Lima, 5 de febrero del año 2008
Sr. Director del Diario
El Comercio
Quizás pueda decir usted, señor director, que ayer, en mi respuesta a sus infames insinuaciones, sólo hablé de una de las fuentes en el sonado caso de estafa y apropiación ilícita que protagonizaron algunos directivos de El Comercio.
En efecto, ayer me atuve a la versión de don Luis García Miró Elguera, ex gerente de El Comercio y denunciante de lo sucedido en el periódico. Pero como yo no hago lo que sus “investigadores” hacen sistemáticamente, intentaré, en esta nueva carta, con su permiso obviamente, dar “la otra versión de los hechos”, es decir la versión de ustedes, la versión de El Comercio.
Esa versión, que tengo ante mi vista, es escabrosa, por decir lo menos. Y lo es porque acusa a Luis García Miró Elguera de tantas faltas y delitos que no entiendo cómo es que ustedes no pelearon hasta ver en la cárcel al delincuente que describieron en su contestación a la demanda.
Bajo el título “Sobre su supuesta trayectoria “intachable”, El Comercio acusa a quien había sido su gerente general durante nueve años de lo siguiente:
a) Responsabilidad en el fraude de 474,200 soles perpetrado por espacio de 16 meses por el señor Jesús Fernández Dávila.
b) Cargo de 950,000 soles a Promotora Ecsa S.A. para regularizar vales personales, “claramente realizado para esconder el problema de los vales provisionales irregulares del señor Luis García Miró Elguera…”
c) Un faltante de caja de 1’261,144 soles, descubierto tras el arqueo realizado el 23 de septiembre de 1992.
d) La sustracción de 30,000 dólares “del cajón del cajero”, hecho que se repitió, increíblemente, en mayo de 1993.
e) Autootorgamiento por don Luis García Miró Elguera de 328,623 soles “a cuenta de beneficios sociales… sin contar con la autorización del Directorio”.
f) Ocultamiento del informe de Moreno, Patiño y Asociados, el que “señalaba una serie de irregularidades en la administración de la empresa”.
g) La existencia de vales en caja por un valor de 5’852,690 soles “sin la autorización correspondiente”.
h) Autootorgamiento por don Luis García Miró Elguera de préstamos personales por un valor de 570,357 soles “sin conocimiento del Directorio”.
i) Sustracción, días antes del arqueo de caja, de “los documentos que sustentaban el faltante”.
Señor director: si todo lo que El Comercio alega fuese cierto, entonces habría que decir que su periódico tuvo, durante nueve años, a un encorbatado malandrín como gerente general.
La enorme duda que surge es esta: si todo eso era cierto nadie sabría explicar por qué, entonces, el periódico llegó a acordar con el mismo García Miró una “transacción caballerosa” ocurrida en enero de 1994, cuando todo lo enumerado por El Comercio se conocía de sobra y había sido tratado en Directorio.
¿Transacción caballerosa con alguien capaz de sustraer documentos y dinero de caja? ¿O, más bien, señor director, necesidad de transar con quien sabía demasiado de las cuentas secretas y otros desmanes contables de los que hay también registro y documentación? ¿O, para decirlo criollamente, un señor rabo de paja que aconsejaba el silencio, silencio que tuvo que romperse sólo cuatro años más tarde en los juzgados y ante las denuncias de un García Miró que se sintió vejado y traicionado?
Porque eso del rabo de paja es un asunto clave para El Comercio. Como el periódico tiene un enorme talento para intuir quiénes la deben y la temen, lanza sus amenazas, ahora también teledirigidas, a blancos bien escogidos. Blancos como algunos pusilánimes miembros del Consejo Nacional de la Magistratura, quienes, bajo la presión casi extorsiva del periódico, se han apresurado a decir que investigarán a la Fiscal de la Nación. Y todo porque a la Fiscal de la Nación no le da la gana de arrodillarse ante El Comercio. Porque El Comercio está “acostumbrado” a que el Estado se le rinda y los presidentes lo adulen. Y hay poseedores de kilométricos rabos de paja que así lo hacen.
Disculpe, señor director. Me salí del tema. El tema era que ustedes “transaron caballerosamente” con quien, cuatro años más tarde, resultó ser, según vuestras propias palabras, un hombre que no tenía nada de intachable.
Ahora bien, el alegato de El Comercio en contra de Luis García Miró Elguera reconoce explícitamente la existencia de las famosas cuentas secretas. Cito textualmente:
“Cuentas en el extranjero.- A este respecto manifiesta el demandante que al hacerse cargo de la Gerencia General “tomé conocimiento de la existencia de cuentas secretas bancarias existentes (sic) en el extranjero… uno de cuyos principales beneficiarios era precisamente Alejandro Miró Quesada Garland”. La afirmación es parcialmente falsa. Lo único verdadero es que las cuentas existieron”. (Fin de la cita).
Eso dice el alegato de El Comercio, señor director: “Lo único verdadero es que las cuentas existieron”. Y ese documento está suscrito por don Guillermo Lohmann Luca de Tena, apoderado de El Comercio, e ingresó al primer juzgado civil de Lima el 18 de noviembre de 1998. Claro que el mismo documento añade que fue don Luis García Miró Elguera quien “abrió y operó” dichas cuentas. O sea que El Comercio culpa a don Luis García Miró Elguera ¡hasta de la existencia de las cuentas secretas! Menos explicable entonces la “transacción caballerosa” de enero de 1994.
Nada dice El Comercio, sin embargo, sobre cuánto tiempo tuvieron esas cuentas (fueron once años realmente), ni quiénes se beneficiaron ni con cuánto (fueron seis miembros de su Directorio), y nada de nada respecto de la procedencia de esos fondos no declarados (eran pagos, por debajo de la mesa, de proveedores de El Comercio, según García Miró). Y nada aclara en relación a lo que llamó “repatriación de fondos” cuando de lo que se trató fue de cancelar el saldo que existía en 1993 (más de ochocientos mil dólares) sin decir ni una palabra sobre los años anteriores.
Es más, los ochocientos trece mil dólares “regresados” ni siquiera fueron a parar a la empresa. Fueron repartidos de inmediato entre todos los accionistas de El Comercio, quienes recibieron sendos cheques por distintos valores según su jerarquía accionaria. Álvaro y Bernardo Roca Rey recibieron, por ejemplo, 24,706 dólares por cabeza mientras José Graña Miró Quesada obtuvo 37,036 dólares. Alejandro Miró Quesada Garland, que se había beneficiado durante once años con sumas salidas de las cuentas secretas, fue paradójicamente favorecido con otros 52,051 dólares y doce centavos salidos de esos mismos fondos.
Así “resolvió” su periódico, señor director, el grave asunto de las cuentas en el exterior no declaradas. ¿Y así se yergue como el periódico que decide quién debe ir a la cárcel y quién no, quién debe ser ensuciado por sus insinuaciones y quién lavado por su interés, quién merece ser linchado socialmente y quién debe aparecer en su página de Sociales? ¿Con ese rabo de paja (y con otros plenamente documentados) se considera usted, señor director, el Procurador imaginario del Perú? ¿Y con ese y otros “pasados” (y presentes) quiere usted que todos tiemblen ante sus “investigaciones”? No me haga usted reír otra vez. Si usted no respeta la honra de quienes no le rinden pleitesía, no espere ser de verdad respetado.
Pero no se puede usted quejar. En esta carta he cumplido con aquello que el tirano espacio no me permitió ayer: dar la otra versión, citar la otra orilla, hacer eso que ustedes no practican con la frecuencia que deberían.
Con la modestia de siempre, se despide su muy remoto colega
César Hildebrandt.
martes, 5 de febrero de 2008
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3 comentarios:
Tiene usted acceso a informacion reveladora y perturbadora a la vez. Espero que pronto publique algun articulo sobre los calentados del clan Miro-Quesada en America TV.
Reconocido Sr. Hildebrandt.
He tratado de hallar algun email suyo para escribirle y no lo he logrado.
Me parece que vuestro trabajo periodistico contrasta con el trabajo de farandula por que ambos quieren solo obtener titulares y comnetarios...y lo logra. Me ha decepcionado.
Hasta su articulo "Dios en la Carcel" no sabia que era usted agnostico, ni sabia lo que significaba "agnostico".
Lo que menos hombres hace a los hombres es no tener una posicion firme ante una situacion. Esto debido a "...culpa eterna de dudar de la existencia de Dios".
La duda señor Hildebrandt es el "anfoterismo" humano (analogia quimica que hago dada mi especilaidad profesional) de estar donde mas conviene. Esa "duda" que usted tiene lo delata y lo llena al saco de sus comentarios.
Sus comentarios sobre los santos ofenden a personas como yo de una familia catolica que en la felicidad creiamos y que hace dos semanas perdio al papa de la familia debido al cancer, y seguimos orando por el, nosotros y quien lo necesita.
A pesar de pasar por malos momentos,y a pesar de que muchas veces las personas le pedimo a Dios que aleje el mal, lo que en verdad buscamos quienes pasamos por eso es poder afrontar con valor, serenidad y tranquilidad esos momentos.
Dios hizo al hombre a semejanza suya. Dios doto al hombre de sabiduria. Pero el hombre cuando se creyo que era el todopoderoso de acciones y palabras forjo su propia destruccion. El cancer señor Hildebrandt se ha incrementado por el desequilibrio ecologico de nuestro planeta (trasgenicos, contaminacion, tecnologias). El poder y dinero que buscan las personas a costa de cualquier cosa no lo maneja Dios. Es la mutacion de las personas de hoy de querer todo lo facil.
Asi que señor Hildebrandt, hable de lo suyo, la politica, pero no se meta con nuestra fe. Le deseo exitos
Sinceramente
Dante Garcia Jimenez
DNI 21299046
el comercio y el trome tienen el mismo estilo , son la misma vaina.
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