sábado, 12 de diciembre de 2009

El indulto y el colchonero

Muchos se sorprenden por el indulto que Alan García le ha concedido al señor Crousillat, suegro eminente del señor Lúcar y hombre para todo servicio de Vladimiro Montesinos.
El indulto es una vergüenza. Pero lo es también lo que ocurre, en general, en la televisión peruana, dominada por gente que le debe casi todo al gobierno o a las prácticas mafiosas.
El caso del Canal 2 es un ejemplo esperpéntico. Nadie se ha atrevido, por ejemplo, a hacer preguntas en torno a una transcripción congresal que ha estado circulando en los últimos meses y que estuvo piadosamente oculta por sólo sabe Yahvé qué razones.
La transcripción corresponde a una sesión del año 2001 de la comisión investigadora que presidió David Waisman. La sesión se realizó en el penal San Jorge y el testigo que allí declaró, bajo juramento, fue nada menos que Víctor Alberto Venero Garrido, uno de los compinches más pintorescos y corruptos de Vladimiro Montesinos.
He aquí algunos jugosos fragmentos:
El señor VENERO GARRIDO, Víctor Alberto.— En principio, agradezco esa pregunta porque quiero decirle a ustedes y a la prensa que el señor Baruch Ivcher es mi amigo, amigo de negocios, lo conozco antes del gobierno del Presidente Fujimori, quizás un poquito antes del gobierno de Alan García, sí, antes. Teníamos una estrecha relación comercial, dado que él me proporcionaba, de su fábrica Paraíso, las espumas, tanto de colchones como de almohadas, para que posteriormente yo, en mi fábrica de confecciones, ponerle las fundas tanto de almohada y de colchón y a su vez presentarme a las licitaciones de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Policiales. Lo que puedo decir al respecto es que el señor Ivcher respetó este trato verbal de caballeros en todo momento y trabajamos mucho tiempo juntos.
La señora TOWNSEND DIEZ CANSECO .— Pero sobre el tema del retiro de nacionalidad y todo esto, ¿usted cumplió una misión de Montesinos o un mensaje?
El señor VENERO GARRIDO, Víctor Alberto.— No, no. Justamente, bajo estos antecedentes, mi amigo Ivcher me pide que si podía yo presentarle o conocía al doctor Montesinos.
La señora TOWNSEND DIEZ CANSECO .— Hay denuncia donde se señala que usted, efectivamente, advierte y señala que hay todo un plan para que los socios minoritarios...
El señor VENERO GARRIDO, Víctor Alberto.— Eso es lo que le estoy explicando, señorita congresista, no sé si...
La señora TOWNSEND DIEZ CANSECO .— Puede continuar. Presidente, con su venia.
El señor VENERO GARRIDO, Víctor Alberto.— El señor Baruch Ivcher, bajo esa amistad comercial que teníamos, esa amistad mutua, me confiesa que quiere una entrevista con el doctor Montesinos y me dice si es factible que yo pudiera conseguir una cita con él. Entonces, yo le digo que sí, que voy a ver, que no le ofrezco nada, pero que, dada nuestra amistad, voy a hacer los esfuerzos para lograrlo. Intento en un oportunidad; no es factible porque no lo acepta el señor Montesinos. Una segunda oportunidad y tampoco lo acepta. Y a la tercera se lo pido como un favor especial, un favor personal y le digo que no sé qué informaciones tenga del señor Ivcher respecto a su persona, a su comportamiento como empresario y como persona, porque el hecho de no querer recibirlo implicaba que era un rotundo no. Entonces, yo le dije: Mira, permíteme explicarte que a este señor lo conozco hace años y nunca firmó un documento conmigo y se ha portado lealmente conmigo, porque él ha podido hablar con el señor Presidente Alan García, que era su amigo y, no sé, vender directamente los colchones y hacerme a un lado. Nunca lo hizo, y yo creo que eso tiene un valor intrínseco...Y eso fue lo que le expliqué a él, que por favor lo recibiera como un favor especial, que yo nunca le había pedido un favor de esa naturaleza y que por favor lo recibiera. Entonces, me dijo: Sí, está bien, tráelo el día miércoles o jueves, un decir. Lo llamé a Ivcher, le dije: mira, te he conseguido la cita con Montesinos. Lo recogí de su canal, subió a mi camioneta, tuvimos una clave para entrar desde la entrada hasta la oficina, que la clave era el “sobrino”, y entramos y llegamos a la oficina del señor Montesinos y se lo presenté con la misma introducción que le estoy diciendo ¿no?, que es una persona leal, que nunca firmó un documento, que lo consideraba un buen amigo, etcétera, etcétera, y que los dejaba conversando a ellos y si gustaban ellos, yo me retiraba. No —me dijo—: quédate. Me quedé en la conversación. Conversaron cosas totalmente generales del canal. Me acuerdo que Ivcher le dijo que él los felicitaba por el combate al narcotráfico, al terrorismo y todas estas cosas, y que él estaba llano siempre a poner a su disposición el canal para lo que el gobierno requiriera. Cambiaron teléfonos, terminó la reunión, salí con el señor Ivcher, me agradeció. A los tres meses o cuatro, creo, hubo una pelea entre los dos, que desconozco por qué motivo ocurrió —y por un teléfono tenía a Montesinos indicándome: por qué me has presentado a esta persona si yo te dije que no quería conocerla. Y esa fue una de mis desgracias porque me consideró un salado, como él decía. Me has salado al haberme presentado, porque ahora sí estoy enfrentando con el Presidente. Me has metido realmente en un problema muy grande. Porque que tu amigo tiene un hermano que vende colchones al Ecuador o que vende armas, aparte que es dueño de un canal y es extranjero y se está enfrentando con nosotros. Entonces, de un amigo componedor, salí totalmente descompuesto, señor Presidente. Por un lado tenía a Montesinos que me daba duro por un lado, y por otro lado tenía el teléfono de mi amigo Ivcher que lógicamente estaba preocupado. Entonces, fui a verlo en calidad de amigo y le dije: Mira, han pasado estos problemas, ustedes se han peleado y yo estoy totalmente en el medio, y él (Montesinos) me manifiesta que tienes un hermano que tiene una fábrica de colchones y que le ha vendido armas al Ecuador y que tú eres un extranjero que no puede ser dueño de un canal. Entonces, él me dice: No, eso es mentira, te lo voy a demostrar, etcétera. Entonces, ahí comienza la pelea entre ellos. Hasta que otra vez voy a verlo a mi amigo Ivcher, y yo lo tomé realmente como broma, cuando él me dice: Mira, Alberto, he hecho una filmación de un cassette, que lo estoy enviando a la ONU, a Derechos Humanos, etcétera, indicando que si mañana me matan, pues es Montesinos, Fujimori y tú has fungido como un emisario. Entonces, yo la verdad lo tomé en broma, en serio lo de ellos, pero le digo: No sé por qué me tengas que meter a mí. Entonces, yo ahora entiendo, sí, yo sé que mi amigo Ivcher me está escuchando, entiendo todo lo que pudo haber pasado en ese tiempo. Yo creo que eso fue un factor determinante para que mis relaciones con Montesinos a partir de ese día cambiaran totalmente, totalmente, porque es ahí donde yo salgo a la luz pública, en la Caja, en las armas, etcétera, soy totalmente incómodo; soy el fusible quemado para el gobierno, en este caso específicamente para el Presidente de la República y para el doctor Montesinos.
El señor PRESIDENTE.— Señor Venero, quisiera que usted nos precise algo. Usted mencionó hace unos momentos que a raíz de esta pelea entre Baruch Ivcher y Montesinos, Baruch Ivcher le dice a usted que se ha enfrentado al Presidente. Usted lo acaba de decir más o menos en esos términos, Montesinos se ha enfrentado al Presidente de la República, ¿él le explica cuáles son las razones del enfrentamiento que él tiene a raíz del pleito o la pelea que tiene Baruch con Montesinos?
El señor VENERO GARRIDO, Víctor Alberto.— Las relaciones ¿no? O sea, las relaciones...Me parece que los engreídos en ese tiempo de gobierno eran pues el Canal 4 específicamente, y el Canal 2 parece poco a poco fue marginado.
El señor PRESIDENTE.— Tiene la palabra el congresista Chang Ching.
El señor CHANG CHING (C90-NM).— Si me permite, señor Presidente. ¿El señor Ivcher tenía negocios con el señor Venero para proveer a las Fuerzas Armadas?
El señor VENERO GARRIDO, Víctor Alberto.— El señor Ivcher es dueño de una fábrica que se llama Paraíso, que es una de las fábricas en ese tiempo y ahora de las más grandes de producción de espuma, espuma de colchones. El Ejército tenía necesidad de comprar colchones casi todos los años, así mismo la Policía, y la sociedad Venero-Duthurburú le compraba a la fábrica del señor Ivcher las espumas tanto de los colchones como de las almohadas, y el que habla, en su fábrica de confecciones, le hacia las fundas de tela tanto de la almohada como del colchón y luego vendía el artículo terminado, en este caso puede ser el Ejército o puede ser la Policía.

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Posdata: García tiene en sus manos esta transcripción desenterrada. Ahora ya sabemos el porqué de tantos silencios.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando me preguntaban en el colegio:
- Niña, ¿qué es fé?
- Creer lo que no vimos.
Ahora me preguntan ¿qué es justicia?
_ Una injusticia...
En la fe, había que creer lo que no veíamos. En la justicia, no creemos en lo que vemos.
un saludo cordial
rosa
http://lacomunidad.elpais.com/partidadenaipes

Anónimo dijo...

Lo que está claro es que Alberto Venero era amigo comercial de Ivcher, y, que éste fue a vender su canal a Fujimori-Montesinos. Lo que no se sabe es porque pelearon Ivcher y Montesinos. Tal vez fue porque uno de ellos le quitaba al otro, la plaza del "tráfico de armas", tal como, sucede con los cárteles de narcotraficantes, que se matan entre ellos disputándose el mercado. La furia de Montesinos hizo que explotara un coche bomba en ese canal, culparon a sendero luminoso del atentado pero los terroristas no se hicieron cargo de la autoría, luego despojo de la ciudadanía a Ivcher, lo echaron de la empresa televisiva y no pudo regresar país por mucho tiempo.

Vladimiro Montesinos, ex asesor presidencial fujimorista, gozaba de inmenso poder, para extorsionar a gran parte de la televisión por medio de sobornos y extorsiones, es raro que se negara a recibir a Baruch Ivcher, cuando él se encargaba de llevarlos a la salita del SIN, como hizo con los otros. ¿Por qué, Montesinos sentía animadversión sólo hacia Ivcher?.
¡Qué negocio obscuro y mafioso los enfrentaba?

Los periodistas debieron averiguarlo, especialmente Hildebrandt y Cecilia Valenzuela.

AYAR dijo...

Que bien eso de recordar para no olvidar lo que han hecho los que estan presos , mas cuando salen antes de cumplir sus penas , pero este caso ¿no es por razones humanitarias?.
Tambien es bueno recordar que ellos recibieron dinero para financiar la campana de Fujimori, lo cual por donde lo mires es un asco.


saludos.

Anónimo dijo...

El pueblo exige una permuta de Alan Judas García por el corrupto, matón y delincuente Crousillat y Aurelio Pastor por Chacón. Alan y Aurelio tras las rejas mientras que Crousillat y Chacón, en libertad. Da igual.

¿Cuántos millones habrá costado el indulto y para que Marisol Crousillat y su productora trabajen en el canal del estado?

"Ese es el Apra que les parece".

Unknown dijo...

El Perú esta infestado de delincuentes, que se aprovechan del más débil, como es el caso de la minería ilegal que destruye gran parte de nuestra amazonía y explota niños, destruyendo su futuro que también es nuestro futuro , basta ya gente aca les dejo un link para evitar esta barbarie, juntos la dentendremos , y juntos viviremos un futuro mejor
http://www.facebook.com/pages/NO-MAS-MINERIA-ILEGAL/153491468496?ref=ts

Jhont dijo...

Concuerdo con usted señor Hildebrant, pareciera que la corrupción se ha expandido por todo el Perú como un cancer terminal. Estamos llenos de dirigentes ineficientes y corruptos, seguidos fielmente por numerosos lamebotas. Gracias por su crítica mordaz. Estare atento a sus nuevos posts.