viernes, 9 de mayo de 2008

San Marcos pierde terreno

Como todo está en venta y todo “se pone en valor”, entonces va el rector de San Marcos –un ­anónimo labrado a lo largo de muchos años de impecable mediocridad– y le vende 28,000 metros cuadrados de universidad al jefe de la banda del SAT, que son esos que te asaltan con su robótica armada en Matusita, y un día, claro, los estudiantes se encuentran con agrimensores que pesan jardines y hombres con teodolitos que calculan los próximos cementos y volquetes que cargan arena y la evacúan en deposiciones de chirrido y tolva.
Entonces los estudiantes arman la bronca y el jefe de la banda del SAT, que también es el alcalde de Lima en sus ratos libres, ya no contesta el teléfono, igual que el rector que hizo el raro negocio, y en eso es que llega la policía (que embarra el general Salazar y despilfarra Luis Alva Castro, que es nuestro Javier Bardem haciendo de ministro del Interior de Macondo).
Y se arma la gorda, se vuelve a la edad de piedra, y hay policías contusos, estudiantes apaleados y dirigentes estudiantiles cazados en plena actividad y en pleno claustro, que en estos días apristas se respeta tanto como Martin Rivas respetaba el claustro de La Cantuta.
¿Pero por qué marrana idea un rector sanmarquino vende 28,000 metros cuadrados de un bien que no le pertenece? ¿Por qué el jefe de la banda del SAT, y alcalde cuando no está aceitando a sus “Arturitos” que ponen papeletas, incita ese comercio?
Muy sencillo: porque todo está en venta y hay que estar a la moda. Fenicia ha regresado y su flota ha anclado en el Callao. Y si entras a un bazar de esos que propone el Apra berlusconiada, lo primero que te ofrecen es una encuesta de la Universidad de Lima, con loreada de Benavente como yapa.
Se vende la selva con pájaros y lluvia, se vende el periodista hablando en oro, el puerto de Paita con su luna famosa, el muelle norte a plazos, y al contado los Wong que se vendían, a precio de remate el recurso de amparo, se vende la neblina de Huancabamba, a los chinos les vendemos las décadas que vienen, a los norteamericanos les vendemos nuestra partida de defunción como país-nación, al Vaticano la Caverna le vende la franquicia del miedo, la reventa se vende, se vende PPK que ya no debería andar de señora ofrecida (por las várices), los aires de los edificios se venden a Nextel, se vende la carretera que está por hacerse, se vende lo que Romero quiera, lo que los Wiese falsearon en Azángaro lo compró Toledo (que compraba sus diablos azules en Palacio), los denuestos se compran en la tele, Althaus vende somníferos hablados (un día podría morir de una sobredosis de sí mismo), los chilenos se han comprado seis Tarapacás, ocho Aricas y cuatro Antofagastas con su Evo incluido, el orgullo está con un letrero de alquiler-venta, el fujimorismo vende cadáveres que Raffo ha mejorado a imagen y semejanza, se vende padres viejos por la herencia, las sinagogas ya fueron compradas, Jauja ha vuelto pero para revenderse, la Segunda Guerra del Pacífico ya se vendió antes de perderse, el cielo es un milhojas que Rodríguez Larraín ya se tragó, “El Comercio” se ha comprado a sí mismo, el ­Apra vende el menaje de Haya, los comunistas se han privatizado, Tula Rodríguez se ha tercerizado, las oscuras golondrinas han visto vendidos sus balcones, García vendió a pagar en dos partes su memoria, Garrido Lecca se vende en 3D y hasta el mismo acto de vender ya es una venta (que lo diga Salmón con su “Peru Now”, que es como gritar que ahora o nunca salimos de la mercadería).
Eso es “poner en valor”, que es como los huachafos llaman al sencillo acto de vender. Y yo digo, humildemente, que “hay que poner en valor” a la Caverna y rematarla en las páginas de “Relax” de ese diario que es tan servicial que hasta sirve a las putas cuando ellas pagan (lo que es una prostitución a la inversa, como las subastas de Alva Castro). Porque si el Perú es un viejo almacén, como en el tango, y el perro del hortelano ya no es un obstáculo, ¿qué esperamos para limpiar el trastero? Pongamos “en valor” el Congreso y se lo colocamos a precio de ganga a alguna laguna de oxidación privatizada. Pongamos “en valor” el miedo, la hipocresía, la codicia, la insolidaridad, el racismo y otra vez el miedo y de nuevo el racismo y les juro que nos convertimos en potencia mundial.

6 comentarios:

richardqt dijo...

Desde ya hace varios meses, la Municipalidad de Lima viene construyendo una obra de tamaños desproporcionados entre las avenidas Universitaria y Venezuela, pese a los innumerables pedidos de reformulación que han hecho los alumnos de la afectada Universidad.
Marchas pacíficas y arengas en busca de una solución han caracterizado la vida académica de San Marcos en las últimas semanas, cuando el avance de las obras y la violencia de los obreros está llegando a su etapa más crítica con el derrumbe de los muros periféricos y la invasión de la plaza cívica de la Decana de América. Ahora, la posición de la municipalidad es negativa frente a la suplica de los universitarios: conversar y llegar a un acuerdo común; y pareciera que no les importa, en aras de la modernidad, pisotear derechos y usar la violencia para conseguir sus objetivos. “La construcción no se puede paralizar, porque esto ya no es una proyecto, sino una obra en ejecución”, fue lo que dio a entender un representante de la Comuna limeña en una entrevista a un conocido programa televisivo, con lo que nos demuestran que nada en ellos puede hacer que broten sus sentimientos de respeto a la comunidad sanmarquina.
Por otro lado, en esta última semana se han registrado hechos totalmente denigrantes por parte de los efectivos policiales y trabajadores de construcción civil, quienes provistos de armas en todas sus variedades han intentado disuadir las protestas delos estudiantes tratándolos peor que a unos delincuentes, sin importarles que dichos jóvenes solo exigen justicia y respeto hacia su alma mater. Se había planificado una marcha pacífica al Congreso en la mañana del 8 de mayo, pero la fuerza opresora de la policía, que verdaderamente parecían delincuentes, impidieron que ésta se realizara violando un derecho constitucional: el de expresar nuestra opinión libremente, sea por medio de una huelga o no.
Un gran número de estos policías bloquearon la universidad; y por ende, a los alumnos, impidiéndoles el paso y dando pie a una verdadera batalla campal en la que el cuartel fue una casa de estudios de tan grande prestigio, la cual fue ultrajada por esas personas que se hacen llamar fuerzas del orden, cuando en verdad son fuerzas represivas. En la mencionada invasión, no les importó que las algunas facultades estuvieran dictando clases normalmente, sino que entraron y arrasaron con todo lo que encontraron a su paso. Provistos de armas de todo tipo, los policías se enfrentaron a los estudiantes, la mayoría de los cuales solo tenia libros y cuadernos con lo cual defenderse ante las bombas lacrimógenas que fueron lanzadas como globos de agua en temporada de carnaval.
De esta manera se viene dando los acontecimientos en la primera Universidad de América, cuyas paredes derrumbadas permiten el ingreso de extraños al campus, y a su vez, los miembros militares no hacen ora cosa que usar la violencia para frenar las manifestaciones. Esto, en medio de la inexistente presencia de las autoridades.

gerald306 dijo...

entren a un blog echo a imagen y semejanza de un peruano: http://pimienta-peruana.blogspot.com

Anónimo dijo...

Y al parecer el señor Castañeda sigue con esa posición estúpida e infantil de quien pareciera estuviesa peleando por un dulce, al igual que un niño caprichosamente endemoniado por algo que no le pertenece... Por que eso, señor alcalde, San Marcos, no le pertenece; ni un cochino pasto que algún perro se haya tomado la molestia de usar como baño... No le pertene ni a él ni a nuestro querido rector. La única actitud firme que se han dignado a tomar es la de incitarnos más a tomar medidas que a un universitario no le corresponden. El hablar con nuestro padres se hace cada vez más difíci, ya que ellos, como familia que son, se preocupan. Encima de preocuparse por el horrendo tránsito que el señor alcalde causa, tratándonos de exhortar que a que dejemos Lima y vaganbundeemos por algún lugar del Perú para que los cochecitos de la ALC-UE se paseen con normalidad... ¿Qué más esperarán? ¿Qué medidas espera que tomen los universitarios si se nos trata como la peor basura conocida y por conocer? ¿Tan insignificante se ha vuelto un sanmarquino? Bueno, fueron casi 2000 los del jueves pasado pero valemos como uno... Nos cortan las alas... ¿Qué podemos hacer?

Anónimo dijo...

Excelente, Hildebrandt.
Coincido totalmente.

Cesar Esquerre Huallpa dijo...

articulo acido pero genial

Anónimo dijo...

Que hagan un carril más en la Javier Prado, asi agarran terreno de la U. de Lima, mucho tráfico, ahí se pondrían saltones los pituquitos