sábado, 22 de marzo de 2008

Dios y el doctor García

Cuando lo conocí, Alan García era un agnóstico, un cuasiblasfemo y un gonzalezpradista hasta la médula. O sea que era laico y pecador sin medias tintas.
Ahora lo veo disfrazado de morado, investido de ciprianismo lenguaraz, romano hasta el cuello y papal como un templario fundador.
¿Qué le ha pasado?
Creo que comprendió que él era el mejor de los hombres pero que, en materia celestial, debía aliarse con el que todo lo podía.
Sería, pensó, una yunta invencible: el Dios que doblegó a Roma y se hizo él mismo Roma junto al hombre que tan cerca está de la divinidad. Dios y el César de los Andes: todo sería posible.
García tiene un joint venture con Dios y por eso es que nada le pasa cuando se pone debajo de un edificio herido. Y por eso es que logra anunciar la existencia de un hijo supernumerario ante la presencia consentidora de su santa esposa. Y por eso es que se va a Pisco y promete que los escombros se moverán en menos de una semana –oh, milagro–, que en un año más todo estará reconstruido –milagro de San Hernán, pero ojalá que no de Santa Cutra–, y que la economía de la zona no padecerá ni siquiera en sus cifras de exportación –más que milagro: conjuro celestial–.
Enrique Chirinos Soto se pegaba una tranca cosaca y luego se confesaba. Apuñalaba políticamente a alguien y luego se engullía una hostia efervescente. Disolvía un tribunal Constitucional a pedido de Joy Way y de inmediato hacía gárgaras con diez avemarías. Para Chirinos, la religión católica no era sólo credo y fe: era una ducha española que lo desenmugraba.
Sospecho que la relación del doctor García con los poderes mayores es un poco parecida. O sea que después de cada mentira viene el padrenuestro y luego de una canallada las bienaventuranzas y al día siguiente de las altas cualidades una sesión de golpes de pecho. La religión como jabón carbónico.
Eso no quiere decir que el doctor García carezca de fe. La tiene de sobra y eso lo hace peligroso. Si los conversos tienden a la ortodoxia, se diría que el doctor García se está inclinando al fanatismo.
Me cuentan que es cada día más difícil discutir sus decisiones, matizar sus infalibilidades, añadir algo a sus sorprendentes decisiones. Como Bush cuando incendia a los infieles y extirpa a los países endemoniados, el doctor García cree ahora que Dios le da órdenes, que del cielo le bajan los memos que él sólo acata y que, al fin y al cabo, esa contigüidad con Dios lo exonera del banal juicio de sus ministros y del aún más banal escrutinio de los pobres diablos de la prensa.
Además, ¿no está Dios detrás de esa subida de 11 puntos en su popularidad? ¿No lo estuvo acaso en la evaporación de esos sesenta mil votos que le impidieron a Lourdes Flores ser Presidenta? Y en la multiplicación de esa diminuta hacienda original, multiplicación que le permitió tener ese piso en París, estas casas, aquellas cuentas, ¿no estuvo Dios, acaso?
De tanto interpretar a Dios el doctor García va a terminar pareciéndosele. Frente a esa colosal cercanía, ¿qué pueden importar los patrulleros que no se compran, los ministros que no renuncian, los fondos que no se gastan, los reclamos de los impacientes y las observaciones de quienes alegan haber sido traicionados? Y acaso Wilbert Bendezú, ¿no tiene la pinta de Judas?

3 comentarios:

richardqt dijo...

Creo que alan garcía es el anticristo y está decidido a destruir el país, ya sea lo último que haga, lo último que haga. Casi lo logró en su anterior gobierno, pero ahora se esfuerza el doble, sino el triple. no entiendo otra cosa de la denuncia de Susana Villarán con respecto a las reuniones con representantes de la empresa Monsanto, la polémica transnacional de los alimento trasgenicos. El impacto del trigo transgénico puede ser la muerte de miles de peruanos. Monsanto (que de santo no tiene nada), tiene acusaciones serias de haber enterrado residuos tóxicos en suelo inglés con nefastas consecuencias, tiene acusaciones por crímenes de guerra al haber participado en la producción del agente naranja (usado en Vietnam), y grandes estafas a agricultores de la India (que no tuvieron otra que suicidarse), entre otras perlas. Mas que Dios, quien protege y patrocina a Alan es el Demonio.

Anónimo dijo...

fdisk2k:

Tantas cosas importantes que no se hablan ni se comentan en la prensa que son realmente importantes... pero mas importancia tienen las bozzos y las magalis... bastante circo porque pan hace falta y eso les puede malograr el circo.

Felizmente que por lo menos existen los blogs, porque periódicos de importancia tampoco dicen nada... callan en 7 idiomas (arreglos bajo la mesa? , beneficios económicos? ...)

Anónimo dijo...

Respetables las opiniones. Muy contundente la de nuestro amigo César, pero para quienes estamos lúcidos en lo que sucede en nuestro país y convencidos que el asunto no va con removerles el corazón a nuestros "gobernantes" y que algún día Alan García y los que dirigen la política de turno desde las sombras, se humanicen y que nos devuelvan al pueblo nuestra historia, una vida con acceso a posibilidades humanas de salud, nuestra cultura, nuestras tierras, etc, pero sobre todo el poder para gobernar nuestros destinos. Entonces, la idea no es sólo el hecho de escribir, si no la de organizarnos y derrocar la podre que abunda en el Perú. Lo demás es hacer hígado y simple ejercicio sesudo. De eso ya estamos cansados. La buena política debe transformar un país, necesitamos mentes y brazos para construir un mundo diferente, sin Fujimoris, Garcías, Romeros y tanta sanguijuela que se turnan para hacer de nuestro país su feudo con la venia, por supuesto, del papá global George Bush, el genocida más vil que la humanidad a visto en los últimos tiempos.

Saludos