martes, 3 de junio de 2008

LECCIÓN DE PERIODISMO, ÉTICA Y DIGNIDAD

Escuchar siempre es bueno. Escuchar nos hace bien. Porque escuchando se aprende, se asimilan cosas nuevas, se empieza ha salir de la penumbra de la ignorancia.
Claro, eso depende de quién esté al frente; los pobres diablos nunca podrían enseñar nada, salvo su pobre diablura. Pero si quien está hablando, es alguien de la calidad de César Hildebrandt, es mejor sentarse, escuchar, tomar nota y aprender. Y eso es lo que haremos, escuchando esta extraordinaria conferencia, dada por el periodista de Radio San Borja, hace unos días, en la universidad San Marcos, y que fuese poco promocionada por algunos colegas de la prensa.



Tomado del blog "Matices de Opinión"

1 comentario:

richardqt dijo...

De forma inequívoca, el actual gobierno esta pretendiendo caer en la ilusión de lograr un periodismo que solo se enfoque en las "noticias positivas", como ya le ha pasado a tantos en la historia de la humanidad desde que el periodismo existe. Tanto el tiranico dictador militar como el gobernante democrata pero autocrático, intentaran vanamente dominar al periodismo con los mas diversos medios. Podrán dictar leyes reguladoras y antimonopolicas, censores estrictos, listas negras de publicidad oficial o promesas de jugosos negocios sin lograr absolutamente nada. De la misma forma que al vino que se le agrego agua, esos intentos de control no pasaran desapercibidos. Aquel medio que se deje acallar o manipular por el estado, en poco tiempo se quedara sin lectores, televidentes u oyentes. Todos los políticos, cuando llegan al poder, fantasean con un periodismo que les sea benigno con sus errores o que se haga la vista gorda, sin pensar que la definición de dicha actividad radica en lo contrario: descubrir las corrupciones y mantenerse inconformista respecto de la información que provenga del poder. ¿Quiere el Gobierno que el periodismo no lo moleste? Pues simplemente que no mate, no robe, no mienta, no codicie los bienes publicos, no tome el nombre de la Constitución en vano y que honre al pueblo que lo eligio por sobre todas las cosas.