El problema, al final, no es cuántas faltas de ortografía se cometan. El problema es cuántos crímenes se toleran.
Y la prensa derechista en el Perú ha instigado asesinatos y ha celebrado masacres y ha abierto botellas de champán cuando algún Odría ha puesto “las cosas en su sitio” a patadas y algún Cayo Mierda se ha vuelto a hacer con el poder.
La prensa derechista es, además, esencialmente inculta. Porque representa a una clase que ha preferido fiestear antes que estudiar y saquear y explotar antes que sofisticarse. Y coquearse en un casino de Las Vegas antes que ir a la galería de los Uffizi a ver “La virgen de las arpías” de Andrea del Sarto.
¿Cuántas veces el “Correo” de los hermanos Agois –evasores sistemáticos e impunes de millones en impuestos- criticó el castellano zarrapastroso de Alberto Fujimori? ¡Nunca! ¡Ni con el pétalo de una papeleta lexicográfica!
¿Y por qué?
Porque en relación a Fujimori no importaba cuánto maltrataba el idioma ni qué concordancias se salteaba ni qué plurales se comía ni cuántas veces decía “perguano” en vez de peruano. Lo que importaba es a cuánto ponía la carne de cholo. Y la puso muy barata. Para los Agois y sus amigotes.
¿Sánchez Cerro fue, académicamente hablando, casi una mula?
Sí. Lo fue. ¿Acaso algún periodista encopetado lo insinuó siquiera? El asunto es que Sánchez Cerro hizo bien su trabajo: matar apristas y calmar el avispero.
¿Y no es que Odría prescindía de la servilleta y a veces prefería la manga del uniforme para limpiarse la boca? Yes, sir. Pero Odría también hizo bien su tarea, que era la de matar apristas (mucho menos que Sánchez Cerro, es cierto) y poner en vereda a los de abajo.
No hablar bien ni escribir con propiedad el castellano es un drama. Pero tiene atenuantes si se piensa que este es un país que ha tratado de matar su cultura original y que ha condenado al analfabetismo (real o funcional) a muchos pobladores rurales.
¿Es que Hilaria Supa olvidó la educación recibida? ¿Es que escapaba de clases y se desescolarizó a solas? ¿Es que flojeaba viendo la tele?
La pregunta malévola viene de lejos: ¿Qué hace una semianalfabeta en castellano en el Congreso?
Pues, precisamente, representa a los millones de peruanos que, como ella, fueron declarados inexistentes por la República de Lima.
Lima siempre ha querido blanquearse. Y una de las maneras de blanquearse ha sido avergonzar a quienes no hablan el español standard que se habla entre las señoras de los balnearios del sur.
Porque Lima es tan estúpida que cree que, echándole cal viva a los orígenes, sentirá a Europa más cerca y a España más materna.
Y si la República de Lima niega el mestizaje (aunque suspira por la fusión de Gastón Acurio), con más saña negará a los que nos recuerdan que alguna vez fuimos la indiada primordial, el joven imperio donde el runasimi era el idioma propagado oficialmente.
Matar simbólicamente a Hilaria Supa es volver a negarnos y repetir aquel país canalla que a los indígenas les cobraba tributos sólo por el hecho de serlos.
Porque en la República de Lima, José María Arguedas tuvo que comer en la cocina, junto a la servidumbre aindiada como él, y a los comuneros de Rancas les dieron plomo por encargo de los de la Cerro de Pasco Corporation, de igual modo que plomo es lo que hoy reciben los niños de La Oroya, por encargo de esa Doe Run que ni el Pama cumple y que se burla en inglés de las autoridades.
Y plomo de los máuseres salía en las novelas de Ciro Alegría. Y plomo de la prensa conservadora salió siempre para quienes se atrevieron a proponer nuevos rumbos.
Hilaria Supa es bárbara en castellano. ¿Y qué? Pero es fluida en quechua y eso de nada le sirve. Y quienes la denigran no hablan quechua (ni lo intentarían), pero eso resulta irrelevante. Porque en la República de Lima se insulta en castellano a quien sólo puede defenderse en quechua.
Y se puede ser ignorante en castellano y sabio de otras mil maneras. Y se puede ser brillante en castellano y asaz abusiva en otras prácticas. En el respeto por las normas democráticas, por ejemplo. De eso puede hablar, con especial énfasis, mi contradicha media hermana, doña Martha Hildebrandt.
Y si la democracia es respeto por las minorías, el diario de los Agois ha demostrado no tener respeto por esa minoría quechuahablante. Minoría lograda –recordemos- a punto de exterminio y potosíes, minoría obtenida con arcabuces, primero, y máuseres, después.
Ingenuos somos. Si la derecha peruana no respetó a las mayorías (cuando éstas impusieron electoralmente a Haya de la Torre, por ejemplo), ¿por qué habría de ser delicada con las minorías? Ingenuos y olvidadizos.
En “Canto general”, un libro que deberían leer los jóvenes baboseados por ese sistema que los ha convertido en decorativos, Pablo Neruda habla de esa América primera y prehispánica:
“Antes de la peluca y la casaca
fueron los ríos, ríos arteriales:
fueron las cordilleras en cuya onda raída
el cóndor o la nieve parecían inmóviles...”
Y cuando Neruda trata el tema de la conquista española lo hace, como no podía ser de otra manera, desde la perspectiva dolida de los suprimidos:
“En Panamá se unieron los demonios...
Primero llegó Almagro antiguo y tuerto,
Pizarro, el mayoral porcino
y el fraile Luque, canónigo entendido
en tinieblas...”
El gran poeta que le cantó al amor (a todos los amores) abrevia la conquista del Perú en una sola frase compasiva:
“...La noche ha descendido
sobre el Perú como una brasa negra”.
Y en relación a la América entera, su patria ancha, Neruda narra de esta manera burlona el proceso brutal de la hispanización:
“Después vinieron a poblar la herencia
usureros de Euzkadi, nietos
de Loyola. Desde la cordillera
hasta el océano
dividieron con árboles y cuerpos
la sombra recostada del planeta.
Las encomiendas sobre la tierra
sacudida, herida, incendiada,
el reparto de selva y agua
en los bolsillos, los Errázuriz
que llegan con su escudo de armas:
un látigo y una alpargata”.
Porque así fueron las cosas y así se maldijeron las costumbres y se destruyeron los idiomas y se evangelizó cuchillo en mano y con el oro en las alforjas. Y porque los que hoy se sienten por encima de todo olvidan que también vienen, en efecto, de olas de hambreados, aventureros y asesinos. Olvidan la alpargata.
Hablar relativamente bien el castellano standard no es una hazaña para quien tuvo educación. Escribirlo más o menos bien es un don que poco tiene que ver con el esfuerzo y sí con el destino.
Yo no me siento más por el castellano que me tocó tocar. Si algún mérito habré de reclamar será, en todo caso, el de no haber abandonado jamás mi rebeldía, la capacidad de indignarme, mi simpatía irrenunciable por los débiles. Eso no me hace mejor. Me permite vivir, sencillamente.
sábado, 25 de abril de 2009
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7 comentarios:
El odio racial de ciertos peruanos de herencia europea –y de indígenas que niegan su pasado originario- contra las culturas nativas de Perú no es cosa del pasado colonial, es síntoma de una enfermedad crónica pero curable.
Congresista de Cusco Hilaria Supa Huamán. Getty Images
Aldo Mariátegui es un escritor mediocre que se alimenta de esa putrefacta adicción que tienen los racistas peruanos por el ataque y la destrucción de la autoestima del pueblo indígena peruano, de nuestras culturas, de nuestros idiomas. Ellos no saben que hacen todo lo contrario.
El talento de Aldo [Mierda] para el insulto, la ofensa, la burla bestial, el abuso, es consecuencia de esa mala educación que los envenena de racismo desde la infancia a ciertos sectores de nuestro dividido país. Ese talento destructivo en Perú llama la atención, ese tipo de contenido basura es popular en un país enfermo por la miseria cultural:
Esto es lo que escribe Aldo Mariátegui sobre la congresista Hilaria Supa Huamán:
Pues aquí lo que se pone realmente en debate es si es sano para el país que pueda acceder al Congreso alguien con un nivel cultural tan bajo, cuya ortografía y gramática revelan serias carencias y sin aparente ánimo de enmienda, porque no me digan que no es evidente que Supa rara vez agarra un libro, ya que está probado que la gente que lee poco es la que peor escribe al estar menos familiarizada con las reglas más elementales de redacción. Nadie pide que cada congresista sea una Martha Hildebrandt, pero, por Dios, tampoco pueden escribir peor que un niño de ocho años.
Aldo M. y gente como él están enceguecidos y creen que "su" educación es la que otros deben aprender y asimilar para considerarlos iguales. Pero gente como ellos no entienden el concepto de diversidad que felizmente tiene la humanidad con sus muchas culturas, gramáticas, lenguas, formas de vida, formas de escribir. La educación eurocéntrica de los Alditos les obliga a atacar a los indígenas y negros peruanos porque creen que tienen la autoridad de decidir por nosotros.
Eso es lo que hace Aldo Mierda -–uno de sus familiares me dijo una vez “es un loco que nadie en la familia ya respeta”- desde su columna diaria de Correo, ese panfleto fascista que dirige y donde también escriben otros racistas que promueven la supremacía blanca en Perú.
José Carlos Mariátegui, abuelo de Aldo M. y uno de los primeros pensadores peruanos criollos que tocaron el problema de los indígenas peruanos escribió el ensayo El Problema del Indio en 1928. Mariátegui no era un indigenista, pero intentó que los peruanos criollos comprendieran que un país dividido por el racismo y el gamonalismo nunca iba a progresar.
Después de 81 años, vemos que Perú no ha cambiado mucho para algunos:
El concepto de que el problema del indio es un problema de educación, no aparece sufragado ni aun por un criterio estricta y autónomamente pedagógico. La pedagogía tiene hoy más en cuenta que nunca los factores sociales y económicos. El pedagogo moderno sabe perfectamente que la educación no es una mera cuestión de escuela y métodos didácticos. El medio económico-social condiciona inexorablemente la labor del maestro. El gamonalismo es fundamentalmente adverso a la educación del indio: su subsistencia tiene en el mantenimiento de la ignorancia del indio el mismo interés que en el cultivo de su alcoholismo
El ataque del diario Correo y Aldo M. contra la congresista Hilaria Supa es una ofensa contra todas las culturas originarias de Perú y debe ser detenido. Si Aldo Mariátegui viviera en EEUU hace tiempo estuviera en la cárcel y hubiera sido juzgado por racista, por su falta de respeto a la diversidad y por promover la discriminación –y la violencia por ello- en un país de mayoría indígena como Perú que tiene un historial de abuso racista. Escribe el buen Mariátegui:
El problema indígena no admite ya la mistificación a que perpetuamente lo ha sometido una turba de abogados y literatos, consciente o inconscientemente mancomunados con los intereses de la casta latifundista. La miseria moral y material de la raza indígena aparece demasiado netamente como una simple consecuencia del régimen económico y social que sobre ella pesa desde hace siglos. Este régimen sucesor de la feudalidad colonial, es el gamonalismo. Bajo su imperio, no se puede hablar seriamente de redención del indio.
Pero no solo es Aldo M. quien debe ser condenado por esta basura mediática, es también la gente detrás de esa foto, los que editaron la imagen, los que publicaron el artículo, los que aprobaron ese contenido tan bestial. Nadie acaso se detuvo a pensar ¿Estoy haciendo algo justo? ¿Es esto algo constructivo para mi país?
Solo complementar el verdadero titulo del tema:
"los Señoritos de Lima ©"
Saludos
La verdad "CORREO" tenia que hacerlo. Ese periodico nadie lo leía, ya estaba desapareciendo, salvo algunos acomplejaditos que se alucinan del primer mundo.
Los limeños no somos todos como usted dice, evite usar un termino tan general que podria ser usado por candidatos irresponsables para justificar las injusticias y desigualdades. Los problemas son causados por codicia y ambicion principalmente y generada por grupos y personas que se puedan diferenciar o señalar sugestivamente en todo caso. Evitemos el uso de frases que puedan distorcionar la realidad como "los pituquitos de miraflores" o "o que los pueblos sufren debido a los ricos" y esas frases de novela por que las causas principales de los problemas del Peru es mas bien de "los algunos politicos miserables que quieren ser pitucos"
Estan los marginados, los alienados, los computados, los resentidos, y los observadores de pureza objetiva, wannabes de prensa idilica en el 2009. Albricias, romanticos de la palabra y el contenido libre! Ejemplares bilingues de lenguas oficiales, aun no caducas!
"los Señoritos de Lima ©"
Simón Bolívar escribió en 1815 la "Respuesta de un Sudamericano a un Caballero de esta Isla", epístola mejor conocida como "Carta de Jamaica". En el célebre documento, dirigido a su amigo Henry Cullen, residente de Falmouth, Jamaica, el Libertador formula certeras predicciones políticas para América Latina. Incluye en ellas palabras duras para el Virreynato del Perú −al que califica como "el más sumiso"− y proyecta la conducta pro-dictatorial de los afortunados miembros de sus clases acomodadas:
"El Perú encierra dos elementos enemigos de todo régimen justo y liberal; oro y esclavos.
El primero lo corrompe todo; el segundo está corrompido por sí mismo. El alma de un siervo rara vez alcanza a apreciar la sana libertad; se enfurece en los tumultos, o se humilla en las cadenas.
Aunque estas reglas serían aplicables a toda la América, creo que con más justicia las merece Lima por los conceptos que he expuesto, y por la cooperación que ha prestado a sus señores contra sus propios hermanos, los ilustres hijos de Quito, Chile y Buenos Aires.
Es constante que el que aspira a obtener la libertad, a lo menos lo intenta.
Supongo que en Lima no tolerarán los ricos la democracia, ni los esclavos y pardos libertos la aristocracia; los primeros preferirán la tiranía de uno solo, por no padecer las persecuciones tumultuarias, y por establecer un orden siquiera pacífico. Mucho hará si consigue recobrar su independencia."
Aldo Mariategui: Runasimipi qillqay huk rimayllatapas; Runasimipi Aymarapipas qillqaykuy, ama hina kaychu. Peru kaqninpi periodikupa “director” kaspaqa, yachawaqchiki wakinnin Qaltukunapi kaq rimayninkuta, ari?... Manam yachankichu! Upam kanki!
Y qué tal si le pedimos a Aldo Mariátegui que, por favor, escriba una palabra en Runasimi o “quechua”? O en Aymara? Todo un director de periódico en el Perú debe saber al menos algo de los principales idiomas andinos, verdad?
La oración de Mariátegui, tan larga y de pobre gramática castellana, sería: “Pues aquí lo que se pone realmente en debate es si es sano para el país que pueda acceder a la dirección de un periódico peruano con un nivel cultural nulo, sin ortografía ni gramática Runasimi, Aymara, ...”
Atentamente,
Numa Armacanqui
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