martes, 18 de noviembre de 2008

“Perú 21” Q.E.P.D.

Los periódicos suelen tener agonías demoradas, muertes bostezudas, decadencias de cierta parsimonia. Pero los miembros del directorio de “El Comercio” que han tomado el poder y han raptado la voluntad de Francisco Miró Quesada Rada han querido romper todas las marcas en el feo asunto de exterminar publicaciones.
Y eso lo digo porque, en apenas un par de días, “Perú 21” ha dejado de existir y lo que cuelga en los kioscos y se ojea a la distancia es su ánima exhalada el viernes último, su almita juvenil viajando al limbo.
O sea que Pepe Graña Miró Quesada, el de Collique y mil gangas, y Milagritos Miró Quesada, que tuvo a bien separarse del honorario mapochino Emilio Rodríguez Larraín, cada uno por su lado, han ayudado a matar a “Perú 21” con la celeridad de las desgracias. Es decir, de un tiro en la nuca y, si nos atenemos a tanto colega callado y a tanta coleguita con gutapercha en la boquita, al estilo de los sicarios de Detroit: con silenciador. Que la muerte que no se nombra es más muerte todavía.
En el “Perú 21” de hoy (me refiero a la edición de ayer) no están los columnistas que sostenían el templo –con la excepción de Guillermo Giacosa, un tal Bullard -que representa a su bufete y al vicepresidente Cheney- y, felizmente todavía, “Heduardo”, que camina por la cuerda sin red de protección-. No están los columnistas que sostenían el templo pero sí se oye la turbamulta de los mercaderes, las disputas de los Polvos Rosados y los ofrecimientos de la Cachina Constructora.
De los columnistas que levantaron, junto al director, la personalidad de “Perú 21” no queda nada sino una también silenciada ceremonia del adiós. Y sin ellos, “Perú 21” es un difunto de papel caminando con decidida palidez hacia los quince mil ejemplares. Porque un periódico no es un pelotón de sucesos ni un chilcano de noticias sino una manera de ver el mundo y de compartirlo con los lectores.
Sin los columnistas que le daban matices y rabias, temperatura y variedad, coraje agregado y sorna para distintos gustos, “Perú 21” es un suma cero de boletines y titulares salidos de la fosa común de las agencias noticiosas. Ya no es un periódico, en suma, sino una nostalgia. Y el problema es que las nostalgias pueden cantarse pero no leerse.
Lo que no entiendo es por qué “El Comercio” no ha publicado en la página de obituarios, donde todos esperamos aparecer algún día para morirnos de verdad, la desaparición de tan joven y prometedor pariente.
Y lo que menos entiendo es qué necesidad tenían los secuestradores de Paco Miró Quesada Rada de deshacerse de alguien que estaba haciendo las cosas bien y que era la disonancia autocontrolada que le permitía al Grupo El Comercio, que se cree una República Aristocrática, decir que ellos eran demócratas en relaciones exteriores y democráticos en asuntos del interior.
¿Qué escollo podía significar Álvarez Rodrich en los mega proyectos del grupo (una wikipedia peruana, un nuevo diario deportivo, otro Canal de TV)? Ninguno. Al contrario, “Perú 21” les atraía un público joven, nuevo, profesional y políticamente centrista. Y les permitía hablar, con la elegancia de la nobleza (aunque sea imaginaria), de los conflictos entre generaciones, de lo difícil que resulta controlar un imperio y de que la edad de la razón amansaría a los audaces de estos días. En fin, que con Álvarez Rodrich “El Comercio” tenía hasta un arma de negociación. Ahora es como si el viejo elefante hubiese matado a su cría en un ataque de locura.
¿Por qué, de verdad, esta crisis?
Porque el dinero siempre quiere más dinero. Y se supone que algunas insolencias de “Perú 21” costaron plata en publicidad, en oportunidades, en futuras licitaciones y en lo que podría llamarse “la imagen proempresarial del Grupo”. Desde el punto de vista de la representación simbólica y de clase, “Perú 21” desentonaba con sus bluyines, sus sacos casuales y algunos de esos contenidos que nada le debieron a la casualidad.
¿Ha habido presiones para que esta automutilación del holding “El Comercio” se produzca?
Todo indica que sí. Y más que presiones brutales –que ya no son necesarias en esta época de pasteurización mediática- lo que ha habido es la criolla y continua queja del presidente Alan García y de algunos de sus allegados respecto de las supuestas salidas de tono de “Perú 21”. Quejas que, expresadas ante personajes claves y en las reuniones precisas, fueron minando la capacidad de mantener la relativa autonomía que aprovechaba al máximo Álvarez Rodrich.
Lo de los petroaudios se ve ahora como un pretexto. El lado fenicio de “El Comercio” ha decidido limpiar al Grupo de veleidades y desvaríos e imponerle a la flota bajo su mando la disciplina de Nelson. No de Nelson Manrique, claro está.
El último fin de semana, en las afueras de Lima, hubo un almuerzo donde se presentó un escribidor de los Agois (los más felices con la muerte de “Perú 21”). Este señor señaló que lo que “El Comercio” había hecho estaba muy bien y que “el sistema” se encargaría de desaparecer a Álvarez Rodrich. Como si el ex director de “Perú 21” fuese un pelo caído y tuviese que escurrirse por el lavabo. El legendario idiota supone que “el sistema” es Pepe Graña, más cualquier cuchinski ladronzuelo, más las Cades de azafatas, más varios genaros y un puñado de sal gruesa y picaresca y un enlace provechoso y viajero con los que ganan las licitaciones (o las ganarán). No, ese no es “el sistema”. Ese es el sistema de Fortunato Canaán. El de Fortunato Canaán y el de Rómulo Cana.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No cabe que dudas que la “renuncia” de Augusto Alvarez Rodrich (AAR) a la dirección de Peru21 daña la libertad de prensa en el país (aunque tenga discrepancias sobre la magnitud del impacto). Sin embargo, si esbozamos un análisis ascéptico, se trataría, como el mismo AAR lo ha dicho, de “discrepancias editoriales entre los dueños del diario y su director”, algo que podemos ubicar dentro de la normalidad de relaciones en el mercado de los medios de comunicación. Lo que me interesa comentar en este post es la reacción que ciertos grupos y actores ante este hecho. Quizás la “desventaja” de estar fuera del país, me podría ayudar a ver el caso con menos información, pero también con menos apasionamiento ¿Por qué el caso “Peru21” se convierte ahora en una suerte de “cruzada cívica”? ¿Por qué tendría que, por ejemplo, sumarme a la “sugerencia” de Susana Villarán a no comprar Peru21? ¿Por qué tendría que unirme a la invitación del grupo de facebook “solidaridad con Alvarez Rodrich”?

1. AAR tiene un millón de amigos. Por las declaraciones en RPP, veo que AAR ha tomado tranqui su salida de Peru21. Sin embargo los más dolidos parecen los “amigos” de AAR que ya le están organizando esas “ceremonias de desagravio” que son un desborde de elitismo. AAR ha sido un director con un desempeño regular al mando de un diario (me gustaba su estilo canchero de poner titulares por ejemplo; no me gustaba cómo hacía confundir el Congreso como institución y los congresistas como malos representantes; no le perdonare nunca esa vaina de "Chico21"), pero no es un paladín ni un héroe, por favor. ¿Estamos tan caídos de “emblemas” que resulta tan meritorio que un profesional “muera en su ley”?. Ojalá AAR no acepte ninguna patería pública y haga un rápido “move on” de la situación.

2. Los columnistas. ¿Un diario lo hacen sus columnistas? ¿Qué porcentaje de los lectores de un diario siguen fielmente las columnas de opinión? En palabras del mismo AAR, “le gente compra Peru21 por el crucigrama”. Los seguidores de las columnas de opinión son una mínima parte del mercado de lectores de cualquier diario, incluido éste. Además, a mi parecer, salvo las columnas de Tanaka, Degregori, Pásara (Pedraglio tenía sus días), las demás estaban llenas de sentidos comúnes, y no representaban la tan mentada “pluralidad” (más plural es Correo, aunque duela). Ahora pensemos en los puntos positivos: por fin dejaremos de leer las encriptadas columnas de Bruce (una muestra), los insoportables egotrips de Alonso Alegría (Giacosa, vete!, Segal tú también). Quedan aún Heduardo, Efraín Trelles, y Josie!!!

3. Indignación del "Primer Mundo". Existe un sector social en el país, pequeño, con una alta capacidad (discrecional) de indignación. Tienen la indignación a flor de piel y su capacidad moral muy elevada para el promedio de peruanos. Su moral es del primer mundo. Cualquier hecho puede ser interpretado como un “atentado”, como un “retroceso”, algún signo de arbitrariedad ya es “fujimorista” (pero claro los “petro audios” no son montesinistas, no). En este sentido, la salida de AAR les da en la yema del gusto. Confunden la moral con la realidad, y generan efectos perversos en las “causas” que promueven: se adueñan de las reivindicaciones, utilizan métodos frívolos para defenderlas (por lo menos formas inadecuadas), despertando más antipatías que filiaciones. Lo peor es que no se dan cuenta. Un ejemplo es la carta que Susana Villarán escribe a “Paco” (Miro Quesada, entiendo) en la que termina con una post data de antología:

PD. No compro más Peru 21 y mañana dejaré sin efecto mi suscripción de fin de semana a El Comercio.

Hellooooo, Susana. O sea, a ver, me pregunto: ¿Quién tiene suscripción a El Comercio? (creo que los empresarios mineros que tanto criticas y tú) ¿Qué peruano crees que va a sentirse identificado con un mensaje así? O sea, “el peruano de a pie” (como los llaman) precisamente consume la prensa peruana en el kiosko de la esquina, leyendo los titulares (llenos de calatas y goles) mientras espera la combi. En ese sentido, los titulares de La República y La Primera todavía cumplen su función de criticar al gobierno, o no? Por eso, celebro posts como el de Cayo.

4. Es iluso “No comprar Peru21”. Más allá del sector periodístico y de los “millones” de peruanos que leían todos los días las columnas de Peru21, el mundo sigue girando. Ideas como sabotear un diario podrían terminar más afectando a sus trabajadores que a sus dueños (claro, cuándo han pensado en la clase obrera, me olvidaba). Esos “signos” de civismo son ilusos, como lo promueve “el mejor blog político 2008”: “ay, yo no compro Perú21, ni Expreso, ni Correo, ay fuchis”. Si quieren defender la libertad de prensa, háganlo en serio. La libertad de información no se reduce a un diario, ni menos a un director, ni mucho menos a un periodista. Nadie piensa en los “coleguitas” que se pueden quedar sin chamba. Perdonen la vulgaridad, pero “no me vengan con huevadas”. Tu indignación me indigna.

Anónimo dijo...

Le falto poner en el sistema a rata gorda de Alan,junto con los demas roedores ,Robulo y Fortunato.

Anónimo dijo...

POR FIN SE FUE ESTE SINVERGUENZA
jajajajajaj......no sean sirvenguenzas...alvarez rodrich ...es un comodin de la politica y del periodismo ....revisen su historia(¿que paso durante el gobierno de Fujimori?.)...hildebranth peca de soberbio al creer que "SU VERDAD" es "LA VERDAD".....¿o que pactos tendra? ....la salida de alvarez rodrich ..no SIGNIFICA NADA el periodismo no pierde nada .....gracia a este señor ..se encerro injustamente al Dr. alejandro castillo caderon el agosto 2007 y dias despues se presento el terremoto en Ica(justo cuando iban hacer huelga los policias , esto sirvio de cortina de humo)... ....
actualmente esta libre dicho medico por que se demostro su inocencia...acaso rodrich pubico sobre su inocencia......señores no dejen que piensen por ustedes ..hidebrant es el gran complotador....para reflexionar

Álvaro Felipe dijo...

Y otra curiosidad en medio de esta conjunción de "curiosidades" es que esta noticia ha sido la bomba en internet, pero la prensa tradicional no ha hecho el mismo eco.

PD. ¿Podrías añadir un botón para que los lectores se suscriban a los artículos? Es muy pesado tener que entrar al blog a cada rato.

Anónimo dijo...

Los dueños de la torta hacen con la misma lo que le venga en gana. Lo jodido es cuando el dueño de otro pastel (Alan) mete el dedo y lo dejan hacerlo. Alvarez Rodrich hizo bien su chamba , reclamó, trató de comerse solito alguna porción y se fue a la mierda. No creo que haya pesado el hecho que Alvarez Rodrich, cuya presencia y forma de hablar es asquerosa, no esté alineado o cosa por el estilo. Todos los periodistas creen ser poderosos y simplemente son gente común y corriente como cualquiera. Los que trabajan en El Comercio, redactan mal, critican como si fueran ejemplos de moralidad (Ej. Vivas, Cisneros etc), disfrutan y usan sus propios avisos porno, pontifican sobre decencia y se cagan en los sentimientos de los demás. Si yo le contará a usted lo que sé de Fernando Vivas me tiro abajo no al susodicho sino a media farándula. No tendría sentido. Por lo menos, usted tiene un lugar en donde pone la cara y el culo y lo pueden mandar a cagar y no pasa nada. Qué lastima que el decano haya caído en la cloaca y que un padre expectore a su propio hijo.

Anónimo dijo...

aldito m. sospechoso e infaltable personaje. Ojala Hildebrandt te haga la gran Alvarez Rodrch.

Anónimo dijo...

Que lástima lo que sucedió con Peru21 . Ahora si estoy segura que Rómulo León tan sólo es un testaferro de otras RATAS mayores que se desenvuelven en la actividad política.

Por si no lo saben , los columnistas de Perú21 han abierto un blog : compartidoespacio.blogspot.com

No compraré Peru21 pero no debido al llamado que hizo Susana , sino pq simplemente me informe y creo que de mejor manera a través del internet. De igual manera ya hace muchos meses deje de comprar por salud mental el diario el Correo, es que ya no podía soportar leer los titulares de la columna de Andrés Bedoya Ugarteche , un personaje lleno de odio racial que no sé el motivo por el cual no lo expectoran de ese diario , claro a no ser que Aldo comparta ideas con el susodicho sujeto.