miércoles, 9 de abril de 2008

Putiencuestas

No le creo una palabra a la llamada “encuesta” que, cada mes más o menos, expele la Universidad de Lima.
Ayer, esa muy exitosa fábrica de egresados de difícil chamba volvió a castigarnos con sus cifras hinchadas por la silicona, depauperadas por el arreglo y/o disimuladas por el interés.
Lourdes Flores, caserita de dichos “científicos sociales”, sale anabolizada toda ella con un 48,6 por ciento que aprueba su gestión. ¿Qué gestión? ¿La de lideresa de la oposición? No me hagan reír. ¿La de combatiente por los fueros democráticos ahora que la intolerancia los amenaza y Alva Castro pretende aprehenderlos? No me hagan estornudar. Aparte de méritos personales que nadie discute, la única gestión que se le conoce a la doctora Flores es la de derrotada de antemano y la de desaparecida intermitente. Los benaventes señalan que sólo un 39,7 por ciento de limeños la mira con ojo crítico. Es que a Lourdes hay que conservarla como carta para el 2011 y las encuestas de la U de Lima parecen ser la traducción numérica del libreto de la derecha más enemiga de las humanidades.
El archijefe de las hordas saqueadoras del SAT, por ejemplo, es otro que está hecho de titanio y diamantes, según el feudo de doña Ilse. Sólo un miserable 14,9 por ciento (U. de Lima dixit) censura su gestión mientras un aluviónico 82,4 por ciento le rinde culto. ¿Y lo de las revisiones técnicas? ¿Y lo de la suspensión de las licitaciones para la vía expresa? ¿Y lo de la vía expresa paralizada? ¿Y lo de la millonaria indemnización que tendrá que pagarle a su ex socio Lidercón? ¿Y lo de sus grose­rías hidrófobas salpicadas en RPP? ¿Y el BMW de su vice Marco Parra? ¡Nada de eso importa! La Universidad de Lima ha decretado orden de inmovilidad para las cifras que atañen al hombre que Fujimori puso en el Seguro Social. Y con esos resultados Castañeda ya tiene otra patente de corso para tratar de “parásitos” a sus críticos. ¿Y no será el señor Benavente su parásito ad hoc?
La referida fábrica de cartones y papel prensado también nos dice que Castañeda Lossio es, con el 36 por ciento de adhesiones, el político más simpático (y por ende el de la pole position para el 2011). ¿Y saben quién le sigue, si bien es cierto con un lejano 13,2 por ciento? ¡Adivinaron! ¡El favorito de los benaventes y las ilses! El japonés de las maletas sacadas clandestinamente, el ideólogo de la guerra sucia, el tutor de Saravá, el líder de Martin Rivas, el jefe de Susy Díaz, el valiente del fax, está segundo, con los motores rugiendo, esperando que Benavente se anime y lo ­arrime unos metros más adelante en la próxima entrega. ¡Es que mientras más se acerca la sentencia más adorable (para la de Lima) es el sujeto en cuestión!
Tercera en esa lista de simpatías con implicancias electorales inmediatas está, por supuesto, la señora topo, es decir doña Lourdes Flores. No necesito decir que en este tipo de encuestas siempre se infiere que la protesta está desacreditada, el humalismo pide la extremaunción, el populismo es veneno, la empresa privada es mejor que hacer el ­amor y a la inversión extranjera no que hay que pedirle ni siquiera el pasaporte.
Y por supuesto que, inyectada de esteroides benaventinos, en la encuesta de ayer ­aparece primerísima en una lista –no podía faltar el detalle– la señora que estudió en Estados Unidos con la plata negra de su papi, es decir doña Keiko Fujimori, o sea nuestra Pucca, la que rima con yuca (la que exhibía su daddy como agrónomo). ¿Y cómo habrá sido el arreglo con Humberto Lay para que este finadito hondamente llorado figure en esa misma lista con un 6,3 por ciento de simpatizantes? ¡Benavides es como Guadalupe Posadas, el mayor calaverista del arte popular mexicano!
A este paso alguien se va a animar a poner una encuestadora que sólo dé cifras por encargo (eso sí, siempre con fracciones porque sólo con números redondos la cosa no parecería “científica”). Por ­ejemplo va Saravá con su chequera, paga su marmaja, espera silbando salsa 24 horas, y recibe su “sondeo demoscópico”. Entonces llama a Vargas y va a la radio –ya saben cuál– y se lanza:
Cuadro 1
–¿Cuál es el eslogan que usted más recuerda?
–“Honradez, tecnología y trabajo” (71,32 por ciento)
–“Chino, contigo hasta la muerte” (20,08 por ciento)
–“No recuerdo ninguno” (7,91 por ciento)
–“Otros” (0,69 por ciento).
Y así por el estilo.
Es que las encuestas nacieron honradas como costureritas de Gardel, pero en el camino los malos hombres las fueron desnudando con la mirada, embraguetando con mano propia y perdiendo en el bosque de las chinas perdidas. Y aunque algunas resistieron y ejercen el señoritismo, otras –demasiadas– terminaron sin falda en el arroyo, gritando números que parecen tiques y voceando nombres de la clientela.

1 comentario:

richardqt dijo...

Tantos errores e incongruencias tan evidentes y frecuentes en las encuestas de opinion llevan a la conclusion pensar que: o se hacen a la medida del pagador o el instrumento no sirve para medir la opinión pública, a pesar de que los dueños de las encuestadoras se empeñen en defenderlas con argumentos que rayan en la ridiculez y a veces en la estupidez. Si a esto se le suma que las encuestas fallan en todos los países pues a uno no le queda más remedio que utilizar otros mecanismos, menos caros, menos científicos, pero más certeros para medir la realidad cotidiana. Por ejemplo cuando leo que la pobreza en nuestro país baja, pues basta con salir a la calle, observar, comparar y escuchar a la gente que acude al mercado decir como ven reducirse sus ingresos, consumiendo menos. Ademas algunas de las más reputadas y encumbradas encuestadoras del pais coinciden en reflejar solamente el pulso del publico limeño, descartando las opiniones de las 2/3 partes del Perú (70% de la población) distorsionando completamente la verdadera realidad nacional con mediciones sobre los políticos, la política y temas cruciales generadas únicamente desde Lima y Callao (el Perú Oficial). Como sentencio el director de uno de los medios más influyentes de España: "En política, existen las mentiras, las mentiras cochinas y las encuestas".