miércoles, 21 de septiembre de 2011

La protesta del éxito, el quemado de llantas del progreso

Durante mucho tiempo fui seguidor de Nano Guerra-García. Lo escuchaba en su programa de radio, lo veía en la televisión y leía sus libros. Quienes han leídos sus obras (“Los secretos del carajo”, “La historia de María” y “¿Dónde está la riqueza?”) saben que la mejor es la primera de ellas y que quizá Guerra-García debió ser uno de esos escritores resignados al único libro. Pues a veces es mejor que se produzca poco pero sea de calidad a producir mucho y sea mediocre lo producido. Por supuesto, después de verlo junto a Susana Villarán –y de escuchar a sus secuaces alabar la toma de calles y el quemado de llantas (única cosa que saben hacer los izqueirdistas civilizados, pues los no civilizados usan bombas y granadas)– salí huyendo despavorido. ¡Ni más este tipo! dije para mis adentros. Y me he mantenido fiel a esa promesa hasta hoy.
Recuerdo que cuando escuchaba a Guerra-García en la radio siempre presentaba una secuencia llamada “Peruanos de éxito” en la que se hablaba de gente que había destacado en diferentes campos y se les ponía como ejemplo. Es evidente la contradicción entre el éxito y las ideas que profesa Nano Guerra-García al aparecer junto a izquierdistas, pero ese no es mi tema el día de hoy. Recuerdo varios entrevistados en aquella secuencia del éxito. Deportistas, artistas, empresarios. Todos con una historia más interesante que la otra. Y eso es más o menos lo que quiero hacer el día de hoy.
Acabo de leer en los periódicos que un grupo peruano está nominado a un premio internacional en lo que a música se refiere. Me alegro mucho, por supuesto. No me considero seguidor ni admirador de “Ádammo” pero debo destacar su esfuerzo. Sobre todo quizá el del vocalista llamado Ezio Oliva. Ezio, recuerdo como si fuera ayer –siempre he sido muy seguidor de ese tipo de programas– participó en un concurso llamado “Super Star” en Panamericana Televisión. Han pasado algunos años de eso y recuerdo, claramente, que él no fue el ganador. Recuerdo también cómo el jurado lo calificaba y que en muchas ocasiones la opinión de éste no le fue favorable. Sin embargo ahora está bastante cerca de lo más alto de la música, de lograr un éxito seguramente muy merecido, luego de haberse superado a sí mismo y de haber derrotado a aquellos que lo criticaban.
Algo similar debe haber pasado Deysi Cori. ¿O alguien puede creer que toda su vida haya sido color de rosa? Se sabe de ella que proviene de un hogar de clase media o media-baja y ahora es campeona mundial de ajedrez en su categoría. Así es, porque cuando el talento es mayor a la adversidad no importa de qué arenal provengas. De ella, lo admito, no sé mucho. Conozco lo que la mayoría conoce pero valoro infinitamente su esfuerzo.
En fin. Así podría hablar de muchos casos que conozco. De gente que se ha superado y a superado toda adversidad para ser mucho mejor y poder surgir. Claro, siempre va haber comentarios a favor o en contra. Siempre habrá alguien que diga “¡pero qué habrá hecho para surgir!” comentario propio de los vagos y conformistas que se excusan en decencias apócrifas para no esforzarse.
Alguna vez leí –no sé si sea cierto y si lo es sólo me produciría risa– que en Cuba, en algunas plazas, tienen una foto inmensa del “Che” Guevara con un mensaje abajo que dice “ser como él”. ¡Qué risa me daría eso! ¿Ser como él? ¡Ni a balas! Siempre he creído que es mejor morir decentemente que vivir en indecencia. Es mejor colocar un cuadro con la foto de algún empresario que haya surgido desde abajo con ese mismo mensaje. Algo así podría decirse que yo tenía respecto a Raúl Diez Canseco. Apreciaba bastante a ese señor hasta que se supo lo que todos conocemos de él. Fue en ese momento donde tomé distancia de quien parecía un hombre admirable. Y lo respetaba pues –obviando lo ocurrido en el gobierno de Toledo– él se había construido así mismo de una manera sumamente valorable. Raúl Diez Canseco era alguien de escasos recursos hace muchos años. No llegaba a los 20 años y su padre había perdido el trabajo y no tenia medios para pagar una universidad. Raúl Diez Canseco siempre había destacado en matemática. Entonces decidió abrir una especie de escuela pre-universitaria (sólo de matemática, claro está) la cual poco a poco le dio los recursos para fundar un colegio y posteriormente tener los negocios que ahora tiene. Lo más resaltante es el hecho que él lo hizo en la peor situación que puede afrontar un país: en un gobierno de izquierda. Y si eso es poco, aquello era una dictadura de izquierda, la del general Juan Velasco Alvarado.
Como señalé líneas arriba, lo que vino después ya es otra historia. Que el dinero corrompa o anule algunas decencias es otro tema.
Por eso, recordando a personas como las mencionadas hoy, me pregunto si acaso es necesario esperar todo del estado, me pregunto también si es menester aguardar que las oportunidades nos lleguen como caídas del cielo o si acaso es mejor salir a buscarlas. Me pregunto sobre todo ¿cuántas llantas habrá quemado Deysi Cori, cuántas marchas casi terroristas habrá encabezado Ezio Oliva o cuántas veces Raúl Diez Canseco (antes de llegar a ser el millonario que es hoy en día) habrá ido a tocarle la puerta a una empresa minera para exigirle mayor “responsabilidad social” y que comparta un poco de sus ganancias pues “está extrayendo mineral del subsuelo peruano” y que él como nacido en el Perú tiene derecho a una tajada de esas ganancias? No me imagino qué habría sido de ellos tres si se hubiesen quedado “patas arriba” –expresión vulgar pero real– esperando que el estado los apoye o que del cielo lluevan oportunidades de progreso.
Alguna vez escuché un comentario bastante sabio que más o menos decía lo siguiente: “en el mundo es como si todos estuviésemos en una isla abandonados, olvidados a nuestra suerte, tenemos que ver por nosotros mismos si queremos sobrevivir (…) los tiempos en los que el estado te solucionaba la vida han terminado, así haya politiqueros que quieran hacerte creer lo contrario”.

PD. Recomiendo mucho –a pesar que no creo en sus ideas políticas– el libro “Los Secretos del carajo” de Nano Guerra-García. Y si vamos a leer, no leamos basurilla. Leer a un tipo al que llaman “el amauta” no es más que perder el tiempo. ¿Amauta de qué? ¿Del fracaso? José María Arguedas no le dejó nada bueno al Perú y acabó su existencia como deben acabar aquellos que proponen sandeces. Recomiendo, más bien, leer –ya que hablamos de personajes del pasado– la biografía de Santiago Antúnez de Mayolo, un tipo admirable, con visión de país, de futuro, de progreso y que hizo mucho por el Perú aunque pocos lo recordemos.

Tomado de "El Escudo de Orlac".

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡QUÉ ANIMAL! JA,JA,JA,JA. No sé qué es lo más estúpido de esto. Si decir que el Estado te soluciona la vida, o llamar Amauta a José María Arguedas. Este recomienda libros porque leyó el resumen en Wikipedia. Amauta fue José Carlos Matiátegui, y lo que le dejó al Perú fue "Siete ensayos de la realidad peruana" que aún se leen en las universidades por su carácter sociológico. Ahora entiendo el porqué de estas columnas.

Pedro Rosario dijo...

Otra vez el mismo...
¿Animal? Pero yo no soy izquierdista. Es decir si yo soy animal que serás tú ¿pobre diablo? ¿aprendiz de pobre diablo?
En realidad no sé a quien llaman amauta en la nefasta izquerda pues siempre había leido que era a José Carlos Mariategui. Mas todas las veces que voy por la plaza Bolognesi veo en una pared del PPC un logo pintado por izquierdistas que dice "José María Arguedas - 100 años del amauta" veelo tú mismo. De paso allí han pintado -como pandilleros pintan las paredes- "PPK gringo".
¿Y dime en qué universidades enseñan en base a los libros de este tipo? Será pues en la San Marcos o alguna otra que sea estatal ello explica esas conductas que lindan con lo delictivo: la toma de carreteras, el quemado de llantas.
Y respecto a leer libros no seas izquierdista pues. Quiero decir no seas imbecil.
¿No te da vergüenza poner en tu perfil esta información?

Sexo: Hombre
Sector: Arte
Profesión: Vaga aún.
Ubicación: Chiclayo. : Perú

¿VAGA AUN? Así que anda trabaja pobre muerto de hambre.

Pedro Rosario dijo...

Como seguramente vas a borrar esa información y vas a decir que es falsa te inmortaliso con una imagen http://img847.imageshack.us/img847/3478/dibujosxy.jpg

Anónimo dijo...

Jajaja. Está bien Pedro, está bien. Yo sé que lees mucho no te preocupes. Por eso dices que Arguedas es el Amauta y llamas nefasta a la izquierda y consideras que todos ellos son imbéciles. Antes de juzgar un libro, léelo. Solo "7 ensayos de la realidad peruana", nada más. Ahí podrás darte cuenta que la izquierda no es fea. Y llamarme muerto de hambre, pues... qué bajo has caído eh. No me avergüenza poner que vago aún. No hice mi blog con fines lucrativos ni para decir: miren, trabajo en muchas cosas. El blog es necesariamente vagar a través de la web así que, te duela o no, tú también vagas :) Suerte en tu trabajillo de administrador y sigue recomendando a Nano Guerra y su "emprendedurismo" (¿no saben que existe la palabra emprendimiento?).

Pedro Rosario dijo...

Hombre. Muerto de hambre no es caer bajo, es una realidad. Es la realidad de la izqueirda. De toda la izqueirda ¿o cómo le llamamo a "Pensión 65"? Seguramente la gente de tu clase está a la espera de esa limosna, porque así les gusta vivir, de migajas, de la ganancia de otros a la cual -de dónde sacaron el término- "justa redistribucion de la riqueza".
Y claro que me alegro de realizar un oficio, yo no corro detras de un politico suplicandole un pan. ¿Así píensas mantener a tus hijos, a tu familia? ¿No te da verguenza? Bueno, se que eres izquierdista y que eso habla del nivel de lo cara dura que puede ser, pero vamos... eso ya es demasiado no crees.
Me alegra ver en portada un homenaje a un gran hombre como Santiago Antunes de Mayolo a quien tú confundiras con Santiago Queirolo.
Y ese libro de Mariategui. Yo creo que puede servir para hacer fogata.

Pedro Rosario dijo...

Y algo más. Lo de fines lucrativos en un blog... no lo sé. Y lo de decir que yo hago tal y cual cosa. Hombre, eso no tiene nada de vergonzoso. Yo aparte de administrador de empresas, soy barman, compositor musical (aunque esto no lo estudié), diseñador de páginas web y estoy a punto de culminar mi segunda carrera: dirección técnica de futbol. Es mejor poner eso antes de decir "soy un izquierdista muerto de hambre que quiere que el estado lo mantenga robandole a otros su ganancia argumentando tontos patriotismos".