sábado, 30 de enero de 2010

Reflexiones sobre la prensa

El periodismo peruano fue fundado por los cronistas de la conquista. Me refiero a aquellos cronistas que relataron, con todas las dificultades imaginables, los sucesos que terminarían con el hundimiento precoz y sanguinario del imperio de los Incas.
Ahora bien, muchos de esos cronistas no se limitaron a relatar hechos, a describir procesos y a elogiar conversiones. Muchos de ellos inventaron hechos, imaginaron procesos y llamaron conversiones a la imposición violenta de una cultura y unas creencias que, vistas con objetividad, incurrían en tantas supersticiones como aquellas que España se empeñó en extirpar en estas tierras.
Muchos cronistas fueron, entonces y para decirlo con lenguaje familiar, periodistas fabuladores y amarillentos, remotos ascendientes de la chicha contemporánea, tatarabuelos de los tatarabuelos de esos periodistas que, hoy mismo, son capaces de llamar bizcocho al pan y agua al vino.
Aquellos cronistas que vieron animales monstruosos donde sólo había parajes nuevos y aguas sin desentrañar, aquellos que inventaron mitos como el de las Amazonas y leyendas como la ciudad del oro siempre inaccesible, lo hicieron, sin embargo, con más candidez que perversidad, con más irresponsabilidad histórica que apetitos a los que obedecer. Pero lo hicieron y fundaron así un género ambiguo, mezcla de historia, relato de actualidad, compendio de mentiras, almacén de inverosimilitudes y registro oral de testimonios verdaderos.
En el Perú del Tawantisuyo no había libros porque no había escritura. En el Perú de los españoles dominadores los libros, sencillamente, se prohibían. En toda la América virreinal la Inquisición prohibió la lectura y creación de novelas, con lo que la primera novela de esta parte del mundo data de 1816, ya en pleno proceso de emancipación, y corresponde al mexicano José Fernández de Lizardi. Estoy convencido de que Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar o José Lezama Lima se vengaron largamente de esa cuarentena novelesca conquistando España con sus libros y su vitalidad creadora. Lo hicieron quinientos años después, es cierto, pero, de algún modo, nos reivindicaron.
Si la novela es un producto tardío en esta América, el periodismo, en cambio, es elaboración que se remonta al siglo dieciséis. Y el Perú es uno de los países con linaje más antiguo en este menester. En efecto, la primera Relación –relato seco y casi notarial de algún hecho- impresa en el Perú virreinal, data del año 1584 y se llamó “Pragmática sobre los diez días del año”. Esta hoja, que todavía puede verse en la Biblioteca Nacional de Lima, da cuenta del nuevo Calendario Gregoriano y fue impresa en la imprenta que el italiano Antonio Ricardo instaló en Lima en el año de 1580.
El historiador del periodismo Lewis Bull considera que Lima se anticipó a Europa en la fabricación de las Relaciones, germen del periodismo, pero Alejandro Miró Quesada insiste en que antes que aquella relación sobre el calendario gregoriano está la relación impresa en Sevilla en 1577 y que trata del viaje a esa ciudad andaluza del rey Fernando.
De cualquier modo, fuimos, junto a México, el centro fundacional del periodismo latinoamericano.
Nuestro primer Noticiario –descripción de hechos variados en una sola publicación- data de 1618 y contenía noticias venidas de Roma, llegadas a Sevilla, y reproducidas en Lima.
Y el primer Diario de Lima, así llamado, circuló restringidamente, hecho a mano, desde 1629 a 1634 y es, junto a Nuevas de Castilla, de 1621, antecedente ilustre de nuestro quehacer. No puedo dejar de decir que el único ejemplar de La Gaceta de Lima, el primer periódico propiamente dicho del Perú, no está en nuestra Biblioteca Nacional sino en la Biblioteca Nacional de Chile, llevado por la soldadesca de nuestro vecino junto a millares de libros de incalculable valor. Debemos decir, además, que esta Gazeta, que tenía vocación periodística evidente y enumeraba hechos como la salida y entrada de los barcos del puerto de Lima, fue la primera de América, lo que hizo del Perú el país fundador de lo que podría llamarse el periodismo formal en esta parte del mundo. Con este linaje, con este pasado, ¿por qué estamos como estamos?
Vivimos una mala época. Vivimos un momento histórico en que la mayor parte de la prensa es parte del problema y no de la solución. Y no sólo aquí, sino en muchas partes del mundo.
La gran prensa parece comprometida con un nuevo pacto universal: las leyes del mercado no se deben discutir, el neoliberalismo sin compasión no se debe discutir, la hegemonía de una sola potencia no se debe discutir.
Lo que antes era una propuesta de los ricos para que nada cambiara pretende pasar hoy por receta mundial y panacea cósmica.
Los que antes juraban que el mundo podía ser mejor si hubiera más humanismo y más justicia, hoy llaman idiotas a quienes no piensan como ellos. Y hay un idiota llamado Álvaro Vargas Llosa que le pide a su papi que le haga propaganda a sus libros y su papi se la hace y, de paso, llama idiota también a Noam Chomsky, ejemplo de intelectual comprometido con las buenas causas, o sea con las causas perdidas.
Parece un shakespereano cuento de locos contado por idiotas, pero ahora resulta que hay gente que insiste en que la historia ha terminado, que el neoliberalismo es la máxima creación del cerebro humano y que las invasiones y brutalidades del imperio son injerencias democráticas, excursiones civilizadoras y masacres pedagógicas hechas en nombre de Dios.
Bueno, Sartre, el brillante Sartre, también pensó que el marxismo era la filosofía insuperable de su época y miren en qué acabó el marxismo: en Boris Yeltsin borracho celebrando la extinción de su país.
Sucederá lo mismo esta vez. Pero sucederá a pesar de la gran prensa, comprometida hasta el tuétano con los intereses corporativos mundiales, vendedora de conformismo, cobra que quiere hipnotizarnos y hacernos creer que los pobres son una realidad irremediable, que el Estado debe empequeñecerse hasta casi desaparecer, que el TLC con los Estados Unidos es magnífico para todos y que libertad y mercado son socios de la misma aventura posmoderna.
La gran prensa no tiene ahora otra responsabilidad social que la apuesta corporativa por el statu quo. Esa perspectiva dicta sus coberturas, maneja sus editoriales, califica a sus colaboradores y aconseja sus silencios.
La gran prensa ha llegado a la conclusión interesada de que el mundo, en esencia, está mejor que nunca y que sólo merece, acaso, ciertos retoques. Es por eso que sólo hace cuestionamientos secundarios, anecdóticos y banales sobre el sistema económico que ancla a los pobres en su pobreza. La gran prensa, en suma, es parte del sistema mundial de dominación. Puede cuestionar, hablando del mundo, que Obama envíe 20,000 soldados más al frente de Irak pero jamás discutirá la naturaleza criminal y petrolífera de la invasión norteamericana sobre Irak. Puede cuestionar, hablando del Perú, una licitación más o menos tronante pero jamás cuestionará este sistema que le permite al señor Dionisio Romero elegir el tribunal que lo habrá de juzgar y salir absuelto de cara a los mismos hechos que enviaron a la cárcel a otros.
La gran prensa está en eso de que la búsqueda ha terminado. Es una prensa que se ha hecho parte del poder. Es el pesebre que terminó en el Osservattore Romano, la pregunta que dejó de interrogar, el cuestionamiento que derivó en silencio.
Será la sociedad, entonces, la que deberá exigirle a la prensa que ayer le servía que vuelva a sus orígenes, a sus deberes intrínsecos. La gran prensa ha roto su pacto con el interés público y se ha sometido a las exigencias homogenizadoras del sistema.
George Orwell dijo que la libertad consiste en el derecho de decir a los demás lo que no quieren oír. Serán los consumidores los que tengan que decirle a la prensa el tamaño de sus omisiones. Porque muchos hablan de la crisis universal de la prensa. Pero lo que no dicen es que esa crisis es, fundamentalmente, una crisis de contenidos y un resultado de sucesivas y crecientes cobardías. La prensa no está condenada a desaparecer. Desaparecerá la que insista en olvidar a Émile Zola.

5 comentarios:

The Prophet dijo...

viernes 29 de enero de 2010
HOMICIDIO MEDICO



A las malas noticias climatologicas que estan empezando a ocurrir en nuestro pais, se suman la aparicion de un grupo de personajes que son conocidos por la sociedad peruana como los "profecionales de la salud",pero que ahora se esta descubriendo que son unos "profecionales de la muerte".
Asi es, amigo mio, me estoy refiriendo al siempre refinado, esquizito, y semidiosificado "Medico"peruano; personaje que se puede encontrar deambulando en todo hospital y clinica, sea privada o estatal.
Dichos personajes son ahora el blanco de la justicia peruana, por comprobarseles acciones de negligencia medica, negligencias que rayan entre el embrutecimiento y la salvajada.
Recordemos el primer caso , del empresario mexicano al que le hicieron un transplante de riñon en una clinica peruana, y en donde el "cirujano" autor de este transplante lo hizo de forma ilegal. Hoy se encuentra profugo este medico, y dicho empresario se encuentra fallecido.
El otro caso, no menos cruel, es el de un octogenario, al que los medicos de un hospital estatal le amputaron la pierna sana y no la infectada por la gangrena. Al final se llego a amputar las dos piernas del paciente.
El ultimo caso conocido, es el de una señora, que fue a una "clinica"privada, para que le hagan una cirugia estetica, y que al final resulto siendo llevada por el propio medico al hospital de emergencia donde fallecio. El medico , como es logico, desaparecio.
Tales atrocidades nos llevan a pensar, si verdaderamente los medicos de nuestro entorno estan capacitados para llevar dichas intervenciones ,sin que peligre la vida de las personas.
O por lo menos, si estan capacitados para asumir las responsabiblidades de sus barbarismos.
De estas tres historias ,dos terminaron con la muerte fisica de los pacientes, y una con la muerte sicologica del paciente.
Lo lamentable de estos casos es que se siguen cometiendo encubiertamente, y probablemente protegidos por algunas "instituciones".
El colegio medico del Peru sigue sospechosamente llamando a estas personas como "colegas", sin expulsarlos de sus filas, lo que permitiria que dichos personajes siguan ejerciendo sus "conocimientos" medicos sobre la poblacion.
Con esto ,la sociedad ya no se encontrara segura de su vida, ni en el propio hospital,sabiendo que estan rondando por alli, galenos criminales.

Patricio Lynch Solo de Saldivar dijo...

HildeRAT nunca estudio peridismo, no es periodista, solo lavo WC en un peridico español un par de meses como buen cholo del quinto suyo....

Salvador Núñez dijo...

Brillante artículo, claro, agudo, y oportuno. La prensa estercolera le ha hecho un daño a la conciencia colectiva, una pastilla para adormitar la razón, un cómplice de un futuro y cercano genocidio.

En eso de que Hildebrandt no haya estudiado periodismo —¡y qué! —estudió letras, eso es suficiente, es más: la historia esta llena de autodidactas brillantes, pintores que no acabaron la escuela, tal es el caso de Dalí, matemáticos intuitivos como Ramanujan, escritores como José Saramago, premio nobel de literatura... la lista es interminable.

Decir que Hildebrandt no es periodista, eso como decir que las gaviotas no saben volar. Hay personas que pasan toda su vida estudiando y no logran nada trascendente: novelistas mediocres, ingenieros de escritorio, químicos de cartón y estante, matemáticos paporreteros, en fin, medianías sin futuro.

Hildebrandt ya es parte de la historia, un humanista a carta cabal, el mejor periodista del Perú y uno de los mejores de América.

Patricio Lynch Solo de Saldivar dijo...

Estimado Salvador

Ufanarse que su candidato al mejor peridista peruano de la historia sea un autodidacta periodista que calento asientos en el unico diario de verdad que trabajo una vez en su vida... me parece demasiado, usted abusa de la especial simpatia que le profeso personalmente.-

Hildebranst o HildenbRAT como lo bautize no pasa de ser un pobre hombrecito resentido racia-social, un producto muy comun en estas tierras, sume a ello su profundo e imbecil odio antichileno... con un personajillo oscuro comoe ste no llega a ninguna parte el peridismo local, es cosa de saber un poco, de investigar un poco para ver como MIENTE este empleado de MARTIN !!! recuerde que el experimiento de Hugo chavez en Peru, pasa por su empleadito a tiempo completo, el mangas negras de HildenbRAT!!

Estimado Salvador, si habria que scoger un lider en su pais, si usted lograra controlar su ingobernable genio y le sacaramos las anteojeras de sus prejuicios usted seria sin duda un mejor prospecto que el amargado que tiene por SU personal idolo.-

Estimado no abuse del aprecio que le tenemos por estos lados.-

Cordiales saludos.-

JORGE RAUL dijo...

Una reflexion que nos inhibe a buscar entre tantas alternativas, el menú perodistico como se busca el mejor pescado para un ceviche.
Hemos visto como El Comercio se mete en un lío de comadritas que se hieren unas a las otras, haciendo relucir sus envidias y egocentrismo, mientras que el debate por las decisiones mas importantes, como es el cobro justo de rentas a las transnacionales, se reduce a lio de maricas.
La idea es distraer a la gente, con sangre, accidentes, lios mediaticos, para que nadie piense en la pregunta que deberia tener cada candidato como respuesta: ¿que modelo económico aplicarán ante el fracaso neoliberal?

Como siempre señor Hildebrandt, hace del periodismo una critica pedagogica y que no induce a pensar como usted, sino a reflexionar.