sábado, 31 de octubre de 2009

Palabras muertas

Las palabras también son blanco de ingratitud y olvido.
Hay palabras bellísimas que se fueron muriendo y que nos abandonaron y no dejaron herederos dignos sino que pálidos sustitutos.
Una de ellas es “desempeorarse”, un pronominal sin equivalentes y que tiene –no sé por qué- un nimbo de ironía. Los términos recuperarse o fortalecerse apenas le llegan al tobillo.
Otra es “vinario”, adjetivo relativo al vino y que también, al irse de este mundo, nos dejó un poco huérfanos. ¡Con lo rotundo que sonaría decir que aquel borracho parecía tener un pensamiento vinario!
De las peores defunciones lexicales es la del verbo intransitivo “bachillerear”, con la acepción de locuacidad profusa, de mal gusto e inoportuna. Digamos que charlatanear no es un gran reemplazo.
¿Y qué me dicen de “malmaridada”, que es como antes se podía decir a las vulgares adúlteras de hoy? “Malmaridada” debería ser rescatada por las feministas radicales, pues, más que palabra, tiene reverberancia de atenuante.
Pocos saben que cuando decimos “sinecura”, esa horrible palabra que designa el trabajo dado de favor y sin merecimientos de por medio, lo que hubiésemos dicho, de haber sido fieles al idioma, sería “mamandurria”, una verdadera obra de arte.
Y para volver al asunto de la bebeduría espirituosa, ¿alguien puede explicarme por qué ahora sólo decimos borracho cuando antes se podía decir también “ebrioso”?
Por supuesto que “retrocuenta” es palabra mejor que la expresión “cuenta regresiva”. Y sólo la influencia del oscurantismo eclesial puede explicar que haya caído en desuso el inigualable “revelandero” (a), que se aplicaba a personas que decían haber tenido revelaciones divinas.
Sería maravilloso poder decirle a cierto ex canciller “heredípata”, epiceno que quiere decir “el que astutamente intenta obtener herencias o legados”. Igual de placentero sería volver a nombrar “lazulita” a ese mineral duro y de color azul intenso que hoy sólo se conoce como lapislázuli.
Si el tiempo y la ley de la economía del lenguaje no hubiesen trabajado tan activamente, hablaríamos de la “doncellez” de don Rafael Rey y al acto de enamorar o galantear también podríamos nombrarlo con el transitivo “doñear”, que es espectacular.
Siendo “chillería” mejor que bullicio o vocerío, también es cierto que “chuchumeco” suena más feroz que ruin o malvado. De igual manera, “indicioso”, como adjetivo que describe al que sospecha, se ha ido olvidando a pesar de su mérito evidente.
Los años y la tele, el crecimiento mundial de la ignorancia y el desprecio por las formas, han ido minando el idioma.
Hace decenas de años que hemos iniciado un proceso que terminará en otra lengua, un dialecto hecho en base a brevedades y fusiones, una suma de promiscuidades que hará que lo que hoy todavía hablamos parezca tan vieja y tan remota como la lengua de Oc.
Mientras eso ocurra –y va a ocurrir-, este columnista de gustos anacrónicos seguirá extrañando un término como “descuitado”, o sea el que vive sin pesadumbre.

viernes, 30 de octubre de 2009

García y el desmentido

“Agregó, incluso, que si Roxanne Cheesmann está embarazada debe ser porque tuvo relaciones con otra persona”, testimoniaba, hasta muy entrada la tarde, la edición digital de Perú 21 aludiendo al presidente de la República.
La frase, escuchada por cientos de miles en directo durante una conferencia de prensa transmitida por Radio Nacional y luego borrada piadosamente por casi todos los portales noticiosos, me dejó estupefacto.
¿Pretendía hacer una broma de humor negro el señor Presidente? ¿Cómo se puede decir eso de quien es no sólo la madre de su último hijo sino la pareja vigente y elegida? ¿Cuál es la frontera entre la grosería y el guiño de la intimidad? ¿Entre el poder y la varonil delicadeza?
Entiendo, por lo que pude obtener de algún allegado, que a la señorita Cheesmann el dicho presidencial la ha disgustado profundamente. No era para menos.
La frase fue lanzada en la misma reunión en la que el doctor García pidió “perdigonear” a los barristas furiosos y donde anunció que él mismo encabezaría el proceso de acopiar firmas para llegar a un referéndum en torno al voto facultativo y a la renovación congresal –lo que implica una muy inoportuna declaración de guerra al poder legislativo-.
Poco antes, García había irrumpido en RPP y había desmentido la falsedad de la versión que le atribuyó la inminencia de su séptima paternidad. Y en ese punto dijo la verdad.
Lo que no pudo desmentir fue la separación de facto de su esposa, Pilar Nores, que ha decidido tomar distancia luego de intentar, por todos los medios, vivir en una relativa armonía.
“En mi relación personal con mi esposa... cada uno tiene derecho a llevar sus relaciones como la pareja misma lo promueve o lo genera”, dijo García enrevesadamente.
Lo cierto es que el doctor García parece haber optado por hacer una discreta vida en común con Roxanne Cheesmann y eso fue lo que determinó el alejamiento de su esposa.
Lo extraño es que, según todos los testimonios que este cronista ha podido recoger, al presidente de la República lo sorprende y desestabiliza que la señora Nores haya adoptado una actitud que, a la luz de los hechos, parece lógica y hasta atinada.
“Pilar ha salido de la escena porque, sencillamente, no tenía alternativa”, me dijo una fuente próxima a la ex pareja.
Otra fuente me explicó por qué las tormentas en Palacio sí podían ser consideradas, más allá de la chismografía y el morbo, de interés público.
“Cuando Alan está mal –y los problemas con Pilar son los que peor lo ponen-, puede tomar decisiones delicadas o decir cosas muy inconvenientes”, dijo alguien que conoce a ambos desde hace años.
Decisión delicada, por ejemplo, fue la de Bagua. La orden de retomar el puente y “controlar la situación de una vez por todas” fue transmitida al despacho del Interior después de un episodio emocionalmente perturbador ocurrido en los interiores de la casa presidencial.
Y en relación a frases inconvenientes, bueno, no hay que hacer demasiados esfuerzos para recordar la sugerencia de “bombardear” desde aviones de guerra las pozas de maceración del Vrae, o cuando puso las manos al fuego por Alva Castro defendiendo la calidad de los patrulleros chinos que felizmente no se compraron, o cuando dijo, con la mirada blanqueada por la virtud, “Dios me ha dado el poder de convencer...”
Los dormitorios deberían ser recintos sellados para la prensa. El problema es cuando las peripecias de alcoba se convierten en asuntos de Estado y las sábanas vuelan como si de fantasmas se tratara.

jueves, 29 de octubre de 2009

Amigo de García

Hace un par de días el juez que ve el caso Convial –ese sucio negocio tramado desde el municipio del Callao cuando estaba bajo el mando de Alex Kouri- ha vuelto a mandar el expediente al ministerio público argumentando que está incompleto y que deberá ser mejor planteado.
Por supuesto que el juez miente. La acusación fiscal es redonda porque se nutre del informe que la Contraloría produjo después de una investigación que el propio Kouri quiso obstruir negando la entrega de documentos claves y retrasando todo lo que pudo el envío del expediente técnico de la obra.
Lo que pasa es que Kouri es uno de los favoritos del doctor García (cuando toma su brebaje y se pone en plan de Mr. Hyde), es amigote y jefe partidario del vicepresidente Luis Giampietri, es uña y mugre con Luis Alva Castro, es una de las bisagras del pacto congresal aprofujimorista, contrató por 92,000 soles los servicios de Business Track desde el gobierno regional del Callao y, encima, es el candidato secreto del alanismo a la alcaldía de Lima.
Como si eso fuera poco, Kouri es socio de García en la colosal trama predadora del “mejoramiento de la avenida Néstor Gambetta”, una obra que debería de costar 250 millones de soles como máximo y que, sin embargo, ha sido presupuestada con un valor de 511 millones.
De modo que hay razones suficientes para suponer que el señor Kouri, que toca el bombo en la banda de Palacio, es uno de los intocables del alanismo. Aun en el caso Convial.
Y esto que el caso Convial es particularmente asqueroso.
Recordemos: dos empresas vagamente argentinas se asocian con una peruana y fundan Convial un mes después de “ganar” la licitación.
Este consorcio repentino no tiene el capital necesario para hacer la obra pero consigue, gracias a una adenda contractual, que el municipio del Callao, con Kouri a la cabeza, la avale ante el sistema bancario.
Con eso consigue un préstamo del Banco Financiero por 15 millones de soles, con el que empieza “la vía expresa” de 8 kilómetros hacia el Aeropuerto. Cuando sólo ha avanzado un kilómetro y 800 metros, Kouri y los suyos lo autorizan para que empiece a cobrar el peaje más caro del mundo: 1.50 soles por mil y ochocientos metros.
Con el peaje recaudado desde el 2006 –Víctor Andrés García Belaunde, el corajudo descubridor de todo esto, calcula que gracias a eso obtuvo no menos de 24 millones de soles- no sólo paga parte del préstamo sino que obtiene una suculenta ganancia.
No ha puesto un solo centavo propio, ha invertido lo que le prestaron con el aval municipal y afirma, gracias a la complicidad de una consultora tramposa que había sido denunciada por Ositrán, que en realidad ha gastado, hasta el momento de la denuncia, 18 millones de dólares (es decir a un promedio de diez millones de dólares por kilómetro).
En un vladivideo de 1999 se le escucha decir a Kouri, interrogado por José Francisco Crousillat mientras esperan a Montesinos: “el negocio está en el peaje”.
Fue un decreto de Alberto Pandolfi, ministro de Fujimori, el que precisamente convirtió la avenida Elmer Faucett en parte de la red carretera del país, lo que a su vez hizo posible que en ella se cobrara peaje.
En el comité de adjudicación de la buena pro estuvieron, originalmente, el suegro de Kouri y su abogado personal (el mismo que acaba de comprar a precio de ganga un terreno policial de Ventanilla).
Y uno de los concejales chalacos que aprobó lo hecho por Kouri en relación a Convial fue el general de la policía Wálter Mori Ramírez, que está implicado en la acusación fiscal y que acaba de ser nombrado nada menos que viceministro de Orden Interno del ministerio del Interior.
Por todo eso es que el juez del caso ha decidido que la acusación es insuficiente. Y por todo eso y mucho más es que en el Perú la impunidad “crea jurisprudencia”.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Cuestión de caras

Viendo al doctor Juan Vergara Gotelli, presidente de esa casa de intolerancia que es hoy el Tribunal Constitucional, es difícil no recordar al excesivo Cesare Lombroso.
Hay algo misteriosamente deficitario en esa mirada y una pincelada de severidad decrépita en ese puchero centenario que lo retuerce.
Ayer estaba más retorcido que nunca, después de que la OMS y la OPS –las máximas instituciones de la salud a nivel mundial y continental respectivamente- reafirmaran que la píldora del día siguiente “no es abortiva”.
Pero hablando de caras, ¿con qué caras nos mirarán los congresistas que ayer votaron en contra de la renovación parcial del parlamento?
¿Con cara de sinvergüenzas, como deberían? ¿O con cara de inocentes, como lo harán?
La impudicia es que, al rechazar el mecanismo de regulación de la aprobación por tercios o por mitades, los congresistas han votado por sí mismos y han pensado en su estabilidad laboral mucho más que en la regeneración del sistema democrático.
Una renovación congresal a mitad de gobierno sirve no sólo para descargar tensiones sino para actualizar la correlación de fuerzas, castigar a los ineptos y facilitarle al elector la posibilidad de corregir errores y revitalizar el concepto mismo de la democracia.
Grave error el cometido ayer por la Comisión de Constitución. Tan grave como rechazar también el voto facultativo, con lo que se reconoce que la democracia peruana tiene pies de barro.
En efecto, si la democracia consiste en un ejercicio de la libertad –en una orquestación de diversas libertades limitadas tan sólo por el bien común-, ¿qué diablos significa que el voto sea un deber y no un derecho?
Pues significa que en el Perú, a pesar de lo que digan algunos, sí hay ciudadanos de segunda. Y que ellos deben ser reclutados para votar, levados por la obligación e intimidados por la ley.
El congresista Raúl Castro Stagnaro, del PPC, definió ayer muy a su estilo a esa subciudadanía: “Imagínense lo que sería dejar a millones de peruanos que no han tenido la educación suficiente a expensas del voto facultativo...”
Muy bien. Entonces, hay que arrear al electorado para “que cumpla con la ley”.
No importa que un alto porcentaje decida su voto en la cola de la votación, preguntándole a alguien cinco minutos antes de encerrarse en la cámara o convenciéndose gracias a la música de un spot publicitario.
A esa ceremonia cuantitativa y penosa, tan vigilada como sonámbula, la llaman “legitimidad democrática”.
Que con su pan se la coman.
Y siguiendo con lo de las caras, ¿qué amargor habrá pronunciado el ceño de Elena Yparraguirre ayer, cuando se enteró de que el cura Marco Arana no quiere saber nada ni de ella ni de su marido –el de las bodas de sangre-, Abimael Guzmán?
Porque la señora Yparraguirre se atrevió a elogiar a Arana y a decir que el senderismo, dejando atrás el anfo y el degüello, quisiera entenderse con él.
Claro, era una manera de solicitar una amnistía social y de sondear la posibilidad de que la democracia imperfecta que vivimos acogiera, de puro estúpida, a quienes quisieron dinamitarla.
La señora Yparraguirre se ha vuelto a equivocar. Ella no es una guerrillera heroica que quiere dejar el fusil. Ella fue una asesina serial que secundaba a un mutante del marxismo.
No es una arrepentida: es una contumaz que llama a sus crímenes “excesos militaristas” y que sigue evocando, con orgullo, la supuesta epopeya del maoísmo forajido.
Muy bien ha hecho Arana despreciando a la señora y a su señor. Y muy mal han hecho los que han querido liquidar al cura aproximándolo maliciosamente con Sendero. ¿Qué caras pondrán ahora? Quisiera verlos.

martes, 27 de octubre de 2009

Pulmones y riñones

Es muy gracioso todo esto. Como sucedió que Susan Hoefken escondió el pulmón de la muestra en torno al cuerpo humano y le mintió al país hasta la vergüenza, entonces sale el doctor García a decir que el Perú fue calumniado y que Hoefken es peruana “de casualidad” y que debería renunciar a la nacionalidad que ha traicionado.
Y la ministra Aráoz, que es martillera pública de lo que queda del Perú en el remate leonino impuesto por García, sale a decir lo mismo: que la Hoefken no es patriota y que nos ha hecho un daño irreparable, inmenso, indignante.
Como si Susan Hoefken no fuera una peruanaza de Eisha, una criollaza de Punta Hermosa y una votante potencial de García o Fujimori.
De comprobarse plenamente, la historia de la mentira de Susan Hoefken es tan o más repugnante que el robo que no ocurrió y que fue comentado por toda la prensa internacional como “robo primerizo”, a pesar de que en Australia, como se ha sabido ayer, alguien se había robado, en el 2007, un tobillo de la misma exposición y en esa ocasión no hubo ni mentira ni retorno.
En todo caso, la señorita Hoefken ha demostrado –como si eso fuera necesario- que en el Perú la pendejada es arte de frente de clases, cosmogonía horizontal y sistema de antivalores que va del taxista que se cruza en rojo al banquero que va al SIN a pedirle favores judiciales a Montesinos.
García parece haber querido decir que la reputación del Perú estaba en manos de Susan Hoefken. Y que, como Susan Hoefken es tan pericota como algunos de sus ministros, entonces, ¡uf!, nos salvamos, éramos limpios, arriba Perú, no nos ganan Zambo Cavero, no nos ganan.
¿Acaso Susan Hoefken no encarna, con apellido importado y alma criolla, la afición nacional por la trampa y el cuento?
Salida de un colegio privado limeño, educada con los valores carniceros de buena parte de la clase media alta, pasante de una universidad limeñísima, ¿en qué se diferencia Susan Hoefken del candidato presidencial que miente para ganar, de los que han urdido el fraude de Paita, del ex ministro de Salud que hizo desaparecer 830 cajas de documentos administrativos y contables?
¿Quién es peor? ¿La neumónica Hoefken o el petrolero “Bieto” Químper? ¿Lapidamos a la Hoefken y condecoramos a Rómulo León? ¿O sólo lo olvidamos, como quiere García?
Susan Hoefken tiene la naricita respingada y el pelito claro de la beautiful people. Pero ha crecido en un país donde los presidentes roban y/o matan.
Y en donde Doe Run se burla del Perú, la publicidad miente sin pausa, los impuestos suelen ser burlados, la prensa esconde todo lo que puede, nadie resulta responsable político de la mutua matanza de Bagua, el aeródromo de Collique se vende en contra de la ley, el Instituto Nacional de Estadística es obligado a mentir para favorecer al gobierno, no hay un solo preso por la porquería de Convial en el Callao, un comentarista económico de RPP figura como socio de cobranzas de César Gutiérrez, se nombra a un ministro que apareció cayéndose de borracho y que terminó recibiendo plata negra de Business Track.
Y no sigo para no aburrir y para no rendirle homenaje a Leo Spitzer y a su definición de la enumeración caótica.
De modo que estemos claros: Susan Hoefken es una mentirosa. Pero es más peruana que la mazamorra morada.
Tan peruana como el doctor García que, a pesar de tener bienes inmuebles en París o Bogotá, siempre será vecino de este país nuestro al que le debe tanto y donde ha tenido una experiencia tan enriquecedora.

domingo, 25 de octubre de 2009

Celulares y cáncer

Ayer se han publicado en Londres los resultados preliminares de un estudio internacional supervisado por la Organización Mundial de la Salud, que demuestra, de modo ya difícil de rebatir, la relación entre el uso del teléfono celular y ciertos tipos de cáncer cerebral.
La investigación ha costado 33 millones de dólares, ha demorado diez años, se ha realizado en trece países y ha involucrado a 12,800 personas.
La conclusión es que, a largo plazo, “existe un riesgo significativamente mayor” de padecer un glioma de carácter maligno en las personas que hacen un uso intensivo del teléfono portátil.
El informe fue reseñado por el diario británico “The Daily Telegraph”, pero será publicado recién a fines de año.
La investigación, bautizada con el nombre de Interphone, ha sido dirigida por la doctora Elizabeth Cardis, profesora del Centro de Epidemiología Ambiental de Barcelona.
La relación entre celulares y cáncer cerebral se explicaría por la radiación de radiofrecuencia y el efecto que este barrido electromagnético produce en el ADN celular. Las células así mutadas son las que más tarde podrían convertirse en cancerosas.
Trascendió que la publicación del informe obligará a los gobiernos europeos, para empezar, a legislar específicamente sobre el asunto y causará una gran alarma en la ya colosal industria de la telefonía móvil.
De Nokia (fabricante) a Telmex (operador), pasando por Telefónica, Verizon o Motorola, la reacción de los implicados será volver a negar cualquier daño colateral surgido del uso del móvil, tal como lo han venido repitiendo desde que, hace diez años, se tuvo la primera sospecha de ese vínculo maligno.
Y el periodismo a destajo, por supuesto, se encargará de sembrar dudas, apostar por el relativismo y desacreditar el informe diciendo que es insuficiente y que se requerirán otros veinte años para poder afirmar algo contundente.
Es decir, hará lo mismo que hicieron las prensas tabacaleras cuando la Philip Morris las aceitaba y lo que hacen los escribas petroleros pagados por la British Petroleum para decir que no hay calentamiento global y que Al Gore necesita camisa de fuerza.
Pero todo indica que una nueva cultura de la prevención se impondrá alrededor del uso del celular.
La verdad es que a mí me parece de justicia que hoy se confirme lo que era de sentido común: no hay sistema neuronal que no corra el riesgo de freirse o degenerarse con una fuente de radiofrecuencia pegada al parietal, usando el conducto auditivo como túnel y afectando el equilibrio iónico de las células nerviosas.
Esto del equilibrio iónico no es algo que se me acaba de ocurrir. Es parte de la argumentación que Nokia presentó, en 1998, para desarrollar un aparato celular que tuviera menos radiación electromagnética y que, por lo tanto, “fuera menos riesgoso para la salud de los usuarios”.
Así como lo oyen. Desde hace más de diez años que empresas como Nokia saben que sus productos tienen un riesgo potencial. De hecho, Erickson y Motorola también han patentado versiones menos ofensivas de esos aparatos.
Esas patentes inscritas en Washington sirvieron, en el 2001, para que el defensor de los consumidores inglés Alasdair Philips denunciara que los grandes monstruos de la telefonía móvil sí estaban enterados de lo que muchos neurólogos serios habían empezado a sospechar.
El director del Instituto de Salud y Medio Ambiente de la Universidad de Albany (Nueva York), David Carpenter, dijo hace dos años algo que suena muy razonable: “Aquí los que están en mayor riesgo son los niños, cuyos cerebros son más vulnerables”.
Y el director del Instituto del Cáncer de la Universidad de Pittsburgh, Ronald Herbeman, dijo hace poco ante una comisión del Congreso estadounidense: “Tomando en cuenta que nos demoramos 70 años en cerciorarnos de que el plomo en la pintura era un veneno y que nos costó 50 años demostrar que el tabaquismo produce cáncer, pienso que, en relación a la telefonía móvil, deberíamos hacer un mejor trabajo”.
Yo no puedo saber de modo absoluto si este maldito aparato, que suena en los conciertos y en los cines, que todos llevamos en el bolsillo y que a todos nos ha hecho súbditos, produce, a la larga, cáncer cerebral.
Lo que sí sé es que produce un tipo de carcinoma comunicacional que consiste en que de 100 llamadas recibidas sólo diez valen la pena.
De las otras 90, cuarenta son babosas, veinte son indeseables, veinte indescifrables (por la forma o el fondo) y 10 agresivamente solicitantes.
Estamos hipercomunicados y más solos que nunca. Nos decimos lo banal y ya no hablamos de lo importante. Y lo que más se teme es lo que más debería estimarse: el silencio.

sábado, 24 de octubre de 2009

El aborto del Tribunal

Está probado que la píldora del día siguiente impide la concepción porque engrosa el moco cervical y altera la ovulación. De modo que el espermatozoide busca sin suerte y no se empareja con nadie. No hay “boda microscópica”.
Eso lo dice la Organización Mundial de la Salud, lo confirman las pruebas de laboratorio y lo aseguran todos los médicos serios a los que se puede consultar.
Sin embargo, el Tribunal Constitucional, al que tenemos hasta en la sopa, ha decidido meterse ahora en el endometrio y en el moco para decirnos que “no está probado” que la píldora en cuestión “no sea abortiva”.
Bueno, tampoco está probado que los magistrados del TC no sean idiotas.
Porque hay que tener algo de idiota para desacreditar a la institución a la que se pertenece.
Y no me refiero sólo a la “sentencia” de ayer –sentencia que contradice una del 2006, año en el que el mismo tribunal declaró que sí era legítimo que el ministerio de Salud repartiera gratuitamente la píldora del día siguiente-.
Me refiero a los aberrantes fallos con los que el TC, politizado por el mecanismo del nombramiento de sus miembros, ha excedido largamente su jurisdicción, o ha lesionado derechos individuales, o ha interpretado, bajo presión, de un modo arbitrario, la propia Constitución.
Todos recordamos las sentencias del TC respecto del carácter inamovible de los beneficios de la ley pensionaria 20530 debido a que la casi totalidad de sus miembros disfrutaba de sus beneficios.
Todos hemos visto lo que pasó en el caso de Antauro Humala, donde el TC, bajo presión directa del aparato de coerción del Estado, hubo de modificar una propia sentencia gracias al cambio repentino de parecer de uno de sus integrantes.
Juristas como Aníbal Quiroga, de cuya conducta política se puede discrepar pero cuyos conocimientos académicos resultan indiscutibles, han recordado en un ensayo casos vergonzosos como aquel en el que el TC emitió, desde su página web, dos sentencias contradictorias con la firma del mismo ponente (fue el 18 de febrero del año 2005).
Y ya no hablemos de aquel famoso caso en el que un TC conducido por sonámbulos se atrevió a pronunciarse sobre una ley ya derogada (la ley 28577, que versaba sobre el cómputo de carcelería en los casos de arresto domiciliario).
El TC nació para proteger la Constitución.
La Constitución vigente no dice que seamos un estado confesional católico. Dice que “dentro de un régimen de independencia y autonomía, el Estado reconoce a la Iglesia Católica como elemento importante en la formación histórica, cultural y moral del Perú, y le presta su colaboración”.
Pues ese artículo –el 50- ha sido zarandeado por el TC, asustado por la sotanería intransigente, la hipocresía arzobispal y la canalla teocrática que considera a la mujer un vientre que pare y un animal de redil.
El TC, además, ha mentido al repetir el argumento de Luis Solari, que fue hasta sus oficinas a presionar, y de Rafael Rey, que hizo lo mismo y tuvo una encerrona con los magistrados que iban a fallar.
Y el único argumento de esos santos varones es la farsa de decir que la píldora del día siguiente es abortiva. Y que por eso lesiona aquella parte de la Constitución que establece: “El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece”.
Pero sin concepción no hay concebido y, por lo tanto, no hay histeria farisea que gritonear.
Hay que ser un cruzado del Opus Dei, como Solari, o un fanático tensado por sus inhibiciones como Rey, para ver asesinato donde hay evitamiento e indignidad donde, precisamente, se ejerce el derecho de la mujer a pausar o no su fertilidad.
Hay cada día más razones para que revisemos los fundamentos de un Tribunal Constitucional que puede llegar a este nivel de ignara intromisión. Que puede, en suma, violar la Constitución “para defenderla”. Y que puede castigar a las mujeres pobres prohibiéndoles el uso de un recurso extremo que las pagantes podrán comprar en cualquier farmacia.
Y que puede sumarse a la puesta en escena de la Inquisición resurrecta.
La jerarquía católica es heredera de cientos de años de quemante intolerancia. Durante siglos la Iglesia que acoge a Solari y a Rey extirpó de la tierra, o torturó salvajemente, a concebidos de todos los matices y rangos sociales.
Esa oscuridad fungosa parece volver cada cierto tiempo a Lima. Viene con capirotes y rosarios y excomuniones solapadas.
Y viene a decirnos qué es pecado y qué no lo es, cuáles son las prerrogativas de la mujer respecto de su matriz, cuántos y qué debemos ser y por qué es diabólico usar condón, tomar pildoras, no parir a un ser anancefálico, usar espermicidas, o diafragmas, o dispositivos intrauterinos, o pastillas poscoitales.
No se trata de moral ni de cánones. Ni de teología ni de santidad. Ni de Evangelios ni de historia.
Se trata de poder, de autoridad, de control. Si controlas la reproducción, controlas lo más íntimo, el centro de la voluntad, la raíz de la autoestima. Controlas el rebaño.
Y el TC se ha prestado a todo esto. Qué vergüenza.

viernes, 23 de octubre de 2009

Encuesta ocultada

Como ningún periódico lo ha reseñado, pues aquí va el resultado de la encuesta que acaba de hacer la Universidad de Lima en relación a esa ceremonia depravada que algunos llaman “fiesta taurina”.
Resulta que el 73 por ciento de los encuestados en la ciudad de Lima rechaza esa barbarie y sólo el 27 por ciento la aprueba.
O sea que la aprobación a “los toros” está en el mismo nivel que la popularidad del presidente de la República.
Además, como lloriqueaba un cable, un 67 por ciento señaló que aquella infamia no puede ser considerada “una fiesta nacional”.
Qué decepción para los cuchilleros vestidos de bermellón y oro.
¿Y ahora qué hacemos?
¿Qué le decimos a alias El Juli y a alias El Cid?
Por lo pronto, como dicen que vivimos en democracia, el alcalde del Rímac debería cuadruplicar los impuestos al uso del camal de Acho y quintuplicar el porcentaje ridículo que hoy cobra por cada entrada. ¿O es que recibe algún estipendio subrepticio?
Porque ese 73 por ciento de asco y condena debería ser tomado en cuenta.
¿O es que las mayorías no significan nada?
Mi insistencia en el tema viene de lejos y se emparenta, de algún modo, con aquellas creencias orientales sobre la transmigración de las almas.
Vishnú, uno de los dioses del hinduismo, fue primero un pez, después una tortuga, más tarde un jabalí y, por último, un león con melena y todo.
Pero este amor por los animales también procede de San Francisco, quizá el mayor personaje del cristianismo después de Cristo. Porque “el mínimo y dulce” Francisco de Asís –los adjetivos son de Rubén Darío- estaba convencido de que los animales eran hermanos del hombre y hablaba de la hermana paloma y del hermano lobo.
Lo que muchos cristianos no saben es que el cristianismo es zoofilo y que esa doctrina fue expresada por Cristo el llamado Jueves Santo, cuando ordenó a su grey la fraternidad humana en la divinidad y la supresión de los sacrificios cruentos de animales.
No hace falta recordar que el Papa San Pio V promulgó en 1567 una bula anunciando la excomunión de los príncipes cristianos y jerarcas eclesiásticos que toleraran “estos torpes y cruentos espectáculos
más de demonios que de hombres...”
Es cierto también que la España negra presionó, con el infame Felipe II a la cabeza, y que, al final, el Papa Clemente VIII levantó la prohibición sin dejar de condenar el espectáculo.
En España, sin embargo, para honra de los llamados grandes, fue el conde de Bailén quien en 1960 fundó la Asociación contra la Crueldad de los Espectáculos.
Bailén recordaba que fue San Prudencio, Obispo de Calahorra, quien convenció al emperador Honorio, en el año 404 de nuestra era, para que aboliera la salvaje lucha de los gladiadores. Y se preguntaba si algún obispo podía hacer algo respecto de los toros.
En este rechazo visceral a la crueldad que quiere ser arte y al salvajismo que aspira a ceremonia han estado españoles como Ramón y Cajal, Manuel Machado, Gregorio Marañón o Jacinto Benavente.
Ni ibérica resulta ser del todo esta bestialidad. En Creta, hace 3,000 años, a algunos hirsutos se les ocurrió que los bueyes podían ser meneados y aporreados.
El famoso antitaurino Santiago Esteras Gil, de cuya pluma procede buena parte de la información de esta columna, cita esta frase de Virgilio: “Hay que respetar el dolor que no tiene palabras, el derecho que no tiene defensa”.
Y cuando Lawrence Grobel le preguntó a Marlon Brando, en una legendaria entrevista, qué era lo que más le repugnaba, el gran actor respondió sin miramientos ni modales:
“Las corridas de toros. Me gustaría ser el toro, pero con mi propio cerebro. Primero, me concentraría en el picador. Luego perseguiría al matador. No, me le acercaría hasta que se ensuciase el calzón de miedo. Y le metería un cuerno en el culo y lo haría desfilar alrededor de la plaza...”

jueves, 22 de octubre de 2009

Yoani Sánchez

Se llama Yoani Sánchez, tiene 34 años, es licenciada en filología y es la bloguera más famosa de Latinoamérica. Su blog se lee en quince idiomas gracias a que cuenta con una legión internacional de seguidores que lo traducen y difunden.
Debería de ser revolucionaria cubana, paciente y resignada, pero no lo es. Lo fue hasta que un día decidió hacer lo que hace casi todos los días: alquilar por hora una computadora y despachar desde La Habana su diario personal, sus brillantes sarcasmos, sus crónicas urbanas, su filo temerario para la crítica.
Y si no la han callado es porque su rápida fama mundial parece haberla inmunizado. Al menos por ahora.
Yoani Sánchez está harta de que la prensa única le mienta a la gente.
Está hasta la coronilla de tanta pellejería en nombre del futuro y de tantas excusas sibilinas para explicar el fracaso.
Le ha dicho basta a las ruinas de la economía, a los privilegios de la camarilla, a los barrios que se caen a pedazos y a los presos políticos (54 sólo si se habla de los capturados en la crisis del 2003) que el régimen niega pero que están allí, pudriéndose, por pensar diferente y por decir lo que piensan.
Yoani Sánchez fue el otro día a una oficina estatal a exigir que le dieran permiso para salir de Cuba porque en la universidad de Columbia le dieron un premio Maria Moors Cabot por su labor.
Sé que algunos fundamentalistas dirán que lo del premio es una treta publicitaria sugerida por la CIA para remover el avispero cubano.
No descarto que el extremismo estadounidense, auspiciado en la Little Havana mayamera, quiera usar a Yoani Sánchez. Lo único que digo es que ese premio lo ha dictaminado un jurado que también integró el peruano Enrique Zileri. Y nadie puede decir, desde la decencia, que Zileri es un instrumento de la agencia de inteligencia de los Estados Unidos.
Volviendo al asunto: Yoani Sánchez fue a reclamar por su visa y le dijeron que no se la darían. Esta mujer ejemplar grabó el incidente con un celular y colgó el video en su blog.
Allí puede uno oirla y verla clamando en vano por su derecho, por su cubanidad maltratada, por su ciudadanía despreciada.
Y es emocionante el coraje que demuestra ante la impertérrita funcionaria que sólo atina a decirle que “por ahora” el permiso le ha sido negado.
Es un “por ahora” que dura décadas.
Y en el blog de Yoani Sánchez está retratada toda la furia de una generación que fue pionera en la niñez, comunista en la juventud y absolutamente escéptica en la actualidad.
Es muy fácil ser castrista en Lima y decir, como brama el sectarismo, que gente como Yoani Sánchez resulta usada por “la contrarrevolución”.
¿Pero de qué revolución cubana podemos hablar sin que la cara se nos sonroje?
El desastre económico, político, social y moral del régimen cubano no viene del bloqueo injusto que el imperialismo estadounidense le impuso hace 50 años.
Viene de los mismos factores intrínsecos que un día borraron de la faz de Europa “el socialismo realmente existente” del Came y el Pacto de Varsovia.
Como el imperio otomano tras la primera guerra mundial, el latifundio soviético se vino abajo a la velocidad del vértigo y en medio de los vítores de la liberación.
¿Dónde estuvieron las masas que resistirían a los ejércitos de la reacción internacional?
Las masas aplaudían el desahucio del socialismo estalinista en Praga, en Budapest, en Sofía, en Berlín Oriental, en Bucarest.
Así sucederá en Cuba cuando la generación de Yoani Sánchez termine con la indignidad de un régimen que encarcela a los disidentes, monopoliza los medios de comunicación, administra la extrema escasez como lo haría cualquier satrapía derechista y, encima, pretende encarnar valores y proponerse como ejemplo a seguir.
Mientras la izquierda peruana siga respaldando a la familia Castro y callando en siete idiomas y haciéndose la loca con evasivas y ambigüedades, la condena de su insignificancia electoral será el castigo para tanto disimulo.
Porque ser de izquierda también debería suponer decir la verdad.

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Posdata:
César Lévano escribió hace unos días una excelente columna sobre las erratas que a veces abundan en este querido periódico. Bueno, la plaga llegó ayer a esta columna. Donde había puesto en el original “gracias a esos seis votos, el asunto de despenalizar por completo el aborto eugenésico y el aborto por violación pasará al Pleno”, un duende metió un plural devastador, con lo que resultó que “el asunto... pasarán al Pleno”. ¿El asunto pasarán al Pleno? ¿Pero este duende es idiota?

miércoles, 21 de octubre de 2009

El Congreso dio la nota

Así como somos implacables con el Congreso –institución que el fascismo de todos los pelajes no tolera- tenemos que reconocer que lo hecho ayer por la Comisión Especial Revisora del Código Penal es encomiable.
Tan encomiable que la Caverna está en sesión de emergencia, presidida por el cardenal Cipriani e integrada por cuatro viejas beatas, dos amantes de los niños venidos de Boston (apretados en su cuello romano), un virrey apenas descompuesto, el fantasma del Conde de Superunda y el principal del sodalicio armado (armado por la guardia suiza).
Todos ellos, más Rey y el rector de La Católica, debaten si llaman a Franco para que restablezca el orden, o si llaman a Sánchez Cerro para volver a las andadas, o si apelan a santa Rosita para que venga el maremoto de la ira de Dios y ahogue el pecado con pecadores y todo.
La Caverna, con un diario muy serio vestido de luces adelante, ya ha dado su veredicto inapelable: la vida se respeta, carajo, y desde el comienzo, carajo, y quien no respeta la vida es que no la merece y quien no ama al único Dios tampoco merece vivir, de igual modo que no merecieron vivir los herejes, los luteranos y los judaizantes.
¿Cómo es que el Congreso se atreve a desafiar a la Caverna en su propio señorío?
Bueno, habrá que agradecer el coraje demostrado ayer por quienes votaron para que la reforma del Código Penal siga adelante, es decir el representante del Apra, José Vargas, el congresista nacionalista Cayo Galindo, la representante de los decanos de los Colegios de Abogados, Rosa Mávila, el vocero de la Asamblea Nacional de Rectores Juan Ramos y los representantes del Poder Judicial Víctor Prado y Robinson Gonzales.
Todos merecen ser mencionados por la entereza con la que han enfrentado la recia campaña del oscurantismo y la advertencia casi canónica del editorial de ese diario muy serio que siente que todavía puede excomulgar.
Gracias a esos seis votos, el asunto de despenalizar por completo el aborto eugenésico y el aborto por violación pasarán al Pleno.
Me temo que en esa asamblea plenaria, plagada de asustadizos y depravada en cierto sentido por el upepismo sin norte y el fujimorismo sin bandera, el chantaje de la Caverna prevalecerá. Poco importa.
Lo de ayer honra la independencia de un poder del Estado al que muchos quisieran reducir al tamaño que a Fujimori tanto le convino: ese congresito que en 1993 aprobó lo que Borea se niega a llamar Constitución.
A la paporreta de Trento se sumará buena parte del Apra y casi la mayoría del PPC, que es un partido que limita al norte con el Opus Dei y al sur con su bolsillo. De modo que el triunfo de ayer quizá se borre pronto con “la corrección” de mañana.
Pero nadie nos quitará lo bailado. Verle la cara de sacristán hipócrita a Carlos Torres Caro y ver cómo la representante de la Defensoría del Pueblo, Gisella Vignolo, se lavaba esas manitas de sor Juana Inés inventada, ha sido toda una delicia.
El Perú tiene varias independencias pendientes. Una de ellas consistirá en demoler la mazmorra mental donde la Inquisición nos metió a patadas y donde Cipriani quiere que vivamos.
Ese fue uno de los sueños de Manuel González Prada, padre del laicismo beligerante y profeta de la refundación del Perú.
Que lo recuerde Alan García, que ahora se pone una carpa morada y carga al señor de los terremotos y es fiel cumplidor de los mandamientos porque ama a Dios por sobre todas las cosas, no jura jamás en vano, no ha matado ni mandado matar ni ha levantado falsos testimonios ni ha tenido deseos impuros ni ha codiciado los bienes ajenos. Amén.

martes, 20 de octubre de 2009

Provocación chilena

En el desierto de Atacama, que Chile obtuvo en la guerra del salitre de 1879, empiezan este viernes las maniobras que las fuerzas armadas chilenas han llamado, con la misma sutileza empleada en torturar prisioneros socialistas tras el golpe de 1973, “Salitre II”.
Este ejercicio militar es la respuesta del chauvinismo uniformado de Chile al reclamo presentado por el Perú en La Haya.
Oficialmente se trata de un conflicto “de baja intensidad” dirigido en contra “de un país que estaría ubicado en Iquique, 500 kilómetros al norte de Antofagasta”.
¿Las razones de esta guerra simulada? Los militares chilenos lo dicen con todas sus letras: “Ese país pondría en peligro la paz mundial al violar tratados internacionales”.
¿En Iquique (tierra usurpada al Perú), 500 kilómetros al norte de Antofagasta (territorio capturado a Bolivia)?
Eso es abiertamente el Perú. El Perú tal como era antes del zarpazo anglochileno sobre el guano y el salitre. Por eso es que en la primera versión de esta campaña el país agresor fue llamado “Tarapacá” (uno de los departamentos peruanos que Chile tomó para sí después del Tratado de Ancón).
Lo increíble es que en estas maniobras no sólo estarán uniformados chilenos piloteando aviones F-16 y F-5 y helicópteros de ataque y de rescate (aparte de la infantería que saldrá de las bases de Cerro Moreno y Chuquicamata).
Chile ha conseguido que el simulacro en contra de ese país insumiso respecto del derecho internacional cuente con la participación de Estados Unidos, Brasil, Francia y Argentina.
Doscientos efectivos estadounidenses castigarán desde el aire “las posiciones enemigas” con algunos F-15, KC135 y HC 130.
¿Y nuestro gran amigo, el Brasil de Lula y de Odebrecht? Pues ha enviado a 50 militares que operarán aviones A-1 (de Embraer, por supuesto).
¿Y la Francia de la Marsellesa? Pues ha enviado a 100 de los suyos a bombardear simuladamente el desierto de Atacama desde los clásicos Mirage 2000 que tanto le suenan al doctor García.
¿Y la Argentina del corazón, nuestro blindado fraterno al que ayudamos en su guerra malvinense mientras el alcohólico de su presidente daba órdenes erráticas en la Casa Rosada? Pues la dulce Argentina también se hace presente con aeronaves A-4-AR y KC 130.
Todos, por supuesto, bajo un comando aéreo unificado por la Fuerza Aérea de Chile. Y todo al servicio de un objetivo que el gobierno de la señora Bachelet comparte ampliamente: “la iniciativa permitirá -dice la FACH- compartir experiencias a niveles de planificación operacional y táctica, mientras que, al mismo tiempo, servirá para programar operaciones de sostenimiento e imposición de la paz”.
¿Imposición de la paz? ¿Por la razón o por la fuerza?
Es cierto que es un exceso llamar conchuda a la señora presidenta de Chile. Ella hace su trabajo y tiene 76 por ciento de aprobación ciudadana (contra 26% de Alan García).
Lo que es cierto también es que el canciller peruano no tenía por qué dar ninguna explicación al gobierno de Chile. Al darla no sólo se ha sometido a la enésima humillación propinada desde el sur sino que, de algún modo, ha reconocido que el vocero de su aliado político –el fujimorismo con y sin Fujimori- puede ponerlo en aprietos diplomáticos.
Y lo que resulta también inevitable es admitir, desde el más hondo dolor patriótico, que nuestra diplomacia internacional está, a la vista de las maniobras Salitre II, en manos de personas que, si se esforzaran más, podrían llegar a ser incompetentes.

domingo, 18 de octubre de 2009

Ni sábado ni domingo

“Cinco años son muy poco: hay que exprimirlos hasta el fin...”, dijo ayer el doctor Alan García.
Pocas veces frase tan decidora y múltiple de sentidos ha salido de la boca del líder neoaprista.
La única que se le compara es aquella referida al niño Federico Danton. En ella el presidente de la República le anunció al país que sería un padre responsable y garantizadamente proveedor de este nuevo y agraciado hijo.
Y, claro, no es que aludiera a su magro sueldo ni a los negocios que no tiene ni a la abogacía que apenas ejerció ni a las empresas que no fundó ni a las acciones que no compró ni a los beneficios de exportador que jamás conoció. Él habla de otra cosa.
Quizá tengamos que voltear la mirada a donde la prensa no está mirando, tan enamorada como está de los petroaudios, que, siendo importantes, serán, a la hora de los loros, apenas la obertura de la ópera y el prólogo del libro de actas.
Esa mirada puede conducirnos al escándalo de Paita, donde, después de una licitación mañosa y amarrada, los chileno-portugueses que se han hecho con el botín del puerto han decidido saquear en grande y han cuadruplicado algunas tarifas.
¿O más que a los portugueses vamos a tener que mirar a la engreidísima y brasileña Odebrecht, tan cercana a García y que hoy tiene a su cargo el Eje Multimodal Amazonas-Norte, el Trasvase de Olmos, el Corredor Interoceánico Sur, los proyectos de Melchorita, Callao y Bayóvar?
¿O será más jugoso meter a las unidades de investigación a averiguar cómo es que Odebrecht, la insaciable, se ha asociado con Graña y Montero (otra gran amiga pública del doctor García) porque también quiere ganar el encargo de 400 millones de dólares que se está convocando para el tren eléctrico (sí, el mismo de Siragusa y Bettino Craxi)?
En este caso lo más grosero es que el Estado financiará lo del tren Lima-Callao (allí se juntan García y Kouri) como obra pública y con la plata de todos. Cuando todo esté listo, se otorgará en concesión a un privado que, como aspira el doctor García, “exprimirá” la concesión sin haber puesto un centavo. Y todo indica que Odebrecht-Montero ya están armando sus vagones.
Es doloroso para la prensa que ningún investigador esté siguiéndole la pista a estas tramas. Lo de Paita huele a pescado podrido y olió a comisiones y coima desde el comienzo. Ningún medio ha acompañado a “La Primera” en denunciar esta montaña de bosta (excepción hecha del columnista de “La República” Humberto Campodónico).
Por eso es que el control sobre la televisión resulta vital. Por eso es que la anuencia de la gran prensa resulta imprescindible. Con esas dos secuacidades, Ali Babá puede seguir haciendo su trabajo.
Un trabajo que, a partir de hoy, ya no se interrumpirá ni sábados ni domingos. Una orgía perpetua.

sábado, 17 de octubre de 2009

2,600 millones de pobres

Mientras Cipriani y Rey insisten en creer que las mujeres son vientres o tierras de labranza (a la espera de cualquier regante) y que si un loco degenerado las viola en un ascensor “tienen el deber” de parir, ayer, en Huánuco, una de esas mujeres que la Iglesia dice proteger dio una lección radical de libre albedrío: se ahorcó porque estaba harta de no tener con qué darle de comer a sus tres hijos.
Yesenia Domínguez Trujillo se llamaba y tenía 28 años. Había discutido con su marido –Marcelo Torres Chihuán, de 48- porque ya no sabía qué hacer con el hambre de Francis (4), Deisy (6) y José (8).
El marido, un obrero de construcción civil, le volvió a decir que no era enteramente su culpa, que había hecho un trabajo por el que le debían haber pagado hacía dos meses y que se había presentado a varias obras pero que no había vacantes y que, más bien, estaban despidiendo a los que empezaban a sobrar. No lo dijo así, pero eso fue lo que quería decir.
A Yesenia pareció importarle poco la explicación. Siguió reclamando a voz en cuello y dijo que no podía más, que lo que debía hacer el marido era llevarse a sus tres hijos y darles de comer algo en el mercado.
Marcelo Torres Chihuán, salió, en efecto, con sus tres hijos y con cinco soles en el bolsillo. El corresponsal del diario “Correo”, de donde procede esta noticia aparecida ayer en su versión digital, no precisa qué pudieron comer los niños con los cinco soles del padre.
Lo que sí dice es que, de regreso del mercado, Marcelo tocó la puerta de su casa (Las Magnolias 107, distrito de El Tambo, Huánuco) y que nadie respondió. Entonces se trepó por una pared y halló a su mujer colgada de la viga que divide la cocina del único dormitorio de la casa. Había usado una faja ombliguera para ahorcarse.
Mientras Yesenia Domínguez ejercía, del modo más siniestro, su soberanía personal, a muchos kilómetros de allí, pero casi simultáneamente, una mujer llamada Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), informaba a la prensa que, según las estadísticas, la crisis reciente ha incrementado en 13% el hambre en la región.
Latinoamérica había logrado cifras excepcionales de crecimiento en los últimos años –añadió-, pero la dimensión de la crisis actual está haciéndonos retroceder.
Para decirlo en cifras: mientras los conservadores celebran los funerales del debate económico (“¡nadie debe discutir la prevalencia del mercado!”), treinta por ciento de latinoamericanos viven instalados en la pobreza.
Eso quiere decir que 180 millones de latinoamericanos son pobres. Y de ellos, 70 millones pueden considerarse pobres extremos.
Sólo en el 2009 el número de desempleados en América Latina crecerá en unos cuatro millones adicionales.
No olvidemos que, como el Perú lo grita en cada esquina, América Latina es la región con mayores índices de desigualdad. El 10% más rico se lleva hasta el 47% de la renta, mientras que el 20% más pobre se reparte el 3 por ciento del PIB regional.
Pero si el escenario latinoamericano es preocupante, la aldea global, donde se supone que la felicidad está a punto de consagrarse, resulta inexplicable.
A pesar de estas décadas de liberalismo galopante, la miseria de millones demuestra una tenacidad enfermiza y un carácter sistémico: de los 6,791 millones de habitantes de este planeta todavía azul, 2,600 millones viven con menos de dos dólares por día. Y de estos 2,600 millones, 1,040 millones –la cifra ha aumentado en los últimos diez meses- “viven” con un dólar o menos de un dólar. Por eso es que la FAO dice, con toda razón, que hay por lo menos 1,040 millones de hambrientos en el mundo.
La directora del Programa Mundial de Alimentos, Josette Sheeran, dijo ayer –en pleno Día Internacional de la Alimentación- que el hambre mundial se aliviaría considerablemente sólo con el uno por ciento (1%) de lo que los gobiernos ricos han gastado en salvar bancos y corporaciones.
La gran prensa comprometida con el inmovilismo quiere hacernos creer que hemos abordado el tren expreso al paraíso. Pero gente como Yesenia Domínguez Trujillo no pudo creer que los sueldos basura, los sindicatos aporreados y los parados crecientes sean parte de algún edén.
Cuando alguien me pregunta cuál es la diferencia entre derechas e izquierdas suelo decir que sólo hay una: la compasión, la posibilidad de ponerse en el pellejo de los que sufren.
La derecha es implacable y socialmente darwinista cuando le va bien. Apenas fracasa llama a los bomberos para que la salven del fuego. Pero ni cuando le va bien piensa en los de abajo. Y a quienes se preocupan por ellos les llama “pobretólogos”. ¿Son otra especie? ¿Tienen genomas diferenciados? Algún día lo sabremos.

¡ Mantenemos Curas y Sacerdotes ! ¿Pueden creelo?

¿Sabía usted que el Estado Peruano les destina una partida de S/. 2´000,000 a la Iglesia Católica?. Asi es mi estimado lector, investigando me di con la nada grata sorpresa que el Estado Peruano destina desde hace años un presupuesto para la Iglesia Católica. Si esa que se supone tiene los suficientes recursos para poder mantener a los Obispos, Arzobispos y otras jerarquias de la Iglesia peruana. Desde mi punto de vista esto me parece completamente injusto, ¿Por qué debemos de mantener con el dinero de nuestros impuestos a la Iglesia Católica? ¿Cuál es la razón para que esta iglesia sea la única que reciba dinero de todos los contribuyentes mientras que las demás religiones no reciben ni un centavo?
Investigando me dí cuenta que la partida para el año 2009 fue de S/.2´603,000 Nuevos Soles, a cargo del Ministerio de Justicia bajo la denominación de "Asistencia a las Jurisdicciones de la Iglesia Católica". A continuación podrán ustedes apreciar que este presupuesto se encuentra en el Portal de Transparencia del MEF, sólo que es un poco complicado de hallar. Con ese dinero, se pueden construir algunas escuelas, algunos puentes o caminos afirmados, o tal véz mejorar la atención médica en las poblaciones de nuestra selva amazónica y no darselá tan alegremente al Clero.
Ahora saquemos cuenta. La Iglesia Católica ha recibido terrenos donados por el Estado, de los cuales perciben una renta ya sea por alquiler de estos al haber construido edificaciones de las cuales usufructúan. Con estas ayuditas me pregunto ¿para qué necesitan recibir un presupuesto del Estado si ellos cuentan con ingresos adicionales que tranquilamente les permiten mantener una tranquilidad financiera y económicas? y Ojo no pagan impuesto alguno, es decir, que perciben sus ganancias limpias de polvo y paja.
Ahora existe en la Comisión de Constitución el proyecto de ley de "Igualdad Religiosa" (Proyecto de Ley N° 1008) en la cual que pretende que todas las religiones tengan los mismos privilegios que la Iglesia Católica, lo que podría darles derechos a incluir un presupuesto anual para estos a expensas de nuestros bolsillos, osea que si usted es agnóstico o evangelico tendrá que contribuir (sin saberlo ni quererlo) para mantener a Obispos, hermanos o Pastores contra su voluntad y la de todos los demás.


Lo ideal es que el Estado se sacuda de todos estos grupos religiosos, sin necesidad que nosotros, los ciudadanos, paguemos las remuneraciones a los sacerdotes y otros amigos de Cristo a pesar de que gozan de los ingresos suficientes como para poder llevar una vida tranquila predicando su ideología.

Tomado de "El Escudo de Orlac".

viernes, 16 de octubre de 2009

Maradona

Cuando Maradona pateaba (y anotaba) con las manos y se jactaba de ello como cualquier compadrito de bulín, ya estaba claro de que se trataba de un hombre que jamás podría decolar del barro que lo vio nacer.
Y cuando fletó un Jumbo 747 para que sus amigos asistieran a su boda europea, realizada en un simulacro de castillo y en medio de forzudos que reventaban los Armani recién comprados, se vio nítidamente que el dinero fácil lo había convertido en un clon de mafioso siciliano adoptado por Toto Riina.
Años más tarde, después de dispararle perdigones a la prensa que lo acosaba, se exhibiría, junto a su manager y en un hotel de segunda, en toda su dimensión de cocainómano prodigioso y sonámbulo. Muchos, entonces, se explicaron por qué le tenía terror al descarte del dopping cuando jugaba en el Nápoles y por qué, alguna vez, su muestra de orina arrojó tanta urea como trazos de noches locas.
Maradona les dio la razón a los fatalistas y a los deterministas primarios, aquellos que piensan, injustamente, que nadie puede derrotar el destino marcado por la infancia. El gran futbolista tramposo y pendenciero fue un niño pobre que terminó siendo un pobre hombre.
Lo que anteanoche hizo Maradona no debe sorprender a nadie. Quienes esperaban de él algo de calma y un poco de grandeza parecían no entender nada: si la FIFA es una corporación viciosa, la AFA –la Asociación de Fútbol Argentino- es una pandilla que, en homenaje a muchos de los políticos que han gobernado tan entrañable nación, despilfarra recursos y talentos y siempre está en quiebra y a punto de reorganizarse. Digamos que allá nuestro Burga, que se reputa espabilado, sólo le cargaría el maletín a Julio Grondona.
Para la AFA, que acaba de asociarse otra vez al peronismo recursero de la señora Kirchner con eso del “fútbol gratis para el pueblo” –lo que ha significado 170 millones de dólares salidos del tesoro público para las arcas de los clubes-, Maradona era el técnico ideal: la prensa no se atrevería con él y las barras bravas de las villas-miseria lo blindarían por si acaso. Y la AFA se escudaría en su leyenda.
Pero la AFA se equivocó. La prensa hizo trizas a ese advenedizo que casi logra la hazaña de no clasificar a un equipo donde juegan algunos de los mejores jugadores del mundo.
Y como la prensa cumplió su tarea, la venganza barriobajera de Maradona fue pedir en público, luego de la azarosa clasificación, que quienes lo habían criticado le hicieran una felación. Lo que terminó de demostrar que Maradona es, literalmente, pura boca.
Más allá de lo que el psicoanálisis pueda decir al respecto, esta revancha oral redondea una biografía que ha conocido la gloria, el dinero, la idolatría, las más diversas ambigüedades, la ruina, la estupidez en casi todas sus variantes y ahora, por último, la navaja bajo el farol de una esquina rosada.
Para ser un gran deportista también hay que ser una buena persona. El pobre Maradona jamás lo entenderá. Él cree que la verborrea es lucidez y que las groserías de la estiba acentúan sus rasgos masculinos. También cree que vencer a la selección inglesa con un gol con la mano rehace la vergonzosa historia de las islas Malvinas.
Maradona es Menem vestidito de corto.

jueves, 15 de octubre de 2009

El segundo fujimorismo

Cuando la señora Keiko Sofía Fujimori sea elegida por las turbas indescifrables que amaron a Odría y convirtieron en paradigma a la Perricholi, el Perú, acusado injustamente de ser un país voluble e impredecible, habrá encontrado por fin su destino.
Ese destino será el que siempre soñó el padre de la señora Keiko Sofía Fujimori: una letrina que expida pasaportes, un reino personal donde robar sea un verbo intransitivo, matar una urgencia médica, mentir un mandamiento invertido, traicionar una levedad y despreciar al prójimo una segunda naturaleza.
Es decir, la obra inconclusa de Alberto Fujimori podrá ser terminada. Cuando esa obra fue interrumpida por el accidente del video Kouri-Montesinos y el despido arbitrario de Montesinos de las planillas de la CIA, el Perú ya se perfilaba como el hedor nacional más consistente de Sudamérica.
En esta Segunda República Fujimorista que presidirá Keiko Fujimori, todo volverá a ser como era antes de septiembre del año 2000: un lodazal sin Constitución.
Y, claro, Basura Cáceres volverá de Puno, Constitucionalista Beodo resucitará de entre los muertos, Joy Way será nombrado presidente de Mitsui, Daniel Espichán será procurador y Saravá dará la cara como el vocero del infierno que es.
Héctor Faisal reimprimirá “La Repúdica”, los Wolfenson se sentirán los Murdoch, Vicente Silva y Jorge Morelli serán las estrellas de la red y el cable y Fernando Vivas dirá que, “aunque todo parece discutible, esperemos a ver cómo nos va”.
Desde el fondo del alma del Perú atávico, los arrodillados agradecerán y los tullidos de espíritu vitorearán. Desde el misterio de la esclavitud autoinfligida –que es la clave de nuestra historia-, las cervices dobladas y las voces ocultas llenarán la Plaza Mayor para exigir más autoridad y menos democracia, menos Congreso y más arbitrariedad, menos dignidades y más bala.
Una Laura Bozzo operada por una junta internacional de cirujanos plásticos volverá a conectarse por teléfono con el cien veces amnistiado Vladimiro Montesinos para pedirle audífonos para un sordito, sillas rodantes para una selección de basquetbolistas hemipléjicas, dinero en efectivo para una madre que va a ser desalojada “de su precaria vivienda”.
Los Crousillat regresarán al Cuatro, con Lúcar a la cabeza, y harán mucho dinero convirtiendo en teleserie interminable “la odisea judicial que padeció el patriarca Alberto Fujimori”, con el auspicio, desde luego, del BCP y de Alicorp.
Volverán los tiempos de la salita, pero esta vez sin cámaras ni equipos de grabación sonora. De modo que será el fujimorismo perfecto: sin testigos ni huellas ni actas ni recibos.
Carlos Raffo será, por supuesto, ministro del Interior. Y los hermanos Levi, junto a los hermanos Winter, serán parte del directorio del Banco Central. Y Raúl Modenesi cocinará en Palacio tras la muerte inexplicable de Gastón Acurio.
Una niebla de miedo volverá a hacer difícil distinguir quién camina a nuestro lado y la estatua de don Miguel Aljovín, el profeta del pánico, será inaugurada en la Alameda del Corregidor.
La derecha volverá a respirar tranquila porque ya no necesitará de conversos siempre desconfiables como el igualado de García. Su sicario favorito gobernará detrás de Keiko y la derecha tendrá el viento a su favor y los tanques a su favor y las licitaciones a su favor y las mugres presupuestívoras a su favor y los decretos de urgencia secretos a su entero favor.
La mirada turbia del nuevo régimen se orientará hacia Bagua. La selva en su conjunto, ya no como región sino como formación geológica, será troceada y rematada a inversionistas piratas de todas las banderas (con indios incluidos) y el antiguo cuerpo policial de los Sinchis será reconstruido para imponer el orden y la paz “que la República tanto necesita”.
Las 200 millas serán denunciadas como obstáculo para la paz (Japón exigirá que sus flotas pesqueras puedan llegar hasta La Punta), Ramón Castilla será desfigurado por los nuevos historiadores, Juan Carlos Hurtado Miller será, por fin, alcalde de Lima, Roberto Huamán Azcurra será viceministro sin cartera y Martin Rivas, excarcelado hasta la redundancia, será jefe de la Dirección Nacional contra el Terrorismo.
Restituido en sus cargos con todos los honores, Nicolás Hermoza Ríos aceptará, en un gesto de humildad que la prensa llamará “sin precedentes”, el flamante cargo de Jefe de Logística, Compras y Abastecimientos de las Fuerzas Armadas.
La II República Fujimorista hará que la primera parezca un trémulo ensayo. Con la experiencia adquirida, hasta Gilberto Siura podrá encadenar tres frases con sentido. Y al final de esos largos años dinásticos, el Perú se parecerá a la utopía del fusilado “Flaco Larry”: un sálvese quien pueda polvoriento, un asalto sin término, una de vaqueros en el “Omnia”.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Vienen los toros

Ya viene la Feria de Octubre, esa carnicería que algunos huachafos dados a la sangre se atreven a llamar “la fiesta nacional”.
Cuando la feria empiece, cientos de herederos de la Colonia, y parte de su servidumbre reencarnada, acudirán a Acho a ver cómo un hombre disfrazado de sota de espadas –la figura pertenece al gran escritor Manuel Vicent- tortura morosamente a una bestia magnífica mientras el respetable demuestra que Altamira nos sigue quedando cerca y que la crueldad es, al lado del locro de zapallo, una de nuestras delicatesen.
El arte del toreo consiste, como se sabe, en demostrar que Darwin se equivocó. Porque quienes aplauden la sangría y se excitan con la matazón son prueba viviente de que la evolución fue un fenómeno pasmado en algunas latitudes.
El cronista taurino de “El Comercio”, por ejemplo, balbucea un dialecto que parece preceder a la consolidación del mozárabe-andaluz. Y hay un marqués ficticio vestido de carta del Tarot que, en un semanario que aprecio mucho, hace de chulo madrileño que sabe recitar a Bécquer y se manda unas crónicas en las que habla de los toreros como si fueran gallardos y de los toros como si fueran parrillada viva y sangrante antes de las brasas.
Yo no conozco Acho, desde luego. Pero he prometido visitarlo cuando un régimen que aspire a civilizarnos lo convierta en estadio olímpico.
Cuando eso suceda, tendremos que haber perdido la legaña de lo folclórico y la idea de que la historia nos exige repetir, cada noviembre, la barbarie que un criador de cerdos fundó precisamente en Lima.
Quienes dicen que “la fiesta taurina” es intocable como tradición deberían de admitir que asesinar a porrazos en la cabeza a niñas como Juanita, para ofrecerla a dioses difusos y demandantes, era todavía, si cabe, más tradicional, dado que ese hábito procedía de lo más puro de nuestros genes amerindios.
La barbarie de los toros acuchillados es, al fin y al cabo, una barbarie prestada que llegó en los galeones que también trajeron la viruela y la peste bubónica.
Para ser consecuentes con nuestras raíces deberíamos, en todo caso, recrear, previa entrada comprada en taquilla, la ceremonia que condujo a aquella niña de quince años a ser enterrada en las nieves del Ampato. Un cerro de Lima, artificialmente nevado, podría prestarse para el espectáculo. Una rifa siniestra y obligatoria podría darnos a la infanta.
Si eso se juzgara superlativo podríamos sugerir, modestamente, que los ingenios azucareros del norte revivieran la colorida tradición de la esclavitud china. O que aquel potro, ahora manso y decorativo en el Museo de la Inquisición, se activara del modo más crujiente en nombre de la justicia y de la eficacia de los interrogatorios.
Y cuando alguien dice que hay toros en provincias y que los pueblos rurales del Perú aman la agonía de las bestias, lo que demuestra diciendo eso es que el llamado sincretismo cultural también puede ser el acoplamiento de lo peor de dos culturas. Digamos que en Uchuraccay, aquel famoso día, algunos de nuestros mejores colegas supieron, de modo fulminante, hasta dónde pueden llegar esas convergencias ceremoniales.
Y aquellos que hablan de poesía estatuaria, de magia y de misterio deberían de recordar la rima consonante de las tripas colgantes y los versos alejandrinos del excremento del toro que se extingue. Sangre y arena, que le dicen.
Si uno va a Acho a disfrutar de esa masacre que no venga después a hablarnos de educación escolar y de valores. El aficionado ortodoxo y coherente debería salir del coso, bebido y ronco, a apedrear perros y a buscarse un gato para la cena.

Retiro temporal

"César Hildebrandt. Blogger" estará ausente de modo temporal dado que la web del diario "La Primera" está en mantenimiento.


Agradecemos vuestra comprensión y rogamos disculpas por este tempral e involuntario retiro.

martes, 13 de octubre de 2009

La Iglesia y el aborto

La Iglesia se opone al aborto eugenésico, al aborto terapéutico y aun al que evitaría el nacimiento de un hijo producto de una violación.
O sea que no importa si se trata de un caso de anancefalia, o si la vida de la madre está en serio riesgo, o si el embrión es producto de una penetración salvaje a una niña de once años.
La Iglesia, esa vieja esquizofrénica que ampara a pedófilos, maldice el aborto. Como maldice los métodos anticonceptivos.
Como maldijo a los heliocéntricos, que lo único que querían era superar el estúpido mundo imaginado por Aristóteles y derrocar el reinado de la Tierra en el sistema solar, barbaridad que venía vagamente de las Escrituras y que Ptolomeo pretendió convertir en verdad.
Cuando a Galileo Galilei le estaban haciendo la vida imposible por decir lo que todos ya sabían, el gran copernicano –el más peligroso por su prestigio como físico y matemático- acudió a la duquesa de Toscana, Cristina de Lorena, diciéndole en una carta que lo que él quería no era enfrentarse a la Iglesia sino “declarar a la física y a la astronomía teológicamente neutras”.
La duquesa quiso ayudarlo pero no pudo. Galileo tuvo que retractarse en lo que quizá se considere el primer juicio de corte estalinista de la historia. Y esto que hablamos del año 1633.
Pues bien, esta Iglesia que persiguió a la ciencia y que hizo del oscurantismo un emblema y de la ignorancia una ventaja nos viene a decir ahora, en complicidad con el ministro Aurelio Pastor y respaldada por el doctor García (que hoy carga andas como ayer cargaba arcas), que el aborto es intrínsecamente maldito y que las leyes peruanas no pueden cambiar porque Dios se enojaría y las siete plagas de Egipto (el de Mubarak) regresarían.
Hay que saludar la valentía del ministro de Salud, Oscar Ugarte, en esta desigual batalla contra el ejército mediático del Vaticano.
Mientras tanto, hay que recordarle a los obispos bien intencionados y pensantes de la Conferencia Episcopal –que los hay- que en el Perú el 41 por ciento de mujeres en edad fértil (de 15 a 49 años) no tiene idea de cómo usar con eficacia el método del ritmo y la abstinencia periódica, que es el único que la Iglesia “permite”.
Delicia Ferrando, antropóloga y demógrafa, dice en un estudio sobre el aborto clandestino en el Perú que ese desconocimiento significa que más de 150 mil mujeres emplean el método del ritmo sin conocer sus ciclos de fertilidad.
“En el 2005 –dice Ferrando- de todas las mujeres que descontinuaron el método del ritmo (42 por ciento de usuarias), el 16 por ciento lo hizo porque este método les falló; es decir, habían salido embarazadas en los primeros doce meses de su uso”.
El fundamentalismo romano objeta la cifra de 400,000 abortos clandestinos anuales en el Perú, pero no ofrece ningún número alternativo ni se molesta en citar estudios que contradigan, seriamente, esa estadística.
Lo que la Iglesia querría que no supiéramos es que estudiosas como Ferrando o entidades como Pathfinder International han hecho investigaciones profundas y trabajosos cruces de datos para llegar a la cifra de 400,000.
Las falanges de Cipriani también quisieran que ignoráramos que los abortos clandestinos son altamente riesgosos entre los pobres y de mucho menor riesgo entre quienes tienen posibilidades económicas.
Sólo el 17 por ciento de las mujeres urbanas pobres acuden a los médicos a la hora de practicarse un aborto (frente al 77 por ciento de las no pobres). ¡Y sólo el 3 por ciento de las mujeres rurales pobres tiene atención de un médico profesional cuando deciden interrumpir un embarazo!
Algunas de esas siervas del Señor recurren (lo dice el estudio realizado por The Alan Guttmacher en 1994) a meterse ramas, palos de tejer, equipos de venoclisis, alambres, agua jabonosa, agua oxigenada, lejía, brea, sustancias a base de sal, pociones quemantes de limón y hasta Coca Cola (citado por Delicia Ferrando).
Otras saltan, se pegan, se hacen pegar, sostienen coitos brutales, se dejan caer premeditada y violentamente mientras toman, con pocas esperanzas, infusiones de pepa de palta o ruda. Todo con tal de no tener más hijos.
Esa es la realidad. Porque la cifra de crecimiento natal actual del Perú (2,5 hijos por mujer) es, como todos los promedios, un espejismo. En la selva, esa cifra casi se duplica.
Y la aspiración a una familia de menos miembros no sólo es un derecho constitucional sino un acto de legítima defensa en contra de la pobreza.
La Iglesia no debería tener nada que ver con las políticas de natalidad de ningún gobierno. A no ser que nos citen la teocracia de Irán como ejemplo.

lunes, 12 de octubre de 2009

Marcha Anti NWO en Santiago de Chile

El día ha llegado, lo que muchos han estado esperando tanto tiempo. Chile se moviliza en las calles para informar y denunciar el Nuevo Orden Mundial y sus genocidas impulsores.
Esta marcha se llevara a cabo el día viernes 16 de Octubre de 2009 a las 10:00 horas en la Plaza de Armas de Santiago de Chile, el lugar de reunión será en el caballo de Pedro de Valdivia. Es curioso el hecho de que el conquistador de Chile será quién, por vez primera, vea el despertar de este pais.
Preparense con material informativo para entregar a los ciudadanos (volantes, folletos, flyers, pancartas, etc.)


Tomado de "El blog anti NWO".

domingo, 11 de octubre de 2009

Zambo Cavero

No tengo duda de que el Zambo Cavero era un ídolo popular.
La pregunta que tengo que hacer, desde el más modesto de los estupores, es si somos justos en este asunto de los funerales y los repartos póstumos.
Por ejemplo, un día, hace muchos años, se nos murió Juan Gonzalo Rose y, claro, la noticia salió en páginas interiores (y la TV ni siquiera la dio). Y como los apristas lo habían despedido del Instituto Nacional de Cultura, ningún discípulo de Haya se presentó al velorio.
Y esto que Juan Gonzalo fue uno de los grandes de la poesía. Grande de verdad.
Otro día, muchos años después, se murió, con los pulmones hechos puré, Félix Álvarez y la noticia ni siquiera salió en los periódicos. Álvarez era un escritor sólido, un erudito oceánico y una de las mentes más agudas del Perú (porque, aunque nació en España, adoptó nuestro país como el suyo).
Alejandro Romualdo –otro poeta mayor y tempestuoso- se convirtió en una breve noticia policial cuando se murió a solas, como había querido, en su casita de San Isidro el año 2008.
Y no me acuerdo de que le hayan dado tantos júbilos de velatorio a José Adolph, el prolífico escritor de ciencia ficción, ni a Gustavo Pons Muzzo, maestro con mayúsculas, ni a Javier Mariátegui Chiappe, hijo del amauta José Carlos y desaparecido en el mismo año 2008.
¿Y cuántas transmisiones en vivo y de cuerpo presente hubo por la muerte de Constantino Carvallo, el gran educador? ¿Y por la de Pedro Planas, muerte precoz y más injusta que ninguna otra? ¿Y por la de Hugo Garavito? ¿Y por la de Sofocleto?
Paco Bendezú, poeta que tenía la gracia de la inocencia perdularia, murió de un cáncer desatendido en Neoplásicas, en la miseria y socorrido apenas por unos pocos amigos fieles. ¿Cuántos centímetros cuadrados le dedicó la prensa escrita peruana? ¿Y cuántos minutos la televisión embrutecida que pretende encuadernarnos?
¿Cuántas lágrimas se derramaron por Washington Delgado, poeta excepcional y empobrecido profesor de San Marcos?
Ninguna. Quizá porque no cantaba “Contigo Perú” sino que anunciaba: “Yo construyo mi país con palabras”. O porque no era amigo de Alan García. O porque vivió y murió en un país que cada vez más se parece a Fahrenheit 451, la ficción de Bradbury en la que los libros se persiguen y se queman.
Ayer, en pleno aquelarre funeral, escuché a Raúl Vargas –esa decepción generalizada, ese gourmet de sí mismo -alabar el seco de gato que Zambo Cavero comía y alentaba como potaje nacional y contribución a las misturas de Gastón.
Apagué la radio. Se puede ser un poco tonto (todos lo somos), pero hay un límite.
Hasta para las lágrimas teatrales hay un límite.
Adiós Zambo Cavero. Como que no te merecías las lloronas de encargo que se morían por salir en la tele y en la radio.

sábado, 10 de octubre de 2009

Hacerse el sueco

Desde que el Nobel de Literatura se lo entregaron a Winston Churchill en 1953, la Academia Sueca, que reparte la bolsa dejada por el inventor de la dinamita, no había caído tan bajo ni hecho tan divino ridículo.
Churchill escribía correcta y patrióticamente, pero eso de darle el Nobel fue parte de la guerra fría y de los enjuagues académico-políticos que están alrededor del premio.
-Claro –dirán algunos-, pero qué puede esperarse de quienes le dieron el galardón a José de Echegaray y se lo negaron a James Joyce, que es el Cervantes irlandés y el padre prolífico de la novela moderna.
Lo que pasa es que siempre habrá un margen de discusión respecto de los gustos y el peso de las plumas –y eso como que rebaja el nivel de los crímenes perpetrados en Estocolmo en relación a la literatura.
Lo que no tiene perdón es lo que han hecho ayer con el Nobel de la Paz. Simplemente, lo han acribillado. Lo han volado con la nitroglicerina que hizo obscenamente rico a Alfred Nobel.
A no ser que ya no se trate de un premio sino de una profecía de buena voluntad, el Nobel dado a Barack Obama es una burla y un insulto para quienes, como Nelson Mandela o el Comité Internacional de la Cruz Roja, sí tuvieron todos los méritos para recibirlo.
Es cierto que el Nobel de la Paz también ha sido moneda convertible en el manoseo conservador de los académicos suecos: de otra manera no se explica que se lo hayan prendido en el ojal Theodore Roosevelt, Thomas Woodrow Wilson o el infame Henry Kissinger.
Pero Obama es presidente en ejercicio, no ha cumplido un año de mandato y no ha hecho por la paz nada más que prometerla.
Mientras tanto, libra dos guerras invasivas y sanguinarias que han ocasionado miles de muertos civiles, no ha movido un solo dedo para que Israel deje de construir asentamientos ilegales en Cisjordania, está dispuesto a autorizar un ataque “preventivo” en contra de Irán, se ha negado a publicar más testimonios gráficos en torno a las torturas practicadas en las cárceles oficiales de Irak, ha impedido la desclasificación de documentos que comprometen a la CIA en asesinatos ejecutados en países extranjeros, está a punto de mandar más tropas a Afganistán y ni siquiera se ha atrevido a cerrar el campo de concentración de Guantánamo.
¿Y a este imitador de García en el plano internacional le dan el Nobel de la Paz?
¿Cuál paz?
¿La que la CIA fomenta en Bolivia, financiando al separatismo de la media luna? ¿O la que instigó en Caracas con el golpe de Estado? ¿O la que el Departamento de Estado mantiene para Cuba?
El señor Obama ni siquiera ha fracasado en el intento de pacificar el medio oriente. Y no ha fracasado porque no lo ha intentado, como sí lo intentó Jimmy Carter en Camp David. O como sí lo intentó –y de verdad- Bill Clinton. Esos fueron, en todo caso, honrosísimos fracasos.
Mister Obama, en cambio, sigue tolerando que los palestinos despatriados sean considerados por debajo de la escala humana. Y sigue creyendo, aunque en sus discursos entretenga a la concurrencia con algunas audacias, que los Estados Unidos son la Interpol imperial con jurisdicción planetaria.
Thorbjorn Jagland, el nuevo presidente del Comité Nobel, ha llegado a ser cómico hablando de una de las razones que podrían haber pesado en la decisión. Jagland ha dado a entender que con Obama “el multilateralismo ha regresado”.
¿Se puede hablar de multilateralismo resurrecto cuando Europa sigue siendo socia subordinada hasta de las aventuras criminales de la política exterior de los Estados Unidos?
¿Qué multilateralismo es este en el que casi todos –incluyendo a Japón y a China- parecen estar de acuerdo con los grandes lineamientos de la Casa Blanca?
No menciono a la Federación Rusa porque, como ustedes saben, está neutralizada por los problemas de su patio trasero (desde Georgia a las Osetias pasando por el masivo regreso al islamismo de Kazajistán).
Es tan multilateral la política de Obama, según los suecos nobelísticos, que Latinoamérica no conoce el texto del tratado que le permite a los Estados Unidos tener siete bases militares en Colombia.
En fin, que el Nobel de la Paz en paz descansa.

viernes, 9 de octubre de 2009

Frases hirientes

- “La Iglesia se opone al aborto porque la vida es sagrada”. (Torquemada)
- Chile ha cambiado “Salitre 2009” por “La Haya 2012”.
- “¡Jamás cederemos a las presiones!” (El aneurisma)
- “Las tasas de referencia también las tiene Cassinelli” (Belmont)
- Vargas Llosa sigue ganando el Nobel de la paciencia.
- “¿Bastardos sin gloria? ¡Hay que acusarlos de plagio!” (Abimael Guzmán)
- “¡Viva Indoamérica!” (Felipillo)
- Devolvieron el pulmón robado pero se quedaron con el puerto de Paita.
- Mariella Zanetti es un potaje casero.
- El desafío de Gisela es casarse.
- El lavado de activos no podrá con Jaime Bayly.
- Lourdes Alcorta va al gimnasio a hacer ejercicios militares.
- El pronóstico del Senamhi es reservado.
- Pedro Sánchez se ha metido en Camisea de once varas.
- Carlos Tapia es el presidente del consejo.
- Berlusconi es la bota italiana.
- A César Cataño hay que revisarle el guardafangos.
- Hubo un estupro en plena procesión de octubre y alguien dijo que había sido allanamiento de morada.
- La economía de Gamarra pende de un hilo.
- El verdadero problema de García es el desbalance matrimonial.
- Lo del pulmón robado pudo ser una cortina de humo porque dicho pulmón había sido de un canceroso.
- Lo único que queda de Grau en este país de gallinitas ciegas es la Prolongación Angamos.
- El canal 13 lo inauguró Roman Polanski.
- En Latin American Idol compiten Uribe y García.
- Los perros de estirpe se van armados a la gran cruzada.
- Para muchas mujeres lo más importante son los accesorios.
- Río de Janeiro se ha vuelto devoto del Señor de los Anillos.
- Allí estaba el chato Barraza tomándose un tiempo bien helado.
- “¿Tú también, Belmont?” (Julio César)
- Dentro de poco Valle Riestra solicitará también Asilo.
- Los fondos mutuos son el secreto del matrimonio.
- Simon y Andrade se han unido. Es suma de quebrados.
- Cuando te casas lo que firmas es un contrato de suministro.
- La ventaja de enfrentar el pasado es que cuando lo hacemos ya estamos con Alzheimer.
- Velásquez Quesquén es una cajetilla de Premier.

jueves, 8 de octubre de 2009

8 de Octubre

Cuando el monitor Huáscar llegó al Perú ya era un barco anticuado.
En 1869, en los astilleros de Birkenhead, el creador de los monitores, el inglés Cowper Coles, había lanzado a la mar el “Captain”, cuatro veces más grande que el Huáscar, con dos hélices y un nuevo blindaje.
Sin embargo, ese portento se hundiría poco después entre el oleaje insano de una noche borrascosa en las aguas de Finisterre.
El “Captain” se volcó ahogando a sus 200 tripulantes y de esa estirpe de naves discutibles, a las que el centro de gravedad parecía fallarles, vino el Huáscar a nuestra flota.
Los monitores como el Huáscar habían surgido, como diseño, en la fase naval de la guerra de secesión de los Estados Unidos y se dice que Lincoln encargó el primero de ellos para contrarrestar, con su espolón, el blindaje de pino y hierro del buque sureño “Merrimac”. Casi lo logra pero terminó naufragando calamitosamente durante una tormenta.
Sin embargo, aquel modesto Huáscar era lo mejor que teníamos cuando Chile empezó la guerra de rapiña en la que tanto le ayudaron franceses y británicos.
Y aunque estaba armado de dos cañones de 300 y navegaba a once nudos calentando al máximo las calderas, su blindaje era de sólo cuatro pulgadas en los flancos y de dos en popa y proa: muy poca cosa en comparación con el de los blindados chilenos y frente a la calidad y potencia de la artillería enemiga.
¿Qué teníamos, además del Huáscar?
Teníamos a la “Independencia”, que portaba doce cañones chirriantes de apenas 70. ¿Y qué más? Ah, sí: teníamos al “Atahualpa” y al “Unión”, dos monitores que habían combatido en la guerra civil estadounidense, que eran fluviales y que alcanzaban las tres millas por hora.
Los cañones del Huáscar no podrían perforar, de ninguna manera, el blindaje de acero de siete pulgadas del “Blanco Encalada” y el “Cochrane”. Tienen estas naves, además, doble hélice y sus máquinas son por lo menos tres veces más potentes. Sus cañones disparan balas de acero endurecido, que atravesarán al Huáscar donde lo toquen (como así fue: el cuerpo de Grau fue pulverizado en la torre de mando).
La historia lo dice –y Guillermo Thorndike lo apunta en su memorable “1879”-: pudimos comprar en 1870 un acorazado que el gobierno turco encargó a los astilleros ingleses y que no pudo pagar.
Podía cargar seis mil toneladas (el Huáscar apenas una y media), tenía dos motores Maudslay con doble hélice, un blindaje de acero de siete pulgadas y podía desarrollar catorce nudos/hora, además de contar con cuatro cañones de 400 y 23 cañones ligeros de tiro rápido distribuidos en dos cubiertas.
Con esa nave Chile no nos habría declarado la guerra ni habría codiciado hasta la sangre nuestro salitre y nuestro guano (y nuestra biblioteca y nuestras mujeres y nuestro pasado de centro virreinal).
Fue el presidente Balta quien decidió no comprar ese buque, cosa que sí hizo, poco después, la armada prusiana. Balta prefirió comprar los inútiles “Manco Cápac” y “Atahualpa”.
Después vendría Pardo, que se negó a renovar a la marina diciendo que Argentina nos ayudaría en cualquier apuro.
No sólo era que el Huáscar estaba condenado a ser abatido ni que Grau, su comandante, sabía que tendría que morir. Era que al Huáscar ni siquiera le habían comprado los nuevos proyectiles Palliser solicitados ni el sistema de torpedos Whitehead. Algunos de sus artilleros –hay que decirlo- tampoco estaban a la altura de las circunstancias.
No es que Grau fue un héroe por las circunstancias. Fue el mártir voluntario y hazañoso de un país que, como ahora, había decidido suicidarse. Eso agranda aún más su figura. Por Grau es que el gentilicio peruano recobró honores y dignidades. Por Grau es que podemos mirar atrás sin avergonzarnos del todo.
Y el legado de Grau no es un botín naval anclado en Talcahuano. Su herencia tiene el clamor de una advertencia que los pobres de espíritu de toda la vida se niegan a oír.
Grau no querría una guerra. Lo que Grau sí querría es que el Perú estuviese preparado para evitarla.

miércoles, 7 de octubre de 2009

A todo pulmón

Mientras Evo Morales empieza la carrera electoral con treinta puntos de ventaja sobre su más cercano perseguidor (¿vieron?) y Melcochita dice que la mujer que abandonó y a la que avergonzó inmundamente en un programa de TV mientras ella lo llamaba drogadicto, mientras esas cosas pasan en el Alto Perú y en el Perú de los abismos, respectivamente, alguien se ha robado el pulmón de la exhibición llamada “El Cuerpo Humano: real y fascinante”.
“Es una vergüenza que esto justamente suceda en el Perú”, ha dicho Susan Hoefken, gerente general de la empresa que trajo la muestra (por la que ya han pasado 90,000 visitantes nacionales).
El pulmón sustraído perteneció a un chino de unos 45 años y, como todo lo expuesto en la exposición, fue materia de un proceso llamado “polimerización”, una especie de plastificación molecular de los tejidos.
La agencia de noticias Reuters encabezó uno de los párrafos de su despacho fechado ayer en Lima con las siguientes palabras:
“¡Se han robado un pulmón!”, dijo afligida a Reuters Susan Hoefken, gerente general de Impacto Producciones...
Todo esto –lo de Melcochita, lo del pulmón robado, el maltrato de Lima por parte de ese idiota urbano llamado Castañeda- me recuerda otra vez que, hace unas semanas, el redactor de una revista me llamó para preguntarme qué opinaba yo de la cundería, la criollada, el recutecu y el recursismo.
Le contesté, como creo haberlo dicho ya, que todas esas definiciones de carácter criminal me hacían vomitar.
La criollada me hace vomitar. La viveza criolla me hace vomitar. La cundería me hace vomitar. Por eso es que la mayor parte de los políticos criollos me hace vomitar.
¿Qué maldición inapelable hizo que la mayor parte de los peruanos fueran tramposos, impuntuales, permisivos con la mugre interior y exterior?
En muchos sentidos, el Perú no es sólo un país adolescente, como nos lo dijera tibiamente Luis Alberto Sánchez. Es también un viejo vicioso y sin remedio, un expediente de Lombroso, una sospecha con lindos paisajes.
Sólo una psiquis anegada en mórbidas esencias puede explicar que aquí se aprecie a quien no rinde cuentas y al que se burla de sus promesas electorales y al que roba desde la función pública y al que ordena matar desde la más alta investidura.
Fujimori fue el caudillo sanguinario y ladrón que amaron millones y ante el que se arrodillaron la totalidad de las llamadas “fuerzas vivas”. El autoritario Castañeda, un proto Fujimori en todo el sentido del término, es idolatrado y tiene un terno de teflón. Muchedumbres casi cairotas rezan por Keiko. Pobladas parecidas a las de Karachi, donde el marido ladrón de Benazir Butho reincidió en el poder, permitieron el regreso de García.
Y mientras nos farreamos la prosperidad surgida de rematarnos como putas portuarias, la viveza criolla sigue cundiendo: los alcaldes se hacen ricos dando licencias de escándalo, el puerto de Paita se entrega por muy poco (oficialmente hablando) y, como un detalle entre sociológico y psiquiátrico, nos enteramos de que el 90 por ciento de las llamadas a los teléfonos de emergencia 105 y 116 son falsas.
¿Falsas? Peor que eso: taradas. Llaman maricas a ofrecerse, tartamudos a farfullar, niñitas premenstruales que mientan la madre, chicos del Circo Beat que ríen y babean, coqueros que gritan, cretinos que callan. Todo criollísimo, todo peruanísimo, todo zavalítico.
Si mucha gente vota por ladrones y reelige a ladrones, ¿qué de sorprendente puede tener que el pulmón de una muestra que jamás había sufrido contratiempo alguno desaparezca aquí, en las tres veces coronada villa de Lima?
¿Intuirán los chicos salvables de hoy que el Perú no fue siempre esta tecnocumbia bailada en calzoncillos atigrados? ¿Sospecharán que no siempre fuimos esta carie? ¿Sabrán que antes, mucho antes, como decía Neruda, fueron los ríos, ríos arteriales?
A nivel de valores y de estética hemos hecho –y seguimos haciendo- un país espantoso, una ciudad sin ley, una ciudadanía de zombis. Es tiempo de que alguien lo diga a todo pulmón aunque sea sólo para dejar constancia.
Si amamos al Perú atrevámonos a despreciar buena parte de lo que es ahora.

martes, 6 de octubre de 2009

Frases hirientes

- Lúcar ganó el debate con Ariel Bracamonte porque nadie como él para mentar la madre.
- Que la estación de Desamparados se convierta en la Casa de la Literatura es con cachita.
- Pilar Nores se ha largado porque no existe el cargo de Segunda Dama.
- Christian Suárez era viudo antes de separarse.
- “Los caminos del inca siempre terminan en tragedia” (Garcilaso).
- César Gutiérrez trabajó de amanuense en Discovery Lemasters.
- Lo que necesita Gisela Valcárcel no es un gasfitero sino un restaurador.
- Al Cristo morado lo han matado por asfixia.
- César Gutiérrez admira el entreguismo de ciertas mujeres.
- Lily Lemasters era el lote 1.
- Las columnas del cronista taurino de “El Comercio” parecen escritas por el tercero de la tarde.
- “A César lo que es de César”. (Lily Lemasters)
- Los caballos de paso son los que se tuvieron que vender.
- A Carlos Tapia le dicen ahora Carlos Losa.
- No sé cómo hace Cataño para correr si tiene dos partidas.
- Camilo Sesto ya es Camilo Enésimo.
- El problema de Patria Roja es que el TLC con China no los va a tomar en cuenta.
- “Los tragos amargos se pasan rápido”. (Alejandro Toledo)
- Rafael Rey debería homenajear a Manuela Ramos.
- Se confirmó con lo del chasco olímpico: Obama era un Chicago boy.
- Lo único que no avanza a paso de tortuga es la concha de Alan García.
- A las trabajadoras sexuales las han dejado en la calle.
- Al final, y como todos, Castro terminará entre gusanos.
- A Doe Run se le han subido los humos.
- Si todo se arreglara entregando títulos, a ver que le den uno de escritor a Hernando de Soto.
- Muy gracioso es que Moisés Lemlij hable de “el nacionalismo salvaje” sin mencionar a Israel.
- “Tarata” es tan mala que parece haber sido imaginada en una bomba.
- Si la gripe porcina y la aviar se juntan será la demostración de que los chanchos vuelan.
- “No hay que quitarle riqueza al que la tiene sino crearla para quien no la tiene”. (Vladimiro Montesinos)
- El auto de Cataño tiene Turbo.
- “¿Yo también soy un activo embargable?” (Jaime Bayly)
- A César Gutiérrez se le vio alguna vez pidiéndole deseos a un pozo.
- Magaly se creía tan poderosa que rectificaba al aire.
- “¡Tierra! ¡Tierra y Libertad!” (Isaac Mekler)
- Tarde o temprano Lourdes Flores sabrá lo que es un aterrizaje forzoso.
- A los impotentes se les termina parando una mosca.

domingo, 4 de octubre de 2009

Una fábula

Huelva, al octubre del 2009

Sr. Bermont:

Estimadísimo señor:

No zabe como es que goso con su esquisito ingenio toda las noches de cada uno de los días, a las 10 pe y eme.
Si uzté supiera cuánto bien hace a nuestras neuronas, siempre ambrientas der buen zaber, lo que uzté filosofa, lo que uzté hinterpreta de la realidad que somos todos, aunque, claro, ninguno como uzté, que es nuestro Demóstenes en cuanto a la lavia y nuestro Sócrates como que tal filózofo en su zabiduría.
Ziga señor Bermont con sus diskiciciones que nos iluminan como si de día fuera y con su claridá para las ideaz y su manera robuzta de pensar y de animarnos a ser siempre mejores.
No le haga caso, pero ninguno, escuche bien, ninguno, a los impotentes der zerebro que no hacen sino embidiarlo y dezear acaso, pero para robarlos, su felicidad y esos dones que la naturaleza le dio triplemente en el cráneo, que es de los mejores inzidentez que le han susedido a la television de este país.
Antes que uzté, señor Bermont, nadie ze atrebía a decir lo que su boca pronuncia, me explico: la profundidá del pensamiento, el hoptimismo de todos sus planteamientos, la independencia de kriterio que espone y que, seguramente, debe estar preocupándole mucho al gobierno, porque usted es de los kríticos más audaces que la pantalla ha visto, como lo puede atestiguá, que no es poco, el mismísimo señor Arva Castro, presidente que es del congreso de los diputados, al que uzté le hiso preguntas que a nadie se le abían ocurrido porque nadie tiene en funcionamiento la cortesa cerebrá que uzté se maneja con toda zencillé.
En fin, que es gracias a uzté que todos sabemos lo que pasa en el Perú y en el mundo, lo que pasará en el mundo y en el Perú, lo que pudo pasar en cuanta parte le venga en gana a su informazión de primera mano, que de eso se trata el secreto de la comunicación, como decía Mac Luján.
Para decirlo en corto: Antes de uzté, las tinieblaz. Con uzté, el dezpertar de todos nosotros en el entendi-miento que uzté nos deyecta a la vena, por la vía intramuscular y por la vía normal de los oídos, que es como mejor podemos aprobechar sus sapiencias de todas las materias.
No le haga caso uzté, pero repito, ninguno caso, a esos idiotas que no alcansan a comprender la ondura de lo que uzté elocubra, que esos son los fracazados y los pequeñoz que a usted le undieron ya no digo una daga de Bagdá en la esparda, que digo cien puñales de gitanos en cargamontón de desgraciados en contra de su Kanal, que es institución, y en contra de su reputación, que nada ni nadie puede ofendér.
Siga, como siempre, adelante, señor Bermont. Siga imperturbable rumvo a lo que todos los destinos le convocan acer, es decir reunir las fuersas del Congreso en un solo puño, el suyo, y luego, en el dos mil y onze, darle con ese puño lleno de fuersa y lleno de kurules agradecidas, darle con ese puño iba en diciendo, a todos los improbisados y a todos los antiguos y llegar hasta donde uzté se merece más que nadie, es decir la presidencia de este país que ya lo reclama en lo más alto de la magistratura y desde lo más bajo del pueblo necesitao.
En fin, señor Bermont, que no nesesito decirle que botaré por usté y estoy seguro que esta modesta carta serbirá para que muchos refleccionen y hagan lo mismo, es decir aklarar sus mentes confundidas y votar por uzté.


Con todo mi aprecio y deboción,

Platero

sábado, 3 de octubre de 2009

Procesión

Cuando escucho a un creacionista que habla de la Creación CON MAYÚSCULAS cojo mi billetera.
Los creacionistas son los que dicen que la Biblia es historia y no la novela policiaca que realmente es.
Porque ustedes me dirán si no es parte de una excitante crónica de sucesos la masacre del pueblo entero de Jericó –con la excepción de la dueña de una posada y su familia-, el asesinato del cananeo Sísara por medio de un clavo incrustado en la sien, el crimen de Abimelec en contra de todos sus medios hermanos, la desgracia de Jefté de tener que matar a su única hija para cumplir una promesa hecha a Yavé.
¿Y cuando los filisteos (es decir, los pelishtin, de donde procede el topónimo Palestina) le sacaron los ojos a Sansón?
¿Y cuando Samuel encaró a Saúl por no haber matado a todos los amalecitas, incluyendo a su rey, tal como lo ordenaba Dios, y fue hasta donde el monarca Agag y lo fulminó con sus propias manos en el santuario de Gálgala?
Como decía Vallejo:
“Y no me digan nada, que uno puede matar perfectamente...”
En el colegio, cuando niño, escuchaba los mitos católicos, las leyendas cristianas y los disparates conciliares con cierto respeto.
Pero ese respeto acabó cuando me hablaron del embarazo místico, y en probable estado de levitación, de María y de la “comprobada” resurrección, al tercer día de su crucifixión, de Jesucristo.
Era bonito y hasta literario que te contaran lo de la creación del mundo en siete días, pero eso de que el Espíritu Santo podía embarazar y que lo de la Santísima Trinidad era dogma de fe (o sea lavado de cerebro sin discusión) ya resultaba demasiado hasta para un niño más bien tímido como era yo.
Más tarde, en otro colegio, hubo un capellán al que le fascinaban los chicos más guapos y jugaba de manos con ellos en el ómnibus de las excursiones.
Y más tarde descubrí que los curas odiaban a Darwin, negaban a los filósofos griegos y remataban la faena de un modo inequívoco: anunciando el fuego purificador y el masivo chicharrón de pecador en los reinos de Satanás.
Pero también descubrí que esos curas, por lo general, no sólo eran guardianes de la fe. Eran también, y quizá principalmente, huachimanes del sistema, mastines de la riquería y caballeros cruzados del statu quo.
De modo que me hice agnóstico, incrédulo y hasta esdrújulo, como mi abuelo Benjamín Pérez Treviño.
Y cuando alguien habla de la Creación CON MAYÚSCULAS me cuido los bolsillos. Y sé, como lo supo Nietzsche de un modo magistral e incomparable, que detrás de un Dios pregonado está el negocio mayúsculo del miedo.
Hoy sale la procesión del Señor de los Milagros. El Cristo Morado que le dicen. El Cristo de una pared que no se cayó en un terremoto.

viernes, 2 de octubre de 2009

Por qué se fue Mekler

Hace unos días apareció un documento que confirmaba una alianza del Partido Nacionalista con una serie de organizaciones de la izquierda marxista.
El asesor en jefe de Ollanta Humala, Carlos Tapia, confirmó la existencia de ese documento a la mañana siguiente en un programa de TV.
Isaac Mekler, congresista nacionalista hasta el día de ayer, consideró que esa alianza es suicida.
-Siempre hemos sido una izquierda distinta -me dijo anoche Mekler-. ¿Qué tenemos que hacer con Patria Roja, Patria Libre, el Partido Comunista o el Focep?
Cuando le pregunté si era la razón principal de su renuncia Mekler me dijo que, en efecto, era esa la razón más importante.
-¿Y por qué no renunció en ese momento? –alcancé a decirle.
-Porque quise primero discutir el asunto a nivel interno. Y lo que pasa es que toda discusión sobre línea o programa se ha convertido en algo imposible dentro del Partido Nacionalista –dijo Mekler.
El congresista renunciante quiso ayer mismo, antes de la conferencia de prensa convocada para anunciar su gesto, hablar con Ollanta Humala. El líder del Partido Nacionalista le mandó decir con una secretaria que hablara con Marisol Espinoza, la vocero congresal del partido.
“Le expliqué a la secretaria que se trataba de mi relación con el partido”, dice Mekler.
Lo cierto es que Mekler y Humala no han tenido un encuentro personal desde el mes de julio.
La última vez que se vieron discutieron en relación al insólito nombramiento de Juvenal Silva en la Comisión de Transportes. Mekler no estaba de acuerdo con ese nombramiento y se lo dijo a Humala. El caudillo etnocacerista pareció molestarse.
Otras fuentes confirmaron a este periodista que la democracia interna en el Partido Nacionalista brilla por su ausencia.
La bancada congresal, por ejemplo, no participa en ninguna decisión importante.
Y ahora les han quitado a los congresistas la jurisdicción que tenían sobre sus regiones. Otra gente habrá de sustituirlos.
Mekler, que estaba encargado de la región Callao, piensa que esos sustitutos vendrán de las tiendas de la izquierda marxista con las que Humala ha decidido aliarse, en primera instancia, para enfrentar las elecciones municipales de Lima (bajo el lema “Lima para todos”).
“Ollanta es una buena persona, y yo le debo el cargo, pero ahora está secuestrado por Carlos Tapia”, me dijo Mekler.
Todo apunta a que Tapia, autor de algunos de los más delirantes puntos de vista en relación al peligro que representa Sendero, ha convencido a Humala de que la única salida es sumar esfuerzos.
En este caso, Humala debería mirar con lupa el infinitivo “sumar”.
¿Cuánto sumarán, en votos, Patria Libre, Patria Roja, Partido Comunista o Focep?
No vaya a ser que las expectativas sean tan grandes como ciertos apetitos y los resultados sean tan magros como ciertas asistencias.
Además, es claro que hay un asunto de principios. Patria Libre es una organización próxima al MRTA (aunque lo niegue formalmente). ¿Qué puede sacar Humala de tal promiscuidad? Y, más allá, de las melancolías y de los muros derribados, ¿qué es el PC sino un nombre polvoriento? ¿Y alguien ve a ese gran hombre que es Genaro Ledesma levantando las masas en Vitarte?
Quizá sea que el cura Marco Arana, que disputa la misma clientela, ha terminado asustando a Humala. Y que, antes del supuesto zarpazo aranista, Humala, digitado por Tapia, haya decidido aliarse con este cementerio de acrónimos.
Pero un consejero menos ciego y más leído que Tapia le podría decir a Humala qué pasa con las organizaciones que pierden identidad y perfil y apuestan al cambalache sin principios.
Eso de “partido nacionalista” será duro de admitir después de una alianza con Patria Roja, entidad ligada al Partido Comunista Chino, inventor de esa fórmula que ni Marx pudo prever: dictadura de partido “proletario” y capitalismo salvaje, todo a la vez.

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Posdata:
tardíamente, agradezco las muestras públicas de solidaridad de Augusto Álvarez Rodrich, Maritza Espinoza, Patricia Salinas, Efraín Rúa, Jorge Bruce y las privadas de muchos otros colegas