Mientras el BCR ha rebajado en un punto la expectativa de crecimiento de la economía peruana hasta llegar a un 4 por ciento para el 2009, el dato del INEI relativo a la parálisis del mes de febrero (0,19% de expansión del PBI) no hace sino confirmar que la crisis está aquí y que nos toca la puerta con la cara de loco de Jack Nicholson en “El Resplandor”.
Si en febrero hemos “crecido” 0,19% es porque el valor de nuestras exportaciones ha caído un 20%. Sólo en el tema de las barreras arancelarias ecuatorianas, el Perú viene perdiendo 225 millones de dólares.
Y pasar de 3,14% de crecimiento en enero a 0,19% en febrero se llama crisis aquí o en Jamaica. Y eso es algo que el voluntarismo no cura y que la verborrea no alivia.
El sector construcción, que venía creciendo a un ritmo de dos dígitos, lo ha hecho sólo en un 4,73% durante el mes de febrero del 2009. Tendrá que darse con una piedra en el pecho, sin embargo, porque sigue siendo, junto con el sector agropecuario, un islote privilegiado en un archipiélago de cifras desinfladas.
Así, por ejemplo, la minería se ha contraído 2,0%, el sector manufacturero ha decrecido un 7,45% y la pesca se ha desplomado un desastroso, aunque también estacional, 17,62%.
Cuidado. No estamos hablando de cifras disidentes ni de fuentes interesadas en inocularnos pesimismo. Las que aquí reproduzco provienen de un despacho de la agencia estadounidense Associated Press cuyo título reza así: “Crecimiento económico registra frenazo en Perú”. Y lo que ha hecho la agencia es glosar las cifras entregadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística e Informática.
Lo que nos está golpeando con mayor dureza es la demanda externa, que ha pasado de glamorosa a mediocre y, en algunos casos, de mediocre a deficitaria. Venezuela y Argentina nos están comprando bastante menos que antes y a esta lista de países remolones en adquirir productos peruanos se ha sumado –oh hada cibernética, cómo te explicas esto- Estados Unidos de América (con TLC y todo).
Si a esto agregamos que la cifra anualizada de la inflación ha llegado, de marzo del 2008 a marzo del 2009, al 4,78 por ciento, tendremos, más o menos completo, un escenario de cuidado.
Hace un mes, en una emisora radial, el muy informado lobista estadounidense PPK dijo que uno de los grandes peligros para economías como la nuestra es, precisamente, la inflación. Y contó que las máquinas impresoras de billetes de las grandes economías han trabajado sin cesar en estos últimos meses, lo que podría tener un efecto contagioso. Algo más: PPK advirtió que la crisis global recién se notará nítidamente en el Perú a partir del mes de julio.
Pues parece que la crisis ya nos dio su cuota inicial. Y lo que puede venir dependerá de con qué seriedad afrontemos el asunto.
Por eso es que da grima que empresarios exitosos como José Chlimper estén dedicados a gimotear por Fujimori en vez de dedicar todos sus esfuerzos a estimular el mercado interno y a buscar nuevas oportunidades de exportación. Si muchos como Chlimper se sienten viudas desoladas, que le cedan el puesto a quienes podrían plantarle cara a la tormenta perfecta que está por llegar. (Y a propósito: ¿No será tiempo de pensar en un aumento razonable del paupérrimo salario mínimo?)
Desde esa perspectiva, nada ayudarán la demagogia, el encubrimiento y la mentira. Y eso es lo que ha sucedido con el caso de la minera Doe Run.
Hace pocos días voceros del gobierno y de la Sociedad de Minería salieron a decir que el caso estaba solucionado gracias a una inyección de 175 millones de dólares que Doe Run recibiría de fuentes privadas.
“El Estado no ha desembolsado ni un centavo” –dijeron. Y la mayoría aplaudió.
Ya era desagradable que unos particulares peruanos se hicieran cargo de la crisis financiera de una empresa que pertenece a un archimillonario estadounidense, que ha ganado una millonada cuando los precios del cobre y el zinc estaban altos, y que ni siquiera ha cumplido con los 75 millones de dólares del último tramo de su programa ambiental.
Bien, la respuesta a esa debilidad política, a esa generosidad auspiciada desde el Estado, llegó ayer. Doe Run mandó a su casa al 75 por ciento de su personal y dijo que seguiría parada hasta que el ofrecimiento de la ayuda “se hiciese efectivo”.
La agencia noticiosa Reuters ha confirmado que la colaboración prometida a Doe Run -75 millones de dólares en crédito revolvente y 100 millones en concentrado mineral- estaba entrampada y sólo podría darse en las próximas semanas. Vieja experta en el arte de la extorsión, Doe Run exige que le cumplan lo ofrecido. Y tiene una “razón legal” que la asiste.
Y los trabajadores -1,800 en este caso, los que ganarán durante los 30 días de este pre-despido 65 soles diarios- son los que pagan el pato. Como siempre. Como le gusta a Chlimper. Como le place al fujimorismo empresarial, que nunca tuvo un cholo más barato que con el condenado japonés.
Si con patrañas como la de Doe Run vamos a encarar la crisis, arreglados estamos.
Y lo que es de rogar es que ahora no salga el doctor Alan García a insuflarnos confianza y a darnos una clase magistral de litio. La cosa no está para humoradas.
jueves, 16 de abril de 2009
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7 comentarios:
La crisis del capitalismo nos toca a todos y en los próximos días debe frenar en seco las remesas familiares de los Estados Unidos a América Latina que el 2004 llegaron a los 45 mil millones de dólares una cifra mayor a todos los préstamos del FMI, el Banco Mundial y a las inversiones realizadas a la fecha. Sin este aporte la región va a palidecer. Quienes piensan, inadvertidamente, que la crisis no les toca respiren hondo.
Un dato: los fondos colocados en las AFP han sido liquidados por la turbulencia financiera. El despojo criminal ya fue perpetrado. Es probable que dorando la píldora por correo electrónico con todos los eufemismos consoladores le digan: ¡Aquí no pasa nada! Cuando el mensaje preciso debería ser: ¡Aquí no quedó nada! La crisis mundial suma factores como el excesivo riesgo asumido por los bancos de inversión , un manejo financiero con superlativo énfasis en la audacia y astucia, la inteligencia de los pillos, antes que en la ética y virtudes tan antiguas, pero tan vigentes como la verdad, la transparencia, la mesura, la parsimonia y la sinceridad.
El crédito fácil provoca la sensación ilusoria de felicidad del dinero que no es dinero producto de tarjetas de crédito que generan deudas impagables, que rompen los bolsillos de los más pobres. Junto a todo eso el artificio publicitario y la adicción al gasto inane. La crisis mundial es una analogía de lo que sucede con un servidor público que recurre a un préstamo bancario que refinancia y cubre con otro préstamo de una caja municipal u otra financiera en una cadena inacabable que asfixia y que socava finalmente sus posibilidades de pago.
Por eso urge preservar la salud financiera del país. La Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) ha advertido a los bancos, financieras y cajas municipales la necesidad de medidas conservadoras como las provisiones cíclicas, la gestión Integral de riesgo, y la adopción del Nuevo Acuerdo de Basilea II que garanticen que cualquier efecto indeseable sea amortiguado por el sistema.
Hoy mismo los deudores minoristas tienen que ser observados detenidamente frente a los riesgos del excesivo endeudamiento. Definitivamente una tarjeta de crédito en manos de un consumidor sin capacidad de pago tiene efectos devastadores en la economía. En Piura se precisa que existen alrededor de 55 mil tarjetas de crédito de uso frecuente a las que acompaña como un fantasma ese riesgo posible de gastar lo que no se tiene a la hora que no se debe.
Quisiera saber donde estan los imbéciles que decian que el Perú estaba blindado, que hagamos empresa, miremos el futuro, que el chato pesimista. Tira de cojudos con un millón de empresitas estos no se dan cuenta que viviran ellos y su generación como tercermundistas ridículos.
El problema a estas alturas asume una forma tal de devastaciòn que la organismo econòmico peruano se comporta frente a ella como el virus del SIDA con el sistema inmunològico. Se concentra, invade las cèlulas y destruye de adentro hacia afuera. Nos infectaron con el virus de la crisis,el organismo peruano no ve la gravedad del asunto y la mediocridad de nuestros glòbulos blancos(polìticos y empresarios) atacan con la ingenua creencia de que eliminan los virus cuando èsta se halla en en ellos mismos.Como bien dicen el el señor Hildebrant,los sìntomas ya han empezado anotarse y cualquier remedio retòrico por muy eficaz que se presente, simplemente nos hace ver la dimensiòn de la infecciòn. La pregunta es : ¿HASTA CUANDO SOPORTARÀ EL ORGANISMO PERUANO? ¿ LOS RETROVIRALES HECHOS EN UN CLUB SOCIAL O EN ALGÙN HOTEL DE LUJO PODRÀN RETARDAR EL MAL HASTA QUE YA NO PODAMOS LEVANTARNOS? Parece que el organismo econòmico peruano impuesto desde fuera inicia seriamente su camino a la muerte. "Debe morir" es la consigna. Pero ¿Què haremos con el cadaver putrefacto?
Mmmm, Mejor me callo...
Saludos,
Bueno Patricio, ya era hora de que guardara respetuoso silencio aunque me parece por los comentarios que leo aqui, que tal vez seria mejor quedarse callado. Pero como ultimamente opino poco me tomare la libertad de hacerlo. La crisis esta y no se ira, diga lo que diga Garcia. Eso no quiere decdir que los amigos Bolivarianos que andan por aqui (incluido el pensamiento Hildebrandt) tengan toda la razon en sus predicciones apocalipticas. Si no nos compran como antes era previsible, asi que espero que hayamos tomado ciertas precauciones. Hay un ministro eficaz en Economia, confiemos en que manejara adecuadamente los vaivenes economicos que estan por venir... muy a pesar de quienes desean el fracaso rotundo de este Gobierno para poder decir que tenian razon y que no queda otro camino que el Ollantismo Bolivariano.
Me olvidaba, en cuanto al tema minero, hay que reconocer que el Gobierno parece negociar de rodillas y asi no hay forma de favorecer a los peruanos.
Buen blog, felicitaciones..aunque mi temática es otra (la de comics de humor), siempre es importante mantenerse informado, y que mejor con un blog como este.
Mi felicitación reiterada.
Saludos
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