jueves, 31 de diciembre de 2009

La TV ruca

Si ahora la TV tiene aspecto constipado, la de Fujimori –su precursora y madre putativa- era la imagen de una ETS (enfermedad de transmisión sexual). Recordar esa época, con pelos y señales y nombres y apellidos, no sólo es imprescindible: funciona como vacuna. Porque lo que se viene es bravo.
La carne se pudre con honestidad. Se agusana y desaparece lentamente, devorada por sus enemigos intrínsecos. Pero con la televisión el asunto no es así de autofágico y natural.
Para llegar a un Lúcar, a una Delta, a una Lola, a un Jara, a un Guzmán, es necesaria la confluencia de diversos factores epidémicos: el bicho mexicano del seguidismo (también conocido con el gonococo zabludovski), las bacterias que salen de las deudas tributarias, el virus agudo encontrado en los cubrecamas de las suites de Barranco, el estafilococo del miedo, el dengue de la miseria humana y el proceso complejo de la quiebra por saqueo (es decir, el llamado Síndrome de Indecopi).
A toda esta batería de la pestilencia hay que añadir la enzima que disuelve los expedientes judiciales (la vibratum pezuña, descubierta por Montesinos) y el fluido bronquial que producen los falsos habanos en las corridas de toros. Todo esto, debidamente orquestado por una inteligencia más bien meníngea, construye un Lúcar o una Delta (o los demás agentes apenas nombrados líneas arriba).
Estos individuos infiltran el sistema de la TV y avanzan desde la periferia hasta el centro mismo, logrando, en oleadas sucesivas, vencer a todos los macrófagos que se les pongan por delante.
Cuando la infección tiene el aspecto de un masivo talkshow y la palidez de esos maquillajes que embalsaman, estos seres prodigiosos se apoderan, por último, de la pantalla en pleno y la poseen de un modo tan perfecto que partículas del mal llegan por la cablería desde el núcleo de la emisión hasta las salas de recibo y cocinas de las víctimas.
Eso se conoce como el fenómeno Poltergeist-Crousillat. De ese modo, la epidemia se extiende por el aire (es literal) y lo que nació en VTR y circuitos digitales adquiere la dimensión de una catástrofe médica.
Y cuidado que el propósito ulterior, como decía el parte médico, es eliminar todos los ganglios del país, todos los glóbulos blancos y todos los portadores de oxígeno (el hematí Canal N, la hemoglobina Liberación, algunas plaquetas de Caretas) para lograr que la Federación Retroviral y el Sindicato de la Neumonía se adueñen del organismo nacional.
Cuando eso suceda, saldremos a besar a Laura Bozzo y a pedirle la mano a Mónica Delta y a subir a Lúcar en hombros de la multitud, del mismo modo que él cargó a Hugo Blanco sobre sus propios hombros de trotskista para todo uso.
Y votaremos otra vez por Fujimori con la convicción rural de un buey de arado. Que en eso consiste el derecho de ser bestia.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Cuando el Chino era Luis XVI

El ingenio nunca se acababa cuando de defender al Chino y a su banda se trataba. Un fino intelectual, hoy reivindicado a su manera, inventó allá por junio del año 2000 la peregrina teoría de que la Edad Moderna había sido enterrada en el Perú de Fujimori. De lo que resultaba que Laurita Bozzo se convertía en Madame Pompadour y Gustavo Mohme Seminario era el asesinado Marat y este columnista equivalía a Hébert, el provocador. De esos y otros daños colaterales de lo más divertidos trata esta columna.
Estoy maravillado. Ayer leí a un señor llamado Ricardo Vásquez Kunze, cuya teoría es, simplificada, la siguiente: la Edad Moderna ha muerto en el Perú. ¿Qué?
Sí, como lo oyen: la edad Moderna, la de la Revolución Francesa, ha sido victimada en estas tierras históricas donde el indómito indio prefiriendo morir, etcétera...
Y cito al tal y portentoso Vásquez Kunze: “Pero el pueblo del Perú, más sabio en estas lides que el de Francia, le ha dado un golpe mortal al fanatismo...los han dejado hablando solos como corresponde a los patéticos hijos de esa locura llamada Modernidad”.
Lo que quiere decir es que el mensaje robesperriano de la oposición (todo invento suyo, claro) ha sido desoído por el pueblo.
O sea que el chino que reencauchaba llantas B.F.Goodrich (muy dignamente) es Luis XVI ¡Y no nos habíamos dado cuenta!
Y Laurita es María Antonieta, la pobre (con razón solicita –profética- collares para su cuello ya dodiciado). Y Robespierre es el cholo de acero inoxidable Alejandro Toledo, ¿no lo ven? Y Jaime de Althaus dirige a los girondinos. Y Marat será Mohme. Y el que escribe estas líneas -dice el monárquico de Expreso-, es nada menos que “la viva reencarnación de Hébert, periodista incendiario de lenguaje penetrante, obsceno y vituperativo”.
Mira tú. O sea que el tal monsieur Vásquez -o sea Vasqués-, el tal marqués imaginario, el tal duque de Feria y el tal barón de los Geranios, dice que el Perú reencauchado del Chino cochino es como el escenario de la Francia amenazada por la plebe piojosa.
Pero -esta es la diferencia, estúpidos- aquí la chusma no tomó la Bastilla, no tomó los Inválidos, no irguió guillotinas para la santa nobleza empelucada ni juzgó a los que durante años se habían creído el Estado en nombre de Dieu.
No, burros, aquí, en el Perú, la chusma fue vencida, los cuellos nobles protegidos por las bayonetas y el veneno de la igualdad disuelto en las aguas del Sena (o sea del Chillón nomás).
Aquí, en el país de las y los Madame Pompadour, ha vuelto Versalles -o sea una impetuosa imitación, pero vamos- y las turbas están en su sitio, donde debe ser, siempre a la espera de la caedura.
Y si el tiempo pasa y si este Luis XVI jalado nos sigue reinando retrocederemos, para gusto de Vasqués, y llegaremos a encontrarnos con el herbolario rosquete de “En nombre de la Rosa” y con los Papas que tenían sífilis, hijos, cardenales emponzoñados, y mataban sarracenos con sus propias y santas manos. Ah, qué épocas tan lindas.
Vasqués, ¿qué fumas?

martes, 29 de diciembre de 2009

Don Hugo Chávez

Pocos recuerdan que Hugo Chávez Frías fue un defensor acérrimo del gobierno de Fujimori. Cuando el Perú pugnaba para que la tercera elección de Fujimori, fraguada en condiciones de vergüenza, abortara por la presión de la OEA, las denuncias de la prensa y los signos cada vez más groseros de corrupción, Chávez se esmeraba en lanzarle piropos al Chino de su afinidad. Desde su papel de Bolívar adulterado, Chávez pensaba que Fujimori, como él, era un “antisistema” al que había que defender porque luchaba en contra de los viejos partidos. Después se supo la verdad: Chávez amó a Fujimori porque pensaba imitarlo, tarea a la que se contrajo apenas el Chino huyó y renunció, desde el Japón de sus raíces, a la presidencia de la República. Estas líneas fueron escritas el 10 de junio del año 2000, en lo más arduo de la lucha. Pocos meses después, Montesinos, el gánster segundo del régimen en fuga, terminó huido a Venezuela, donde Chávez lo protegió todo lo que pudo.
Chávez ha convertido el compadrazgo, la gemelidad, la compinchería en una internacional caribe de las protodictaduras.
Y, claro, Chávez no puede sino aplaudir lo que él mismo piensa hacer en Venezuela. Quiéralo o no, el japonés al que adula es su maestro.
Pero como Chávez es ambicioso y discípulo aventajado, espera que algún día se diga chavazo en vez de fujimorazo al describir la felonía de medianoche, el zarpazo en el llonja y la chaveta a la renal altura.
Porque Chávez y Fujimori son igualitos - excepción hecha del español, que Chávez domina y Fujimori orina-. Pero, en todo lo demás, son como una gota de agua clonada por el mismo ducto uretral: Antiimperialistas que se llenan los bolsillos con las comisiones del imperialismo; Bonapartistas de la ciénaga que creen que sólo ellos tienen razón y que el resto roza la traición a la patria; Manipuladores de los medios de comunicación; enemigos de la diversidad.
Chávez ya hizo de las suyas pero no le llega todavía ni a la rodilla al Confucio del Troca peruano. Digamos que está aprendiendo con un curso intensivo dictado desde Chorrillos.
Ambos son refundadores de la patria, porque ambos creen que parten del año cero del Merecumbé, o sea que antes que ellos los dinosaurios y las campiñas ancestrales, kriga, kriga.
Los dos son analfabetos funcionales, porque ambos son vírgenes de biblioteca y creen que la intuición lo puede todo y el cinismo viene después.
Ambos son populistas enrevesados, cuando les conviene, y pragmáticos cuando van a cobrar, pero siempre confusos creyentes de que el mercado y las castas pueden ir juntos y de que Adam Smith es compadre de Vito Gennovese.
Así que aquí están juntos Chávez y Fujimori, Fujimori y Chávez, los dos libertadores de sus países, los dos padres de las nuevas patrias y los dos tíos apendejados de los más viejos vicios de Aracataca. ¡Salud, hermanones!

domingo, 27 de diciembre de 2009

Apoyo

Ahora todos son demócratas. Pero durante el decenio de la vergüenza muchos de los que hoy dan lecciones fueron dóciles instrumentos del poder sin límites de Fujimori y su banda. Este es quizá el Museo de la Memoria que más necesitamos. Esta columna habla de gente que hizo de la metamorfosis toda una de las bellas artes.
El otro día les contábamos cómo es que un director del Banco Central de Reserva, el señor Gianfranco Castagnola Zúñiga, era al mismo tiempo presidente de la Consultora Apoyo.
Es decir, que la misma persona que se enteraba de datos cruciales de la economía en el órgano central de la política monetaria era quien, al día siguiente, o esa misma tarde, se sentaba con sus clientes para compartir esa información. Les contamos también cómo es que, con la colaboración manual de Jorge Salmón, el señor Felipe Ortiz de Zevallos se ganó medio millón de dólares produciendo un libro para que el fujimorismo lo presentara a la Expo92. Nadie recuerda ese libro, por supuesto, pero nadie le quita al señor Ortiz Zevallos lo ganado tan ligeramente.
Tiempo después, también con el aporte lobbístico del señor Salmón, el señor Felipe Ortiz de Zevallos, repetiría la faena literario – financiera produciendo otro mamotreto destinado a inversores extranjeros.
Nos imaginamos que de esa aventura editorial el señor Ortiz de Zevallos sacaría otra magnífica tajada. De lo que puede deducirse que el señor Ortiz de Zevallos es el escritor mejor pagado del país.
Y que tiene la consultora más próspera del país. Y la revista académica más anunciada del país. Y las encuestas más solicitadas del país. Y los funcionarios más afortunados del país.
Porque resulta que en estos días, cuando quiere aplicársele a Jorge del Castillo la figura del secreto bancario, hemos releído la ley de la Banca. Y la figura del secreto bancario incluye a los directores del Banco Central de Reserva (parágrafo 2 del artículo 140).
Y desde luego que se invoca el artículo 165 del Código Penal, lo que obligaría a la fiscal de la Nación, Blanca Nelida Colán, a abrir una investigación en contra del señor Castagnola, despensero y gato en el directorio del BCR.
Claro, no va a pasar nada. Porque el BCR es el mundo inimaginable. El vicepresidente de esa institución, el abogado Mario Tovar Velarde, en el colmo de la desfachatez, hace que el BCR le mande a hacer consultas legales al estudio de abogados Tovar y Zapata -o sea el suyo-.
Fíjense bien: el vicepresidente del BCR hace que el BCR le consulte al estudio Tovar y Zapata (propiedad del susodicho vicepresidente). El vicepresidente se contesta a sí mismo y luego se factura y luego se paga. O sea, la obra maestra de la concha. Para ello utiliza a la Comisión de Liquidaciones, que le debe a más de veinte instituciones financieras en proceso de liquidación, que aduce no tener fondos, pero que sí tiene plata para pagar esas consultas mañosas.
Ese es el fujimorismo que Ortiz de Zevallos defiende con sus sondeos sesgados y su reciente mirada de cobrador.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Cultura de la muerte

Faltando pocos días para el fin del siglo XX, una noticia llamó nuestra atención: se estaba subastando, por todo lo alto, el menaje y diversos recuerdos domésticos de algunos de los más infames sociópatas de la historia. No imaginábamos en aquel diciembre de 1999, sin embargo, que aquellas atrocidades de remate y pujas se harían cosa común con el correr de los años y que el capitalismo haría del culto a la muerte una de sus más sombrías delicatesen.
Un cable de la agencia Efe nos trae la última nueva del capitalismo a lo bestia. Resulta que la subastadora Great Gatsby’s, localizada en Atlanta, ha decidido vender bienes póstumos asociados al crimen. O sea, suvenires de asesinos, lunáticos y suicidas inductores de suicidios multitudinarios.
Great Gatsby’s ha puesto a la venta, por Internet, una coctelera de plata que perteneció a Adolfo Hitler y que tiene el emblema nazi y las iniciales A.H. El objeto fue robado como botín de guerra por un soldado norteamericano en la ciudad de Munich.
¡Abran sus ofertas! ¿Cuánto puede costar tamaño objeto de culto para las hordas nazis que crecen como hongos en los Estados Unidos? ¡Vamos, suban sus ofrecimientos!
¿No es delicioso imaginar que esa coctelera fue parte del decorado de una noche en la que Hitler le trató de explicar a Eva Braun por qué la música de Wagner era parte del espíritu alemán? Afuera, en el reciente frío del otoño, los pastores alemanes ladrarían. Y Hitler, muy tierno, daría la orden de que los calentasen en el galpón especial. A muchos kilómetros, miles de judíos, gitanos, homosexuales y comunistas mirarían a los ojos de sus guardianes para intentar descifrar si esa sería la última noche de sus vidas.
Ahora venden su coctelera. Como antes quisieron vender sus falsos diarios. También Great Gatsby’s está vendiendo por la red cibernética los cepillos de dientes, las túnicas y los lapiceros de los miembros de la secta Puertas del Cielo, que se mataron unánimemente para que los extraterrestres los recogieran el día del juicio final de 1997.
Dice el cable que Cathee Shultz, propietaria del Museo de la Muerte en Hollywood, ya ha manifestado su deseo de comprar las camas donde los 39 suicidas fueron hallados. Es como un homenaje al siglo XX, probablemente el siglo más depravado de la breve historia humana. Suena coherente.
Propongo que entren a la subasta del patíbulo el pañuelo de seda de Stalin, el lapicero de oro de Mao, la limusina de Pinochet, los calzoncillos de Batista, el vaso de noche de Jack el Destripador, la afeitadora de Landrú, las gafas de Kevorkian, el anillo de bodas de Mengele, la boina de faena de Ariel Sharon, el teléfono cifrado de Montesinos, la escupidera de Mussolini y la tarjeta de platino, con sede en el Caribe, del señor Fujimori.

jueves, 24 de diciembre de 2009

La NASA y Grass

En 1999 un archimillonario artefacto de la NASA se hizo trizas contra la superficie de Marte. Sus computadoras fallaron y el programa para que se posara lentamente en tierras marcianas colapsó. En ese mismo momento, en Estocolmo, el excepcional escritor Gunther Grass recibía el Premio Nobel de literatura y lanzaba al mundo sus ácidas reflexiones de inconforme.
Marte se ha tragado otro de los artilugios que nos entusiasman porque nos creemos, a pie juntillas, eso de que el progreso es infinito y de que ninguna hazaña le está negada al hombre.
Y mientras en la NASA tenían que admitir su fracaso, en Estocolmo un grande de verdad de la literatura, Gunther Grass, nos recordaba que el hombre ha ido al espacio y regresado, que habla y ama por el Internet, que ve la televisión del lado opuesto del mundo gracias a los satélites, pero que nada de eso ha desterrado al hambre.
Dos mundos complementarios e irreconciliables se encontraron ayer: el de las lucecitas intermitentes de la tecnología y el de las luces que se dirigen a regiones no vistas por el común de las gentes. El de las luces para el espectáculo del progreso y el de la lucidez que agua la fiesta y detiene el baile.
En la NASA quieren que lleguemos a Marte. Grass quiere que hagamos un viaje interior por nuestras debilidades.
En la NASA quieren conquistar el espacio para ver si hallamos otros planetas azules que quemar y maltratar. Grass y el humanismo desvelado que él representa quieren conquistar la conciencia.
En la NASA pueden perder en segundos un proyecto de 170 millones de dólares. Grass nos ha recordado que el hambre crece en un mundo sordo al clamor de los débiles y refugiados.
En la NASA quieren que el hombre confíe en la ciencia. Grass cree en la ciencia del hombre y sabe que ésta está en pañales.
La NASA es un montón de cohetes con mucha literatura (de Wells a Brad-bury, de Veme a Asimov). La literatura es la NASA de la conciencia humana.
Allí donde la NASA nos recuerda la pedantería racional del hombre, allí Grass y los hombres de su talla intelectual y moral nos recuerdan que seguimos siendo patéticos, que el progreso no consiste en tener más botones que apretar y que, sin una mirada moral, el mundo es una inmensa pradera de animales carniceros.
La NASA fracasa a cada rato. La literatura, gracias a gente como Grass, nos da siempre una lección. Mientras un arácnido de aleaciones extrañas se puede hacer trizas en el polvo de un planeta hostil, Grass nos recordó que nada nos hará más felices que tener a la humanidad como familia y a la modesta Tierra por hogar común.
Grass se ha negado a ser parte de la farsa bailable. Si hubiera un Nobel del compromiso, habría también que dárselo. ¡Cuánto lo deben odiar quienes han hecho de la literatura sólo un buen negocio personal!

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Oración por Aljovín

Miguel Aljovín murió hace algún tiempo. Pero, como decía Borges, no es que la muerte mejore demasiado a la gente. En todo caso, mucho antes de morir formalmente, don Miguel Aljovín, el Fiscal de la Nación que se negó a investigar a Montesinos cuando “Liberación” descubrió sus cuentas canallas en el Banco Wiese, ya había muerto a causa de la peste que diezmó al país: la de la cobardía moral. Estas líneas fueron publicadas después de que Aljovín absolviera a Montesinos sin siquiera tramitar la clamorosa denuncia en torno a su fortuna mal habida.
En el país de los muertos vivientes, don Miguel Aljovín dejó de existir anteanoche.
Claro -me dirán- algo queda de él. Y es cierto, pero lo que queda está desprovisto de alma y de sentido.
Y es que para ser parte de la mafia primero hay que suicidarse, moralmente hablando. ¿Podría alguien vivo considerar a Montesinos un honrado asesor y a Fujimori un honrado presidente y a Bustamante un honrado premier y a De Trazegnies un honrado canciller? No. Primero hay que matarse.
Eso fue lo que hizo el débil Aljovín. Cogió la pistola metafórica del acomodo, la puso en su sien, y disparó.
Una bala de oportunismo le destapó el cráneo y el Aljovín que conocimos se esfumó, dejando un círculo de grasa humeante en el despacho.
Segundos más tarde, el nuevo Aljovín se sentó y escribió de puño y letra el comunicado que lapidó al verdadero Aljovín.
El nuevo Aljovín estimaba a Montesinos como a un ciudadano ejemplar, tributariamente ejemplar. Estaba convencido de que Blanca Nélida Colán era una dama de honor y que el gobierno de Fujimori era una democracia preocupada por el país.
Cuando el nuevo Aljovín terminó de escribir el infame comunicado, sonrió. Llamó a su secretaria para que lo pasara a la computadora e hizo planes con Dulcinea, que también era la segunda Dulcinea -dado que la primera terminó sus días con una cápsula de cianuro recetado por el doctor Luza-.
De Aljovín queda el sonsonete de su respiración, la piel rosada, dos anillos, una plancha dental, una cicatriz abdominal, una chequera que conocerá nuevos ceros, la cadencia de sus vísceras y el espesor de sus cejas sin concierto.
Pero todo lo demás es distinto. Tiene el alma entre paréntesis, el honor arrugado, la memoria borrada y el disco duro de su destino carcomido por el virus de la cobardía.
Todo el que se acerca al núcleo de este gobierno pasa por el ritual de envilecerse. Debe ser un mecanismo de defensa para tolerar lo que se ve y lo que se escucha dentro de Palacio de Gobierno.
Hoy Aljovín es elogiado por la prensa que difama y miente. Los mayores mafiosos del Perú lo vitorean. Los perversos que han hecho del ejercicio público un asalto de diligencias, lo consideran suyo.
Que en paz descanse, doctor Aljovín.

martes, 22 de diciembre de 2009

Batman y la Batichica

Ahora que Carlos Raffo anuncia que el fujimorismo, reciclado y “colaborado” por el doctor García, “arrasará en las elecciones del 2011”, ahora es bueno recordar algunas cosas que escribiéramos cuando muchos coleguitas ejercían el más antiguo de los oficios (o sea el de callarse). A recordar esas felonías nos dedicaremos en los próximos días. Esta es la primera entrega.
A mí me gusta Mónica Delta cuando hace de Batichica del añoso Batman que controla Panamericana en nombre del gobierno.
Es linda en su papel de neutra fingida y colaboracionista a tiempo completo.
¿Cómo hará con su conciencia?
¿Ignora que esta es una sucia dictadura y que hacer el papel que ella hace no va a ser olvidado fácilmente? ¿Cree que se puede ser ama de llaves mediática y señora al mismo tiempo?
¿Y cómo hará gente tan fina y decente como Claudia Doig para no vomitar en cámaras cuando le alcanzan esos libretos hechos por Borobio, esas noticias trabajadas en el SIN, esos miedos hongueados en la oficina de Crousillat papi?
¿Y cómo hará mi amigazo Eduardo Guzmán para conservar la compostura cuando le pasan en el teleprómter las mentiras más nauseabundas sobre la oposición?
¿Y cómo hará mi adorable amiga Claudia Cisneros para no levantarse de la silla y mandar todo al diablo cuando debe prestar su cara para los “psicosociales” diseñados en las alcantarillas del SIN?
¿Y cómo hará Alancito Rivera para entrevistar al tipo de CPI que asegura que Fujimori barre con 56% y que todos los demás son perdedores puros? ¿Cómo hacen?
¿Se toman un antiemético, o sea un antivomitivo?
¿Se fuman un troncho para olvidar quiénes son, qué fueron, qué serán?
¿Consideran fríamente que ellos no son los responsables porque sólo prestan sus bustos parlantes?
¿Sí? ¿Esa será la coartada? ¿Decir que yo sólo soy un empleado, que necesito un sueldo, que yo no hice este mundo?
Me imagino que eso mismo se dirán los empleados de la televisión cubana, atrapados en la lógica de la dictadura que aniquila al individuo y destroza la dignidad social.
Pero en la dictadura de Castro no se roba como en la de aquí.
Y por lo menos Castro –hay que reconocerlo- no se dice demócrata. Fujimori, en cambio, sí se proclama honrado.
Y Claudia Cisneros tiene que ponerlo en escena, junto a Eduardo Guzmán.
¿Cómo hacen para aparentar limpieza cuando hacen un trabajo tan sucio?

domingo, 20 de diciembre de 2009

Frases hirientes

- “¿Cómo le van a decir “equipo culé”? ¡Indecentes!” (Belmont)
- El capitalismo nace cada 24 de Diciembre.
- Se sintió tan desdichado por no poder comprar regalos que se colgó del árbol de la Navidad.
- “Lo que importa es el Nuevo Testamento. El de Riva Agüero”. (Cipriani)
- El corazón aprista de Alan García tiene dos aurículas y dos ventrílocuos. Uno es Mulder.
- No sé por qué Vargas Llosa se empeña tanto en lo del Museo de la Memoria cuando ni él mismo recuerda quién ha sido.
- Al Apra también habría que ponerle alcantarillado.
- Todas las pistas conducen al tráfico de influencias.
- Los tríos suelen hacer buena pareja.
- García Márquez nunca cambió su Mercedes.
- Cuando te dicen “¡lárgate!” es que ya te has ido.
- Anchorena está Caín.
- Cuando habla en serio, Belmont es el mejor chiste colorado.
- Lo que le pasó a Juan Vargas es que creyó que los del Real Madrid también se habían vuelto locos.
- A Humala le han vuelto a mentar la Madre Mía.
- Castañeda Lossio es un experto en recojo de basura.
- “Al fondo hay sitio”. (El Presbítero Maestro)
- “¿El Marsano es donde uno se puede bañar?” (Belmont)
- Lugo lucía el hábito de fornicar.
- El marcapasos de Crousillat se lo puso Montesinos.
- Tsura Tukuro será el jefe del Instituto del Deporte si Madame Keiko gana las elecciones.
- No hay balas perdidas cuando todas encuentran su destino.
- A Rosario Sasieta la contrataron en un canal de Venecia.
- La primera manzana podrida fue la de Adán.
- Comedia en un acto: Alonso Alegría llama “dramaturgo mediocre” a Julio Ramón Ribeyro.
- Fabiola de la Cuba debería pedirle plata a la Duquesa de Alba.
- “¡Qué grosería! ¿Cómo se va a llamar memoria caché?” (Belmont)
- Aldo y Beto se están volviendo enemigos íntimos del rating.
- “¿La Orden de Malta la creó Pilsen Callao?” (Belmont)
- “Yo estudié derecho en La Sorbona”. (El jorobado de Notre Dame)
- No hay nada menos soberano que las deudas.
- “Haré una huelga de hambre si prohíben los transgénicos”. (La Chola Chabuca)
- “Conectados podemos más”. (Rómulo León)
- “En los pantanos de Villa (Stein) todo puede suceder. ¡No se la pierda!” (Propaganda de Punto Final).
- Susan Boyle es el nuevo monstruo de la canción.
- Pensar que la Suma Teológica se convirtió en el Banco del Vaticano.
- En muchas mujeres la excepción confirma la regla.
- Federico Danton es un García de última generación.
- Como se llama Tiger, todas creían que podría dar el salto.
- El Perú sólo podrá reconstruirse con un gran terremoto.
- La tecnología de punta la anticiparon los chaveteros.
- Todos terminaremos como pálidos recuerdos.
- Los que salen del clóset terminan entrando al círculo de un nuevo poder.
- Las alcobas nupciales son casi siempre cuartos intermedios.
- Vida extrema es ver “Fuego Cruzado”.
- Los colchones “Paraíso” se hacen con los resortes del poder.
- La autoestima consiste en no mirarse en el espejo.
- Dios es la más grande mentira piadosa.
- El legado de García es imborrable. De García Lorca.
- Raúl Vargas se moviliza en micro.
- Un cuarto para las tres no es una hora. Es una cita lésbica.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Carta de Iwo Jima

Ayer apareció en la primera página del diario más importante del Perú una extrañísima carta.
Se refería irónicamente a Luis Alva Castro y criticaba a los congresistas que lo habían avalado luego de su delictivo gesto de financiar, con dinero del Congreso, un espectáculo criollo.
Pero eso no era lo extrañísimo. Lo extrañísimo era que estaba firmada por un inverosímil japonés –o descendiente de japoneses- de nombre Tsura Tukuro. Sí, no es un error de imprenta: Tsura Tukuro.
Más extraño aún era que el a todas luces inventado remitente aparecía sin documento de identidad adjunto –siendo que la norma de “El Comercio” es no publicar cartas sin la identidad del remitente comprobada-.
No había ni pasaporte ni carnet de extranjería ni DNI que diese fe de la existencia del amenazante Tsura Tukuro.
Todo era surrealista. Un japonés fantasmal con nombre de grosería anal aparecía en “El Comercio” en primera plana. Era algo desternillantemente histórico.
La notoria provocación estaba dirigida a intentar ridiculizar al director de “El Comercio”, que ha tenido el mérito de mantener una higiénica distancia respecto de algunos accionistas con agenda de constructores piratas y, por otra parte, de no ceder ante el empuje del fujimorismo cancerígeno que le reclama, a cada rato y a través de cartas y columnas de sus tropas mediáticas, “neutralidad e imparcialidad”.
Escoger al fantasiosamente infame Tsura Tukuro ya es un mensaje en sí: un patronímico procaz y japonés infiltrado temerariamente en la primera de “El Comercio”. Parece una ocurrencia perversa de algún Raffo, de alguna Keiko, de algún Saravá. Y hasta de alguna Cuculiza igualmente sonora.
A Paco Miró Quesada se la tienen jurada algunos lobistas próximos a la década del Doc y Fujimori: desde los amigos de Alan que ganan licitaciones chequera en mano hasta las sobras periodísticas que tuvo que botar por asuntos de salud pública. Eso en el interior del periódico.
En el exterior, la derecha más egoísta (o “agoísta”) lo mira mal porque, para sorpresa de muchos, Paco no se ha sumado al coro del Opus Dei, a los villancicos de la Confiep y a los desmanes del “grupo 5” de los Schutz de todas las calañas.
De Paco se puede decir que es distraído como un filósofo, apacible como un consomé sin presa, y a veces doctoral como un catedrático de San Marcos, pero nadie puede decir de él, sin faltar a la verdad, que es indecente. Indecentes fueron algunos tipejos que Alejandro Miró Quesada Cisneros equipó y mantuvo a lo largo de sus años de mando.
Indecente es lo que ha ocurrido con el irreal señor Tsura Tukuro.
Y si Paco quiere demostrar que sigue siendo el director de “El Comercio” tendrá que barrer con quienes, desde adentro, conspiraron para batir esta nueva marca mundial de pintoresquismo.
El editor de cierre, los correctores, el director de informaciones, ¿son idiotas o cumplen designios para el 2011?
El fujimorismo tiene su prensa escrita rabiosa, su radio con repetidoras y su televisión rastrera. Ahora quiere seguir avanzando. Una cota a vencer, un monte Suribachi a reconquistar, es “El Comercio”. El señor Tsura Tukuro ha efectuado el primer intento.
Si Paco Miró Quesada tolera esta cochinada, el siguiente paso de este drama de Iwo Jima festejado en la Diroes podrá ser una carta firmada por un tal Tirodije Kojuro. A veces, Paco, hay que enfrentar a la bestia.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Noches de Radio

Ricardo Palma Michelsen, dueño de Radio Miraflores, fue alguna vez a la cárcel por tener doble juego contable, otorgar facturas por servicios jamás realizados y evadir más impuestos que destilería de Chicago en los años 30.
Y ahora resulta que se hace la víctima, manda a escribir un libro a algún letrado bueno para el cuento, y se presenta en sociedad, vulcanizado y con el tapiz desinfectado, de la mano de Luis Castañeda Lossio, cómo no.
No me extraña. Un evasor y un mudo algo tienen elusivamente en común. De hecho, Palma Michelsen es regidor (o sea paje) de Castañeda Lossio en el municipio de Relima, la basura y las sobrevaluaciones. Es decir, en el califato de ese alumno de arquitectura que no asiste a clases, que nadie ha visto en Alas Peruanas y que –¡oh Señor de los Temblores!- ya está a punto de graduarse.
Lo que sí me extraña es que en la presentación de ese libro de Palma Michelsen, titulado “Desde el infierno”, haya estado gente decente apuntalando al personaje y hablando de “penas injustas” y “venganzas fujimoristas”.
¡Por favor! Cuando muchos se batían en contra de la Yakuza made in Balconcillo –o sea la banda de Fujimori-, el señor Ricardo Palma se prestaba a ser desagüe de la dictadura y convertía a su radio en un duro competidor, en cuanto a sobonería y astucia comercial, de RPP.
Y cuando lo pillaron en plena bamba tributaria no tuvo más remedio que quedarse callado y aceptar la chirona. En ese momento de 1997, por supuesto, no se le ocurrió hablar de “persecuciones” ni de “resistencias heroicas”.
Ahora sí. Es que en el Perú el tiempo funciona como detergente. Y el olvido es una fiesta ritual. Y todo sirve para la olla del “lomo saltao”.
Pero a nosotros que no nos vengan con que Palma Michelsen se enfrentó a Fujimori y a sus esbirros.
Palma era un fujimorista disfrazado de trapeador cuando la SUNAT lo cogió en el festival de la chanchada. Estuvo casi dos años preso.
Nada doblegó, sin embargo, su corazón de geisha. Al final consideró que Fujimori no había tenido que ver con su encarcelamiento y, cuando el Perú ya había jalado la cadena y aspiraba a olvidar la mugre del decenio, llevó a su radio a Jorge Morelli, adulón a sueldo del Chino, y a Nicolás Lúcar, operario de los drenajes de la referida banda, y se dedicó a adular a sus nuevos espónsores con la misma convicción con la que una chica de la Gran Vía se dedica a buscar caballeros.
A tal grado llegó su fujimorismo de evasor tributario excarcelado y masoquista, que su programa más oído se llamó “La hora del Chino”. En esa cabina, como en una fábula de Esopo, los roedores pontificaban.
Pero como Palma necesitaba de algunos otros efectivos, entonces se dedicó a licitar algunas horas de pluralismo arrendado.
Una de esas horas la compró, de buena fe, el Partido Nacionalista. La dirigía el periodista Jorge Miranda y se llamaba “La Olla en el Aire”. Pero era el año 2006, un año peligroso, así que el “libertario” Palma licitó –por lo bajo- la censura de dicho espacio.
Alguien debe haberle hecho una muy buena oferta. Lo cierto es que “La Olla en el Aire” salió del ídem de una sola patada.
Cuando cerró el programa, Palma Michelsen, que es tan valiente como una brisa de verano, dijo públicamente que él no era el responsable del cierre, que el programa había sido sacado del aire por “la Junta de Accionistas de Radio Miraflores”.
Cuando le preguntaron quién mandaba en esa Junta, Palma dijo que allí la voz cantante “la tenía la SUNAT, porque la SUNAT sigue siendo el primer acreedor de la empresa”.
Era una mentira digna de “Buenos días, señor presidente”, el programa que bien podría haber salido en el viejo “Variedades” de su abuelito Clemente Palma. La SUNAT sólo estaba interesada en que el tramposo amortizara la deuda y no se metía con la programación.
La verdad era que el Apra y los empresarios que estaban detrás de Alan obtuvieron de Palma la contraprestación del cierre de “La Olla en el Aire”.
“Es cierto. Era un programa que no conservaba la neutralidad necesaria en una etapa electoral”, alcanzó a decir.
¡Y lo decía él!
Pues bien, esta es la pincelada de una biografía que da para un mural: un paredón de proporciones egipciacas plagado de escenas que tienen un denominador común: el periodismo como la profesión del canje, como la fe del que ya no cree en nadie y como el servicio higiénico del gran poder.
Que con su pan se lo coma. Pero que no nos vengan Castañeda y sus aliados a presentar a Palma Michelsen como ejemplo de martirologio. Eso ya resulta demasiado cómico.

jueves, 17 de diciembre de 2009

La Católica y el Mudo

Dos sucesos aparentemente distantes resultan ligados íntimamente.
El primero es una encuesta que ayer hizo circular la Universidad Católica y que trata sobre valores y exclusión social.
Resulta que la mayoría (31 por ciento) de los 1,262 encuestados por la PUCP a nivel nacional le ha dicho a los sorprendidos planilleros del sondeo que “el peor defecto de los peruanos es la impuntualidad”.
¿Cómo? ¿La impuntualidad es lo peor del Perú, el país que permitió a Fujimori, reeligió a García y podría votar por la hija de Fujimori –receptora masiva de fondos sucios proporcionados por la mafia de su apá-?
¿Así que no es el cinismo, el incivismo, el desprecio por el prójimo, el voluntarismo idiota, la vocación por la estafa, el talento para la humillación y la agachada? ¿O sea que no somos ingleses y a veces se nos pasa la hora?
Claro, la tremenda verdad es que los encuestados han mentido como marranos, corroborando, precisamente, las peores aprehensiones en torno a los valores que nos rigen.
La mendacidad es uno de los rasgos más nítidos de la sociedad peruana. Aquí mienten desde Cipriani hasta el maestrito del Sutep. Aquí se miente en declaraciones juradas (Allison dixit), en hojas de vida (señora Suárez por ejemplo), en discursos oficiales (especialidad de García) y hasta en el santo sacramento de la confesión (imaginen lo que Rey admitirá haber hecho a la hora del susurro purgador).
El otro hecho relacionado es lo que ayer ha descubierto “Perú.21” respecto del Mudo sinvergüenza que gobierna la ciudad “con puño de yerro”.
Cuando leí el asunto, la primera frase que se me ocurrió fue esta:
-Por fin, ¡lo pescaron!
Y es cierto. Hace rato que muchos sospechábamos que el Mudo dirigía una banda que quería imitar a aquella otra de Alí Babá-Kurí (que es la principal, nadie lo duda, la de un Glen Miller dedicado al saqueo).
Pero lo que no sabíamos era cómo lo estaban haciendo, de qué manera estaban borrando huellas, con qué profesionalismo usaban la ganzúa, la pata de cabra y el cogoteo por la espalda.
Bueno, ahora lo sabemos:
Paso 1): No le pagan ciertos servicios a Relima (la empresa de limpieza).
Paso 2): Relima se va a un arbitraje que termina ganando. Reclama 47 millones de soles.
Paso 3): La Banda del Mudo acepta pagar 41 millones (36 de deuda y 5 de intereses), pero en diez años. Relima aparenta aceptar.
Paso 4): Relima le vende la deuda (es decir, su acreencia) a una empresa que “alguien” crea sólo para ese propósito. Se la vende con un 65 por ciento de descuento (¡ganga!), o sea que Relima recibe 14 millones y seiscientos mil soles de un porrazo y ya no los 41 millones en diez años. Esa empresa que “alguien” crea sólo para comprarle a Relima su deuda con el Municipio se llamó “Comunicore”.
Paso 5): En un giro sorprendente, extraordinario y malabarístico, el municipio de Lima “decide”, dos semanas después de que “Comunicore” comprara la deuda de Relima, que ya no pagará a plazos nada y que pagará al contado todo. Sí, como usted lo lee, amable lector: un 31 de diciembre los muy afortunados muchachos de “Comunicore” se enteran de que el municipio de Castañeda Lossio les va a pagar –y les pagó- los 36 millones de soles originales ¡y al contado!
Paso 6): el municipio de Castañeda procede a pagarle a “Comunicore” 36 millones de soles de un solo cocacho y en un solo cheque de gerencia. “Comunicore” obtiene así, en dos semanas, un poquito menos que 22 millones de soles de utilidad. ¿Y quién dice que en el Perú es difícil prosperar?
Paso 7): “Comunicore” se liquida. Total, después de ganar casi 22 millones de soles en dos semanas, ¿para qué seguir existiendo?
¿Y la Contraloría? Bueno, investigando a Forsur y a remotos municipios provinciales. O sea que el contralor Khoury ya entendió el mensaje y lo de Alí Babá-Kurí podría abrirse a nuevos socios.
¿Y Castañeda? Más discreto que nunca, regando concreto y hormigón y elevando como con levadura los presupuestos originales de todo lo que edifica. Porque, como usted sabe, “el Perú construye”.
¿Y los encuestados de la Universidad Católica?
Pues diciendo que somos impuntuales.
¿Y por qué no?
Total, la misma pontificia universidad que Cipriani desea capturar adjunta a la encuesta que hemos reseñado el comentario de dos catedrales de la virtud, la ética, la coherencia y la honradez intelectual: Chichi Valenzuela, docente de la Católica a quien presentan como lingüista (para dolor de Martha Hildebrandt), y César Campos, cuya foto yace junto a una leyenda que dice así: “Abogado PUCP”.
Y esta pareja de alanistas a destajo habla de “valores” y del “carácter nacional” con la misma sabiduría con la que el ratón Mickey podría referirse a las 320 variedades del queso francés.
Una maravilla.
Así que la impuntualidad.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Frases hirientes

- En lo de Alva Castro y Fabiola de la Cuba hubo concierto de voluntades.
- No sabemos todavía quién será el peor equipo de la Copa Libertadores de América. Para eso será necesario otro Clásico.
- “Empresarios: confíen en el Perú, confíen en el futuro, confíen en mí”. (Sebastián Piñera)
- ¿Cuándo harán “Bastardos sin gloria” en la Franja de Gaza?
- Lo que va a tener que hacer Luis Alva Castro es cantar junto a Fabiola de la Cuba.
- “Algo se pudre en Dinamarca” (La Tierra)
- Que a Humala los gay de Tarapoto le expresen su respaldo ya parece un malicioso juego de palabras.
- “La economía peruana ha crecido en octubre 0,83 por ciento menos que el año pasado. ¿Ya ven pesimistas que se quedaron cortos?” (Alan García)
- La llaman reparación civil porque ningún militar la ha pagado.
- Ahora ya sabemos por qué el programa del yerno de Crousillat se llama “Punto Final”.
- A Víctor Jara lo mataron en un estadio confesional.
- “Robé, me vendí, me arrastré, calumnié y fui suegro de Lúcar. ¿Qué más quieren? ¿Que me pudra en la cárcel?” (Crousillat)
- A los folclóricos los debe estar matando un escuadrón de la muerte del Conservatorio.
- “Haré el Museo de la Memoria sin recordar para nada que quien me lo ha encargado es un bribón impresentable”. (Vargas Llosa)
- La tesis doctoral de Aurelito Pastor se llamó “El indulto en América”.
- “¿No es obsceno eso de ser miembro de número de la academia de la lengua?” (Belmont)
- Hasta las faldas del volcán esconden un fuego central.
- “¡Un tal Bartolomé de las Casas está agitando los indios en contra del gobierno!” (Comisión Investigadora del Caso Bagua)
- “El día más feliz de mi vida fue cuando entré al Cuerpo de Paz”. (El novio de Paz Vega)
- “No soy un criminal innato. Tuve que aprender”. (El Negro Galván)
- Alan García encarna al Apra de mente abierta.
- “¡Devolver! ¡Devolver!” (Alva Castro)
- Penélope Cruz sólo teje estupideces.
- La señorita Liliana Mass tiene un apellido de lo más prometedor.
- “Piñera llegará a la presidencia sobre mi cadáver”. (El finadito Frei)
- El Perú virreinal estaba doblado al español.
- La Virgen de la Puerta esperaba dejar de serlo.
- Berlusconi es un demócrata de dientes para afuera.
- Israel es el único país sin fronteras que mata por ellas.
- La sensatez es la variante más estimada de la traición.
- “Dejemos de lado a los que se pierden en la anécdota del chisme de barrio.” (Alan García y Rosario Sasieta en declaración conjunta)
- “Resistir es nuestro compromiso con la historia” (El Bacilo de Koch)
- El problema de Frei no es la suma sino la división.
- “No es que sea pesimista. Es que vengo de mi entierro”. (Julio Cotler)
- “Doctor García, ¿posaría usted para mí, por favor?” (Fernando Botero)
- “La Gripe A no debería darle a los pobres”. (Belmont)
- “Propongo algo sin precedentes: que todos, sin distinción de partido o cargo, dejemos de robar”. (Pinocho)
- Los matrimonios deberían tener segunda vuelta.
- La televisión no es una caja boba. Es caja nomás.
- Lo que faltaba: Alva Castro haciendo de corista en “Los productores”.
- “El Apra nunca muere”. (Sánchez Cerro)

martes, 15 de diciembre de 2009

Frei y García: los gemelos

Una de las noticias más importantes de la agencia de noticias Europa Press se titulaba ayer de esta manera: “El 64 por ciento de los peruanos rechaza la gestión de Alan García”. Su texto era como sigue:
LIMA, 14 Dic. (EUROPA PRESS) .- El 64 por ciento de los peruanos rechaza la gestión del presidente peruano, Alan García, que al cierre de este año ha conseguido una aprobación de apenas el 29 por ciento, según una encuesta realizada por la empresa Ipsos Apoyo Opinión y Mercado.
El sondeo revela además que el 85 por ciento de los peruanos rechaza las gestiones que realiza el Congreso, mientras que el 69 por ciento está en desacuerdo con las acciones que ha emprendido el Gobierno nacional.
El 45 por ciento de los que rechazan la gestión de García lo hacen porque critican los niveles de corrupción de su Gobierno, mientras que el 33 por ciento restante repudian su falta de trabajo.
El sondeo fue realizado entre el 9 y el 11 de diciembre a solicitud de ‘El Comercio’ en 15 ciudades de Perú. Su nivel de confianza es de 95 por ciento y tiene un margen de error de 3,1 por ciento.
Hasta aquí parte del despacho.
Les sorprende a los europeos que un presidente tan bien promovido por el mercadeo internacional esté mucho más cerca del infortunio que de la prosperidad en cuanto a aprobación popular se refiere.
Algo sé del doctor García y puedo asegurar que nada –ni siquiera el abandono legítimo de hogar que ha cumplido la señora Pilar Nores- afecta más su ego edematoso que esta miseria de las cifras y este carisma en escombros.
-¿Cómo pueden ser tan ingratos? –podría preguntarse el sucesor, para todos los efectos, de Haya de la Torre-.
Quizá crea el doctor García que un concierto de mezquindades conspira en contra de su grandeza.
O quizá se lo hagan creer sus peores ayayeros. Esos que confiesan haber sido empleados de Michael Porter y, por tanto, conocedores de sus presuntas cochinaditas.
La pregunta que el doctor García no se formulará es más bien esta: ¿Cómo es posible que el candidato de la Concertación obtenga 29% de los votos (un desastre de ribetes alanistas para el señor Frei) si la presidenta de la República de Chile, que procede de esa misma organización, está en 76 por ciento de calurosa aprobación ciudadana?
La respuesta tiene varios capítulos, doctor García.
La señora Bachelet no le mintió al electorado que la eligió. Usted sí y de la manera más miserable.
La Bachelet, aunque parametrada por el pinochetismo constitucional heredado, no hizo migas con la hez represiva de Chile. Usted, en cambio, malnutre al sistema anticorrupción a ver si lo termina de ahogar, negocia con los testaferros de Schutz para impedir todo asomo de independencia (de allí su veto personal en contra de este columnista), indulta al viejo Crousillat y prepara el terreno para liberar a Fujimori.
Podrá discreparse de la señora Bachelet, pero, sin dudas, nadie puede reprocharle ese hábito que a usted, doctor García, le place tanto: el de la mendacidad. Ella es una chilena sin fisuras que vela por sus intereses de Estado. Usted remata Collique, malbaratea Paita, llama perros de hortelano a quienes se oponen a la venta de la Amazonía.
La señora Bachelet vivirá de la pensión que se ha ganado. Usted podría vivir 300 más años y el dinero que obtuvo y ha venido obteniendo al margen de su sueldo le seguiría alcanzando.
Por eso, por más prensa amiga que le aconseje atacar a Michael Porter y por más inauguraciones que se transmitan y silencios que entren en cadena, usted tiene el rechazo de dos de cada tres peruanos.
De modo que si en 1990 usted dejó el poder en trance de popularidad raleada, el 2011 le sucederá lo mismo, a pesar de que el oro está en las nubes, el cobre vale tres veces más que hace seis años y el nivel de inversión extranjera, aunque resentido, no se ha detenido.
Es que en política no todo es un asunto de cifras, PBI y balanza de pagos. Hay intangibles poderosos como la decencia y la honradez.
Porque una cosa es ser dueño de LAN, como Piñera, y otra cobrarle a LAN por lo bajo para que pueda conservar su abrumadora hegemonía. En el primer caso se elige a un empresario que quiere la presidencia. En el segundo se padece a un político que aprendió de Porfirio Díaz y Juan Domingo Perón.

domingo, 13 de diciembre de 2009

El triunfo de Piñera

Hoy en Chile ganará Sebastián Piñera y como que así las cosas volverán a la normalidad.
O sea que la derecha volverá a gobernar sin necesidad de intermediarios.
Porque esto de la Concertación era como una transición pasmada, un episodio que duró demasiado, un espejismo centrista que parece haber llegado al confín de sus posibilidades.
En algún sentido resulta que la derecha nunca se ausentó del todo. El inquilinato de veinte años de la Concertación jamás la incomodó demasiado. Los sobresaltos vinieron de un poder judicial que sacó la cara por la decencia, no de un poder político que vistió con resignación la camisa de fuerza de la constitución de Pinochet.
Piñera es el resumen de la historia de Chile. Y en esa historia lo que ha prevalecido es un conservadurismo armado y a ratos sanguinario.
Algunos creen que Pinochet fue la excepción que manchó un pasado pulquérrimo de las Fuerzas Armadas.
Eso no es cierto. Pinochet resucitó a la vieja bestia reaccionaria de 1891.
Ese año, una fracción importante del ejército y la marina se sublevó en contra del gobierno de José Manuel Balmaceda, que se había convertido en dictadura a raíz del sabotaje oligárquico planteado por el Congreso, el que se negó a aprobar el presupuesto general de la República.
Hubo excesos por ambas partes en una guerra interna librada alrededor de los intereses del salitre –Balmaceda estaba en contra del enclave británico que reinaba en aquel norte arrebatado al Perú y Bolivia-, pero lo cierto es que los partidarios de Balmaceda fueron masacrados de un modo que es difícil de describir.
Los generales balmacedistas Orozimbo Barbosa y José Miguel Alcérreca fueron descuartizados en público por los triunfantes militares insurrectos.
Chile volvió aquel año a la normalidad que volvería a padecer en 1973.
Pero entre 1891 y 1973 –entre dos de los más honorables suicidios de la política latinoamericana: el de Balmaceda en la embajada argentina, el de Allende en el aerobombardeado palacio presidencial- la política chilena, siempre aliada de los militares, mostró su apego a los intereses más reaccionarios y más abiertamente plutocráticos.
Todos recordamos que en 1907, en Iquique, el general chileno Roberto Silva Renard ordenó abrir fuego sobre miles de obreros salitreros y sus familias, quienes se habían refugiado en la escuela Domingo de Santa María. En la montaña de cadáveres que la matanza produjo hubo también cuerpos de obreros peruanos y bolivianos que pedían salarios justos y pagados con dinero y no con las fichas que la compañía inglesa entregaba para que fueran canjeadas por comida o bienes de sus almacenes.
Como lo ha recordado el escritor chileno Máximo Kisnat en un reciente artículo, en 1925, en la Pampa del Tamarugal, “nuestro glorioso Ejército asesinó a unos dos mil quinientos obreros...que querían cobrar sus salarios con dinero de verdad que les permitiera comprar en cualquier parte y no sólo en las pulperías de la compañía (inglesa, por supuesto)...”
Kisnat también rememora la represalia feroz que, en 1957, ordenó perpetrar en contra de estudiantes y obreros el gobierno del general Carlos Ibáñez del Campo, apodado “El Caballo”.
“No sabemos el número de muertos, especialmente por los asesinados en el Cerro de Santa Lucía que luego fueron hechos desaparecer”, dice Kisnat. Y añade:
“La batalla de Santiago (la de 1957) fue una de las 55 masacres perpetradas en el siglo XX...sin considerar el genocidio llevado a cabo por la dictadura de Pinochet...”.
La señora Bachelet era en muchos sentidos rehén de los uniformados. La historia de Chile, en general, parece secuestrada por la indestructible alianza de una derecha que no duda en derramar sangre y unos militares que no vacilan en disparar en nombre de los grandes privilegios.
De modo que para qué tanta simulación. Con Piñera al mando –o con un Frei empujado a imitarlo en el caso de ganar- la derecha chilena regresa al poder más insolente, amnésica y amenazante que nunca. Sin interpósita persona.
Que el Perú se cuide más que nunca.

sábado, 12 de diciembre de 2009

El indulto y el colchonero

Muchos se sorprenden por el indulto que Alan García le ha concedido al señor Crousillat, suegro eminente del señor Lúcar y hombre para todo servicio de Vladimiro Montesinos.
El indulto es una vergüenza. Pero lo es también lo que ocurre, en general, en la televisión peruana, dominada por gente que le debe casi todo al gobierno o a las prácticas mafiosas.
El caso del Canal 2 es un ejemplo esperpéntico. Nadie se ha atrevido, por ejemplo, a hacer preguntas en torno a una transcripción congresal que ha estado circulando en los últimos meses y que estuvo piadosamente oculta por sólo sabe Yahvé qué razones.
La transcripción corresponde a una sesión del año 2001 de la comisión investigadora que presidió David Waisman. La sesión se realizó en el penal San Jorge y el testigo que allí declaró, bajo juramento, fue nada menos que Víctor Alberto Venero Garrido, uno de los compinches más pintorescos y corruptos de Vladimiro Montesinos.
He aquí algunos jugosos fragmentos:
El señor VENERO GARRIDO, Víctor Alberto.— En principio, agradezco esa pregunta porque quiero decirle a ustedes y a la prensa que el señor Baruch Ivcher es mi amigo, amigo de negocios, lo conozco antes del gobierno del Presidente Fujimori, quizás un poquito antes del gobierno de Alan García, sí, antes. Teníamos una estrecha relación comercial, dado que él me proporcionaba, de su fábrica Paraíso, las espumas, tanto de colchones como de almohadas, para que posteriormente yo, en mi fábrica de confecciones, ponerle las fundas tanto de almohada y de colchón y a su vez presentarme a las licitaciones de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Policiales. Lo que puedo decir al respecto es que el señor Ivcher respetó este trato verbal de caballeros en todo momento y trabajamos mucho tiempo juntos.
La señora TOWNSEND DIEZ CANSECO .— Pero sobre el tema del retiro de nacionalidad y todo esto, ¿usted cumplió una misión de Montesinos o un mensaje?
El señor VENERO GARRIDO, Víctor Alberto.— No, no. Justamente, bajo estos antecedentes, mi amigo Ivcher me pide que si podía yo presentarle o conocía al doctor Montesinos.
La señora TOWNSEND DIEZ CANSECO .— Hay denuncia donde se señala que usted, efectivamente, advierte y señala que hay todo un plan para que los socios minoritarios...
El señor VENERO GARRIDO, Víctor Alberto.— Eso es lo que le estoy explicando, señorita congresista, no sé si...
La señora TOWNSEND DIEZ CANSECO .— Puede continuar. Presidente, con su venia.
El señor VENERO GARRIDO, Víctor Alberto.— El señor Baruch Ivcher, bajo esa amistad comercial que teníamos, esa amistad mutua, me confiesa que quiere una entrevista con el doctor Montesinos y me dice si es factible que yo pudiera conseguir una cita con él. Entonces, yo le digo que sí, que voy a ver, que no le ofrezco nada, pero que, dada nuestra amistad, voy a hacer los esfuerzos para lograrlo. Intento en un oportunidad; no es factible porque no lo acepta el señor Montesinos. Una segunda oportunidad y tampoco lo acepta. Y a la tercera se lo pido como un favor especial, un favor personal y le digo que no sé qué informaciones tenga del señor Ivcher respecto a su persona, a su comportamiento como empresario y como persona, porque el hecho de no querer recibirlo implicaba que era un rotundo no. Entonces, yo le dije: Mira, permíteme explicarte que a este señor lo conozco hace años y nunca firmó un documento conmigo y se ha portado lealmente conmigo, porque él ha podido hablar con el señor Presidente Alan García, que era su amigo y, no sé, vender directamente los colchones y hacerme a un lado. Nunca lo hizo, y yo creo que eso tiene un valor intrínseco...Y eso fue lo que le expliqué a él, que por favor lo recibiera como un favor especial, que yo nunca le había pedido un favor de esa naturaleza y que por favor lo recibiera. Entonces, me dijo: Sí, está bien, tráelo el día miércoles o jueves, un decir. Lo llamé a Ivcher, le dije: mira, te he conseguido la cita con Montesinos. Lo recogí de su canal, subió a mi camioneta, tuvimos una clave para entrar desde la entrada hasta la oficina, que la clave era el “sobrino”, y entramos y llegamos a la oficina del señor Montesinos y se lo presenté con la misma introducción que le estoy diciendo ¿no?, que es una persona leal, que nunca firmó un documento, que lo consideraba un buen amigo, etcétera, etcétera, y que los dejaba conversando a ellos y si gustaban ellos, yo me retiraba. No —me dijo—: quédate. Me quedé en la conversación. Conversaron cosas totalmente generales del canal. Me acuerdo que Ivcher le dijo que él los felicitaba por el combate al narcotráfico, al terrorismo y todas estas cosas, y que él estaba llano siempre a poner a su disposición el canal para lo que el gobierno requiriera. Cambiaron teléfonos, terminó la reunión, salí con el señor Ivcher, me agradeció. A los tres meses o cuatro, creo, hubo una pelea entre los dos, que desconozco por qué motivo ocurrió —y por un teléfono tenía a Montesinos indicándome: por qué me has presentado a esta persona si yo te dije que no quería conocerla. Y esa fue una de mis desgracias porque me consideró un salado, como él decía. Me has salado al haberme presentado, porque ahora sí estoy enfrentando con el Presidente. Me has metido realmente en un problema muy grande. Porque que tu amigo tiene un hermano que vende colchones al Ecuador o que vende armas, aparte que es dueño de un canal y es extranjero y se está enfrentando con nosotros. Entonces, de un amigo componedor, salí totalmente descompuesto, señor Presidente. Por un lado tenía a Montesinos que me daba duro por un lado, y por otro lado tenía el teléfono de mi amigo Ivcher que lógicamente estaba preocupado. Entonces, fui a verlo en calidad de amigo y le dije: Mira, han pasado estos problemas, ustedes se han peleado y yo estoy totalmente en el medio, y él (Montesinos) me manifiesta que tienes un hermano que tiene una fábrica de colchones y que le ha vendido armas al Ecuador y que tú eres un extranjero que no puede ser dueño de un canal. Entonces, él me dice: No, eso es mentira, te lo voy a demostrar, etcétera. Entonces, ahí comienza la pelea entre ellos. Hasta que otra vez voy a verlo a mi amigo Ivcher, y yo lo tomé realmente como broma, cuando él me dice: Mira, Alberto, he hecho una filmación de un cassette, que lo estoy enviando a la ONU, a Derechos Humanos, etcétera, indicando que si mañana me matan, pues es Montesinos, Fujimori y tú has fungido como un emisario. Entonces, yo la verdad lo tomé en broma, en serio lo de ellos, pero le digo: No sé por qué me tengas que meter a mí. Entonces, yo ahora entiendo, sí, yo sé que mi amigo Ivcher me está escuchando, entiendo todo lo que pudo haber pasado en ese tiempo. Yo creo que eso fue un factor determinante para que mis relaciones con Montesinos a partir de ese día cambiaran totalmente, totalmente, porque es ahí donde yo salgo a la luz pública, en la Caja, en las armas, etcétera, soy totalmente incómodo; soy el fusible quemado para el gobierno, en este caso específicamente para el Presidente de la República y para el doctor Montesinos.
El señor PRESIDENTE.— Señor Venero, quisiera que usted nos precise algo. Usted mencionó hace unos momentos que a raíz de esta pelea entre Baruch Ivcher y Montesinos, Baruch Ivcher le dice a usted que se ha enfrentado al Presidente. Usted lo acaba de decir más o menos en esos términos, Montesinos se ha enfrentado al Presidente de la República, ¿él le explica cuáles son las razones del enfrentamiento que él tiene a raíz del pleito o la pelea que tiene Baruch con Montesinos?
El señor VENERO GARRIDO, Víctor Alberto.— Las relaciones ¿no? O sea, las relaciones...Me parece que los engreídos en ese tiempo de gobierno eran pues el Canal 4 específicamente, y el Canal 2 parece poco a poco fue marginado.
El señor PRESIDENTE.— Tiene la palabra el congresista Chang Ching.
El señor CHANG CHING (C90-NM).— Si me permite, señor Presidente. ¿El señor Ivcher tenía negocios con el señor Venero para proveer a las Fuerzas Armadas?
El señor VENERO GARRIDO, Víctor Alberto.— El señor Ivcher es dueño de una fábrica que se llama Paraíso, que es una de las fábricas en ese tiempo y ahora de las más grandes de producción de espuma, espuma de colchones. El Ejército tenía necesidad de comprar colchones casi todos los años, así mismo la Policía, y la sociedad Venero-Duthurburú le compraba a la fábrica del señor Ivcher las espumas tanto de los colchones como de las almohadas, y el que habla, en su fábrica de confecciones, le hacia las fundas de tela tanto de la almohada como del colchón y luego vendía el artículo terminado, en este caso puede ser el Ejército o puede ser la Policía.

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Posdata: García tiene en sus manos esta transcripción desenterrada. Ahora ya sabemos el porqué de tantos silencios.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Cuentos chinos

Me apresuro a leer la nota que me dará la pista sobre “las cuantiosas comisiones” que estarían detrás de la posible compra de tanques chinos MBT- 2000.
Me decepciono. Lo que leo es que la empresa china Norinco “habría sido sorprendentemente generosa en su oferta de comisiones”.
¿“Habría sido”? ¿Así nomás? ¿No hay nada que sostenga tamaña verosimilitud?
Después leo: “Los rumores salidos del Ejército indican que la venta al Perú ha sido inflada hasta llegar a un precio de dos millones de dólares por unidad, donde se incluye una apetitosa comisión.”
¿“Los rumores salidos del Ejército”? ¿No serán los rumores de los que quieren que compremos los T-90 rusos? En todo caso, si alguien construye una sospecha alrededor de un rumor, ¿debería de embarcar a un diario que necesita cuidar de su prestigio en este viaje de 20,000 leguas por los tremedales de la suposición y del escándalo con pies de barro?
¿Y cómo que “inflado hasta los dos millones de dólares por tanque”? ¿No sabe el cronista que un tanque T-72 ruso cuesta no menos de cinco millones de dólares? No hablamos de automóviles sino de blindados de última generación.
Leo también: “Según información interna del Ejército, los especialistas habrían rechazado la adquisición. Uno de los aparatos habría sido puesto en mantenimiento después de registrar fallas masivas durante su funcionamiento...” Dos “habría” en un solo párrafo acusatorio. Mal asunto.
En esta república del condicional, en este discurso del subjuntivo, lo que “habría” parece haber sucedido ya, el rumor adquiere estatuto de fuente, lo posible ya es parte del pasado. Esto no es periodismo de investigación: ¡esta es la mayor revolución del idioma y la mayor lasitud de la lógica!
A mí me importa un ardite que los tanques que compre el Perú sean chinos o noruegos, rusos o argentinos. Lo que me importa es que la Fuerza Armada recupere su destrozada capacidad disuasiva no sólo en materia de blindados sino en relación a la marina y a la aviación.
Los temas de Defensa deberían ser tratados con un mínimo respeto por el lector y por el país. No es serio enlodar una operación de renovación del parque de blindados apelando a rumores, chismes y maledicencias vertiginosas.
Que Contraloría controle y que la prensa fiscalice, que para eso estamos, por lo menos, en una democracia relativa y no en una dictadura absoluta como la de Cuba, donde no hay Contraloría ni prensa digna de llamarse prensa.
Pero, en todo caso, los nostálgicos del muro berlinés y del Fidel habanero podrían haberle consultado al mismísimo caudillo cubano respecto de lo que piensa sobre el armamento chino.
Porque resulta que el 6 de octubre del 2009, en su serie “Reflexiones” que publica el diario “Granma”, el camarada Fidel Castro dijo esto del multitudinario desfile por los sesenta años de la Revolución de Mao Tse Tung:
“Fue motivo de asombro el hecho de que China presentara 52 nuevos tipos de armamentos, entre ellos la última generación de carros de combate, vehículos anfibios, radares, aviones de exploración y equipos sofisticados de comunicación... Los medios de prensa resaltaban la presencia de los cohetes intercontinentales DF-31, capaces de golpear con cabezas nucleares blancos situados a 10,000 kilómetros de distancia...”
Son palabras de Fidel Castro, que sí sabe de tanques y que –hasta podría decirse- tiene por ellos una devoción especial. Lo recuerdo aplaudiendo, emocionado, la entrada de blindados del Pacto de Varsovia –una de las firmas que usaba la Unión Soviética- a la Praga primaveral de 1968 el día en que los rusos decidieron terminar con el experimento del socialismo independiente de Dubceck.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Servidumbre voluntaria

Una manera de no desesperar, un modo de saber que lo que a nosotros nos perturba como fenómeno social es algo viejo que a muchos otros ha perturbado por igual, una vía infalible para no tomar demasiado en serio ni al hombre ni a la historia, es leer textos antiguos.
Leyendo esos textos uno comprueba que la naturaleza del hombre es una e inamovible y que los vicios que emanan de esa naturaleza no han cambiado –ni cambiarán- a lo largo de los siglos.
Leer, por ejemplo, a Etienne de la Boétie (nacido en 1530 y muerto en 1563) es una delicia.
Porque uno cree estar leyendo a un crítico social del siglo XX, a un cronista del XXI y a un futurólogo sin fecha de caducidad.
Y, sin embargo, su libro “Discurso sobre la servidumbre voluntaria” fue escrito alrededor deI año 1553, cuando el autor tenía 23 años y aun era estudiante de abogacía en Orleáns.
De la Boétie había sido testigo del ajusticiamiento, ordenado por el rey Francisco I, de ciento cuarenta habitantes de Bordeaux, todos implicados en la llamada Sublevación de la Gavela.
La gavela era un impuesto abusivo por el uso de la sal. En Bordeaux hubo una insurrección en contra de tal exacción y, como consecuencia de ello, las masas exaltadas mataron al recaudador real y a dos de sus ayudantes.
La represalia fue inmediata: 140 condenados a muerte, multas feroces, azotes para otros cientos, humillación colectiva.
De la Boétie se dedicó entonces a pensar por qué resultaba tan fácil para las tiranías gobernar a gente que, de haber reunido fuerzas y propósitos, habría podido recuperar su dignidad apelando al derecho a la rebelión.
Era –y es- la pregunta clave de la historia, la pregunta que la Caverna de todos los siglos siempre ha temido más. De la Boétie, precisamente, recurre a la historia como fuente de innumerables ejemplos de tiranías impunes y pasmos inexplicables.
Su conclusión básica es que la perversión de la educación (y muchas veces el predominio abierto de la ignorancia) resulta el arma decisiva de las tiranías.
Gracias a una educación degenerada (o negada para las masas) es posible, dice Etienne de la Boétie, que el don de la libertad no sea amado ni extrañado y ni siquiera deseado. Sólo en las sombras de la ignorancia es posible resignarse a la indignidad de servir por la fuerza a un amo absolutista (individual o colectivo).
Decir esto en 1553 era toda una hazaña de precocidad y es por eso que De la Boétie es considerado un raro precursor de ese discurso libertario que en nuestros días pudo resultar tan común.
De la Boétie añade que a ningún tirano podrá considerársele bueno, porque “siempre le será posible hacer el mal”. Y dice que la verdadera batalla no se libra en un campo ni entre ríos o montañas sino en la mentalidad de las gentes. Un hombre capturado no es un súbdito: un corazón marchito por la costumbre de servir a la estupidez y a la arbitrariedad sí hace a un “siervo ejemplar”.
Para que los lectores de esta columna tengan una idea más clara del pensamiento de Etienne de la Boétie citaré estas líneas de su “Discurso sobre la servidumbre voluntaria”, también conocido como “Contra uno”:
“Pero la astucia de los tiranos, que consiste en embrutecer a sus súbditos, jamás quedó tan evidente como en lo que Ciro hizo a los lidios, tras apoderarse de Sardes, capital de Lidia, y al apresar a Creso, el rico monarca, y hacerlo prisionero. Le llevaron a Ciro la noticia de que los habitantes de Sardes se habían sublevado. Los habría aplastado sin dificultad inmediatamente; sin embargo, al no querer saquear tan bella ciudad, ni verse obligado a mantener un ejército para imponer el orden, se le ocurrió una gran idea para apoderarse de ella: montó burdeles, tabernas y juegos públicos, y autorizó que los ciudadanos de Sardes hicieran uso libre de ellos. Esta iniciativa dio tan buen resultado que jamás hubo ya que atacar a los lidios por la fuerza de la espada. Estas pobres y miserables gentes se distrajeron de su objetivo, entregándose a todo tipo de juegos; tanto es así que de ahí, de ese topónimo llamado Lidia, proviene la palabra latina “ludi”, raíz de “lúdico”. No todos los tiranos han expresado con tal énfasis su deseo de corromper a sus súbditos. Pero lo cierto es que lo que Ciro ordenó tan formalmente, la mayoría de los otros lo ha hecho ocultamente. Y hay que reconocer que esta es la tendencia natural del pueblo, que suele ser más numeroso en las ciudades; desconfía de quien le ama y confía en quien lo engaña. Los tragos, los juegos, las farsas, los espectáculos, los gladiadores, los animales exóticos, las medallas, las grandes exhibiciones y otras drogas eran para los pueblos antiguos los cebos de la servidumbre, el precio de su libertad, los instrumentos de la tiranía”.
¿Suena a algo actual y conocido? ¿Suena a humillada cerviz? ¿Suena a cumplida profecía occidental? ¿Suena a Latinoamérica, en general, y al Perú fujimorista, en particular? ¿Es un ensayo sobre el papel idiotizante de la TV en la aldea global?
Suena a todo eso y a más. Suena a la vieja trampa en la que todavía estamos. Sólo que ahora Ciro no es Ciro y ha sido reemplazado por una falange mundial de fascistas avariciosos, mercaderes que hablan de principios y políticos que el hampa le ha prestado a la impostura.
Todo eso hace tan perturbadoramente vigente a Etienne de la Boétie.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Modelos suicidas

Ruslana Korshunova tenía 20 años y una carrera exitosa de top model cuando una noche de junio del 2008 decidió lanzarse desde el noveno piso del edificio Walter Street, en el distrito financiero de Nueva York.
Nacida en Kazajistán y descubierta por la agencia de modelos IMG, la misma donde se hicieran famosas Heidi Klum y Kate Moss, había sido portada de revistas como “Elle” y “Vogue” y maniquí de firmas como Marc Jacobs y Christian Dior.
Era bella hasta la exageración, tenía un novio que la quería y el mundo parecía recibirla siempre entre sonrisas.
Sin embargo había escrito en una red social rusa: “Me siento sola, ¿podré alguna vez encontrarme?”.
Una amiga le dijo a la policía neoyorquina que Ruslana estaba harta “y que sólo quería salirse del mundo del modelaje”.
Poco antes de morir a voluntad, Ruslana había puesto en la red esta frase: “duele como si alguien me quitara una parte de mí y la destrozara”.
Tuvo reverberancias siniestras esa frase: su cuerpo, destrozado por la caída, fue exhibido por el programa de Geraldo Rivera, uno de los reyes de la televisión basura de los Estados Unidos.
Podría hasta decirse que si Ruslana eligió la muerte fue porque gentes como Geraldo Rivera parecen encarnar tan briosamente “los valores de la vida”.
Hace dos semanas apenas, esta vez en París, una muchacha que parecía tenerlo todo y que también andaba por los 20 años fue encontrada colgando de una viga de su lujoso departamento.
Se llamaba Daul Kim, era hija del vicepresidente de Samsung, había modelado para Chanel y Dries Van Noten, y pertenecía a la muy exclusiva agencia Next. Había nacido en Seúl, se había educado en Londres y París y tenía la belleza delicada de un bibelot tatuado en marfil.
Daul Kim sí que no anunció nada en público. Ni habló con sus amigas ni se confesó en la red. Fue caminando hacia la muerte con la misma gracia desmañada que la convirtió en la estrella de la semana de la moda parisina en el 2007.
¿Qué la hastió tan prematuramente? ¿Qué náuseas la minaron? ¿Qué pudo amargarla tan definitivamente? ¿Qué pudo pasar en ella y en Ruslana?
Jean Améry, seudónimo del escritor austriaco Hans Mayer, escribió algunas de las páginas más inteligentes sobre el suicidio.
En “Levantar la mano sobre uno mismo” Améry afirma que la muerte voluntaria “es mucho más que un puro acto de autoaniquilamiento... Es un largo proceso de inclinarse hacia abajo, de acercamiento a la tierra, una suma de muchas humillaciones que no pueden ser asumidas por la dignidad y la humanidad del suicidario...es una progresión hacia un camino que quizás ya estaba trazado desde el principio...”.
Para este escritor, de madre católica y padre judío, internado por los nazis en Auschwitz, el suicidio es el gesto extremo de la libertad, “un absurdo éxtasis de libertad... Llegados a este punto, la revelación de que la mentira lo era todo nos ilumina como un relámpago...”.
Améry sabía mucho de este tema maldito y proscrito de toda sana conversación. Él mismo terminó matándose en 1978.

martes, 8 de diciembre de 2009

La mujer perfecta

Rosario Sasieta es la mujer perfecta según los cánones de la viveza criolla.
(Viveza criolla: virtud infecta que le permite a Canal 9 “transmitir” el “éxito” de la señorita Malpartida –la única campeona mundial que retuvo su corona cayendo a la lona y forcejeando con los antebrazos como si de un lío de faldas se tratara- poniendo ocho minutos de comerciales por dos de programación, estirando la jornada con sobras boxísticas de variado pelaje y mutilando cada round para que viéramos a Gastón Acurio diciendo, asalto tras asalto, que “Franca” es la gran cerveza del Perú y que si queremos conocer de sus antojos no gestatorios tenemos que afiliarnos al BBV).
Pues bien, la señora Sasieta, que ha aspirado siempre a ser creíble, mintió esta vez como gitana en gran remate de garaje.
Y han hecho bien en “Día D” demostrándolo de una vez y para siempre.
Porque ahora sí que madame Sasieta ha quedado calata y ha sido varada, tras su captura en alta mar, en una playa de la costanera.
¿Así que fue invitada por la “Generalité” (como su ignorancia la hizo decir en una radio)?
Pues quedó claro: no fue invitada por la “Generalité” ni por la Generalitat ni por Barcelona Promoción y ni siquiera por el Lleida Football Club –que está en segunda pero que jugaba muy bien-.
Lo que hizo, más bien, fue hacerse recibir por una entidad de promoción comercial-cultural que, al parecer, recibió desde Lima –así lo dio a entender su vicepresidente Ramón Masié- la orden de que había que atender “a como diera lugar” a una de esas paracaídistas angurrientas que suelen merodear los consulados y autogenerarse esforzadísimas “convocatorias” y a las que hay que tolerar cuando Repsol y la Telefónica han invertido tanto como en estos parajes.
“No la conocíamos para nada. La conocimos recién aquí y nosotros no la invitamos”, dijo Masié, el segundo de Barcelona Promoción. En la Generalitat, la sede del gobierno catalán, ni siquiera saben de quién se trata.
¿Así que coordinó proyectos de ley homologables en el Consulado peruano en Barcelona?
Tampoco. El cónsul peruano Miguel Palomino lo dijo con elegancia, pero la traducción impía es la siguiente: Sasieta también se zampó a esas instalaciones a fatigar a los funcionarios y a hacerse escribir un papelito que dejaba constancia, a su insistencia, de la intrascendente conversación allí producida. Y por supuesto no fue “invitada” por nadie sino que se presentó con su vozarrón simpatiquísimo de juerguera de San Bartolo.
¿Con que el feriado religioso por la virgen de la Merced duró tres días que “le arruinaron la chamba” y la “empujaron” a irse a Roma y a Venecia para no morir de aburrimiento, pobre santa?
¡Mentira gorda! El feriado eclesiástico duró apenas 24 horas y el resto de la semana fue laborable, aunque no para ella ni para su “acompañante ocasional”, esa sobrina carnal, aunque simbólica, de Héctor Faisal, ese resumen de la ordinariez porteña que responde “¡aquí estoy!” cuando alguien grita “¡Marijuán!”
¿Así que fue invitada nomás a la boda homosexual de sus patitas de Barcelona?
No, no fue invitada nomás. Hizo de sacerdotisa casamentera, de alcalde bamba, de funcionario registral aparecido y, encima, antes de decir “el novio puede besar al novio”, recitó una huachafería que creyó aparente para avivar la llama de los esponsales.
¿Con que trabajó más de la mitad de los días en que estuvo en Europa, cobrando cada día al fisco peruano como si de una misión oficial se tratara?
¡Mentira arponeable! La señora Sasieta, tal como lo demostró la reportera Andrea Llosa, “trabajó” sólo tres de los quince días de licencia –si podemos llamar “trabajar” a eso de simular que se pretende algo cuando lo que se quiere es una vil coartada para eludir el descuento de ley a la hora de la quincena-.
¡Y pensar que Acción Popular tuvo en sus filas a mujeres como Violeta Correa o Matilde Pérez Palacios!
El desplome final de esta señora sin vergüenza salpica severamente a Rosa María Palacios, que en una de las noches más tristes de su largo repertorio acogió su versión con tanto amor, sus documentos repentinos con tanta devoción, sus argumentos con tan plena complicidad que parecía estar hablando con Juan Carlos Hurtado Miller, su antiguo aconsejado, o con algún representante de Petrotech, la empresa que ella jamás tocará porque allí trabaja su marido. Y, como dice Vivas siempre, “chamba es chamba”.

domingo, 6 de diciembre de 2009

La casa de Alva

La revelación que ayer ofreciera el diario “Perú.21” en torno a los privilegios que el presidente del Congreso decidió dar a sus favoritos implica que la conchudez es un mal extendido –se diría que casi unánime- en el seno del gobierno.
Como lo ha tenido que reconocer el mismísimo denunciado, resulta que, desde setiembre pasado y porque le dio la gana, los allegados al doctor Luis Alva Castro venían recibiendo una bonificación que, en algunos casos, llegaba al 100 por ciento del “sueldo formal”.
O sea que las secretarias de Alva Castro –doña Jéssica Arias y doña Maritza Espinoza- pasaron a ganar 10,783 soles cada una, siendo que su sueldo anterior ya era abundante para una labor como la que ellas cumplen tan dignamente: 4,697 soles mensuales.
Es que la resolución que las ascendió las consideraba en el nivel 8 del escalafón salarial del Congreso –nivel sólo reservado a quienes pueden lucir un título profesional (aunque sea de Alas Peruanas)-. Quizá sea innecesario decir que las señoritas Arias y Espinoza no están amparadas por ningún cartón que haga presumible alguna educación superior.
¿Cuál es su mérito? Pues trabajar con Alva Castro, que tuvo el cuajo de anunciar “el fin del bono a los congresistas” mientras ocultaba que a sus engreídos él mismo y en persona, como se dice en Azteca Televisión, se encargaba de apapachar por lo bajito.
“Pero no son sólo secretarias”, llegó a decir cuando pensaba que podía mantener su postura. Y añadió, de lo más pedagógico: “Tienen una función técnica mucho mayor y conocen el funcionamiento del Congreso”. La función técnica “mucho mayor” debió de consistir en llevarle todas las infusiones y cafecitos solicitados. Y en cuanto a “conocer el funcionamiento del Congreso”, pues no es posible imaginar que eso sea precisamente una virtud o una complicada ciencia.
Tengo la teoría de que la disciplina partidaria aqueja y devasta a Alva Castro. Y como fiel oficial de ese ejército siempre insaciable que es el Apra, este buen señor no hizo sino cumplir la tácita directiva que viene de la comandancia suprema: aprovechar cada momento, cada rubro presupuestal, cada partida y cada libramiento para hacer aquello que el doctor García elevó a la categoría de arte en el quinquenio 85-90 del siglo pasado.
Ese arte, que tiene tanto de magia como de impudicia, viene en variados tamaños y formatos. Una versión menor es la que Alva Castro ha mostrado con su amiguismo de otorongo mayor.
Se trata, en el fondo, de patrimonializar el Estado y considerar los dineros públicos, a la hora de favorecer a terceros próximos, como un tesoro inacabable que, cada cinco años, cambia de pirata, es decir de dueño (o sea de Presidente).
La mayor de esas expresiones –la del saqueo a cuenta propia- te lleva, claro, a estar censado como propietario en París, Lima y Bogotá (o a recibir a Canaán en Palacio y luego hablar de “las ratas” que con el dominicano se reunieron). Desde esa perspectiva, Alva Castro –a diferencia de Cornejo- se ha resignado a ser un minorista tímido de la cuchipanda presupuestal. Tímido y lo suficientemente burdo, felizmente, como para dejar huellas y memos en el camino.
No se trató sólo de secretarias, por supuesto.
El doctor Alva Castro cebó también el afecto que por él tienen el Oficial Mayor del Congreso, don José Abanto; el Director General, Gianmarco Paz; y la jefa de Auditoría Interna, doña Julia Velarde. A los tres les subió el sueldo hasta llegar a los 20,000 soles mensuales por cabeza. El incremento promedio fue de 5,000 soles en cada sobre.
Si uno suma lo que la Resolución 010 de la presidencia del Congreso supuso durante los tres meses de su vigencia, llegará a una cifra del todo irrelevante comparada, por ejemplo, con el negocio de la avenida Gambetta. Pero no se trata sólo de los soles que estuvieron en juego.
De lo que se trata es de esa tara invencible que consiste en creer que uno va al gobierno a abrir cajones y a cerrar negocios. O a favorecer a los íntimos.
Alva Castro es una de las hechuras más defectuosas de la fábrica hayista: tiene respuestas para todo pero jamás se ha hecho ninguna pregunta que valga la pena.
Y que haya rectificado ayer a través de un comunicado sólo confirma la grosería cometida y dice mucho y muy bien del poder profiláctico que la prensa ejerce cuando investiga e informa.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Stalin en Cuba

El mayor poeta cubano de su generación, Heberto Padilla fue obligado por Fidel Castro a balbucear el siguiente monólogo de autoabominación. Era abril de 1971. La Revolución Cubana había adoptado las fórmulas del estalinismo y Padilla, que había obtenido el premio literario más importante de la isla por su libro “Fuera de juego”, era un peligroso ejemplo de independencia de criterio. Días antes de su detención, producida el 14 de marzo de 1971, había leído ante unos escritores fragmentos de un libro que ya no editaría en su país: “Provocaciones”. Castro lo mandó apresar, lo acusó de ser agente de la CIA, logró la retractación que aquí publico e instaló en Cuba, definitivamente, el modelo soviético del Comisariato Cultural. Intelectuales de la talla de Susan Sontag y Jean Paul Sartre protestaron por lo sucedido con Padilla, quien murió en el exilio en el año 2000. Su mujer, Belkis Cuza Malé, dijo que Padilla jamás se repuso de la vergüenza y del deshonor de haber sido empujado a esta “confesión”, tan parecida a la de los juicios de Moscú y a la que describió Arthur London en su “L’Aveu”, libro que Costa-Gravas llevó al cine con enorme éxito. El documento que van a leer es la transcripción taquigráfica de las palabras pronunciadas por Padilla en la Unión Nacional de Escritores de Cuba. El recinto estaba colmado de escritores y policías.
HEBERTO PADILLA: Desde anoche, a las doce y media, la dirección de la Revolución me puso en libertad y me ha dado la oportunidad de dirigirme a mis amigos y compañeros sobre una serie de aspectos... Ustedes saben que, desde el pasado 20 de marzo, yo estaba detenido por la Seguridad del Estado... por contrarrevolucionario... Esa acusación estaba fundamentada por una serie de actitudes, por una serie de críticas... No, no, no. Críticas no es una palabra adecuada a mi actitud, sino por una serie de injurias y difamaciones a la Revolución que constituyen y constituirán siempre mi vergüenza...
Yo, bajo el disfraz de un escritor rebelde, lo único que hacía era ocultar mi desafecto a la Revolución... Se me dirá que eran críticas privadas, que eran críticas personales, que eran opiniones, pero eso para mí no tiene importancia... Porque no podía ser que se mantuviera esa duplicidad, que en público yo me manifestase como un vulgar contrarrevolucionario objetivo... Esos fueron mis errores, de los que yo he hablado durante este mes en la Seguridad del Estado...
Yo asumí posiciones y, además, lo que es peor, llevé esas posiciones al terreno de la poesía… Ustedes saben que me estoy refiriendo a Fuera de juego… ¿Ustedes piensan, si pueden leer este libro, que es un libro revolucionario?... Ese libro está lleno de amargura, está lleno de pesimismo... Ese libro expresa un desencanto... Yo he tenido muchos días para discutir esos temas, y los compañeros de la Seguridad del Estado no son policías elementales, son gente muy inteligente, mucho más inteligente que yo ... Y así me fui separando de mis amigos Fernández Retamar, Lisandro Otero, Edmundo Desnoes, Ambrosio Fornet, para citar sólo algunos....
Después, ¿quiénes fueron mis amigos? Periodistas extranjeros que venían a Cuba, como K. S. Karol. ¿Y qué buscaban esos periodistas? ¿Venían a admirar la grandeza de la Revolución? No. Ellos buscaban al desafecto Heberto Padilla, al resentido marginal. .. Ellos sabían el juego en que yo estaba, me halagaban, me entrevistaban, hacían de mí semblanzas adorables, y yo me beneficiaba con este juego, mi nombre estaba en circulación…
Yo me consideraba un intocable típico, como esos escritores en los países socialistas que escriben libros, los publican clandestinamente fuera de su país y se convierten en intocables, en hombres que el Estado no puede tocar... Y no digamos las veces que he sido injusto e ingrato con Fidel, de lo cual nunca realmente me cansaré de arrepentirme...
Estoy convencido de que muchos de los que yo veo aquí delante de mí, mientras yo he estado hablando, se han sentido consternados de cuánto se parecen sus actitudes a mis actitudes; de cuánto se parece mi vida, la vida que yo he llevado, a la vida que ellos llevan; de cuánto se parecen mis defectos a los suyos, mis opiniones a las suyas... Y estoy seguro de que, al oír estas palabras ahora dichas por mí, pensarán que con igual razón la Revolución no puede seguir tolerando esa situación de conspiración venenosa de todos los grupitos desafectos de las zonas intelectuales y artísticas...
Porque si yo mencionara, por ejemplo, ahora, a mi propia mujer, Belkis, que tanto ha sufrido con todo esto, y le dijese, como le podría decir, cuánto grado de amargura, de desafecto y de resentimiento ella ha acumulado inexplicablemente durante estos años, ella sería incapaz de ponerse de pie y desmentirme. Porque ella sabe que yo estoy diciendo la verdad.
Y lo mismo podría decir de un amigo entrañable, que tantas cosas positivas ha hecho por la Revolución en otros momentos, pero que últimamente se ha mostrado amargado, desafecto y contrarrevolucionario, como es Pablo Armando Fernández. Y yo sé que Pablo Armando, qué está aquí, sería incapaz de levantarse y desmentirme, porque Pablo Armando sabe que muchas veces hemos hablado de estos temas...
Y lo mismo, compañeros, podría decir de otro querido amigo como es César López, a quien yo admiro y respeto. César López ha hecho conmigo análisis derrotistas, análisis negativos de la Revolución. ¡Qué va a pararse César a contradecirme! Se pondría de pie para decirme que tengo la razón. (César López dice algo ininteligible.) Sí, César, ahí está. Y me alegra que lo hayas dicho, César, tú sabes que tengo la razón... Lo mismo que digo de César lo puedo decir de muchos otros amigos en quienes pensaba, porque en Seguridad del Estado tuve muchos días para pensar, porque los, días son largos en un mes...
Por ejemplo, yo pensaba en cuánto se diferencia la poesía de aquel formidable José Yanes de hace dos años, de ese Yanes que reaparece con una poesía indigna de su época, una poesía derrotista, una poesía parecida a la de César, parecida a la mía, por la misma línea enferma... Yo pensaba en Yanes y yo decía: qué lástima no poder ir ahora y decirle: ¿Tú no te das cuenta, Yanes? ¿Tú no comprendes que la Revolución a ti te lo ha dado todo? Y yo decía: Sí, sí, sí, se va a dar cuenta. Y yo pensaba: Si yo dijera esto en público, Yanes diría: ‘Sí, tienes razón, chico...’
Y yo pensaba en otro joven, en un joven de talento excepcional, un joven al que quiero mucho, en Norberto Fuentes, al que acabo de ver hace un momento... Porque yo sentía, allí donde estaba, cuánta diferencia había entre los cuentos apasionados y llenos de cariño de Norberto por los combatientes revolucionarios, y las opiniones que él y yo habíamos compartido. El, que había vivido tan estrechamente unido a la Seguridad del Estado. El, en quien la Seguridad del Estado había depositado una confianza absoluta...
Pensaba, sin embargo, que, no sé, la Revolución había construido una especie de maquinaria contra él, contra nosotros, para devorarnos. Y yo recuerdo que justamente estuvimos un día antes de mi detención juntos, hablando siempre sobre temas en que la Seguridad aparecía como la gente que nos iba a devorar...
Compañeros, la Revolución no podía tolerar esta situación, yo lo comprendo. Yo, por ejemplo, pensaba, recordaba a Manuel Díaz Martínez, y yo decía: ¿Cómo es posible que Manuel, a quien tanto admiro, se dé a este tipo de actitud desafecta, triste, amargada? Yo sé, yo estoy convencido de que tampoco Manolo sería capaz de contradecirme. Yo sé que puedo mencionar a José Lezama Lima. Los juicios de Lezama Lima no han sido siempre justos con la Revolución. Y todos estos juicios, compañeros, todas estas actitudes y estas actividades a que yo me refiero, son muy conocidas, y además muy conocidas en Seguridad del Estado. Yo no estoy dando noticias aquí a nadie, y mucho menos a Seguridad del Estado. Yo pensaba en todos estos compañeros en esa celda, que no era una celda precisamente sombría... como me había dicho el compañero Buzzi, a quien no veo por aquí. ¿Está aquí? Ah, sí. Allí está el compañero Buzzi. Yo no vi aquella atmósfera que él me decía...
Compañeros, yo tengo que ser sincero para terminar eso. Yo tengo que decirles que llegué a la conclusión, pensando en el sector de nuestra cultura, que si hay un sector políticamente a la zaga de la Revolución, es el sector de la cultura y del arte. Nosotros no hemos estado a la altura de esta Revolución...
Es increíble los diálogos que yo he tenido con los compañeros de Seguridad del Estado... quienes ni siquiera me han interrogado, porque ésa ha sido una larga e inteligente y brillante y fabulosa forma de persuasión conmigo. Me han hecho ver claramente cada uno de mis errores. Y por eso yo he visto cómo la Seguridad no era el organismo férreo; el organismo cerrado que mi febril imaginación muchas veces imaginó y muchísimas veces infamó, sino un grupo de compañeros esforzadísimos que trabajan día y noche para asegurar momentos como éste, para asegurar generosidades como éstas, comprensiones casi injustificables como ésta: que a un hombre como yo se le dé la oportunidad de que rectifique radicalmente su vida, como quiere rectificarla...

viernes, 4 de diciembre de 2009

Graña y Odebrecht

Si yo fuera empresario, me encantaría ser Graña y Montero. O sea Graña y Montero a la vez.
Tendría mucha suerte si fuera Graña y Montero.
Sería amigo del doctor García.
Y con esa amistad me tocarían muchas licitaciones.
Por ejemplo, la de antes de ayer. Esa del tren eléctrico.
Porque resulta que los más de 400 millones de dólares que cuesta el proyecto no los va a poner Graña y Montero. Los va a poner el Estado con un préstamo de la Corporación Andina de Fomento.
Y así fue también con la licitación para restaurar los “colegios emblemáticos”. De los 500 millones de soles que costó el proyecto, la mayor tajada se la llevó Graña y Montero.
Y la mitad de lo de Collique, arrebatado a la aviación civil, no está nada mal.
Pero también quisiera ser Odebrecht.
Sería todavía más amigo del doctor García.
Y me juntaría con Graña y Montero para hacer lo del tren.
Y mientras hago al alimón lo del tren, me encargarían el eje multimodal Amazonas-Norte, el trasvase de Olmos, el corredor interoceánico Sur o los proyectos Melchorita, Callao, o Bayóvar.
Porque si eres amigo del doctor García y tienes conversas con don Enrique Cornejo, no tengas dudas: las puertas se abrirán como cuando en el cuento decían “¡Ábrete, Sésamo!” y la puerta se abría.
No importa lo que pase en América Latina. Empresas como Graña y Montero y Odebrecht están más allá de las alzas y las bajas de la economía.
Allá los que carecen de padrinos.
A ellos les caerán las recientes cifras de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico):
39 millones de latinoamericanos regresarán al nivel de la pobreza en el 2010; mientras que la economía de la región ha retrocedido 3,6% en promedio en el 2009, la pobreza ha crecido un 7 por ciento; para el 2010 se espera un crecimiento económico de apenas 1,3%.
La situación es dramática si se tiene en cuenta, además, lo que puede llamarse la demografía del malestar en América Latina: 189 millones de personas –el 34% de la población- vive hoy por debajo del nivel de la pobreza.
Si Europa pasara por una situación parecida habría un judío alemán genial hablando de un fantasma amenazante y un fermento de rebeldía legítima se extendería por el continente.
En América Latina, sin embargo, la Caverna, aliada con los militares y la prensa, ha inventado la historia de que en estos parajes es infeliz sólo el que quiere y el que no quiere trabajar y el que no acepta el menú de Uribe y García.
El menú de García es bien sencillo: consiste en regresar al Perú al estadio primordial de ser montaña mineral, depósito de gas y bosque maderero. Exportando eso, ganamos divisas con las que comprarle a China lo que necesitamos.
“Que inventen otros”, dicen que decían los viejos españoles reaccionarios cuando querían explicar por qué España se había abstenido de progresar durante la revolución industrial.
“Que fabriquen otros”, parece decir García.
Un complejo de vendedor con prisa lo lleva a creer que el Perú debe volver a ser un gran Potosí.
Y así será hasta que el oro y el cobre bajen de precio –cosa que sucederá de todos modos-.
Mientras tanto, y a pesar de las mentiras oficiales, el Perú ha bajado 8 puntos porcentuales en su crecimiento (de 9,84% en el 2008 a un 1,3% todavía sin confirmar en el 2009).
Eso significa que el Perú ha decrecido por encima del ajuste regional, que ha sido 3,6%. Y esto con el oro a 1,200 dólares la onza y con el cobre llegando a picos de tres dólares la libra en Londres.
Claro que si eres Graña y Montero u Odebrecht te reirás de todo aquello. Y si eres Graña y Montero más Odebrecht –alianza invencible y si no pregúntenle a Cosapi- tus carcajadas se oirán a varias leguas.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Estupefactos

El evento lo organizaron la Universidad del Pacífico e Interbank y concluyó el pasado lunes.
Se llamó “Seminario Internacional: Claves de una Estrategia Competitiva”.
Concurrieron todos los capitanes de empresa, los almirantes de las finanzas, los cabos sueltos del comercio y los funcionarios públicos con algo que decir en este país que administra Alan García.
La estrella indiscutida fue Michael Porter, considerado por un amplio sector de la prensa internacional como el más reconocido especialista en competitividad de las economías globalizadas.
El diario “Gestión”, por ejemplo, lo presentó así: “el gurú mundial sobre estrategia y competitividad”.
Porter, profesor fulgurante del Harvard Business School y autor de 16 libros, vino a ponerle nota al modelo Fujimori-Toledo-García.
Las llamadas “fuerzas vivas” fueron a escuchar a esta mente brillante, que ha asesorado a empresas como Dupont y Procter and Gamble y cuyo libro “The Competitive Advantage of Nations”, publicado en 1990, se convirtió en referente de todo análisis serio que se hiciera en torno a lo que puede hacer fuerte a un país en una economía sin fronteras aparentes como la actual.
¿Y qué le dijo al empresariado peruano Michael Porter?
Pues le dijo varias cosas (y acudo a la crónica que sobre esa noche memorable hiciera para “Gestión” Alfredo Prado):
La primera es que el Perú carece de una política de largo plazo en materia de competitividad.
La segunda es que la economía peruana no tiene un rumbo definido.
La tercera es que el crecimiento económico del Perú –hecho que la estadística confirma- no se ha reflejado en beneficio de la mayoría de la población.
La cuarta es que el Perú ha vivido estos años “una ilusión exportadora” porque las cifras en azul proceden del alza de las materias primas, mientras que nuestra exportación de productos con valor agregado permanece inmóvil.
La quinta es que el Perú padece de un atraso dramático en relación a la invención y la tecnología. “El Perú -apuntó- no sólo no ha avanzado en este rubro: parece haber retrocedido”.
La sexta es que la mayor parte de la inversión extranjera “no viene a crear nuevas empresas sino para comprar negocios ya existentes”. Y añadió, con espantosa exactitud, lo siguiente: “Cuando un inversionista piensa en una nueva fábrica no piensa en el Perú”.
La séptima es que, a largo plazo, las dificultades del Perú tendrán que ver con la baja productividad, la pésima educación, el deficiente sistema de salud, las debilidades en infraestructura física, la desigualdad social, la aplastante corrupción y el alto nivel de informalidad.
La octava es que los éxitos peruanos de los últimos años pueden irse al demonio sino limpiamos el sistema judicial, sino defendemos los derechos de propiedad y si no fumigamos y reordenamos la disuasiva burocracia creada para entorpecer.
¿Dijo algo más el señor Michael Porter?
Sí. Dijo también que el TLC con China tiene tal grado de asimetría que corremos el riesgo de quedarnos congelados como abastecedores de materias primas, que es como los chinos nos ven también en el futuro.
Dijo todo eso y a las pocas horas regresó a su cátedra de Administración de Negocios en Harvard.
Los empresarios peruanos quedaron estupefactos.
Esta vez la verdad no venía de un ideólogo adversario ni de un Premio Nobel que juega al caviaraje para lavar culpas. Venía de aquella lumbrera internacional que alguna vez escribió “Técnicas para analizar industrias y competidores”, un libro que ha sido 53 veces reeditado y que está traducido a 17 idiomas.
Estupefactos. Esa es la palabra. La farsa la había descubierto, sin dificultad, un especialista de los Estados Unidos.
¿Se atreverá la Caverna a refutarlo?
Por lo pronto, ha guardado un delicioso silencio.
Mercedes Aráoz, azafata de LAN Chile en sus sueños más dorados, no ha dicho una palabra. Los columnistas políglotas del borbonismo limeño se han callado en todos los idiomas que dominan.
No atinan a nada. Se están recuperando del sopapo.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Frases hirientes

- “¡Ya estamos oficialmente en recesión, gracias a Dios! A ver, ahora quiero saber qué dirán los pesimistas”. (Caballo Loco)
- El Perú no es Kina Malpartida. Todos los asaltos los está ganando la delincuencia.
- “Al viajar con Rosario Sasieta, Paula Marijuán ha demostrado, en efecto, que no le gustan las mujeres”. (Cacho)
- La ironía es que Velázquez Quesquén diga que “está dispuesto a dialogar con las comunidades nativas”.
- No son prostitutas: son mujeres pay per view.
- El problema de Mario es que el loco Vargas ya es más famoso.
- “Nada más romántico que pasear con tu pareja en un remolcador”. (Anónima)
- “Jamás dije que Chile fuera una republiqueta”. (El presidentito)
- América Latina no aprende ni a golpes.
- La guerra fría es la que le declaramos a los glaciares.
- Era tan intelectual que prefería el sexo escrito.
- “Fue un delito menor”. (Polanski)
- “¿El mea culpa es cuando uno no puede más y lo hace en una berma?” (Belmont)
- Somos tan de segunda que hasta la hepatitis que nos ataca es B.
- Susan Boyle se parece a Mr. Hyde.
- “Estoy tranquilo, como operado”. (Frankenstein)
- “Un lunes cualquiera, Zavalita, un lunes en que nos acostamos peruanos y amanecimos chilenos...”
- Keiko es lo mejor del teatro peruano-japonés.
- A la Señora Ley habría que derogarla.
- Hay un montón de mujeres que hacen su número con el cuento del género.
- Toda libertad es condicional.
- “Todo ocurrió en el Valle del Zonzón”. (Octavio Salazar)
- El dólar baja por un ajuste de cuentas.
- Sasieta ya estaba dos pies bajo tierra.
- Los fondos que más aumentan son los bajos.
- “Fue un final de infarto”. (El cardiólogo)
- Cuando uno es dócil siempre es fácil encontrar eco en la Caverna.
- Al final la muerte nos deja por los suelos.
- El caso de “la Virgen que llora” no fue un psicosocial. Fue una violación.
- “Queremos Andahuasi para después vendérsela a los chilenos”. (El Grupo Uón)
- “Las corridas de toros siempre son de abono”. (El Huanay)
- “Del Congreso me sacarán con los dos pies por delante”. (Sasieta)
- Toledo es la expresión del Perú posible.
- Los años no pasan. Se quedan.
- La Teletón del 5 es para una colecta de rating.
- “Nos retiraremos de Afganistán dentro de tres años, pero mientras tanto enviaré 30,000 soldados para que se sumen a los 100,000 que ya están ahí”. (Barack Nixon)
- Lo más organizado de América Latina es el crimen.
- Lo que era un crimen era tener al general Eusebio Félix Murga en la Dirincri.
- A los depresivos nadie les conmuta la pena.
- Es inevitable: Gastón Acurio está hasta en la sopa.
- La muy fina señora Gisela Valcárcel llamó perro a su ex marido. Ella debe saber por qué.
- En lo de Alas Peruanas no hay tráfico de influencias. Hay tráfico aéreo.
- “Creen que soy Gorrión cuando la verdad es que he sido la mujer del Zorro”. (Marisol)