Chávez y olvidar a Arbenz (y a Bosch y a Panamá y a Granada y al bloqueo cubano) no es lo que se espera de un hombre decente como Vargas Llosa.
Escuchar a Vargas Llosa como propagandista del capitalismo realmente existente produce, en suma, un agudo ataque de melancolía.

jueves, 28 de mayo de 2009

Frases hirientes (III)

- “¿Así que ahora me llama Víctor Hugo? ¿Así que me ha cambiado de nombre este cabrón? ¡Reténganlo en el aeropuerto!” (Hugo Chávez)
- Lo que no se reduce ni de a vainas es la pobreza mental.
- La historia de Bolivia se detuvo en El Alto.
- Nakazaki recusó a Príncipe porque quería que el juez fuera Rey.
- El problema de la educación en el Perú es que jamás tuvo un Plan Maestro.
- El 2 terminará siendo el Canal Retro.
- “Disolver. ¡Disolver!” (Alka Seltzer)
- El boxeador García ganó una fortuna en cinco asaltos.
- Patricia Salinas y Maritza Espinoza han descubierto que la radio también puede ser una mina.
- Los paros que no se anuncian son los más exitosos.
- El problema del paraíso comunista es que la hoja de parra se convirtió en uniforme.
- No hay nada más superficial que el fundamentalismo.
- La verdadera autopista del sol es la de Gambetta.
- El primer autoservicio fue la masturbación.
- Todos los Sanchos dicen que leyeron El Quijote.
- La verdadera inteligencia israelí era Einstein.
- En el mar del Callao ha aparecido el martín pescador.
- García es tan narcisista que hasta inaugura sus complejos hospitalarios.
- “Tú también terminarás haciendo cálculos”. (El riñón)
- Cada mañana los obesos despiertan del coma.
- No hay nada más ridículo que un hombre imaginando la eternidad.
- “Para cobrar, hay que pasar por Ventanilla”. (Alpha Consult)
- Las mujeres invictas ocultan por lo menos un empate.
- El padre Arana debería empezar por confesar a la izquierda.
- Despistar el cáncer es una hazaña que no se logra ni con la fórmula uno.
- Nadie escribe como Juan Paredes.
- Quieren prohibir la participación de animales en los circos. Eso es casi un golpe de Estado.
- Lima es centralista a toda costa.
- “El Perú es un banco sentado sobre un mendigo”. (Dionisio Romero)
- Las mujeres arruinadas bailan “el baile del tuvo”.
- Ante la muerte, todos los medicamentos resultan vencidos.
- García ha demostrado con hechos que el programa “Sembrando” es un éxito.
- “La primera decisión que debemos tomar...” (Alcohólicos Anónimos)
- Los fondos de las prostitutas son públicos.
- “El Apra requiere de rostros nuevos”. (Armando Villanueva)
- María Sharapova gime con cada pelota.
- La tristeza es muchas veces el único medio de expresión que tiene la inteligencia.
- “Cosas” no es el nombre de la revista: es su sumario.
- Genaro no va a dejar ninguna huella en Panamericana.
- Quien mató al Che debió de apellidarse Ladrón de Guevara.
- ¿Mueren 40 y a eso le llaman “ataque suicida?

miércoles, 27 de mayo de 2009

Frases hirientes (II)

- Los ateos son los que le han puesto una cruz a Dios.
- El sueño secreto de muchas mujeres es que las traten con dureza.
- Aldo Miyashiro no quiere tocar a Magaly. Nadie en su sano juicio quiere tocar a Magaly.
- RPP se sintonizaba muy bien en la banda del Chino.
- Los gusanos más grandes están en La Gran Manzana.
- Vargas Llosa terminará escribiendo “Conservación en la catedral”.
- Ser gay consiste en asumir el pasivo.
- Los que dicen no tener sombra de dudas es que tampoco han sido iluminados.
- El perro del hortelano de García tiene un problema: mira el árbol pero no aprecia el bosque.
- El colegio “José Olaya” era un homenaje al ex director de “El Chino”.
- “¿Montevideo es una productora de televisión?” (Susy Díaz)
- Hay que ser muy canalla para decir que a Bugs Bunny le gustaban el palo y la zanahoria.
- “Aló Presidente”, el programa radial de Hugo Chávez, es el único petroaudio que se transmite en vivo.
- Los textos de Martín Tanaka siempre parecen un ensayo.
- Castañeda Lossio no es mala persona. Sólo es huachafo.
- “Por la razón o por la fuerza”. (Momón).
- Eso de “Corredor Segregado de Alta Capacidad” (COSAC), aparte de huachafo, parece la biografía de Nelson Mandela.
- Hugo Chávez es un billete de bolívar.
- De alguien tienen que ser las tierras de nadie.
- Beto Ortiz termina pagando el pato.
- Biografía marinera de Fujimori: del falso bacalao al auténtico choro.
- “El Apra siempre creyó que La Haya tenía la última palabra”. (Alberto Hidalgo)
- En el “templo” de la prensa hay quienes se ocultan detrás de las columnas.
- Con esta crisis, todos los dólares son falsos.
- “¡Que viva el roto Quesada!” (Armando Villanueva)
- Sonia Medina será enterrada en una caja municipal.
- El matrimonio es un permanente Hábeas Corpus.
- “Tengo que ir donde el gastroenterólogo. Tengo pedofilia”. (La amiga de todos)
- En Haití hasta los cabos sueltos conspiraban.
- “El show de los sueños” fue idea de Freud.
- Se tomó 20 miligramos de Fritz Du Bois y durmió catorce horas.
- “Lo que le falta a Keiko para ser igualita a su papá es el golpe”. (Mark)
- “En relación al Perú, Chile sigue la línea del Ecuador”. (M. Bachelet)
- En México han hallado el fósil de la honestidad.
- En Cuba la medicina ha avanzado tanto que el Estado te pone la banda gástrica con tratamiento ambulatorio.
- Yehude Simon dice que Chile nos provoca. Lo dice como si él fuera a responder.
- Los barristas de la “U” están reclamando a gritos un penal.
- “Esa CAN no sirve para nada”. (El perro del hortelano de García).
- La condesa Potocki acaba de renunciar a su apellido.
- “No hay nada peor que el tabaco”. (La Marihuana)
- Nada produce más dicha que un ataque de amnesia.
- Los dólares son también viejos verdes.
- “¿Qué hacer con los periódicos viejos?” (Reportaje de “El Comercio”)
- Los peruanos no deberíamos preocuparnos tanto por los F-16 chilenos. Total, la última vez que la FACH entró en acción fue para bombardear el palacio presidencial.
- El drama de Bayly es una pieza de ficción.
- Keiko no es naranja. Es una mandarina.
- Las guerras son el orgasmo de la muerte.
- No me explico cómo es que en Corea del Norte le han permitido al uranio enriquecerse.

martes, 26 de mayo de 2009

Frases hirientes

- “Caminante: no hay camino, se hace camino al robar”. (Antonio Manchado, poeta porteño)
- “Con esta gambeta, nadie nos detiene”. (Jugador del Total Chalaco)
- Entre el Sida de la derecha que no aprende y el cáncer de la corrupción a lo García me quedo con “Cien años de soledad”.
- Baudelaire se equivocó: todos los paraísos son artificiales.
- La monarquía yacerá en una tumba real.
- Al padre Cutié ya le ofrecieron un rol en Miami Vice.
- “Sin agua no hay democracia”. (Los pirañitas)
- San Lucas es un escritor de culto.
- Lo que entrega la novia antes de la boda es un adelanto de legítima.
- El amor debería venir con preservantes.
- Chichi demostró que desde una ventana de oportunidad uno también puede lanzarse.
- El producto interno bruto más frecuente es el cáncer.
- Obama corre el riesgo de terminar como esclavo del sistema.
- Eso de llamarlas toallas higiénicas es algo relativo.
- El Parque de las Leyendas será administrado por un famoso caricaturista. Es que él sabe cuánto cuesta cada mono.
- Muchos de los que se entregaron a Dios nunca debieron ser devueltos.
- Fujimori también es uruguayo. Por aquello de la banda oriental del río de la plata.
- Con “Claro” los teléfonos de Indecopi suenan ocupados.
- Las colas inglesas también son coloradas.
- La memoria suele ser un museo de la mentira.
- Stalin sembró al hombre nuevo en fosas comunes.
- Israel terminará lamentándose en un muro.
- A Chávez todas las cuentas se le cuadran.
- Los matrimonios prolongados son mutuos secuestros.
- Las tetas de silicona entusiasman a los consoladores.
- El cociente intelectual peruano es medido a diario por Ibope.
- La fiebre porcina no atacará a ningún fujimorista. Es un asunto de principios.
- Los neuróticos quieren llamar la tensión.
- Lo peor de la envidia del pene es que no tiene remedio.
- Los pezones tienen aspecto de promesa.
- Las plumas pagadas son las que peor escriben de los indios selváticos.
- Hay críticos de cine que piensan en 8 milímetros.
- La verdadera peste es la de la influencia porcina.
- El que siempre termina cediendo a las presiones es el corazón.
- Para ciertos personajes luchar de veras contra la corrupción implicaría suicidarse.
- Se visten de naranja porque le piensan sacar el jugo al tesoro público.
- Lo que más le gustaba a Lugo era la Confirmación.
- El divorcio es como una segunda vuelta.
- La Franja de Gaza es el campo de concentración más grande de la historia.
- El problema de los chilenos es el norte magnético.
- La crisis económica siempre es un ajuste de cuentas.
- Cuando Van Gogh arrancó esa oreja se hizo precursor del cubismo.
- El primer TLC de América lo firmó Malinche.
- Hablando del carácter, la mitad de los peruanos descienden de Felipillo.
- “Yo ya estoy vacunado contra las mentiras”. (El perro del hortelano)

lunes, 25 de mayo de 2009

¿Entre Escila y Caribdis?

Por Manuel Rodríguez Cuadros

El presidente Ricardo Lagos en una entrevista pública en radio Bío Bío, el año 2004, asumió que Chile presentaría un recurso de excepciones preliminares en torno a la controversia marítima con el Perú. Si nos atenemos a esa declaración y a muchas otras de los cancilleres chilenos, el gobierno de Chile debería presentar antes del 19 de junio este recurso solicitando a la Corte que no prosiga el juicio por una causal de incompetencia o de inadmisibilidad.
Pero esta convicción parece ya no ser una certeza. Más aún, deben existir corrientes muy encontradas entre quienes estén a favor de las excepciones preliminares y de quienes piensen que ello es riesgoso y que lo mejor para los intereses chilenos sería no presentar el recurso. Se trata de una decisión muy compleja.
El problema estriba en la presumible convicción de la Cancillería chilena y sus asesores internacionales de que la presentación del recurso no tendría efecto útil; pues la Corte, conforme a una jurisprudencia uniforme, rechazaría las excepciones de incompetencia e inadmisibilidad o, en su defecto, resolvería pronunciarse sobre las excepciones y el fondo de manera simultánea en su sentencia final.
Esta previsible realidad indica que el objetivo de cortar el juicio y ganarlo, sin que este se produzca, no se conseguiría de ninguna manera, pues la Corte en cualquier hipótesis resolvería continuar el proceso sin acoger las excepciones.
Esta proyectada realidad, aconsejaría a La Moneda a no presentar el recurso. Pero, dado que sus cancilleres han repetido que hay un problema de incompetencia por la supuesta existencia de tratados que ya habrían resuelto el litigio y que no existe la controversia jurídica, este hecho podría ser tomado en el Perú como una suerte de triunfo procesal y en Santago como una derrota inexplicable. Es un riesgo político. Sería difícil explicar a la opinión pública en Chile por qué no se presenta el recurso y por qué se reconoce la controversia jurídica siempre negada.
Evitar esta situación debe motivar a los sectores favorables a presentar las excepciones preliminares. Pero aquí el asunto se vuelve a complicar, pues presentado el recurso, por el antecedente inmediato de la sentencia en el caso entre Colombia y Nicaragua, la Corte podría resolver señalando que no está establecido el límite. En este caso se habría perdido el recurso procesal y lo sustantivo del fondo.
No serán fáciles para Santiago las próximas semanas. El gobierno de Chile debe estar muy convulsionado respecto de una decisión que parece recordar el mito griego de Escila y Caribdis.
Fondo. En la hipótesis de que el gobierno de Chile presente excepciones preliminares, la Corte tendrá que resolver sobre su competencia y la admisibilidad del caso antes de entrar a considerar los méritos, o, dado el caso, resolver las cuestiones preliminares junto con el fondo.

Nos vamos quedando solos

El aislamiento del Perú de sus vecinos de la región andina y a nivel latinoamericano y el acercamiento de Chile a Ecuador y Bolivia, quedó una vez más confirmada esta semana y generó una evidente preocupación entre diplomáticos, analistas políticos e internacionales y militares de carrera, quienes coincidieron en que el gobierno debe replantear de inmediato, el manejo de nuestra política exterior, buscar un acercamiento hacia los países con los que tenemos frontera y la tendremos para siempre, pero, sobre todo, no bajar la guardia en la demanda marítima presentada en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, para que defina nuestros límites marítimos con Chile, en vista de que este país pretende imponer su visión de esa frontera.
Ello es necesario, “sobre todo en este momento, cuando Chile está preparando su contrademanda”, advierte el internacionalista Ernesto Velit, agregando que si bien está claro que al canciller José Antonio García Belaunde, el tema de la integración le preocupa poco, la mayor responsabilidad de esa tarea la tiene el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Posición chilena
El nuevo capítulo del aislamiento de la diplomacia peruana, bajo el gobierno del presidente Alan García, comenzó el martes, cuando el canciller ecuatoriano Fander Falconí declaró que para su país los convenios pesqueros del Pacífico Sur, firmados para la defensa común de las 200 millas en 1952 y 1954 con Chile y Perú son acuerdos de límites, hipótesis básica para la posición chilena, y que si fuera llamado a declarar en la Corte de La Haya, lo haría para darle la razón a Santiago.
Y como es obvio, el canciller sureño Mariano Fernández no perdió el tiempo y, con falta de clase, ironizó al decir que “estamos dos a uno. Cuando se está dos a uno, los partidos se pierden”. Al día siguiente, y como parte de su último discurso presidencial, Michelle Bachelet, enfatizó el tema diciendo que desea que ambos países caminen mirando hacia el siglo XXI y no al XIX, insinuando que la demanda peruana se origina en los resentimientos de la Guerra del Pacífico, aunque la demanda data del siglo XX y fue presentada el año pasado, en el mismísimo siglo XXI.

Folclórico
En ese contexto, dice Velit, el presidente García no puede manejar las relaciones internacionales con expresiones fuertes, deportivas y hasta folclóricas que no llevan a nada bueno, sino con términos profesionales, con respeto al derecho internacional y con las líneas maestras de la diplomacia que ha caracterizado siempre al Perú.


El ex embajador en Venezuela, Carlos Urrutia, por su parte, expresó su preocupación por el aislamiento del Perú en América Latina y refirió que esto debe solucionarse con el replanteamiento de su política externa y asumiendo como prioridad las relaciones con nuestros países vecinos, que en realidad deberían ser aliados estratégicos.
Su inquietud se basa en que las relaciones con Brasil, por ejemplo, con el que se firmaron acuerdos para trabajar juntos durante el gobierno de Alejandro Toledo, han quedado reducidas a la Carretera Interoceánica; con Bolivia, ha terminado con malos resultados -debido a las absurdas confrontaciones entre sus mandatarios- y con Ecuador igual. El alejamiento de Venezuela es evidente, con Colombia tampoco hay una relación fraterna (pese a la alianza de Uribe y García, alineados con la línea Bush) y ni qué decir de las relaciones del Perú con Centroamérica, que también son importante a pesar de la distancia.
“En el caso de Chile es más complejo, pero el Perú debe hacer todo lo posible por llevarse mejor”, indica Urrutia, recalcando que el fortalecimiento de lazos con las naciones de la región, que la Cancillería ha dejado a un lado, debe replantearse con estrategias sólidas y dejando a un lado los prejuicios que no han llevado a ningún lado.
Por su parte, el analista político Alberto Adrianzén, advirtió que esta nueva situación evidencia que falta una política global hacia los países andinos. Para el gobierno peruano “son más importantes los Tratados de Libre Comercio (TLC) con los países de otras regiones que con los de la región andina, que sí son indispensables”, indicó.
Agregó que le tiene sin cuidado que Ecuador proteste o que se hagan más evidentes los desacuerdos con Chile, pero resulta preocupante que las relaciones con Bolivia hayan llegado hasta un conflicto -después que el Perú asiló a tres ex ministros del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada procesados por la muerte de 67 personas en la represión de protestas sociales en octubre del 2003- y que ahora se intente prescindir de las relaciones con Bolivia como si no las necesitáramos. Tal situación “evidencia la falta de una política hacia los países limítrofes”.
El presidente boliviano Evo Morales aclaró el viernes que no es “antiperuano” como lo señaló el canciller peruano al decir que los problemas entre Bolivia y Perú se deben a un viejo rencor del mandatario altiplánico hacia nuestro país.
Pero eso no es todo. El ex ministro de Defensa, Roberto Chiabra, insistió en que los peruanos no debemos ser los mismos inocentes de siempre, pues la posición ecuatoriana está históricamente ligada a Chile y no es la primera vez que Quito se pronuncia sobre estos acuerdos pesqueros (1952 y 1954), que para Ecuador son tratados de límites, pues también lo hizo en el 2007 y el 2008.
“A esto se debe sumar que al día siguiente de la presentación de la demanda peruana ante La Haya, Chile anunció que donaba a Ecuador dos fragatas y que, además, iba a reparar sus dos submarinos, lo que evidencia que está haciendo su trabajo de política exterior integral y no por cuerdas separadas como el Perú”, precisó.
“Ahora resulta imprescindible que nuestro país también realice una campaña internacional donde se precise que un acuerdo pesquero no es lo mismo que un acuerdo de límites y sobre todo, que a Chile no le interesa la inequidad existente porque si La Haya sentencia a nuestro favor, dirá que la inequidad se pasa ahora a su territorio”, dice el también ex comandante general del Ejército.
Chiabra criticó, además, la posición tímida del canciller García Belaunde hacia el vecino del sur y la enérgica que muestra contra Bolivia, país que cada vez se aleja más del Perú aunque sea por conveniencia, pues anhela una salida al mar, a lo que Chile ha puesto más de un pero, sobre todo después de la presentación de la demanda peruana en La Haya.

Lamentable deterioro
Lamento el deterioro de las relaciones del gobierno peruano con Bolivia y Ecuador, porque se ha basado más en el ámbito coloquial para festín de los medios de difusión. En este sentido, se comprueba un aislamiento del gobierno peruano con sus vecinos. Lo cual, sin embargo, no afectará las pretensiones del Perú ante la Corte Internacional de La Haya puesto que ahí, lo jurídico no se mezcla con lo político.
Para evitar ese aislamiento, el gobierno de Alan García debe replantear la política exterior con sus vecinos. Lo importante y pragmático es que sea dentro de la Comunidad Andina y en especial porque en junio, el Perú asume la presidencia Pro Tempore de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), por un año.
La firma del TLC con Estados Unidos no debe perjudicar la política exterior peruana frente a la CAN, a los otros movimientos de integración latinoamericanos ni a las negociaciones del bloque andino con la Unión Europea.
Por otro lado, constituye un complot mediático de la prensa chilena y en modo alguno se puede comparar a un “partido de fútbol y sus goles” con el manejo de la política exterior. La confusión provocada ha sido desmentida por los gobiernos de Ecuador y Bolivia.
Michelle Bachelet afirmó que "busca desarrollar una relación normal e inteligente con el Perú, mirando al siglo XXI y no al siglo XIX" y en mi opinión "la relación inteligente” implica para el gobierno chileno resolver la salida al mar de Bolivia, aceptar la tesis de la delimitación marítima con Perú, limitar su exagerada carrera armamentista en tiempo de paz y no solamente dedicarse a inversiones y comercio con sus vecinos y exigirles privilegios.
Chile debería ingresar como miembro, de pleno derecho, en la CAN como lo fue hasta 1976, un gesto apropiado ha sido hasta el presente, su reingreso como miembro asociado de la CAN. Pero lo que me extraña es que Chile tiene más de 5,000 kilómetros de costa y sus problemas con Perú y Bolivia, son marítimos”.

Tomado de "La Primera".

domingo, 24 de mayo de 2009

Prensa y libertad

Globovisión, la televisora privada que encabeza la oposición a Hugo Chávez, tiene los días contados.
Anteanoche, un grupo de policías ha irrumpido en la casa del propietario de Globovisión para indagar por “una flota inexplicablemente grande de automóviles que estaba en un terreno vecino a la residencia”.
En efecto, 26 automóviles y camionetas Toyota flamantes estaban aparcados en un terreno anexo a la residencia de Guillermo Zuloaga, propietario de Globovisión. Lo que pasa es que Zuloaga es también dueño de la cadena de concesionarios de Toyota en Venezuela.
El allanamiento, ejecutado por 50 policías y fiscales, es un paso más del chavismo en su política de arrasar con la oposición. Globovisión tiene abiertos 21 procesos penales y 12 expedientes administrativos incoados por el gobierno de Hugo Chávez desde el año 2001.
Mientras eso ocurre en Venezuela, en Chile se sigue comentando la aparición del libro “El Diario de Agustín”, un estudio sobre cinco casos en los que “El Mercurio”, el decano de la prensa chilena, demostró sus miserias más abyectas durante el régimen de Pinochet.
El primer caso trata del llamado “Plan Z”, la patraña con la que “El Mercurio” trató de justificar el carácter sanguinario del golpe de Estado de 1973.
El Plan Z, que jamás existió, salió del cerebro de la familia Edwards, propietaria del periódico, y novelaba toda una conspiración marxista para asesinar a los altos mandos de las Fuerzas Armadas, dar un golpe de Estado e instaurar un régimen “de dictadura del proletariado”.
Un segundo caso fue la “Operación Colombo”, que trató de convertir el vil asesinato de 119 opositores de izquierda en “una refriega entre marxistas” ocurrida en Argentina. “El Mercurio” prestó logotipo, redactores, crónicas fraguadas, editoriales indignados con el propósito de que sus lectores creyeran la farsa urdida por la Dirección de Inteligencia, entidad que operaba Manuel Contreras y dirigía Augusto Pinochet.
La “Operación Colombo” fue parte de un plan más vasto de encubrimientos criminales. Ese plan se llamó “Operación Cóndor” y se extendió a varios países de América, incluyendo el Perú. “El Mercurio” fue protagonista indiscutido de la trama.
Un cuarto caso examinado en el libro es el de “los desaparecidos de Lonquén”, una ciudad al sur de Santiago.
Cuando alguien halló, en diciembre de 1978, quince cadáveres en dos hornos industriales abandonados “El Mercurio” salió a decir lo que los asesinos uniformados al servicio de Pinochet le aconsejaron decir: que esos quince muertos habían caído en una de aquellas “luchas fratricidas” que el marxismo desató desde 1973.
Al final, para vergüenza eterna de “El Mercurio” y de sus mierdosos amos, las autoridades judiciales y los especialistas en medicina forense determinarían que esos quince cadáveres pertenecían a un grupo de izquierdistas detenidos por Carabineros en octubre de 1973.
Y el último caso del libro es el más repugnante, el que retrata con los colores más vivos y los hedores más fuertes a la familia Edwards. Es el caso del funcionario diplomático español Carmelo Soria, torturado y asesinado por la policía política de Pinochet.
Soria, que había sido asesinado en una de las sedes de la Dina, fue metido en un carro, rociado con pisco y hundido a medias en las aguas del río Mapocho.
“El Mercurio” se prestó a la nueva canallada y, en ediciones sucesivas, hizo la crónica de este español “alcohólico” que había perdido el control de su vehículo y que estaba “muy deprimido por la supuesta infidelidad de su esposa”. La verdad, revelada después del Gran Terror, volvió a sacudir los cimientos de “El Mercurio”.
De modo que cuando hablamos de libertad de prensa debemos de tener mucho cuidado.
Como los Edwards lo han demostrado, la naturaleza de la propiedad de los medios no garantiza la libre expresión.
Hay prensa en manos privadas tan indigna como cualquier pasquín estalinista, tan indecente como cualquier prensa al servicio incondicional de una dictadura.
Y hay gente que se dice de izquierda y que está dispuesta a cualquier enjuague con tal de medrar.
Porque las pistas que conducen a García y a Kouri también apuntan a ciertos farsantes.

sábado, 23 de mayo de 2009

El búfalo del hortelano

Una organización aguaruna del Cenepa ha presentado tres denuncias fundamentadas a la Direccción de Concesiones Mineras del ministerio de Energía.
Las tres se refieren al artículo 71 de la Constitución, que prohíbe a los extranjeros tener, ni directa ni indirectamente, minas o tierras dentro de los 50 kilómetros contiguos a cualquier tramo de nuestras fronteras.
Es cierto que ese mismo artículo estipula, como excepción, el caso de necesidad pública expresamente declarada por decreto supremo aprobado en Consejo de Ministros.
Sin embargo, ese no es el caso al que se refiere Zebelio Kayap, uno de los principales líderes de los aguarunas en el Cenepa.
El caso al que se refiere Zebelio Kayap es el de unos mineros peruanos que tenían concesiones en la zona reservada Santiago- Comaina y en el Parque Nacional Ichigkat Muja, en la Cordillera del Cóndor. Esas concesiones se dieron a pesar de las advertencias que, originalmente, plantearon expertos del Inrena.
Esas advertencias constaron en el informe número 941, publicado el 8 de enero del 2008, y apuntaban, entre otras cosas, a lo siguiente:
“...los petitorios mineros se encuentran ubicados en una zona de amortiguamiento, sobre un abanico de ríos que desembocan al río Cenepa, el mismo que ingresa, aguas abajo, a la Reserva Comunal Tuntanain, por lo que el desarrollo de actividades mineras en dichos petitorios conlleva una elevada probabilidad de contaminación...”
Presiones del alanismo corrupto y “perrohortelánico” llevaron al desaparecido Inrena a retractarse, aunque, curiosamente, sus especialistas no cambiaron un ápice sus puntos de vista ambientales. Fue una manera de dejar constancia de la situación de rehenes en que tuvieron que firmar el segundo documento.
En ese momento era dueña del denuncio la empresa minera Afrodita, de propiedad del empresario peruano Jorge Bedoya Torrico. Bedoya, que tiene influencia en los círculos de poder del alanismo, fue uno de los que más presionó al Inrena para que “admitiera” que, a pesar de los peligros de polución, el proyecto fronterizo podía hacerse.
Meses después, sin embargo, Bedoya Torrico se olvidó del emprendimiento, dejó de lado su espíritu aventurero y, de un sopapo, le vendió la concesión entera a Dorato Perú, una empresa que ahora finge ser peruana pero que es más canadiense que Air Canada.
En efecto, Dorato Perú es la subsidiaria “nacional” de Dorato Resources, empresa canadiense que es parte del Grupo Cardero.
Vicepresidente del Grupo Cardero es un gran amigo de Alan García. Se llama Carlos Ballón.
En la página electrónica de Cardero Resource Corporation se puede leer lo siguiente:
“Carlos Ballón, VP South America.-A graduate from Colorado School of Mines and experienced mining engineer...Advisor to APRA (Mr. García’s party) to develop Peru’s current Mining Plan. Advisor to Scotia Bank Peru (former Banco Wiese) on settlement of Minera Milpo and Minera Atacocha (Peru’s largest Zn producers)...”
Sí, señores: el señor Carlos Ballón, asesor del doctor Alan García en temas de minería, miembro principalísimo del equipo que diseñó el plan minero del gobierno aprista, es el hombre que, en nombre de la corporación canadiense que vicepreside, está detrás de la compra de la mina Afrodita.
Para que esa transacción fuese legal hubiese sido necesario cumplir con el requisito que establece el artículo 71 de la Constitución, es decir el decreto supremo “aprobado por el Consejo de Ministros conforme a ley”.
Hasta donde sabemos ese decreto no ha sido promulgado. Y, por lo tanto, la presencia de esta mina de canadienses, por muy bien representada que esté por el señor Ballón, es ilegal porque se sitúa dentro de los 50 kilómetros de interdicción que señala el artículo 71.
Para los chinos que compraron Majaz, una de cuyas extensiones muerde la frontera con Ecuador, García sí expidió el decreto correspondiente. Esta vez ni siquiera se ha tomado la molestia. Total, la cosa queda casi en familia. Y con el Congreso pareciéndose cada vez más al Parque de las Leyendas, todo discurre suavemente.
En enero de este año el viceministro de Minas Felipe Isasi les juró a los aguarunas que era una mentira que la canadiense Dorato hubiese comprado la mina Afrodita.
“Nos pidió que lo ayudásemos a encontrar pruebas del asunto”, dice un dirigente aguaruna.
Ahora, luego de las tres cartas denunciatorias presentadas una tras otra, ni el vice ni el ministro dicen nada. Como tampoco dicen nada cuando los aguarunas argumentan que la concesión minera jamás les fue consultada, tal como lo exige el Convenio 169 de la Organización Nacional del Trabajo.
Esa es la política del búfalo del hortelano. Eso es “poner en valor”. Eso es demostrar que “las riquezas del subsuelo pertenecen a todos los peruanos”. Con la intermediación de chinos y canadienses, claro está. Y con la participación de los amigos del doctor García.

viernes, 22 de mayo de 2009

Una pista que apunta a García

Un especialista en carreteras y licitaciones me informa que el Decreto de Urgencia número 052-2009 esconde una ratería más.
Ese decreto destina la suma de quinientos once millones, quinientos setenta y cuatro mil doscientos setenta y tres (511’574,273.00) nuevos soles para “el Mejoramiento de la Avenida Néstor Gambetta-Callao”.
El decreto fue publicado hace unos pocos días en “El Peruano” con este título inequívoco: “Declaran de necesidad nacional el Proyecto de Mejoramiento de la Avenida Néstor Gambetta-Callao, que incluye el acceso al Terminal Portuario del Callao, y dictan medidas extraordinarias”.
Claro, las medidas extraordinarias y “la necesidad pública” son para saltarse “las trabas burocráticas”, puentear a la Contraloría y apurar trámites y obra. ¡No vaya a ser que alguien frustre el negocio!
El especialista me explica que el costo del proyecto llegaría apenas a los 100 millones de soles. Lo que significaría, de comprobarse todo esto (y se puede comprobar si el Congreso se pone los pantalones), que alguien pretendería darle un zarpazo de 400 millones a los dineros públicos (centavos más, centavos menos).
El anuncio de la obra lo hizo Alan García Pérez el último sábado de abril. Tenía un vaso de cerveza en la mano y brindó con su socio en esta nueva aventura: Alex Kouri. Dijo que la obra, que se llamará Autopista Néstor Gambetta, estará lista a fines del 2010. Lo que no dijo es que, a pesar de que casi la mitad del presupuesto del proyecto procede del gobierno central, la ejecución de la obra se encarga, en exclusiva, al gobierno regional del Callao que preside el señor Kouri, el mismo de Convial, el mismo de los terrenos de Ventanilla vendidos a su propio abogado, el mismo de siempre.
A continuación extraigo las observaciones técnicas de mi fuente (que, en otras ocasiones, ha dado en el clavo denunciando porquerías próximas al alanismo).
De acuerdo con los planos satelitales, la avenida Gambetta comienza en el óvalo con la avenida Argentina.
Desde el llamado Puerto Callao, a lo largo de dos kilómetros y 400 metros, es una avenida de dos pistas con dos vías en cada una. Es decir, tiene todas las características de una autopista.
A partir de esos dos kilómetros y 400 metros, la Gambetta se convierte en una pista de sólo dos vías. Ese tramo angosto cruza el río Chillón y llega hasta el Óvalo 200 Millas. La longitud de ese tramo angosto es de seis kilómetros y 310 metros.
A partir del Óvalo 200 Millas, la Gambetta retoma las características de una autopista. La distancia entre el Puerto Callao y la carretera Panamericana norte, siguiendo el alineamiento de la avenida Néstor Gambetta, es exactamente de 25 kilómetros y 360 metros.
En resumen, entre Puerto Callao y la Panamericana norte ya existe una autopista de más de 18 kilómetros. Sólo 6 kilómetros y 310 metros no son autopista. Y como el Decreto de Urgencia 052 habla sólo de “Mejoramiento de la Avenida Néstor Gambetta” resulta obvio que la inversión tiene que ver, básicamente, con los 6 kilómetros y 310 metros que tienen dos vías.
En todo caso, no se trata de “construir” una autopista –como mentirosamente difundió la agencia Andina el día del brindis de García con Kouri- sino de MEJORAR la existente.
Ahora bien, si se trata de ponerle precio a las cosas, situémonos en el referente más ladrón que podamos imaginar. Ese referente se llama Carretera Interoceánica del Sur.
Por cada kilómetro de Interoceánica, los constructores han cobrado un millón de dólares. Como lo que han hecho es una pista de dos vías y lo que se quiere con la Néstor Gambetta es una autopista de cuatro vías –dos por cada lado-, multipliquemos por dos el presupuesto de la carretera selvática.
Eso nos lleva a dos millones de dólares por kilómetro (precios de selva para el Callao). Si multiplicamos dos millones por siete kilómetros (en realidad son 6 kilómetros y 300 metros), llegaremos a la suma de 14 millones de dólares (es decir, 42 millones de soles).
Pero supongamos que a García y a Kouri les da por la grandeza y no quieren MEJORAR sino construirlo todo, de cabo a rabo. En ese caso, no previsto en el mismo decreto que habla sólo de MEJORAMIENTO, aun en ese caso extremo estaríamos hablando de 25 kilómetros de autopista a dos millones de dólares el kilómetro, es decir no más de 150 millones de soles (y esto, repito: a precios de Interoceánica).
Supongamos una fila india de imponderables ambientales e ingenieriles, una procesión de tropiezos por la mala calidad del suelo, la demora de las maquinarias, las expropiaciones que tendrán que hacerse, el error de un calculista y hasta la impensable lluvia atípica que ablandó los terrenos que hubo que reforzar: ¡cien millones más!
Aun en ese caso meramente hipotético y deliciosamente voraz, estaríamos hablando de 250 y no de 511 millones de soles.
Alguien quiere robar. Alguien ya está robando. Algunos están asegurando el futuro de sus menores hijos (o de los que vendrán).
Alguien puede decir que en este cálculo generoso no se consigna la parte subterránea del proyecto.
En efecto, con gran pompa el señor Kouri, socio del doctor García, dijo ante la prensa turulata que la remodelada autopista Gambetta pasaría por debajo de la segunda pista de aterrizaje del aeropuerto Jorge Chávez. Lo que no dijo es que la pista aeroportuaria tiene 45 metros de ancho y que bastarían cien metros de subterraneidad para solucionar el problema.
Pero no importa, sigamos siendo manirrotos. Añadamos a los 250 millones de soles generosísimamente calculados, otros diez millones de dólares inverosímiles y sinvergüenzas (estilo Convial) para el tramo bajo tierra. Tendríamos 280 millones de soles.
Aunque le pongamos diamantes y aire acondicionado, al proyecto García-Kouri le sobra una millonada de pura y vulgar estafa.
Ahora sí resulta coherente el nombramiento de Fuad Khoury en la Contraloría. Ahora sí se explica el apuro para su incorporación. Este “facilitador de inversiones”, este contralor de Edelnor que fue parte del fraude tributario de esa empresa entre 1994 y 1998 resulta, a la luz de hechos como el que hemos narrado, el “Contralor ad-hoc” para García y sus ventanilleros.
¿Hará algo el Congreso? ¿Se atreverá algún respetable parlamentario a fijarse en este escándalo?

jueves, 21 de mayo de 2009

Una familia mortal

En marzo del 2009 se suicidó Nicholas Hughes Plath. Tenía 47 años de edad, enseñaba biología marina en la universidad Fairbanks, de Alaska, y aquella tarde se colgó de una viga. No dejó ninguna carta. Es probable que considerara que la heredada depresión que lo había perseguido durante toda su vida hacía innecesaria cualquier explicación. Su muerte cerró un círculo muy difícil de explicar.
En 1963, Nicholas tenía apenas un año de edad. En febrero de ese año, en medio de un invierno londinense especialmente duro, su madre, la poetisa estadounidense Sylvia Plath, dejó en su habitación a Nicholas y a su hermana Frieda, de dos años, puso una toalla mojada en la rendija entre la puerta y el piso, bajó a la cocina, abrió la llave del gas, metió la cabeza en el horno y se murió pacíficamente.
Para ese entonces, Sylvia Plath había perdido la cuenta de las veces que quiso matarse –aunque en un poema habla de tres intentos-. A los 8 años, ante la muerte inesperada de su padre a causa de una diabetes fuera de control, había dicho que “no volvería a hablarle a Dios”.
A los 20, después de ganar un premio menor gracias a un cuento, escribió:
“Deseo matarme para escapar de la responsabilidad, para volver abyectamente al útero...”
Al año siguiente, en 1953, minada por el insomnio y por una angustia que nada tenía que ver con su talento y que no procedía de ningún anecdotario, tomó una extravagante cantidad de somníferos y fue salvada e internada en un sanatorio.
Se recibió con los máximos honores en la universidad de Harvard y fue becada para seguir estudiando literatura en la universidad inglesa de Cambridge.
Fue en Inglaterra donde conoció al renombrado y brillante poeta inglés Ted Hughes, con quien se casaría y sería feliz y en cuya compañía, al final, recaería en los peores abismos. Ted Hughes fue el hombre que la hizo dichosa y desgraciada al mismo tiempo, el hombre a quien golpearía, envidiaría literariamente y trataría de dañar para siempre matándose con gas en el departamento que él, desfalleciente por las crisis de su mujer, había abandonado.
Los vecinos de aquel lugar no habrían de olvidar la vez en que Sylvia Plath bajó al patio común, incendió una hoguera de respetable tamaño y quemó en ella el manuscrito de una novela que estaba a la mitad, cientos de cartas de su madre y apuntes para poemas que nunca verían la luz.
Fue por esa época cuando la pareja intentó reconciliarse haciendo un viaje a Irlanda. Todo fue en vano. Después de una pelea en la que llegaron a golpearse, decidieron que no valía la pena seguir intentándolo.
El feminismo desenvainado culpó a Ted Hughes por el suicidio de Sylvia Plath. Pero quienes conocieron más de cerca a la pareja matizaron el asunto recordando las mortificaciones que la poetisa imponía a quienes la querían y lo insoportable que pudo ser convivir con sus sombras.
Es cierto que la crisis final del matrimonio la detonó el público amorío de Hughes con Assia Guttman, la delirantemente bella esposa del poeta David Wevill, pero para ese momento no quedaban sino ruinas de lo que había sido un mutuo deslumbramiento.
Lo casi increíble de toda esta historia es el involuntario y espantoso comercio con la muerte que Sylvia Plath y su marido llegaron a tener.
Assia Guttman, por ejemplo, repitió, seis años después de la muerte de Sylvia, el ritual y terminó suicidándose con gas. No lo hizo, sin embargo, con la generosa pulcritud de Silvia Plath: se echó en una cama junto a Shura, la pequeña hija de Assia y Ted Hughes, y abrió la espita de gas. Ambas fueron encontradas en un macabro abrazo.
Un libro publicado en el 2006 describiría la situación de Assia Guttman, afectada por la tiranía emocional de su marido. Meses antes de su fatal decisión la mujer que le había arrebatado el hombre de su vida a Sylvia Plath, escribió en su diario: “Sylvia está creciendo en Ted, enorme y espléndidamente. Yo me encojo cada día, mordisqueada por ambos”.
Una de las mejores amigas de Sylvia, la poetisa Ann Sexton, premio Pulitzer de 1967, se mató en 1974 inhalando monóxido de carbono.
Ted quiso ser una excepción y murió, atormentado por el suicidio de las dos mujeres de su vida, de un sencillo cáncer en 1998. Antes de morir diría que el destino de Sylvia Plath era irremediable pero que el suicidio de Assia Guttman hubiera podido evitarse.
Al momento de morir no imaginó que, once años después, su hijo Nicholas, sobreviviente de aquel febrero de 1963, imitaría a su madre imponiéndose la pena de muerte.
La Plath, que obtuvo el Pulitzer póstumamente en 1981, era una auténtica súbdita de lo oscuro. En su poema Lady Lazarus escribió estas líneas salidas del más puro infierno:
“Morir es un arte, como cualquier otra cosa.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Lo hago para sentirme hasta las heces.
Lo ejecuto para sentirlo real.
Podemos decir que poseo el don”.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Benedetti

No escribí a tiempo sobre Benedetti porque no me parecía pertinente hablar con regateos de alguien tan célebre, tan justamente reconocido y tan llorado por sus fieles lectores. Pero me han preguntado por el correo electrónico y por teléfono por qué no he escrito sobre Benedetti, así que debo de ser sincero y admitir, a posteriori, que Mario Benedetti siempre me pareció –aparte de una gran persona, un luchador social ejemplar, un exiliado a carta cabal, un escritor prolífico y variado, un hombre de gran sensibilidad social- un poeta menor de dulces melodías, un compositor de poesía recitable, un trovador “que se tenía que querer”.
No estuve entre sus admiradores extremos porque muchas veces vi, detrás de sus endecasílabos frecuentes, la salida fácil y hasta previsible, el panfleto lírico, la tristeza editorial y el discurrir de un río de palabras que no discriminaba la maleza.
Dice Luis García Montero, con toda la razón del mundo, que uno de los aportes fundamentales de Benedetti fue desacralizar la imagen del poeta –ese hechicero de la oscuridad- y convertir sus textos en espacios públicos.
Añadiría, modestamente, que esos espacios públicos podían ser, por concurridos y exitosos, paseos peatonales, granjas colectivas del amor y el desamor, alamedas del extrañamiento.
Previniendo por dónde podía venir el toro, García Montero, confeso admirador de Benedetti, señala: “Es verdad que hay mala poesía nacida de la simplicidad, pero en los desvanes contemporáneos ocupa más lugar la quincallería de las rupturas llamativas, los experimentalismos y los sacerdotes de la élite”.
Eso es cierto. La gente amaba más a Benedetti después de leer a uno de esos poetas en clave de martirio, a uno de esos abortos de la palabra que están convencidos de hacer cocina francesa, plagada de salsas tendenciosas, cuando lo que hacen es chanfainita de petulancia y caucau de nada. Pero, eso sí: escriben en chino mandarín sin traducir y entonces vienen los críticos cursis y nos dicen que detrás de esa niebla tóxica está la casa de la poesía.
O sea que si no te entienden eres regio y si te asomas a la inteligibilidad corres el peligro de ser un pobre diablo. Y eso, decretado por otro pobre diablo con autoridad, puede ser fatal.
Algo de eso pasó con Benedetti, que fue un poeta diurno en épocas donde estaba de moda proferir naderías góticas y hacerse el interesante para atraer a los cándidos.
Por eso tuvo tan enormes audiencias y por eso sus libros parecieron muchas veces, por el número de ejemplares vendidos, novelas de autores industriales.
Y, sin embargo, este Benedetti entrañable que fue siempre de izquierdas, que eludió como dribleador charrúa a la dictadura de Bordaberry, este hombre sencillo y a ratos malhumorado tiene en su pasivo, desde mi perspectiva, el defecto de haber escrito demasiado, de haberlo hecho en voz muy alta y de haber bailado el tango apache de las asonancias.
Benedetti era tan musical que daba ganas de silbarlo y de eso se dieron cuenta muy bien el Viglietti y el Serrat, que le pusieron partitura a lo que estaba cantado.
Si la poesía también consiste, como acaba de decir García Montero, en abrir las ventanas para que entre aire limpio y en escribir para que no te olviden al pie de la letra, entonces Benedetti es, como dicen muchos, una cumbre de la literatura en español.
Si la poesía es golpe vitamínico, vigilia que no se permite tregua, refranero del corazón, entonces Benedetti es palabra mayor.
Pero si la poesía es lo que queda después de castigar cada palabra, lo que se agita después del naufragio, la cadena arrastrada sin saberlo, el ayuntamiento que no imaginabas, la sabiduría sin referentes callejeros o geográficos, entonces conservo mis dudas sobre este muerto ilustre y admirable.

martes, 19 de mayo de 2009

La gran prueba de Obama

Ahora se sabe, gracias a la publicación GQ Magazine, que ese bruto fascista llamado Donald Rumsfeld usaba textos bíblicos para apuntalar algunos informes secretos elaborados por el ministerio de Defensa bajo su mando.
En uno de esos informes se puso la foto de una formación de blindados estadounidenses entrando a Bagdad, en los comienzos de la segunda invasión de Irak, con un entrecomillado de origen “divino” salido del Antiguo Testamento:
“Abran las puertas para que pueda entrar la nación justa, la que permanece fiel”.
O sea que Rumsfeld no sólo era un asesino insaciable sino un psicópata poseído por ese Dios expansivo y ruidosamente aéreo que ordena matar en Islamabad, Kabul, Bagdad.
Añadamos a esos rasgos de místico del fósforo blanco, de devoto de las bombas de racimo, el de la huachafería. Porque sólo a un huachafo en busca de inmortalidad se le puede ocurrir poner al lado de un tanque “patriota” esta cita caída del cielo:
“Por tanto, tomen toda la armadura de Dios para que puedan resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, permanecer firmes... ”Este Rumsfeld no era una caricatura sino la fiel expresión del imperialismo hirsuto y panameño que George Bush hijo impuso como política mundial.
El problema es que esos puchos bushianos siguen humeando en los ceniceros de la Casa Blanca.
Ayer, por ejemplo, el señor Obama no ha logrado que el señor Netanyahu, primer ministro israelí, diga la frase “dos Estados” para referirse al destino de israelíes y palestinos.
Y es que Netanyahu, que tiene como ministro de relaciones exteriores a un enfermo mental que propuso desaparecer con bombas nucleares la Franja de Gaza, no acepta por ahora la posibilidad de un Estado palestino. Eso implicaría cuotas de soberanía que Israel, secuestrador crónico de territorios y poblaciones palestinas, no está dispuesto a conceder.
Y esa será la prueba del sapito para el señor Obama.
La reunión de ayer, en Washington, empezó con los peores augurios para los intereses del pueblo palestino.
A la hora en que Obama recibió a Netanyahu, Washington ya estaba enterado de que Israel, burlándose de todos los acuerdos firmados y por firmar, ha comenzado a construir un nuevo asentamiento al norte de Cisjordania: veinte lotes de viviendas que ya se licitaron y que expresan la brutal política de hechos consumados del sionismo en armas.
¿Hablaron de eso Obama y Netanyahu?
Parece que no.
¿Hablaron del muro que hasta el Papa ha tenido que condenar, el muro carcelario con el que Israel pretende capturar sin remedio tierras que debió devolver hace 40 años?
¿Hablaron de Liberman –el segundo de Netanyahu- y sus planes de fusilar a los israelíes de origen árabe que no juren fidelidad incondicional a los planes del ejército judío?
¿Hablaron de la campaña de continuar destruyendo viviendas árabes en la Jerusalén que Israel tomó y mantiene como botín desde l967?
No se sabe.
Lo que se sabe es que Netanyahu se negó a hablar de “dos Estados” y apenas aludió “al derecho palestino de gobernarse”. Es decir, a la farsa siniestra de la llamada Autoridad Palestina, carente de toda autoridad, de toda autonomía y de toda dignidad.
Israel quiere mantener “el gobierno palestino” de Ramala. Aquel que encabezó Arafat y cuya sede fue demolida, con obuses y maquinaria pesada, por orden de Ariel Sharon y con Arafat y sus funcionarios adentro. Esa imagen de Arafat emergido de los escombros, patético en su furia, inolvidable en su impotencia, es la que Israel quiere mantener como emblema del destino del pueblo que sojuzga.
La derecha israelí sigue pensando que los palestinos carecen de condición humana y aspira a que el gobierno de Obama le dé la misma luz verde que tuvo con Bush y Rumsfeld para sus atrocidades.
Esta es la gran prueba para Obama. Aquí veremos si su administración pretende distinguirse o no de la banda criminal que infectó la Casa Blanca hasta hace algunos meses.
Israel pretende hacernos creer que el gran problema del mundo es Irán. Los excesos verbales de la dirigencia iraní, sus matonadas fundamentalistas, son, por supuesto, algo estúpido y condenable.
Pero los crímenes de guerra y el terrorismo de Estado que practica esa potencia atómica clandestina llamada Israel, ¿seguirán teniendo patente de corso? Sólo Obama lo sabe. Pronto lo sabremos todos.

Benedicto XVI: la conjunción de la política y la religión

Por Manuel Rodríguez Cuadros

Cuando el Vaticano anunció el viaje de Benedicto XVI a Israel, Jordania y los territorios palestinos, la prensa internacional y los medios religiosos alertaron sobre los riesgos de un itinerario plagado de abismos políticos y religiosos. El viaje en una delicada y tensa coyuntura en la zona, se señalaba, podía agudizar la imagen mediática de un pontífice rodeado de intensas polémicas.
En este escenario, israelíes y palestinos, judíos, cristianos plurales e islamistas podían con legitimidad desconfiar de los efectos de la presencia de Benedicto XVI en Tierra Santa y, al mismo tiempo, maximizar sus expectativas particulares. El patriarca latino de Jerusalén, Fouand Twal, resumió esta percepción dual: “El Santo Padre llega en un momento difícil, en una región difícil, para hacer una visita a pueblos muy sensibles”. Como señaló el semanario francés “Le Figaro, era indiscutiblemente “un viaje de alto riesgo”.
El riesgo era mayor aún para la imagen personal de Benedicto XVI, mellada en los medios por los efectos del escándalo Williamson, el “affaire” de Recife, relativo al aborto humanitario, y la cuestión del uso de preservativos en África, independientemente que en ninguno de estos asuntos se haya implicado realmente la acción ni el pensamiento del jefe de la Iglesia de San Pedro. A ello había que añadir la presencia permanente y universal de los atributos de Juan Pablo II, su carisma, su lenguaje gestual y su capacidad para encarnar físicamente sentimientos y emociones. Benedicto XVI es un intelectual, un profesor universitario, cuyas emociones y sentimientos emergen, antes que en el gesto, en la palabra. Es un teólogo que en su pontificado busca reconciliar la fe con la razón.
La visita de 9 días ha culminado con un éxito no esperado. Benedicto XVI no sólo ha sorteado todos los peligros y abismos. Ha hecho un uso casi exacto de la palabra y el concepto para obtener con inteligencia sus objetivos esenciales: condena enérgica del antisemitismo y del negacionismo de la Shoah; solidaridad abierta con el sufrimiento del pueblo palestino; condena a la construcción del muro en Cisjordania, “…los muros no duran siempre. Pueden ser derribados”; creación de un Estado palestino como base justa de la solución del problema del Medio Oriente, junto con el respeto a la existencia de Israel, a su aspiración a vivir con fronteras seguras y al derecho de ambos estados a la coexistencia pacífica; la apertura amplia al diálogo y el entendimiento con el islamismo; y un llamamiento enérgico a la unidad y cohesión de los cristianos en Tierra Santa. Obviamente, unos están más satisfechos que otros. En Israel se han sentido decepciones.
Emerge un pontífice con una inédita capacidad política y se ratifica el teólogo comprometido con el dialogo de religiones y una visión ecuménica del cristianismo.

lunes, 18 de mayo de 2009

“New World Order: The Movie” (2009) – Subtitulado al español

“New World Order” es un film sobre personas que creen en “teorías de conspiración” y por qué las creen, no sobre las “teorías” en sí. Este film no trata de demostrar o refutar teorías de conspiración. En su núcleo, “New World Order” es un film sobre el poder de las ideas y cómo estas pueden llegar a definir la vida y acciones de alguien.



















Tomado de "El Blog del Movimiento anti NWO."

domingo, 17 de mayo de 2009

De la selva su cólera

La selva tiene razón. Algunos de los métodos de la Aidesep pueden cuestionarse, pero nadie puede objetar seriamente la legitimidad de los reclamos de las ocho regiones y las 65 bases indígenas que están pidiendo el cumplimiento de las leyes vigentes y de los acuerdos que se adoptaron -para el gobierno- sólo en apariencia.
El gobierno de García ha querido burlarse de la selva y avasallar a sus poblaciones.
Como el señor García ignora la historia del Perú de un modo que podría llamarse exhaustivo, cree que vender los bosques y las cochas es algo novedoso.
No, hombre: pregúntele a algún aprista que no pertenezca al círculo del saqueo qué pasó en la selva en las primeras décadas del siglo XX.
La región más extensa y más olvidada del Perú ya sabe qué es eso de “poner en valor” sus tierras: al final, el valor se va a la casa matriz y las tierras, envenenadas o exhaustas, son las que pagan el pato.
García cree que el perro del hortelano es su peor enemigo. Y llama perro del hortelano a quien se oponga a sus planes de vendeselva.
Y sale a decir que las riquezas del Perú son de los peruanos. Habría que preguntarle, entonces, por qué la tajada inmensa de la torta se la llevan estadounidenses, canadienses o chinos.
Y manda al fantasmagórico Simon a decir que los selváticos son dueños del suelo pero no del subsuelo.
Habría que cavar en el jardín de Simon para ver si hay allí petróleo.
Porque Simon es también dueño del suelo por el que discurre para sobrevivir políticamente.
En el fondo de la polémica está el asunto del “modelo brasileño”, que García quiere imitar como si el Perú tuviese el tamaño de ese gigante idiota que siembra maíz y soya para hacer etanol mientras explora en la jungla para encontrar petróleo.
Brasil puede experimentar con una extensión del tamaño del Perú entero. Es su derecho al suicidio ambiental. Pero el perverso modelo de destinar el cultivo de alimentos a elaborar combustible no debería ser el nuestro.
Como no debería ser tampoco nuestro modelo meter a las petroleras donde sea y a como dé lugar. Ni conceder por cincuenta años millones de hectáreas a madereros forasteros sin ningún otro interés que no sea el beneficio pronto y desmedido.
Y es que el otro asunto de fondo en este debate distorsionado por los gritos y las furias, es el modelo de desarrollo que queremos para esa región.
Para el señor García, ese modelo no está en discusión. Ni siquiera la aterradora crisis global lo ha puesto en discusión. El súbdito García piensa que sólo el perro del hortelano es renuente a aceptar esa verdad ecuménica.
Pero el señor García se equivoca. En los libros que él no lee, en los blogs que no visita, en las cabezas que no consulta y entre los disconformes que le apestan asoma, cada vez más vigorosa, la idea de que el modelo que imitamos es inviable en el largo plazo, antiagrícola y anticomunitario en el corto e injusto de modo permanente.
¿Qué queremos para la selva? ¿Varios Cerros de Pasco? ¿Un archipiélago de Oroyas? ¿Una legión de Pluspetrol? ¿Ríos de gasolina? ¿Cientos de campamentos de exploradores petrolíferos, con sus respectivos Forzas y sus respectivas putas nómadas?
¿Qué hacemos con este pulmón sobreviviente del planeta, que nos pertenece desde un punto de vista geográfico y administrativo pero que, en realidad, es un asunto que le concierne a todos los terrícolas? ¿Ponemos a Rómulo León y al doctor Químper a venderlo por lotes?
En todo caso, digamos que hay terreno amplio para el debate.
Aceptemos que el ambientalismo radical debe de hacer concesiones al pragmatismo.
Pero aquí no ha habido debate sino puñalada.
García se burló de la OIT y aprovechó facultades especiales para legislar, en contra de la Constitución por lo menos en seis casos, sobre el modelo de desarrollo que él, vendedor civilista, cree que debe ser el único a aplicarse.
La selva le advirtió que eso estaba mal.
En mi programa de Canal 11 el señor Pizango dijo hace dos domingos que el gobierno se burlaba con esas mesas de diálogo y esos decretos monologantes.
Y no le hicieron caso.
Ha hecho bien el señor Pizango en deponer su llamado a la insurgencia. Ante un gobierno legicida no cabe una oposición sediciosa.
Que ahora venga el diálogo. Y que García entienda que el Perú no es su chacra ni su piso en París ni las cuentas de Mantilla ni el fideicomiso en Suiza. El señor García está de paso. La selva, no.

sábado, 16 de mayo de 2009

Susurros de sociedad

En la casa de Gabriela Chávez Bonifaz, especie de guardaespaldas mediática de Alex Kouri y consejera de Salvador Heresi Chicoma, se realizó hace unos días la despedida de don Rafael Rey, flamante embajador del Perú en Roma por decisión de Su Excelencia Dr. Alan García, el esposo de la señora Pilar Nores, la Primera Dama que, según palabras del presidente de la República, “no recibe sueldo de nadie” y, al mismo tiempo, “viaja con su propio peculio” (aporte al realismo mágico que algún día será reconocido).
En fin, en el animado cóctel estuvieron personalidades de lo más influyentes en el mundo de la prensa, el lobismo con y sin caperucita, el editorial por encargo, la difamación delivery, el sobasoba con RUC, la custodia de valores, la cornucopia y afines, el canje y la viceversa y, en suma, el negocio de defender el sistema y el sistema de defender el negocio.
Estuvo parte de la crema y nata del poder prensil, aunque también hubo periodistas de verdad. Uno de estos fue Juan Carlos Tafur, que se tomó una simpática foto con Laura Cáceres, propietaria de la empresa ADN, especializada en investigar el genoma de la figuración. Otro de los auténticos fue Mario Ghibellini, quien, disfrazado de senador romano en tiempos de Constantino, demostró que el talento puede ser compasivo, la inteligencia democrática y el peluquero un sujeto de alta peligrosidad.
Lourdes Alcorta, por ejemplo, se vistió de rosado no sanguíneo y llegó hasta sonreír y batió su propia marca de permanencia en la cordura llegando a las épicas dos horas, treinta y dos minutos y catorce segundos.
Entre los variados otros estuvo Baruch Ivcher, luciendo su mejor traje de tarde-noche y la sincera expresión de víctima profesional (ahora de la Sunat) que lo caracteriza. Se diría que en ese rostro lagrimea siempre el errante trovador que se detuvo en Lima para mejorar la cultura de la ciudad, la televisión nacional y el castellano universal.
Bueno, también estuvo Jack Levy, quien solicitó a la anfitriona poner en el volumen más alto que se pudiera “La sinfonía del nuevo mundo”, de Anton Dvorak, música que le trae maravillosos recuerdos. La escuchó pegado al aparato y sentado en el mejor banco que pudieron encontrarle. Se comenta que Spielberg estaría interesado en el guión de “La lista de Levy”, preparado por Uri Ben Schmuel, también presente en el ágape.
Martín Pérez, emparentado con los Baertl y mandamás de CPN Radio, bebió con la moderación de siempre mientras que Juan Paredes Castro, heredero absoluto de Alfonso Baella Tuesta, se hizo visible para las fotos.
Martín Bustamante, cuya obra narrativa permanecerá inédita por inexplicable decisión del propio autor, sostuvo que el error de Kafka fue no invertir el proceso de Gregorio Samsa mientras daba cuenta de unos canapés.
Aurelio Pastor, por su parte, tuvo una conversación especial con Verónica Becerra, la que fuera relacionista pública de Yanacocha y brindara a diversos medios los datos más concretos y veraces en relación con el derrame de mercurio y la asonada izquierdista que pretendió paralizar el yacimiento. Pastor, que es todo menos alemán, demostró la esplendidez de su alegría y no dijo nada, por supuesto, de las próximas elecciones internas del Apra.
Rafael Rey, el despedido, conversó con cada uno de los invitados y habló de los dos años de Roma que habrá de disfrutar y de lo que eso significa como coronación de una carrera dedicada a servir a Dios, a Vargas Llosa, a Fujimori y a García.
Mostró tanto entusiasmo respecto de su destino diplomático que, si su castidad no fuera una certeza absoluta, algún mal pensado podría haber pensado que hablaba de Betty di Roma.
Todo fue inolvidable.

viernes, 15 de mayo de 2009

¿Venezuela Democrática?

Un grupo de peruanos, algunos renombrados y hasta ilustres, ha firmado ayer un comunicado público en el que saludan el gesto del gobierno del Perú al asilar al señor Manuel Rosales, expresan su preocupación por las libertades en Venezuela y anuncian la fundación de un Foro de Apoyo a la Democracia en Venezuela.
Entre los firmantes hay gente de solera democrática y algunos personajes más bien pintorescos.
A mí no me van a decir que al señor Enrique Ghersi, el vencedor de don Felipe Tudela y Barreda, lo desvelan los excesos autoritarios de Hugo Chávez.
Ni que a Gabriela Pérez del Solar la matan los desmanes orales del caudillo bolivariano.
Y en cuanto a Ricardo Vega Llona, tan feliz con la metástasis del alanismo en la administración pública peruana, ¿lo desespera que el socialismo del siglo XXI procedente de Caracas amenace a Globovisión?
Que Hugo Guerra Arteaga, quien desciende ideológicamente de los vencedores de la batalla del Ebro, firme el comunicado ya es cosa discutible. Lo que es abiertamente cómico es que Luis Agois Banchero, escritor de recibos y pagarés, se sume a este conjunto de libertarios preocupados.
Y que Mauricio Mulder Bedoya, que sería el Fouché de una monarquía aprista con el rey Alan I a la cabeza, ponga su firma al pie de esta proclama puede resultar no sólo desternillante sino que cínico.
¿Y Raúl Castro, este Rosales del PPC, recordaría que Venezuela existe si en ella siguiera gobernando el Copei pálido y la AD lívida de los Caldera y de los Pérez, padrinos de Bedoya Reyes y de Villanueva del Campo, respectivamente?
Natale Amprimo, el abogado de Cipriani en el asunto de desplumar a la universidad Católica, también está de lo más preocupado por el caso de Venezuela. Y Wálter Menchola, el amigo tardío de la señorita Kú, también pone su firma de libertador de Venezuela. Lo mismo que el “canciller de entrecasa” Gustavo Pacheco, que el ex gerente de Canal 7 Eduardo Bruce, que la dulce cantante Susana Baca y que el ex asesor de Palacio Agustín Figueroa.
El comunicado invita a toda América Latina a crear foros similares al constituido aquí y habla de “hacer realidad la Carta Democrática Interamericana” –clara alusión a lo que podría llamarse una versión benévola de la injerencia-.
Como bastantes de los firmantes están lo suficientemente mayorcitos, habría que preguntarles dónde estaban y qué hacían cuando en este continente gobernaban gorilas de derecha auspiciados por Washington. A ver, que me diga Carlos Adrianzén, el economista de la San Martín, cuántos comunicados firmó por la libertad pisoteada en Chile hasta fines de la década del 80. Y que Ignacio Basombrío nos calle la boca mostrándonos los recortes de lo que hizo por las víctimas de ese homínido que decía presente cuando se pronunciaba la frase “Jorge Rafael Videla”.
Y que nos digan también quién o quiénes están detrás de estos financiamientos. Porque en estos tiempos de hiperactividad de las embajadas estadounidenses hay razones para creer que Washington puede estar invirtiendo en nuevas cruzadas.
Preocupa la situación de Venezuela. Pero esa preocupación puede tener aspecto de caricatura si quienes la expresan bailan al son de Obama y su “nueva” administración.
Nada mejor para un proyecto de autócrata, como es Chávez, que la oposición le venga de las derechas aceitadas y faenonas de esta parte del mundo.
Y los que se preocupan por las platas del chavismo en el Perú debieran también aguzar el oído en relación a los dólares negros que vienen de Washington.

miércoles, 13 de mayo de 2009

La fiesta inolvidable

En Valencia, España, este fin de semana, un hombre ha asesinado a su vecino con una katana.
¿El motivo? El ruido fiestero con el que el vecino torturó a quien terminó matándolo.
A mí lo que más justo me parece en todo este percance es lo de la katana, ese instrumento claro y limpio que también se usa para el arbitrio de las diferencias.
Y en cuanto al homicidio, no es que lo justifique. Es que envidio su autoría.
Ya hubiera querido tener el valor de este ciudadano ejemplar que, a las 2 de la mañana, impotente después de haber llamado a la policía, decidió que más vale la cárcel que el deshonor de vivir al lado de un insomne atorrante.
Y como del honor se trataba, ¡la katana! ¡Justicia Meiji!
Mi miedo a la cárcel y al escándalo, mi vil cobardía cívica me impedirán –ya lo sé- actuar de un modo tan drástico. Pero cuántas veces –debo confesarlo- he soñado tener un mortero de 105 milímetros y lanzar con él, en parábola perfecta, una granada israelí de uranio empobrecido o fósforo blanco sobre una de esas fiestas con las que la vulgaridad proclama su contento.
Vivo en una zona relativamente vivible y, sin embargo, cada cierto tiempo, debo tolerar, entre llamadas al serenazgo y delusiones homicidas, que un animal y su fauna próxima me digan, con tambores y voces, cuántos años cumple la compañera babuina, el hijito que devora bananos, el matrimonio de alfas que festeja.
No he conocido a un imbécil que no ame la estridencia. La estridencia de la voz que saluda, la del coche que trepida con el estéreo, la del grito que reconoce, la de la fiesta del cumpleaños, la del televisor que sacude la sala.
Siempre imaginé que el paraíso –si existiera- tendría que ser una comarca de gente considerada y amante del silencio. ¿Qué es la felicidad, al fin y al cabo? Pues la felicidad consiste en no tener que gritar.
Por razones obvias, el infierno tiene que ser una gran fiesta animada por Los Cinco, sudada por una provincia entera, respaldada por doscientos parlantes, interrumpida brevemente por la rifa de dos pasajes a Punta Cana.
He huido de muchísimas cosas. Pero de nada he huido con más espanto que del sonido de los borrachos decididos a hacerse notar. Y nada puede ponerme más cerca del crimen que el silencio de la noche violado por una recua.
Aprecio tanto el silencio que hasta huí de Wagner, que, siendo genial, prefirió muchas veces las cumbres del sonido y no las complejidades de la moderación. Y no necesito decir con qué palidez salí corriendo de Yma Sumac, esa estalactita pendiendo sobre el tímpano. O de Bárbara Streisand, esa trepadora de registros.
No hay nada procaz que se diga en voz baja. No hay vocerío en la fineza. La persuasión discurre: el odio grita. La muerte aparece en los estruendos. La vida es un agradable sonido de fondo de pájaros y grillos. Antes del estéreo fue el estornino.
Cuando González Prada habló de acabar con el pacto infame de hablar a media voz, le hizo un enorme daño al Perú. Porque la mayoría pareció no entender que este gran hombre hablaba de la hipocresía y la complicidad. Y como no entendió, supuso quizá que en el estrépito estaba el secreto y que despepitarse era vivir. Igual que el ruidoso de Valencia, pobre hombre.

Deben impuestos y Sunat los subsidia

A pesar de manejar cuatro diarios y un buen número de ediciones de provincias y haber sido beneficiados por una cuantiosa herencia, los Agois han estado muchas veces al borde de la quiebra y han debido recurrir a la ayuda del Estado para que los saque del problema. Lo que sigue es una de esas historias de favoritismo que sólo se ven en el Perú.
Tenemos a la vista el Contrato que firmaron la Superintendencia de Administración Tributaria (Sunat), encargada de la recaudación de impuestos, y Empresa Periodística Nacional Epensa, en febrero del 2006, para la contratación de servicios “personalísimos” para la colocación de futuros avisos del organismo público en los diarios “Correo”, “Ojo”, “Ajá” y “El Bocón”, durante todo ese año, por un monto de un millón 200 mil soles, con un adelanto inmediato del 20% (240 mil soles).
El amparo de este documento es un denominado “Proceso de exoneración Exo N° 003-2006-SUNAT /2G3100”, que significa que se exceptúa de concurso público; mientras que lo de “personalísimo” equivale a que el contratante (Sunat) decide a quién se lo da, porque supuestamente se trata de un especialista excepcional cuyos servicios no se pueden comparar con otros.
Firman el documento el señor Luis Manuel Agois Banchero, vicepresidente de Empresa Periodística Nacional, y Rubén Ahomed Chávez, jefe de Marketing, así como Nasser Benjamín Saca Aguilar, intendente Nacional de Administración de Sunat. Se sabe además que “El Comercio” firmó un contrato similar, por la misma fecha y es probable que varios medios de radio, televisión e Internet hayan sido beneficiados.

Hay varios puntos aquí para considerar:

1. En el momento de la suscripción de este contrato, Epensa mantenía una deuda impaga y protestada con la Sunat, calculada en 13 millones de soles, que había pateado hacia delante, una y otra vez, con distintas maniobras, a través de diversos gobiernos.
2. El criterio de mal deudor no descalificó a los Agois y ni siquiera fue tomado en cuenta para pactar con ellos el pago a través de avisos. Por el contrario, Sunat giró a su favor 240 mil soles, antes de cualquier publicación.
3. Más aún, la idea de “personalísimo” equivale en este caso específico a convertir a “Correo” y sus diarios asociados en voceros de campaña para que los ciudadanos peruanos paguemos impuestos, pese a que, paradójicamente, los dueños de tales medios no pagan.
4. El criterio de tiraje en la fecha del contrato podía ser válido para uno de los periódicos de Epensa (“Ajá”), pero no para todos, lo que conduce a presumir que la selección escapa completamente a valores objetivos y que por eso mismo se exonera de concursos y se asigna directamente.
5. Pregunta clave: ¿qué clase de servicios tan especiales podían estar financiando los contratos exonerados de Sunat con algunos medios, entre ellos los del Grupo Epensa, como para saltar la deuda existente y pagar antes de la publicación?
6. El mes de febrero de 2006, corresponde a la fase más caliente no sólo del verano, sino de la campaña electoral para la presidencia, cuando, como dice Aldo Mariátegui, su periódico y el programa de la Chichi peleaban sin tregua, casa por casa, sin tomar prisioneros, para impedir la victoria del “chavismo-humalismo”.
7. Un mes antes, César Hildebrandt, el periodista de mayor credibilidad del país, el que aseguraba imagen y raiting, fue abruptamente sacado de la programación de Frecuencia Latina, por no allanarse a ser parte de la campaña de demolición contra Ollanta Humala y tratar al candidato en su programa como lo haría con cualquier otro.
8. Pocos días después de la ruptura del contrato con César Hildebrandt, se supo que el propietario de la televisora, Baruch Ivcher, había recibido, casi como contra partida a su decisión, la suma de veinte millones de soles como indemnización personal (o personalísima) por los supuestos daños sufridos en los tiempos de la dictadura.
Y es que, por lo que se puede ver, la lucha por evitar la victoria del llamado “antisistema”, no fue tan “heroica y desinteresada” como pretende el empleado de la familia Agois. De hecho es sumamente fácil derivar que en el contexto de un “riesgo sistémico”, como el que se declaró a la coyuntura de relevo de gobierno, se movieron recursos públicos especiales para indemnizaciones récord (todas las familias de las víctimas de la violencia, sumadas, no han recibido un monto como el de Ivcher), urgencias publicitarias de la Sunat, insólitamente empeñada en premiar a sus peores deudores, y otras gollerías de las que seguramente nos iremos enterando.
De esta manera se construyó el “frente para el salvataje de la democracia” que funciona hasta el día de hoy, y que integran notorios colaboradores de la dictadura de los 90, asociados actualmente a Alan García, después de haber cobrado de Toledo, y dispuestos a aceptar que Keiko puede ser una alternativa de libertad y moral pública.
Es evidente por qué LA PRIMERA no cabe en ese grupo.

(Continuará)

Raúl Wiener
Unidad de Investigación

Los Agois se venden al mejor postor

El grupo Agois, propietario de la empresa que edita los diarios “Correo”, “Ojo” y “Ajá”, tiene una especialidad, que es la de colocar a sus directores como intermediarios con el poder de turno. Ocurrió con Carlos Manrique Negrón, cuando era el encargado de “Ojo” en tiempos de Fujimori y hacia un nexo jamás negado con Vladimiro Montesinos (actualmente es el presidente ejecutivo del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú IRTP), y sucede ahora con el director de “Correo” que se jacta por donde anda de la influencia que goza sobre Alan García.
Esta cercanía al poder es ciertamente una gran ventaja cuando se trata de seguir pateando deudas tributarias y obteniendo publicidad del Estado. En diversas dependencias públicas los ministros verifican que la pauta de sus avisos incluya siempre a los diarios de Epensa, y a veces sólo a ellos. Es lo que hacía Rafael Rey desde el Produce, que ordenaba promocionar la venta de anchoveta para consumo humano a través de los carritos anchoveteros, en los diarios de los Agois, pero nadie podía encontrar estos productos a la venta en ninguna parte de Lima y el Perú. O Ismael Benavides que anunciaba con billetes del ministerio de Agricultura un Congreso Campesino que ya había empezado en Huancayo poniendo avisos en la edición de Lima de “Correo”.
Pero la mejor, que hemos reservado para mañana, es la de la Sunat pagando en efectivo un paquete de avisos por más de un millón de soles, cuando Epensa le debía al organismo tributario más de 13 millones. De los tiempos de Fujimori viene además una historia de avisos estatales de sostenimiento de la empresa periodística y la nunca bien esclarecida denuncia sobre dineros entregados directamente a los Agois a través de un diplomático vinculado a la familia, que como toda explicación señaló haber sido “destacado” al SIN por sus superiores. Fue el almirante Rozas, uno de los mascarones que usó Montesinos en la jefatura del servicio de inteligencia, quien declaró sobre estos nexos a lo que la Pinchi Pinchi agregó una tarifa de 8 mil dólares por titular.
Pero, como la suerte los acompaña, salvaron el juicio porque los jueces consideraron que las declaraciones de los testigos y la evidencia del método del llamado Doc con otros medios, apuntaban a señalar que el grupo Epensa fue parte de la red de corrupción de la época. Prefirieron asumir como válidos los desmentidos de los implicados, seguramente porque no estaba a mano el video de los Agois y de sus testaferros, que alguien prudentemente escondió.

La salita del SIN

Año 1999, Luis Agois Banchero, vicepresidente de Epensa, acude como muchos otros a la sala donde se vendió el alma de muchos políticos y empresarios, y la línea de numerosos medios de comunicación. Tuvo que admitirlo años después. Pero como toda explicación hizo esta declaración increíble: "fui sólo para conocerlo y para hablar de asuntos de coyuntura nacional, como la firma del acuerdo de paz con Ecuador". Nadie ha visto u oído algún diálogo filmado o grabado del asesor que gire sobre ese tipo de temas, pero ese ha sido el recurso de todos los que no tenían cómo justificar lo injustificable.
El hecho es que mientras tenían lazos establecidos con el verdadero poder de la época, el hijo del principal propietario de la empresa “quería conocer” directamente con quién es que se hacía el trato. "Nunca utilizamos las portadas de nuestros diarios para denigrar a ningún candidato opositor al régimen de Fujimori. De esto puede dar fe el alcalde Alberto Andrade y el líder de Solidaridad Nacional Luis Castañeda Lossio, quienes fueron atacados sistemáticamente por la prensa que servía a Montesinos",… “ninguno de nuestros diarios "se sometió a Montesinos ni publicó titulares pagados. No participó en campañas de difamación, ni agravió a nadie", declaró Agios Banchero a manera de descargo.


Pero vean ustedes por sí mismo lo que decía “Ojo”, el 9 de junio, cuando el país estaba polarizado en dos mitades, y crecían los reclamos contra el fraude: Titular principal: "Con fuerza”. Foto: ceremonia militar. Subtítulo: “Fuerzas Armadas reconocen a Fujimori como presidente electo". ¿Alguna duda sobre la línea política? Que los diarios de los Agois no cumplían el papel del “Chino”, “La chuchi”, “El Men” y otros, no significa que no fueran funcionales a las necesidades de Fujimori. Formaban parte de una especie de “segundo lote” (el primero era de los diarios de choque), en el que se ubicaban los que apostaban a la despolitización, centrando la atención en otros asuntos, y que de vez en cuando ponían la cara por la pareja Fujimori-Montesinos. Los Agois se especializaron en periódicos “no políticos” y recién cuando acabó el régimen autoritario se decidieron a volver a editar “Correo”, como el diario político de 50 centavos, subsidiado por el resto de la cadena y avisos estatales.
Otro dato para que se aprecie la independencia de los Agois en 2000 corresponde al 11 de abril, cuando Alejandro Toledo se levanta contra el cambio de resultados de la votación de la tarde hacia la noche, y que “Ojo” califica de actitud irreflexiva. Para ellos lo que pasó esa noche fue un resultado por el que “por un pelito”, Fujimori no se hizo de la victoria en primera vuelta. Y nada más. Si por Epensa fuera, seguiríamos gobernados por el japonés que ahora purga carcelería por corrupto y violador de los derechos humanos. Claro, que para que no aparezcan como desagradecidos, la familia propietaria ordenó que se hiciera un juicio de la sentencia a través de una encuesta en las horas inmediatas a la noticia, que recogía, en medio de la desinformación, opiniones que pedían una mayor sentencia, junto con lo que hubieran preferido una condena pero menos severa, con los que decían que debió ser declarado inocente porque los muertos eran terroristas y los que se comieron aquello de que “no sabía”. Así, en un país en el que 70% está diciendo que Fujimori debió ser condenado, el “Correo” de Aldo Mariátegui y Agois, veía casi 60% contra la sentencia del juez San Martín, como si el fuera el procesado.

La falsa independencia

“Si algo realmente me ha llenado de orgullo como tal es haber colaborado decisivamente a parar a Humala” (Aldo Mariátegui, “Correo”, 2 de octubre de 2006). Y, como es propio de gente con principios, le han sacado el máximo de provecho a esa operación política, cuyo resultado efectivo fue la elección por segunda vez de Alan García, al que días antes el mismo Aldo consideraba su peor pesadilla política. Porque no se piense que el diario de los Agois se limita a fotografiar el reloj del comandante, la camioneta de blancos de la Sumire, las notas personales de Hilaria Supa y las cuentas privadas de Nadine Heredia, por mencionar sus más recientes orgullos, sino que cumple otras funciones bien precisas:
- Inventar un García inexistente que nos lleva sabiamente por el camino para salir de la crisis sin cambios en el modelo económico vigente;
- Encubrir la corrupción, minimizando los escándalos del gobierno e inflando o inventado otros contra sus opositores;
- Justificar la política de gastar sin control y fiscalización, con el pretexto del apuro de la crisis;
- Favorecer las concesiones de derechos estatales y recursos naturales, en perjuicio del país;
- Denigrar los movimientos sociales y alentar la represión;
Todo esto se está pagando en esa condición sui géneris de diario casi oficial que goza “Correo”, que Mulder toma en cuenta para sus ladridos parlamentarios y García tolera en todos sus excesos, y que por supuesto es el favorito de las pautas publicitarias, el deudor al que no se le cobra, el amigo para tertuliar a altas horas de la noche.

La Herencia

Empresa Periodística Nacional EPENSA y los diarios “Correo” y “Ojo” fueron creados a iniciativa del magnate de la pesca Luis Banchero Rossi, asesinado cuando se encontraba en su apogeo económico. No habiendo dejado hijos, la cuestión de la sucesión de sus empresas y patrimonio fue una materia de litigio entre el hermano Juan del extinto y el cuñado Enrique Agois. Finalmente este último logró que se declarara como incapacitado para la conducción de los negocios a Juan Banchero, que quedó al margen de la herencia. De esta manera se convirtieron en representantes de una importante fortuna, que la dilapidaron varias veces pero lograron salvarla gracias a sus alianzas con el poder político.


Raúl Wiener
Unidad de Investigación - Diario "La Primera".