viernes, 3 de octubre de 2008

Opinión a la carta

He recibido la siguiente carta de Susana Villarán:

“César: Me encuentro fuera de Lima por razones de trabajo.
Leí su artículo hace unos instantes y me ha asombrado. Siempre lo he seguido y, aunque no siempre he coincidido con sus posturas, creo que sus puntos de vista son importantes en una sociedad a la que se le escatima vergonzosamente la verdad y la pluralidad de opiniones.
Una sociedad anémica de crítica está condenada a seguir siendo manipulada.
Recuerdo su batalla periodística por los inocentes en prisión y la satisfacción que tuve de entregarle el premio de Periodismo y Derechos Humanos de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, cuando fui la Secretaria Ejecutiva de esa institución.
Nada de lo dicho en estas líneas está orientado a hacerle cambiar su punto de vista sobre mí. No existe nada más triste que un periodista complaciente. Tenemos ya demasiados en el medio.
Me ha desilusionado, César. ¿Por qué ese encono y a qué viene tanta ponzoña? ¿Acaso no era correcto tomar el teléfono, o decirle a quien lo asiste en su programa o en el diario que lo haga y preguntarme sobre el diferendo de Tacna y Moquegua y cómo tratarlo para luego escribir al respecto?
Un tema, por cierto, que no toqué en la entrevista en “No hay derecho” porque ésta versó sobre varios temas, uno de ellos fue la actitud de Lourdes Flores y me ratifico en lo dicho. También estuve hace poco en Tacna, conozco el problema y sé que no se puede jugar con fuego.

Saludos,

Susana Villarán”.

Y bien, creo que Susana Villarán cometió un error al censurar que la oposición de centro-derecha haga su trabajo anunciando que podemos ser víctimas de otro “moqueguazo”.
Eso no quiere decir que la lideresa del PPC desee el “moqueguazo”, como parecía insinuarlo la repentina prudencia patriótica de Susana Villarán.
¿Y qué es jugar con fuego? ¿No lo es avalar implícitamente al gobierno de García cuando incumple actas, compromisos y hasta sus propias leyes? ¿Juega con fuego Moquegua, que quiere un canon racional, o el gobierno, que no atina a encarar el asunto, presionado por Tacna y por su propia incompetencia?
Susana: tienes todo el derecho de rechazar mi opinión, que, por supuesto, no es ni pretende ser cátedra ni ejemplo sino sencillo ejercicio de la libertad. Ese derecho queda expresado en la carta que he publicado sin quitar una coma.
En todo caso, si algún sarcasmo te hirió en lo personal, pues lo retiro. Siempre me has parecido admirable. Y cuando las personas admirables hacen algo como desacreditar a la oposición –sea cual fuere el signo que tenga–, el enfado puede poner vitriolo en las palabras.
En todo caso, estamos parejos: nos hemos desilusionado recíprocamente. Espero que este sea sólo un episodio rápido y malo de una relación política y periodística que desearía mantener. Claro, si tú piensas lo mismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque el "Moqueguazo" fue un dechado de manipulación política (Moquegua ya gozaba del mayor canon minero per cápita del Perú), el gobierno en lugar de hacer prevalecer su razón y autoridad incurrió en torpeza tras torpeza hasta que optó por asumir un compromiso con los revoltosos para salvar su trasero político.

Quien vela por la institucionalidad y el estado de derecho es el primero obligado a cumplir con los acuerdos, así estos sean desventajosos. Es la diferencia entre un régimen democrático y una camorra de delincuentes. Esto no significa, claro está, que aquello que resulta perjudicial de un convenio deba mantenerse así. Como bien dicen "hecha la ley, hecha la trampa", existen mecanismos legales e institucionales que permiten la revisión, modificación o cancelación de un acuerdo. Pero esto no exime a nadie -mucho menos al Estado- de cumplir con lo pactado mientras tanto.

Por supuesto que el romper acuerdos tiene su "plástica". Se puede ver muy "cool" muy "in" agarrar el papelito y romperlo en público como si fueran las cadenas de la opresión. Pero esas cosas son para la muchachada irreflexiva e inmadura que usualmente (como en el Moqueguazo) tiene poca o nula idea sobre aquello que es blanco de sus iras.

Resumiendo: Ke el gobierno no reproduzca la criollada (hepática) de muuuchos de sus gobernados. Por lo menos que sea más inteligente, no metiéndose en compromisos que no podrá cumplir.

Anónimo dijo...

creo que las posturas poco claras de los lideres de opinion o quienes pretenden liderar la oposicion en nuestro pais es tan pobre que se queda en el maquillaje y no se va al fondo de la realidad, lo que se esta pidiendo a este gobierno inoprante que respete a todos los peruanos y que no se burle de las demandas que con justicia reclaman todos los que nos sentimos ignorados por estos personajes que estan asalatando el pais sin que nadie les ponga en su sitio, realmente escribir estas lineas es como una catarsis por tanta burla y como que aqui no pasa nada, todo esta bien, mientras tenemos unos medicos en hulga hace tres semanas y no les da la gana de resolver un conflicto laboral con el cuento de prefieren hace obras para los pobres cuando no se dice que el robo bajo esta modalidad es la mas comun en todos los gobiernos desde el local hasta el nacional con sobrevaloraciones a las obras que luego vandra otro y la volvera hacer porque no duro solo el tiempo necesario para la foto y la inauguracion.conozco a Susana como a muchos intelectuales que buscaban en la clase popular reflexionar la realidad nacional pero quisiera que vuelvan a sensibilizar a las nuevas generaciones sobre la necesidad de comprarnos el pleito para que no se nos tome por retrazados mentales que no nos damos cuenta del botin que se estan llevando todos personajes que hoy gobiernan nuestro pais.

Salvador Núñez dijo...

Adopta una provincia, ese es mi reiterativo pedido a los periodistas de Lima, ese periodismo a la distancia es de lo más sano, yo creo que puede existir la forma de apoyarse con corresponsales o periodistas amigos de provincias, no saben la emoción que me da cuando Cesar Hildebrandt escribe algo de Arequipa, y no es para menos, cuando uno ve la televisión o compra los diarios para saber lo que pasa en las provincias, solo se pueden leer o ver las consecuencias de la indiferencia, no hay una historia total de nuestro pueblo, que es de Ayacucho, Loreto, Madre de Dios, Tumbes, Ica...tan solo se puede sentir el desprecio, o peor aún, la falta de respeto a la vida sencilla, pero pobre, muy pobre de las provincias.
En cuanto a lo de la Señora Susana Villarán, muy bien que se haya dado un tiempo para escribir a quien yo se que a pesar de su decepción aún valora, y bien por usted Señor Hildebrandt que deja una puerta abierta para el retorno al diálogo y tal vez a la amistad.