sábado, 21 de junio de 2008

Si Obama se atreviera

¿Quién es Barak Obama, el probable próximo presidente de los Estados Unidos?
Dicen que es el Kennedy del nuevo siglo. Yo digo que ojalá no lo sea. Kennedy terminó sobrepasado por lo más oscuro del Pentágono y ordenando la invasión de Cuba, lo que arrastraría al mundo, meses después, a la crisis de los misiles y a la inminencia de la guerra nuclear.
Dicen que sería un gran cambio en la política exterior norteamericana. Me pregunto si un gran cambio consiste en llamar “Estados parias” a Irán, Siria, Cuba y Venezuela. Y esos son los términos que emplea Obama.
¿O será un gran cambio plantear que Estados Unidos cuente con 25,000 infantes de marina adicionales y 65,000 efectivos terrestres de más? Y eso es lo que plantea Obama.
Dudo de que sea un gran cambio apostar “por la energía limpia del etanol” para reducir la dependencia petrolera, o decir que el flujo de indocumentados debería empezar a cortarse empezando con 500,000 inmigrantes menos durante el primer año de su mandato. Como senador, Barak Obama no votó en contra del muro fronterizo que, erizado de cámaras y púas, se levantó en contra de México.
Dice Obama que cerrará la cárcel de Guantánamo y que devolverá el hábeas corpus al disminuido pueblo norteamericano, pero resulta que la Suprema Corte acaba de sentenciar en ese sentido obligando a Bush a respetar los derechos humanos de los prisioneros del enclave en territorio cubano. Adicionalmente, el candidato que derrotó a Hillary Clinton no ha tomado distancia de la pena de muerte.
Es cierto que se opuso a la guerra en Irak, pero lo paradójico es que no ha prometido un retiro inmediato de las tropas invasoras sino uno ralentizado, programado inicialmente para dieciséis meses, y de ningún modo total “porque necesitamos tener capacidad de ataque sobre las bases de Al Qaeda que puedan todavía estar allí”. Además, si bien es cierto que se opuso a la guerra en el 2003, al año siguiente votó a favor de incrementar el presupuesto para sostenerla.
Y si de temas domésticos se trata, basta un ejemplo: Obama pasó de postular el seguro de salud universal (41 millones de estadounidenses carecen de seguro médico) a expresar cada vez más dudas sobre el financiamiento del proyecto. Y en el camino no se atrevió a condenar el orden impuesto por las empresas que ganan billones con la privatización de la salud impulsada por Reagan y continuada por la dinastía texana que ha puesto a los Estados Unidos donde está (en la más grave de sus crisis tras el derrumbe de la bolsa de 1929).
Y si el ejemplo de la cobertura sanitaria no bastara, miremos lo que empezó como “la crisis de las hipotecas”. Creo no exagerar si digo que en este momento no hay un solo analista norteamericano que nos pueda decir qué se propone hacer Barak Obama con una economía edematosa que parece ir a la deriva rumbo a una tormenta mayor. Obama saca la cara por la clase media y dice que las políticas republicanas han favorecido a los ricos, pero no se atreve a decir que esa política se tomó al dictado de los intereses de las grandes corporaciones, las depositarias del verdadero poder.
El gasto público -que debió reducirse en la visión conservadora de un Estado cada día más delgado- se ha incrementado en 64% gracias a Bush y sus guerras. Obama ha planteado 50,000 millones de dólares adicionales a los 170,000 millones ya gastados por Bush en ayudas tributarias para el americano medio asfixiado por las hipotecas. ¿Se saneará así una economía que vive de los excesos y parece alimentarse sólo de sus déficits? Lo más valioso en este capítulo es la promesa de Barak Obama de anular las últimas rebajas de Bush a las tasas impositivas del 5% más rico de la población, aunque no se han señalado todavía plazos y montos.
A mí la verdad que Barak Obama me cae muy bien pero no me despierta ningún entusiasmo.
El problema es que no importa lo que diga en la campaña electoral o cuán original luzca en un programa de la televisión. Lo que importa es hasta dónde podrá llegar si llega a ser presidente de los Estados Unidos. Es decir, hasta dónde se le permitirá ir.
Porque Estados Unidos no se gobierna: se hereda a piñón fijo.
Si Obama pretendiera salirse del libreto de las corporaciones, si osara cambiar la partitura interminable de los “enormes intereses” que han terminado por roer y contaminar lo que fue la mayor democracia del mundo, supongo que, en ese momento, sería invitado a Dallas. Allí, algún Lee Harvey Oswald de ocasión y tecnológicamente actualizado, se encargaría de convertirlo en mártir y en residente de Arlington.
Porque en Estados Unidos, como se sabe, no hay golpes de Estado tercermundistas. En ese país que alguna vez tuvo la razón y fue de veras agente de la libertad frente al fascismo, a los presidentes incómodos los matan. Así hicieron con John Kennedy cuando estaba a punto de decidir que no habría escalada en Vietnam. A su hermano Robert, en cambio, lo mataron en el camino a la presidencia. Eso es más barato y limpio. Y esto que en esa época “el complejo militar-industrial”, que Eisenhower vio claramente como una amenaza, estaba todavía en pañales. Hoy es casi un poder absoluto.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que la actual crisis ha estallado en Estados Unidos todo el mundo lo sabe. Pero lo que seguramente no tendrán tan claro son las soluciones que propone el ya candidato por el Partido Demócrata a la Casa Blanca Barack Obama a la crisis de las hipotecas subprime, y en general, a la crisis económica.

El principal plan que presenta Obama es el de permitir a los organismos crediticios la compra de hipotecas y transformarlas en préstamos a 30 años a tasas fijas. Con esto se pretende suavizar el efecto sobre las familias de las fluctuaciones de los mercados. Y para compensar la falta de liquidez de las rentas más bajas, plantea prorrogar el seguro de desempleo y ayudas a los estados con menos recursos para mantener en funcionamiento los servicios sociales, candidatos de primera para recortes presupuestarios cuando escasea el dinero en caja.

Podemos ver a simple vista que Barack Obama propone una creciente intervención del Estado en la economía, para garantizar, al menos, el bienestar de los norteamericanos, y desahogar a los bancos de la falta de liquidez.

Mientras, en el Partido Republicano, la propuesta del candidato Jonh McCain, que rara vez es noticia por culpa de la saturación de mensajes de los candidatos demócratas, se centra en la rebaja de impuestos para favorecer el crecimiento, el movimiento de los mercados. También descarta realizar promesas electorales para solucionar la crisis inmobiliaria, aunque claro, esto pierde peso cuando ya estás hablando de tus planes para solucionar esa misma crisis, y si además cierras diciendo que no descartas ayudas gubernamentales, sacrificios para los deudores y reformas para evitar que el país vuelva a caer en los mismos errores.

Y en McCain podemos ver la clara tendencia neoliberal de la antigua Administración de George Bush, pero mucho más ambigua en cuanto a la crisis inmobiliaria, que no ofrece soluciones concretas. Sin embargo, él asegura que aprenderá de los “errores” de la política económica de George Bush. ¿Eso se traducirá en un mercado mucho más libre de trabas administrativas y de regulación estatal?

Precisamente, “Obama y McCain eligen la economía como primer campo de batalla” titula Yahoo! Noticias en su portal de internet. Obama denunció que McCain “quiere gastar 1.200 millones de dólares en una reducción de impuestos a ExxonMobil”. El portavoz de McCain respondío que “ahora que las familias trabajadoras sufren y que los empleadores son vulnerables, Barack Obama promete aumentar los impuestos sobre los ingresos, contribuciones para las pensiones, impuestos sobre las plusvalías, impuestos sobre los dividendos e impuestos sobre las empresas que crean empleos”.

Según el último sondeo de Gallup, Obama tiene 46% de intenciones de voto, contra 44% de John McCain.

Con todos estos datos, digo yo, ¿qué necesita Estados Unidos para solucionar su actual crisis? Pues hechemos mano de Europa donde la crisis de las hipotecas subprime apenas han afectado (excepto en contadas ocasiones como el Nothern Rock Bank o el banco UBS) y especialmente en España, donde los bancos están presentando unos balances con extraordinarios beneficios. ¿La respuesta? Mayor regulación bancaria y autoridad para la Reserva Federal. Claro que es muy probable que los norteamericanos, con lo escépticos que son a la hora de intervenir en la economía, apenas lleven a cabo una regulación como la que existe en Europa. Eso sí, según los últimos movimientos que estoy visualizando, no es de descartar que la Reserva Federal aumente su autoridad, independencia y poder.

Anónimo dijo...

el responsable de este blog apocrifo sabe que las lineas de hildebrandt se refieren a manrique, godoy y sifuentes?????

johnny dijo...

Ayyy, senor Hildebrant no siga escribiendo sus pensamientos politicos, NO SIRVEN.
Veamos, Usted critica a Barack Obama por su posicion acerca de la pena de muerte, senor Hildebrantd, usted investigo esto? really?
Se lo digo por lo siguiente senor, La pena de muerte en USA es una decision de estado, no federal. Me entiende?. Se lo vuelvo a explicar, la pena de muerte es decision de los estados, got that?.
Senor Hildebrant, mi intencion no es molestarlo, pero yo exijo que las personas que son referentes como usted, tiene que ser informado antes de escribir, got that?
Senor Hildebrant usted critica a Barack Obama por su posicion acerca la pena de muerte, pero me pena, si, pena senor hildebrant, que usted teniedo como 25 anos de periodismo no pueda chequear sus fuentes, y saber algo tan basico senor Hildebrant, la pena de muerte en Estaods Unidos es una decision de estado, no federal; le doy un ejemplo en New York no hay pena de muerte, pero si existe la pena de muerte en el estado de Texas, gracias.

Anónimo dijo...

Estados Unidos es manejado por los judios demonios que alli viven, Barack pronto caera najo las garras de esos judios satanicos.

Anónimo dijo...

OBAMA No representa el cambio..los latinos no somos tontos para comernos el cuento....aqui el blog en contra de Obama:

http://latinoscontraobama.blogspot.com/